El pasado domingo, día 4, celebrando el Día de Star Wars, se estrenó Star Wars: Tales of the Underworld una nueva miniserie animada dedicada a profundizar en personajes que, en las películas o series en las que habían aparecido anteriormente, se encontraban en un segundo plano con respecto a las tramas principales de las mismas, o se buscaba explorar su pasado o futuro tras lo contado en estas. Y aquí ese foco se pone sobre dos personajes que, pese a compartir el encontrarse en los márgenes de la sociedad y el estar marcados por la tragedia, sus vidas discurren en trayectorias radicalmente opuestas.

Tras estrenarse en 2022 Tales of the Jedi, dividida en dos arcos argumentales de tres cortos episodios cada uno, protagonizados por Ahsoka Tano y el Conde Dooku, pudimos disfrutar en 2024 de Tales of the Empire, donde la acción se repartía entre Morgan Elsbeth y la ex Jedi Barriss Offee. A estas se les ha unido Tales of the Underworld. Y siguiendo esa misma fórmula, aquí nos encontramos con dos personajes tan dispares como la Hermana de la Noche de Dathomir y antigua discípula de Dooku, Asajj Ventress, y el mercenario y cazarrecompensas Cad Bane. Dos historias que, como en ocasiones anteriores, surgen de la mente de Dave Filoni, a quien sus actuales obligaciones dentro de Lucasfilm ya no le permiten guionizarlos por completo, pero siguen partiendo de sus historias. Y como suele ser habitual en él, de nuevo ha aprovechado la ocasión para explorar el pasado y el futuro de estos personajes, recuperando y expandiendo hilos argumentales que habían quedado flotando por ahí.

El largo arco argumental de Asajj Ventress, que comenzó hace veintidós años con su debut en la serie animada original de Clone Wars como villana y aprendiz de Sith, y experimentó una interesantísima evolución hacia el lado luminoso, no ha llegado aún a su fin y está claro que Filoni quiere hacer mucho más con ella. Ya el año pasado la recuperó en The Bad Batch en un pequeño papel que nos la presentaba en una situación muy diferente de la que recordábamos, con su pasado de villana ya completamente atrás y forjándose un nuevo camino. Y en Tales of the Underworld retrocedemos un poco en el tiempo para encontrarnos en los comienzos del Imperio, con una Ventress que solo busca agachar la cabeza y llevar una vida rutinaria, monótona y tranquila.

Pero el destino, o la Fuerza, tiene otros planes para ella y, cuando alguien necesitado de ayuda se cruza en su camino, se siente incapaz de seguir mirando hacia otro lado y abandona su tranquilidad para embarcarse en un nuevo camino. Pese a tratarse de tan solo tres episodios de apenas quince minutos, o quizás gracias a eso y al tener que ir al grano, somos testigos aquí de los conflictos de una Ventress que aún se debate entre sus viejos impulsos, aprendidos en guerras y conflictos varios, y lo que siente que es lo correcto. Un equilibrio que aquí se inclina claramente hacia lo correcto gracias en parte a ese acompañante que, pese a haber sufrido también, le muestra, o más bien le recuerda, que hay otra forma de hacer las cosas. Y a través de esos pequeños momentos, en los que las acciones de Ventress hablan más que sus palabras, la serie nos permite ver al personaje bajo una nueva luz y nos deja con ganas de seguir explorando qué fue de ella y dónde está ahora.

Con Cad Bane, en cambio, su historia va en una dirección diferente, ya que no nos cuentan aquí qué fue de él tras aparecer él también por primera vez en Clone Wars, sino que retrocedemos hasta su infancia para descubrir el camino que le llevó a ser quien es. Así es como nos encontramos con que Cad Bane fue un niño huérfano que malvivía en las calles con su mejor amigo, haciendo gamberradas, rebuscando entre la basura y robando comida cuando podían. Una vida que les puso en el punto de mira de un criminal que vio en ellos el potencial para explotarlos y utilizarles, pero que, tras su primer trabajo juntos, siguieron caminos muy diferentes. De nuevo, aquí el formato de la serie juega a su favor, forzando al equipo de la serie a dejar de lado todo lo superfluo para poder transmitir de la forma más efectiva posible la evolución del personaje en poco más de cuarenta minutos.

Y lo mejor de ello es que el resultado es una historia que nos permite comprender mejor al personaje pero sin caer en el error de pretender que empaticemos con él, ya que aunque en ocasiones funciona muy bien, como es el caso de la propia Asajj Ventress, también es necesario que existan personajes que sean malvados y bien construidos. A lo largo de los tres saltos temporales que encontramos en estos tres episodios presenciamos cómo Cad Bane es alguien que siempre cedió a sus bajos instintos, que cada vez que tuvo delante una oportunidad para seguir el camino correcto fue en dirección contraria, dejándose llevar por su ambición, su codicia y su odio, y destruyendo cada oportunidad que tuvo para llevar una vida mejor. Algo que nos permite comprender mejor a ese personaje frío y amoral que ya conocíamos.

Por todo ello, me encantan estas miniseries y me gustaría que fuesen un poco más frecuentes, ya que estas oportunidades de expandir en nuevas direcciones las historias de personajes a los que ya conocemos son muy jugosas. Y aunque de momento, que yo sepa, no hay aún una cuarta temporada anunciada, viendo la trayectoria de estas no tengo muchas dudas de que la próxima entrega será un Tales of the Rebellion (aunque tampoco descarto un Tales of the Mandalorians) y me muero de ganas por ver a qué otros personajes va a rescatar Filoni para que les veamos bajo una nueva luz.
Otro ejemplo de cómo se abusa del sabre laser, que pasa de ser un objeto único a ser algo que usan hasta los niños.
¿Tu viste a Yoda enseñando a niños con sable láser en el Episodio II, no? Quiero decir, el sable láser no era un objeto único en tiempos de las precuelas, fue después de la ilegalización de los jedis cuando empezaron a ser mucho más raros de ver porque su uso garantizaba que vinieran unos inquisidores a darte un buen abrazo.
Los episodios 1 a 3 son algo que intento borrar de mi mente.
Enseñar a niños a usar armas. La prueba de que los Jedi se habían descarriado.
Cuando más gente usa una cosa, menos exótica es.
😂😂😂 …Eso no es elitismo?😈
El mismo elitismo que llevó a la desgracia de los jedis.
Yo estoy encantado con Andor y su ausencia de palitos de colores, pero tienes que entender que cuando se cuentan historias de las guerras clon o de jedis haya palitos por todas partes.
Pues fue un motivo para desencantarme del universo Star Wars. Que le den a todo el mundo un sabre y que cualquiera sepa usarlo sin entrenamiento.
Estoy empezando Andor y debo decir que va lenta… Los dos primeros episodios casi me cae mejor el alférez imperial que lucha contra la desidia de sus compañeros que el prota, que va dando tumbos buscando a su hermana.
Mmmm… Solo sé de un caso de alguien que sepa usar un sable sin entrenamiento, y ésa es Rey. El otro sería Luke Skywalker, que tuvo poco entrenamiento pero vamos a decir que fue «intensito» y yo que sé, lo mismo Obi-Wan le dejó lecciones holográficas o algo.
Y Syril es un Javert de la vida, tu vete fijándote en los diálogos que, como buena historia de espías a lo LeCarré, es donde está la verdadera chicha.
Filoni aún tiene pendiente la historia en la que Cad Bane entreno a Bobba Fett y tuvieron su famoso duelo que le dejó a Fett su famosa abolladura en su casco y en Bane la placa metálica en la cabeza que se le ve en La Remesa Mala y en El Libro de Bobba Fett, a ver si un día se anima a plasmarlo en una mini serie o en una peli animada😏
Sobre el comentario de el culto a los sable láser.
Me acuerdo en los cómics de Star Wars del Barón Tagge.
Que entrenaba con un sable láser para poder enfrentarse a Vader con sus mismas armas. Pero que consideraba que el sable láser era un arma arcaica totalmente fuera de su tiempo que ya nadie usaba salvo el dinosaurio de otra época que era Vader.
¿En el fondo ese culto al sable láser actual, no es una variante de la romantización tóxica de otra época?
Que en el fondo eso le pasa a Vader. Es el último remanente de otra época pasada. Un abuelo Cebolleta.
Jia, Jia, Jia,,, perdón. Me da la risa al hacer el cruce de personajes. Pero son tal para cual.
Es el equivalente de los que seguían intentando usar espadas como símbolo de clase (o de otros tiempos en los que las élites eran todavía más élites) entrados ya hacía tiempo en la era de las armas de fuego (con la diferencia de que un jedi o sith realmente buenos todavía podían desviar disparos de lasers/plasma con sus sables de luz … pero como demostraron las Guerras Clon, ataque sorpresa y traición aparte, a la mayoría no les quedaba otra que morir como perros frente a un equipo bien entrenado con armamento moderno).
Si no tienes reflejos de jedi el sable láser no vale PA NÁ!
Pues eso digo.
En el fondo el rollo de los sables láser es más de posicionamiento social que otra cosa.
En plan de que si puedo usar esto, es porque tengo superpoderes que me permiten sacarle utilidad. Clásismo puro.
Un samurái frente a un fusil el noventa y nueve por ciento de las veces es un samurái muerto. Quizá las estadísticas mejoren con un Skywalker de por medio, claro, pero no muchos querrían poner dinero en esa apuesta si aumentas el número de fusiles lo suficiente.