¿Dónde está el nulificador supremo cuando lo necesitas?: El día en que Frank Miller salvó Marvel (XX)

La cosa empezó con los Shogun Warriors, que eran unos juguetes de Mattel que vete tú a saber a santo de qué Marvel pagó para hacerse con la licencia. Ya lo véis, Shooter era el tipo al que según Byrne le costó decidirse por hacerse con los derechos de Indiana Jones, pero que corrió a hacerse con los de la versión pocha de los Transformers. Supongo que pensaba que a los chavales les encantan los robotos gigantes, yo que sé. Lo importante es que los Shogun Warriors se pasearon por todo el Universo Marvel y tuvieron cruces con todo el mundo, y el número 226 de Fantastic Four no es una excepción, porque en él los 4 Fantásticos hasta hacen referencia al encuentro que tuvieron con ellos en su propia serie… En fin, que ya me conocéis, yo siempre he preferido que las licencias vivieran en su propio universo paralelo y dejaran en paz mis tebeos, y me da la sensación de que a Doug Moench a la hora de hacer este cómic le pasó exactamente lo mismo… Pero las licencias debían de pagar bien y tras un tiempo escribiéndolas acababas cogiéndoles cariño.

¡Que nos hemos pegado con Galactus! ¡CON GALACTUS!

Empezando por la presentación shooteriana con un Sienkiewicz lamentablemente camuflado por el entintado de Pablo Marcos y George Patterson, que parecen no acabar de cogerle el chiste y le dan a todo el cómic un estilo más Buscema que Neal Adams (y que nadie me hable de Tom Palmer, que entintó a los dos y supo entender la broma) tenemos a los 4 Fantásticos viendo la tele mientras hablan de que un robot gigante ha robado un tren entero, con vagones y todo mientras Franklin juega con sus muñecos; el chaval enfrenta a un hombre lobo gigante contra sus muñecos pequeñitos, en una auténtica premonición de lo que va a pasar en el número. Reed Richards, que por aquel entonces todavía fumaba en pipa, pasa olímpicamente del chavalín y provoca su berrinche, pero la cosa se queda en nada porque aparecen unos intrusos en el Baxter y para allí que se van los héroes, encontrándose de morros con los Shogun Warriors, que ya ni son Shogun ni Warriors porque el misterioso robot gigante les ha destruido los roboces y ahora están en el dique seco. Pero tranquilos, no les da mucho tiempo a lloriquear porque enseguida se ven inmersos en un viaje relámpago a Japón, porque el malvado Samurai Destroyer -que así llaman en la portada al robot vándalo y ladrón- está a la suya, a destruir cosas.

«Buaa, soy feo y nadie me quiere…» ¡QUEJICA!

Tras dejar a Genji de los Shogun Warriors a los mandos del pogoplano -con la condescendencia más lamentable jamás vista en un cómic esta semana o la anterior- los 4 Fantásticos se lanzan a pegarse contra el robot gigante, mientras los shogunes esos encuentran la guarida del robot gigante y todo su botín porque se ponen a investigar unas ruinas cercanas donde estaban seguros que encontrarían la base del robot. A éso le llamo yo una intuición la mar de oportuna oye, porque justo en ese momento el cuarteto que derrotó al Doctor Muerte y a Galactus es derrotado por el superroboto sin que Reed Richards haga otra cosa que dar puñetazos. Cansado de barrer el suelo con los supuestos protagonistas del mayor cómic del mundo, el Samurai Destroyer vuelve a su guarida, topándose con los Shogun Warriors y descojonándose de ellos de mala manera; como buen supervillano, sale de la cabeza del superroboto y procede a contarles su origen como saqueador de tumbas que encontró hace años un repositorio de piezas de repuesto de superrobotos del estilo de los Shogun Warriors y que decidió juntarlas todas para hacer su propio bicharraco, disfrutando enormemente con ello y procediendo preventivamente a reventar todos los superrobotos que se le pudieran oponer en su campaña de terror mundial, sin pararse a pensar un momento en que vive en un mundo en el que existen mutantes y vengadores. Pero vamos, que si barre el suelo con los 4F tampoco debería tener que preocuparse mucho, ¿no?

Reed Richards pasando de su hijo, si es que estos científicos son seres de pura lógica sin sentimientos, roboces!!!

Y una porra. Los 4F vuelven a la carga mientras los Shogun Warriors siguen sin hacer gran cosa (ay, pobrecitos nosotros, que estamos sin superrobotos) y después de que la cosa les vaya fatal un rato, Reed por fin decide usar la mollera y… Acordarse del juego de Franklin del principio del cómic, usando el principio de David contra Goliath y arreándole una pedrada al superroboto en toda la célula fotoeléctrica de su frente; es difícil seguir llamando a Reed «supergenio» después de ésto, pero aprovechando el porrazo consiguen desequilibrar al robot gigante y los Shogun Warriors aprovechan que el cacharro está tirado en el suelo para colarse en su interior y proceder a vapulear al responsable del desaguisado pero… ¡Ah canalla! ¡El pillo activa el sistema de autodestrucción del robot, forzándolos a salir corriendo y perder el último robot gigante para siempre!

¡Que os lo tengo dicho yo, que Reed Richards tiene un corazón que no le cabe en el pecho!

No, no es el mejor tebeo de los 4 Fantásticos, y seguramente esté más cerca de ser el peor. Los Shogun Warriors se lamen las heridas dándose cuenta de que tienen que volver a su aburrida vida anterior como especialista de cine y pilotos de pruebas, mientras Ben dice que les envidia porque por lo menos ellos pueden volver a una vida normal. Y en fin, que el cómic acaba siendo un trámite para jubilar un cómic que nunca tuvo mucha razón de existir; los Shogun Warriors pasaron a la historia sin pena ni gloria, y afortunadamente no creo que haya un revival de ellos ni fans pesadísimos con esa idea como sí está pasando con otros juguetes horrorosos. Y creo que podemos felicitarnos de que en aquel momento era inminente para el cuarteto fantástico la llegada de John Byrne a la serie, en el número 232, poco después del arranque de la edición Forum de la serie. A la hora de analizar de una forma objetiva la influencia de Frank Miller en la Marvel de la época, probablemente lo más justo habría sido compararlo con cómics de esa etapa, pero a la vez tampoco habría sido correcto el crear una imagen deformada de la Marvel de la época mostrando solo los tebeos buenos, y por eso nos está tocando soportar tanta morralla.

Si solo te estabas leyendo Daredevil ni te enterabas de que estaba en los Defensores. En serio.

La semana que viene seguiremos pluriempleando a Don Perlin con el número 91 de The Defenders, que para entonces les quedaban dos telediarios para su relanzamiento como los New Defenders. Pero calma y tranquilidad, ya vamos entrando en la recta final y nos quedan unas tres joyitas que nos demostrarán que la Marvel del 81 todavía tenía cosas que merecían la pena.

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Payton Wynn
Payton Wynn
5 meses han pasado desde que se escribió esto

¿Este cómic fue un número especialmente malo de una etapa que en el mejor de los casos no pasa de anodina, o todo lo publicado entre el final de la historia de «En Busca de Galactus» y la llegada de Byrne se mantuvo a este nivel? Es que menudo bajonazo pasar del enfrentamiento épico entre Galactus y la Esfinge mientras Johnny intenta desesperadamente salvar al resto del grupo a algo que me cuesta creer que sea cronológicamente posterior.

¡Al menos me alegra ver que cuando Franklin juega con sus muñecos de indios y vaqueros, éstos son amigos y colaboran por un bien común!

Khonshu
Khonshu
5 meses han pasado desde que se escribió esto

Tranquilo, que los Shogun Warriors (Nombre absurdo. Que suene a japo, aunque no tenga sentido) no volverán.

Fue la primera vez (o de las primeras) que hicieron la jugada de coger material nipón y revenderlo con empaquetado occidental. Y digamos que no fueron tan meticulosos como luego con Transformers o Power Rangers.

Porque los SW incluían a personajes ultra famosos como Mazinger, Godzilla, Goldorak… Un caos de derechos. En los tebeos solo metieron a 3 de los menos conocidos (en USA, porque en Japón si eran populares). Pero estaba claro que no era un invento sostenible a la larga. De hecho, creo que en este tebeo de los 4F se cargan a los roboces de tapadillo y sin que se les distinga mucho. Probablemente fue una maniobra para evitar posibles denuncias.

Encima fue una de esas líneas de juguetes que se dejaron de fabricar porque disparaban cosas y le podían saltar a un niño un ojo. Y no tenían dibujitos propios, el único material de ficción existente es el cómic de Marvel.

Así que no creo que haya una base de fans real, ni forma de resucitar esta licencia, ni de que se puedan ver reeditados los cómics.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
5 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Khonshu

Sorprendentemente, hace unos años, Marvel sí reeditó en tomo (uno de esos Essential en B/N) la serie de Godzilla King of the Monsters (por donde aparecían Dum Dum Dugan, los 4F, los Vengadores y los Campeones), también de Moench & Trimpe.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
5 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Khonshu

Las licencias de muñecos sin serie animada no solían tener éxito como cómic (pese a los intentos de Marvel y DC) y a veces no como línea muñecos siquiera. Hubo bastantes naufragios: Starriors, Team America (pese a presentarse en el Capi de DeMatteis & Zeck y contar luego con portada de lanzamiento de Miller), Crystar Crystal Warrior,… frente a grandes éxitos como Transformers, G.I. Joe, He-Man y los Masters del Universo y las Tortugas Ninja (sí, vienen del cómic, pero la serie animada se hizo para vender la línea de muñecos, aunque fue un gran éxito por sí misma).

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
5 meses han pasado desde que se escribió esto

La excepción serían los cómics de Rom y Micronautas, que funcionaron bastante bien sus primeros años.

kliku
kliku
5 meses han pasado desde que se escribió esto

No sé en qué documental vi que,hubo un trato entre Marvel y Toei, en el que ésta última les cedía los SW y Godzilla a Marvel a cambio de algunos personaje para hacer series de TV…
De aquí salió una serie de Spiderman (antecedente directo de Power Rangers) en la que Peter Parker obtenía el poder de tirar telarañas por el culo de un amuleto alienígena. También hubo un intento de adaptación del Caballero Luna que no llegó a nada y un telefilme animado setentero de «Tomb of Dracula» que, cuando lo echaron por la dos, provocaron horribles pesadillas a mi joven yo de nueve o diez años…

Khonshu
Khonshu
5 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  kliku

El manga de Moon Knight sí que llegó a existir. Aunque duró muy poco y ha caído en el olvido. Pero no se llegó a producir la serie live action.

https://teamupmedia.es/caballero-luna-moon-knight-en-japon/

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
5 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Khonshu

Y el manga de Hulk.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
5 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  kliku

La peli animada de La Tumba de Drácula la estrenaron en unas matinales infantiles navideñas de esas con presentadores y público de niños (y cada mañana incluían una peli de anime). Vampiras discotequeras! …También se adaptó a peli de anime el serial de La Criatura de Frankenstein de Marvel (aunque el parecido con el cómic se limitaba a poco más que el nombre).
Marvel quería sacar en la serie de Godzilla a todos los monstruos gigantes de la Toei, pero los nipones exigían cobrar regalías adicionales por cada nuevo monstruito según Shooter, así que se quedó en solo Godzilla. …Al Ronin Rojo lo vimos luego por la serie de Los Vengadores.

Meisen
Meisen
5 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  kliku

En la serie de Spider-Man japonesa, que yo sepa, no había ningún Peter Parker, ya no te digo lo de sacar telarañas por el culo XD. Era un japonés que junto con esa tecnología alienígena podía invocar como robot gigante a la nave del extraterrestre que le había cedido el poder (extraterrestre que huía del malvado imperio galáctico de turno que ahora buscaba invadir la Tierra).
Por cierto, no solo fue algo novedoso en Japón esa serie de Spider-Man (porque hasta entonces los superhéroes japoneses no usaban robot gigante, era un género aparte), sino que fue la inspiración directa para las series de Super Sentai, es decir, las que usan los Power Rangers americanos como base. Es más, dos de esas series Super Sentai fueron coproducidas entre Toei y Marvel entre 1979 y 1980 («Denjiman» y «Sun Vulcan») y lo dicho: fueron la base para los PR.

Aquí dejo mi momentito friki personal XDD.

Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
5 meses han pasado desde que se escribió esto

Hay dos grandes problemas que sufre la serie de los Cuatro Fantásticos en los ’70; obviamente es cuando pierden a Jack Kirby. Por otro lado también es cuando pierden a Stan Lee. Aunque se puede llegar a decir que sus últimas colaboraciones ya no daban la talla; tanto los 4F «solo con» Stan Lee así como el trabajo de Kirby para DC, en mi opinión, no se compara a lo que había sido el trabajo de ambos juntos en Marvel.

Los 4F tampoco se quedan huérfanos de la misma manera que Spiderman; no solo porque Ditko deja la serie del arácnido años antes de que Kirby se marche de Marvel sino porque Lee consigue en Romita tanto un colaborador como un «guardián» que probaría ser fundamental para Peter Parker mientras Roy Thomas va progresivamente haciéndose cargo de la editorial y para cuando Stan Lee en esencia deja Marvel. Pero ya sea por falta de interés por parte de Stan Lee o inhabilidad para encontrar la persona indicada con quien llevar a cabo la tarea de continuar la serie de los 4F sin Kirby (el mismo Romita y John Buscema le reemplazarían en primera instancia); es a Roy Thomas quien le toca el imposible de producir un cómic cuya definición es ser (discutiblemente) la colaboración más importante del medio desde Siegel y Shuster.

Roy Thomas a su vez continúa la tradición de que los cómics de los Cuatro Fantásticos sean editados por la misma persona que los escribe. Cosa que también pasaría cuando le sucediese Len Wein como escritor y luego también con Marv Wolfman. La serie no levanta la cabeza (al igual que una no menor parte de los cómics de la editorial) hasta que llega Archie Goodwin al mando en Marvel y luego Jim Shooter; quien llega a ser acreditado como «Editor consultor» o «Asesor». Lo que coincide también con Byrne dibujando la serie por primera vez.

Esta etapa de Doug Moench y Bill Sienkiewicz de hecho se nota como un paso hacia atrás; con el fin de los «Escritores/Editores» en la Marvel de Shooter, Wolfman se marcha a DC y Jim Salicrup (el asistente de Roger Stern que heredó todo lo que Stern editaba + cosas como los 4F y Thor) es dejado a cargo como editor. En un principio iba a editar al mismísimo Jim Shooter en la serie pero la disponibilidad así como el aparente éxito de un par de fill-ins de Moench y Sienkiewicz acabaron dando lugar a esta etapa más similar a lo que era ese Thor pre-Simonson que al Moon Knight de los mismos Moench y Sienkiewicz. Es claro que no eran el equipo creativo indicado para la serie y es hasta raro que fueran sus fill-ins y no los de Byrne los que acabaran dando paso a una etapa. De todos modos con Byrne quedando libre tras divorciarse por diferencias irreconciliables con Claremont, son el mismo Byrne y Shooter los que deciden que haga la serie como autor completo (en un principio Sienkiewicz iba a seguir dibujando y Byrne solo iba a escribir). Como dice el mismo Salicrup y de lo que Byrne ha sabido quejarse; Shooter podía ser muy metido en la edición y direcciones creativas de los cómics.

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
5 meses han pasado desde que se escribió esto

Es que esta grapa en concreto manda huevos. ¿Acaso hay algo más Golden Age que pegarse contra el científico loco montado en su robot? Como para no dar la impresión de argumento desfasado.

Y ese robot invencible que suele tener el botón de apagado por fuera bien visible, dado lo que tarda Reed en verlo igual hay que pensar en que metía crack en esa pipa, y así se quedaba, que ni puñetero caso le hacía al niño y sin cumplir con la parienta en la cama. Igual es un comic de denuncia encubierta.

Es como dice el artículo en su conclusión final, este número y especialmente por ser la colección que es y a punto de entrar quien va a entrar por los próximos años en ella, desvirtúa más que precisa lo que había en Marvel en estos años.

Álvaro
Álvaro
5 meses han pasado desde que se escribió esto

«Los comics de antes sí que eran buenos»

Los comics de antes:

belfasus
belfasus
5 meses han pasado desde que se escribió esto

Pues ojo, que por esa época los Vengadores se estaba pegando con Ronin Rojo, justo poco antes del 200 con lo que aquí había Mechas para todo dios.

Yo esa etapa la recuerdo con dolor y cariño. Después de enfrentarse al Samurai nos sacaron una historia de parásitos alienígenas basados en Alien el 8 pasajero, y luego otra con Frankling y sus poderes psiquicos sacada de un episodio de StarTrek. Solo la historia de Buscador de Ebano se rescata de ahí, hasta la llegada de Byrne que fue un soplo de aire fresco.
Pero qué carajo leías esos comics siendo un moco y los disfrutabas como un enano. No son lo mejor del mundo, pero el cariño se mantiene.