La última vez que hablé de Andor por estos lares, lo hice por rabia, por cabreo. No porque la serie no fuera buena, si no por todo lo contrario: estaba viendo la más absoluta indiferencia por parte de la audiencia, porque allí donde había soportado un aluvión de actualizaciones en tiempo real de las aventuras de Obi-Wan persiguiendo a la Pequeña Princesita Leia, de Andor no recibía nada más que el más penoso de los silencios. Se habían emitido en aquel momento siete episodios (los tres primeros en el mismo día) y nadie decía nada, nada de nada. Y a mi éso me parecía una absoluta injusticia, ¿de verdad nadie estaba viendo ésto?

Poneos en mi lugar, porque sé que soy un bicho raro: mi fascinación por Star Wars no empezó con las películas si no con los videojuegos, tardé en ver las películas y la ausencia de material nuevo para saciar mi sed se compensó no con novelas o cómics, si no con videojuegos que repetían machaconamente la banda sonora de John Williams. Y entre todos ellos destacaba uno tremendamente raro, uno que le daba la vuelta a la tortilla y te ponía de parte de los malos, del Imperio. Para mí, ése juego supuso todo un despertar, porque quieras que no me vino a contar que para algunos el bien y el mal son colores de una camiseta, que el héroe para unos es el terrorista de otros. En aquel juego te ponían del lado del Imperio y te aseguraban constantemente lo importante que era evitar que la galaxia cayera en el caos, que el triunfo de la rebelión podía traducirse en una guerra a evitar,. millones de muertos y un retroceso de milenios para toda la galaxia. Y claro, visto de esa manera era perfectamente entendible, a pesar de que sabías que el Imperio Galáctico era una tiranía corrupta gestionada por auténticos monstruos. La rebelión no era un capricho de cuatro inadaptados, era una necesidad tan importante o más que respirar. Y éso nunca lo explicaron en las películas, lo tenías que adivinar.

Porque sí, el Imperio mata a los tíos de Luke, hacen cosas horribles, pero la forma en la que Andor describe al Imperio en su primera temporada es tan sumamente magistral que asusta: si la serie va usando a la Alianza Rebelde como una especie de totum revolutum de todas las insurrecciones de la historia, su primera temporada se centra en las razones que tiene cualquier ciudadano de a pie para rebelarse, para tomar las armas. Esas situaciones en las que los tiranos asfixian a la población hasta tal punto que se dan cuenta de que no pueden mantenerse a un lado y esperar a que pasen de largo, porque los monstruos no lo van a hacer. Van a quedarse, y van a ir a por ti. A lo largo de los cuatro pilares argumentales de su primera temporada, Andor plantea en un principio la represión a los criminales accidentales (Cassian mata por accidente a un guardia de seguridad corporativa y mata a su compañero para que no lo delaten), objetivamente podemos decir que Cassian es un asesino, pero la forma en la que reacciona el Imperio es tremendamente exagerada, hasta el punto de crear un problema mayor del que pueda suponer el propio Andor.

Y es que el afán del funcionario encargado de la investigación por trepar en el escalafón lo lleva a actuar de forma exagerada, desoyendo a sus complacientes y corruptos superiores que quieren hacer la vista gorda, provocando el pánico en una ciudad y la muerte innecesaria de decenas de personas. Y todo esto es tapado por el Imperio, que decide que el terrorista Andor es el responsable de todo y sí, aunque despiden a los responsables del desaguisado, lo usan como excusa para colocar una presencia permanente en el planeta. El fascismo ha llegado y ya no se va.

Durante el segundo arco tenemos el colonialismo en su más pura expresión, con el Imperio desplazando poblaciones enteras de sus terrenos sagrados para ir apretando poco a poco, líderes regionales despreciando abiertamente a los nativos como salvajes y mostrando una actitud repulsiva hacia ellos, considerando sus costumbres como algo bárbaro y deseando largarse de allí inmediatamente. La historia es, de forma muy descarada, un western con indios y forajidos de la rebelión intentando desvalijar la caja fuerte y llevarse las nóminas imperiales, pero a la vez hace un retrato del tipo de personas que se instalan en una rebelíón, desde los filosofos soñadores, ideólogos de la lucha, hasta los que están ahí solo por el dinero sin olvidarnos de los que quieren vengarse y solo sienten odio. Andor pasa por estas historias como un testigo activo de las mismas, pero para él es un periodo de aprendizaje, y precisamente es a raíz del robo chapucero en el que mueren bastantes soldados imperiales cuando la represión del Imperio aumenta radicalmente, autorizando detenciones arbitrarias y el duplicar todas las penas. Y sí, la cosa se pone fea.

Porque de fondo tenemos el debate filosófico entre el Luthen Rael de Stellan Skasgraard y la Mon Mothma de Genieveve O’Reilly, siendo esta última un personaje de las películas que sería la líder de la Alianza Rebelde y que en ese momento es una simple senadora que todavía cree en una solución política para el conflicto, que financia a Rael pensando que está creando una red de resistencia pacífica, gente que pueda informarle de los movimientos del Imperio para poder fiscalizarlo allá donde haga falta. Pero Luthen la engaña, y usa ese dinero para financiar células rebeldes que toman una postura mucho más activa, siendo una de ellas la responsable del atraco en cuestión. Mothma se siente traicionada y Luthen no la engaña en absoluto; él no cree en una solución pacífica al conflicto y lo que hace Mothma es, simplemente, perder el tiempo. Ella misma verá la reacción del Imperio y acabará dándole la razón a Luthen hasta cierto punto, porque quieras que no él no quiso darle una oportunidad a la paz en ningún momento, a pesar de que la que en realidad sí que conoce a Palpatine es Mothma y no Luthen.

En la tercera parte de la serie tenemos a Cassian descubriendo la represión del Imperio en sus carnes en el inicio de la trama carcelaria de la serie, condenado de por vida a trabajos forzados a pesar de que en un principio iba a estar solo seis años. La prisión es tan opresiva y el tratamiento de los presos es tan inhumano que Andor se radicaliza por completo y, para cuando consigue escapar, su único objetivo pasa a ser el de contar lo que pasó allí, el de vengarse. De fondo tenemos a Luthen ir sacrificando piezas del tablero para seguir cumpliendo sus objetivos a largo plazo, mientras Mothma trata desesperadamente de mantener ocultas sus actividades financieras para sostener a la rebelión, teniendo que hacer compromisos morales constantes. Ninguna rebelión es limpia.

La última parte ya es el levantamiento del pueblo, dejando claro que la rebelión es la única respuesta posible, cuando la represión en el planeta natal de Cassian llega al punto de torturar a Bix, la exnovia de Cassian, y de ocupar todas las calles de la ciudad. El Imperio se cree tan invulnerable que cree que puede tomar una solución violenta a todos sus problemas, y así la supuesta trampa que le tienden a Andor durante el funeral de su madre se convierte en una batalla campal en la que el Imperio pierde a todos sus prisioneros relacionados con el caso Andor y se empieza a difundir por todas partes que la idea de que se puede resistir y luchar contra el Imperio no es un absurdo imposible, si no una realidad necesario. Sí, al final del día el Imperio seguirá gobernando el planeta, pero algunos siempre se escaparán de su control y podrán luchar libres.
Bueno, pues igual sigue sin verla nadie XDDD
Es, de largo, la mejor serie de Disney+ sobre Star Wars.
El problema que tiene es que es realista. Normalmente Star Wars es muy maniqueísta, el malo es muy muy muy malo y el bueno es muy muy muy bueno.
Y ya.
Aquí, te presentan un documental de como son las cosas realmente en una situación en la que tienes un gobierno totalitario haciendo lo que quiere y como la gente reacciona. Luthen es un personaje que, pese a estar del lado de la rebelión, sabes que no es un buen tipo y claro, eso rompe los esquemas a cualquiera.
Que Casian sea un criminal de verdad, no uno romántico a lo Han Solo, no ayuda a que la serie y el personaje gusten al público general.
Ahora bien, que es la mejor serie de Star Wars, eso seguro.
Precisamente una de las cosas que más me gusta de la serie es precisamente ese «realismo», los protagonistas de esta historia (salvo Mothma) no pasarán a la historia, es gente que va a morir y nadie se acordará de ellos, pertenecen a la «realidad», pero a medida que la serie va llegando a su final pasamos de una serie que usa guitarra y batería en su banda sonora a empezar a usar instrumentos de orquesta, se empiezan a mencionar elementos más místicos hasta llegar a Rogue One donde directamente se habla ya de la fuerza y aparecen personajes como Vader o Leia. Ahí has abandonado la realidad y entrado directamente en «el mito».
Eso sí, Gilroy no se cansa de decir que las películas originales de Lucas no eran ni mucho menos un cuento de hadas inocente, que la analogía con la guerra de Vietnam y la caída de la república romana es bastante clara.
Lo de que no pasarán a la historia, es un detalle que me encanta, como cuando Cassian rescata a Mothma y la pone a salvo, pero las cabezas pensantes en Yavin deciden que ella llegue al planeta con una flotilla y una escolta en plan desfile para lanzar un discurso y a Cassian le dice el oficial «van a reescribir la historia para que llegue como una heroína».
Cassian le mira, se encoje de hombros, y se va a su caseto a ver a su novia porque le da completamente igual.
Eso, eso, es lo que deja claro el carisma de este personaje.
Otro momento de héroe sin nombre: el botones del hotel. Solo saldrá unos 15 minutos en pantalla en toda la serie.
Y aún así: Héroe.
Mostrar esas cosas, no es poco
Y lo mejor de todo es que lo de Mothma es puro encaje de bolillos, porque ya habían contado esa historia en Rebels y no cuadraba con que Cassian se la llevara directamente a Yavin. Contando eso dejan claro que Rebels es la historia «como fue contada» y Andor es la historia como fue.
Es esa rebeldia (je) de la serie lo que me parece más destacable, que estando como estaban rodeados de series y cómics que intentan conectarlo todo, en Andor te presentan un porrón de nuevos personajes anónimos haciendo sacrificios enormes por el bien de todos, personajes que no van a ser en secreto caballeros jedis en el exilio ni nada parecido, simplemente son… El puto botones de un hotel al que el Imperio mató a su padre, o un soldado de la república que se siente culpable por haber matado a la familia de una niña.
Ésas son las historias que merecía la pena contar.
Lo de encajarlo con Rebels no es fácil, y aún así logran hacerlo de tal manera que los héroes anónimos sean ahora más héroes y más anónimos.
Creo honestamente que Andor va a ser esa serie que ahora apenas ve nadie, pero que dentro de unos años todo el mundo dirá «yo la vi de los primeros».
Porque la calidad de esta serie es la que es.
En la minihistoria muda de V de Vendetta, el portero que guarda la entrada del edificio. Cuando V escapa corriendo, le abre la puerta y saluda.
la realidad duele, podria ser EU, España con lo del AirB&B, Francia con los chalecos amarillos cual te gusta, la verdad cala y ondo, por hoy con este articulo LE ayudo a cargar la lampara maestro…..
No suelo escribir mucho por aquí pero no voy a dejarte solo comentando lo genial que es esta serie.
Genial resumen y genial artículo. Yo hoy he acabado de ver el episodio seis de la segunda temporada.
La verdad es que la serie me parece una pasada a todos los niveles.
Desde los actores, el guión , la representación de las diferentes células rebeldes en fin , todo
Gracias. Y sí, la representación de las distintas células rebeldes es estupenda, sobre todo la célula rebelde de Yavin que parece el Supergrupo de Superlópez XDDD
He visto unos cuatro episodios y de momento solo he visto a Cassian huir de policias gordos por motivos poco claros (a mi entender). Aunque el haber matado a sangre fría a dos policías previamente (que creo querían solo un soborno), me hizo desear un poco que acabara en el calabozo.
me cuesta verla porque no tiene nada que me enganche. La sigo esperando que llegue un momento que me pique el interés.
Cassian está en el planeta buscando a su hermana a la que separaron de él, la busca en un prostíbulo porque le han dado un chivatazo de que puede estar ahí, que es donde están los guardias de seguridad privada de la corporación, bebiendo y puteando en su turno, que hacen las veces de «policias».
Como la camarera le hace más caso a él que a los guardias, le siguen a un callejón para robarle el dinero mediante el pago de una «multa» por ser más «guapo que ellos» y porque bueno si, son bastante corruptos.
Es ahí cuando llegan a las manos y por accidente uno de los guardias muere al recibir un golpe en la cabeza.
Sabiendo la corrupción que hay en ese lugar y ante un guardia corrupto que está en un prostíbulo y le ha visto la cara Cassian se marca un Frank Castle y limpia el lugar.
Que lo mismo es sangre fría el segundo, pero el primero no
Lo que si es cierto es que que al principio es lenta. Si le das una oportunidad te engancha.
Tómatela como una serie del director de Dolores Clayborne y el showrunner de House of Cards, olvídate de que es de Star Wars porque la norma no es ver escenas de acción frenética si no gente hablando, la chicha está precisamente en esa caracterización a través del diálogo, en estar atento a todo. Yo sigo descubriendo cosas nuevas cada vez que veo la serie y sí, ya me la he visto dos veces.