Daredevil: Born Again – De la que nos hemos librado 1º Parte

Ayer terminó la cuarta temporada de Daredevil (o la primera de Born Again, según cómo lo queramos contar), una serie de la que, tras una larga espera de siete años y un desarrollo de lo más ajetreado, hemos podido disfrutar en su mayor parte. Porque, aunque es cierto que la serie, por todo lo sucedido detrás de las cámaras, ha sido en ocasiones un tanto irregular, el buen hacer de su reparto y los parches rodados tras el giro creativo han conseguido que, aunque no haya sido una temporada del todo satisfactoria, sí que haya sido un buen anticipo de lo que espero que esté por venir. Así que, sin más rodeos, pero con algún SPOILER que otro, vamos a ver qué nos hemos podido encontrar aquí.

Para quienes no estén muy al día con todo lo sucedido durante el desarrollo de la serie, igual convendría hacer un pequeño resumen. En mayo de 2022 se supo que, tras recuperar los derechos de Daredevil y el resto de héroes que tuvieron serie en Netflix, Marvel Television estaba desarrollando una nueva serie del primero con el subtítulo de Born Again, que constaría de dieciocho episodios y que al frente de la misma estarían Matt Corman y Chris Ord como jefes de guionistas y productores ejecutivos (más o menos los showrunners). Pero para septiembre de 2023, y durante la huelga de guionistas y actores que paralizó la industria del cine y la televisión, en Marvel decidieron dar un giro radical a la serie, pese a que ya se habían rodado seis episodios, porque aquello no acababa de funcionar. Esta nueva serie, por lo visto, tenía un tono más ligero y era más un drama judicial que una serie de superhéroes, además de que se habían quitado de encima y de forma poco ceremoniosa a los principales secundarios de la serie. Algo que provocó que incluso sus protagonistas, Charlie Cox y Vincent D’Onofrio, trasladasen al propio Kevin Feige su preocupación por ese rumbo.

Así que desde Marvel le enseñaron la puerta a Corman y Ord y a quienes debían dirigir los episodios restantes, para poner al frente un nuevo equipo creativo. Dario Scardapane, uno de los guionistas de la serie del Castigador, fue contratado como showrunner (porque por fin en Marvel se han dado cuenta de que era una figura necesaria), y los directores Justin Benson y Aaron Moorhead, quienes habían trabajado en la serie del Caballero Luna y la segunda temporada de Loki, fueron los encargados de dirigir los episodios restantes más el material que haría de “puente” entre lo que iban a aprovechar de lo grabado por el anterior equipo y lo que rodarían ellos. Con ellos al frente, la serie giró hacia un tono mucho más cercano al de las temporadas de Netflix y se estableció una continuidad mayor con esta, en lugar de ese borrón y cuenta nueva que habían querido hacer Corman y Ord.

Y el resultado de todo esto es una pequeña criatura de Frankenstein a la que, en ocasiones, se le notan mucho las costuras al ser muy visible lo que es parte de un equipo creativo y lo que es del otro. De esa forma, el primer episodio comenzaba con un prólogo bastante intenso en el que Bullseye, ya recuperado de las heridas sufridas en tiempos de Netflix, asesinaba a Foggy Nelson (quien originalmente iba a morir fuera de cámara) y quedaba gravemente herido después de que Daredevil no pudiese contener su rabia y le tirase de una azotea.

Pero tras ese prólogo saltamos a lo que debe ser una mezcla de algo del material rodado originalmente con material nuevo, ambientado un año después, y en el que nos encontramos a un Matt Murdock retirado como superhéroe tras ese ataque de ira homicida y a un Wilson Fisk que había dejado atrás su papel de Kingpin para convertirse en alcalde de Nueva York. El cambio de tono difícilmente podría ser más palpable, y aunque el resultado no es que sea malo precisamente, se alejaba demasiado de lo que había sido el DD televisivo y es comprensible que desde Marvel Studios decidiesen poner remedio (ojalá les hubiese dado por hacer lo mismo con Secret Invasion).

A partir del segundo episodio ya resultaba evidente que estábamos ante la serie del equipo creativo original, con parches aquí y allá para enlazar cosas. Seis episodios en los que Matt se resiste todo lo que puede a volver a su faceta superheroica, Fisk comienza a hacer suya la ciudad de una forma más o menos legal, nuevos vigilantes como el Tigre Blanco tratan de hacer más seguras las calles (y adaptando de forma relativamente fiel la saga de su juicio que escribió Bendis), y Muse siembra el pánico con su oleada de asesinatos. Y aunque se deja ver, no es lo que la mayoría esperábamos de esta serie, porque, aunque la trama de Fisk metiendo sus garras en todos los aspectos de la ciudad resultaba interesante, gracias sobre todo a lo inmenso que es D’Onofrio, no se puede decir lo mismo del resto.

Que durante tantos episodios Matt se limite a trabajar como abogado se acaba haciendo eterno; cameos absurdos como el del padre de Kamala Khan trabajando en un banco no se puede decir que aporten mucho (¿no había nadie más disponible?), como tampoco lo hace ese Frank Castle que parece retirado viviendo en un sótano. Y mejor no hablar de la trama de Muse, una demasiado superficial y con un desarrollo muy pobre del personaje (que tampoco es que en el cómic fuese especialmente interesante), que al final solo sirve para provocar que Matt vuelva a enfundarse el traje y a que nos olvidemos a continuación de que existió.

De esa forma, para cuando llegamos a los episodios ocho y nueve, dirigidos por Benson y Moorhead, el cambio de tono es radical en todos los sentidos. Porque no se trata solamente de un cambio del tono de la serie, que se vuelve bastante más oscuro y violento, con momentos extremadamente sangrientos protagonizados, como no, por Kingpin y el Castigador. Un Castigador que vuelve a ser el que era, el maníaco que acabará con cualquiera que cometa un crimen, y cuyo regreso se debe a que Karen Page, quien también ha regresado, le pidió que le echase un ojo a Matt. Y del mismo modo regresa Bullseye, muy brevemente pero con un papel importante que jugar, y tan solo con su fuga de prisión ya se come todo lo que hizo Muse durante seis largos episodios. Pero a nivel visual también podemos apreciar ese cambio, tanto en la iluminación como en la forma en la que está rodada la serie, los planos escogidos, etc., alejándose de esa apariencia de serie de televisión convencional de los episodios anteriores para devolvernos la serie que tanto añorábamos.

Y para no alargarme mas, y porque si parto esto en dos es casi como si me pudiese tomar esas vacaciones de semana santa que Diógenes me ha negado un año mas, por ahora lo dejare en este punto y continuare mañana con el resto del repaso de lo que ha sido esta temporada de Daredevil Born Again. Un repaso en el que tras ponernos en situación y hablar de los problemas durante su desarrollo que han afectado al resultado final, tocara hablar de todo lo bueno de lo que hemos podido disfrutar, que no ha sido poco.