John Carpenter: Directores de cine jubilados

Siempre que se habla de directores de cine retirados nos lamentamos de que no les hayan dejado hacer más películas. El caso más claro es el de Billy Wilder, cuya última película es Aquí un amigo, en 1981, y desde entonces no pudo volver a dirigir porque a sus 76 ninguna aseguradora quería arriesgarse a asegurar una de sus producciones porque, claro, lo mismo se moría y dejaba la película a medias. Y sin embargo Wilder aguantó cosa de veinticinco años más, llegando hasta los 95 con buena salud, haciendo chistes y hasta dedicándose al arte moderno. Porque no podía pararse quieto.

“Si hay algo que odio más que no ser tomado en serio es ser tomado demasiado en serio”.

Y claro, si le podían hacer eso a Billy Wilder, ¿que le podían hacer a los demás? John Carpenter no tenía ni mucho menos 76 años cuando hizo su última película -los tiene ahora- pero el haberse salido del sistema de estudios de Hollywood lo condenó a largo plazo a no poder hacer más películas. Porque hacer una película es algo muy costoso en lo que tienes que movilizar a demasiada gente, y las productoras independientes no siempre pueden asegurarse la financiación del siguiente proyecto, implicando a los directores en la búsqueda de ese dinero. Ése problema no lo tienen los directores de los grandes estudios, que reciben un cheque muy gordo al empezar el proyecto y a partir de ahí solo tienen que preocuparse de todo lo demás, pero no por el presupuesto. Eso sí, si se pasan les puede pasar lo que a Josh Trank o a Colin Trevorrow, más vale que tu película sea un bombazo en taquilla o seas tremendamente famoso, porque si no no volverás a trabajar en esta ciudad. Y a Carpenter le pasó eso mismo por dos películas, dos, que no fueron malas en absoluto si no todo lo contrario.

¡A mamarla por ahi!

De entrada tenemos La Cosa, el remake/secuela de El enigma de otro mundo que realizó en 1981 y fue un absoluto desastre en taquilla. Curiosamente, se había estrenado el mismo día que Blade Runner y a las dos se las tragó el fenómeno de ET El Extraterrestre, pero allí donde a Ridley Scott no le tocaron un pelo y le dejaron tener otro batacazo aún mayor con Legend (la de Tom Cruise haciendo de elfo o yo que sé que mierdas fantásticas, sí) a Carpenter en la Universal directamente le rompieron el contrato que tenía por dos o tres películas más. Acabaría trabajando de nuevo con ellos a través de productoras independientes, sí, pero el gran golpe se lo llevaría años más tarde, en 1986, con Golpe en la Pequeña China, una película de aventuras divertidísima a rabiar que se encontró de morros con el fenómeno Top Gun -lo de tener el apoyo del ejército de EEUU hace maravillas en una película- y Karate Kid 2, una película que se había estrenado dos semanas antes pero que quieres que te diga, el dar cera/pulir cera lo petaba cosa mala. Para que os hagais a la idea, la semana anterior a Golpe… se había estrenado la última película de Lucasfilm con David Bowie, Laberinto, y ésa lo pasó hasta peor en taquilla. Las dos vivirían una vida mejor en el mercado internacional y, sobre todo, en el mercado del VHS, pero para entonces ya era tarde. Años después, muy a posteriori, se hablaría de hacer secuelas y hasta remakes de estas películas, pero para entonces ya era muy tarde para sus respectivos creadores. Carpenter ya se había metido a hacer cine solo con productoras independientes y a pelear cada centavo, y aunque todavía sacaría algún clásico como Están Vivos, no se puede decir que tuviera mucho éxito, solo películas rentables y ya.

Nunca lo suficientemente reivindicada.

Sin embargo y gracias a las peleas que tuvo con esas mismas productoras independientes, se pasó entre 1988 y 1992 sin hacer una sola película, por lo que decidió aceptar volver a trabajar con las majors de Hollywood en un proyecto que no le pegaba absolutamente nada, Memorias de un Hombre Invisible, un «vehículo» de esos para Chevy Chase. Carpenter era ya por entonces conocido como el maestro del terror -a su pesar, nunca le gustó estar encasillado- con lo que para Chase era el director adecuado, porque quería que su versión del libro inspirado por el clásico de HG Wells fuera algo serio, sobre la angustia de sentirse invisible, de ser ninguneado. Todo el mundo daba por hecho que si la protagonizaba Chase tenía que ser una comedia, pero el cómico de Saturday Night Live quería que fuera algo serio, y por eso había provocado la salida del proyecto de Ivan Reitman. Carpenter llegó al rodaje con un claro espíritu de «a ver que me encuentro» y acabó horrorizado al darse cuenta que Chase y la estrella femenina de la película, Daryl Hannah, eran una auténtica pesadilla e imposibles de dirigir. Chase hasta se quitaba el maquillaje cuando le venía en gana, arruinando jornadas enteras de rodaje por capricho. Recientemente Carpenter añadiría a todo esto lo siguiente: «Dios, no quiero hablar de ello, pero digamos que habia personalidades en esa película que… No se debe nombrar a aquel que debe ser asesinado. No, no, no, es terrible. Hay que pegarle fuego. De todas formas, todo está bien. Lo sobreviví».

Años después el personaje de Chase en Community revelaría su verdadera personalidad del mundo, hasta el punto de que todo el personal de la serie acabó gritándole «Fuck You Chevy!». De broma. Todo de broma, claro.

Carpenter seguiría haciendo películas durante los años posteriores, permaneciendo activo hasta 2001 y el estreno de Fantasmas de Marte, otra de sus incomprendidas que aun hoy en día es rechazada por buena parte de los espectadores. Contaba ya 53 años, no era precisamente el momento para jubilarse, pero ya no tenía la confianza de las productoras y tuvo que dedicarse a otras cosas. Con el tiempo y gracias a sus fans conseguiría estrenar The Ward en 2010, pero desde entonces no hubo más estrenos de John Carpenter, solo trabajos puntuales en televisión y volcarse en la música. Para Carpenter -ni para Wilder- este retiro prematuro no era tampoco ningún drama, al final ellos habían sido espabilados con el dinero que habían ganado a lo largo de su carrera y podían disfrutar de su «retiro prematuro» sin ninguna estrechez. El propio Carpenter lo suele decir, se levanta tarde, ve las noticias, juega a videojuegos y ve partidos de baloncesto, con eso vive feliz. La gran pérdida la tenemos nosotros, que nos guste o no nos gusten todas sus películas, nos hemos perdido las que podría haber hecho durante los últimos veinte años. Y así nos va…

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Antonio Jota Comu
22 días han pasado desde que se escribió esto

El apagón llegó poco después de que leyera este artículo y me quedé pensando en el final de ‘Rescate en L.A.’ (posiblemente uno de los mejores desenlaces de la Historia del cine?)

Carpenter es de mis directores favoritos. No me he visto todas sus películas, pero todas las que he visto me han encantado y me las he pasado de lujo con ella. Me encanta que casi siempre se las arregle para criticar al capitalismo o a la Iglesia. Y me alegro muchísimo de que esté disfrutando (muy merecidamente) su jubilación

simonix
simonix
22 días han pasado desde que se escribió esto

Un montón de películas interesantes las de este hombre.
Sus vampiros sigue siendo una gozada.
El hombre le daba caracter y sabor a casi cualquier cosa. Puestos a trabajar con gente curiosa con Pam Grier debíó ser todo más fácil que con otros que deben ser asesinados.
Antes de que Tarantino estuviera resucitándola había hecho un papel abracadabrante en Rescate en LA, que ya de por sí era una película alucinada. Pero me temo que las productoras pequeñas le ponían a dirigir remakes inconfesos de sus obras previas.
Fantasmas de marte tiene un casting horroroso para volver a filmar escenas de asalto al distrito 13.
Pero vamos, un artista/artesano excelente.

kgoku
kgoku
22 días han pasado desde que se escribió esto

Me gusta Carpenter. «La Cosa» es una de mis películas favoritas. A «Están vivos» y las dos de «Rescate en…» las tengo cariño. Me lo pasé bien con «Vampiros».
Pero NO PUEDO con «Golpe en…». Me parecen escenas inconexas y sin gracia. También es cierto que la vi ya mayor, se me escapó en su época, pero bueno, «La Cosa» también (las vi una detrás de otra) y eso no quita que la considere un peliculón.

Zatannasay
Zatannasay
22 días han pasado desde que se escribió esto

Kurosawa tenía que mendigar dinero para poder hacer películas.

¿Hablamos de Orson Welles? La voz de Unicron.

Esa gente tenía que tener crédito ilimitado.

Reivindico el tebeo que más duramente ha retratado el mundo del cine.
La gran Superproducción. con ese sosías de cualquier gran director de cine español de prestigio buscando poder hacer su película y aceptando trabajos de compromiso.

mespinpe
mespinpe
21 días han pasado desde que se escribió esto

Bueno, cuidado con lo que hizo para TV tras su último film. El fin del mundo en 35 mm. es BRU-TAL.