Aunque ya llevaba casi veinte años retirado y disfrutó de una larga vida precedida por un apacible retiro en las Bahamas, la muerte de Sean Connery ha sido de esas de las que duelen. Y es que resulta difícil no sentir la muerte de alguien a quien pese a que jamas conocimos, su trabajo formó parte de tantísimos momentos de nuestras vidas como aficionados al cine a lo largo del mas de medio siglo que duro su carrera. Por ello queremos rendirle aquí nuestro pequeño homenaje a la carrera de un actor que aunque nos haya dejado difícilmente sera olvidado.
Una coincidencia hizo que el entonces culturista de veintiún años buscase ganar un dinero extra trabajando entre bastidores en un teatro donde poco después se presento a un casting que le valió un pequeño papel de extra en una obra, un pequeño paso que le acabo llevando a lo mas alto. Aunque eso fue un camino lento a lo largo del cual fue abriéndose paso poco a poco en el mundo de la actuación a través de pequeños papeles en teatro, televisión y cine. Una época en la que fue alternando papeles en dramas y comedias gracias a la versatilidad que le daba su físico de tipo duro pero encantador. Pero en 1962 su vida cambió para siempre gracias al papel que le convirtió en una estrella…
Hablar de Sean Connery sin hablar de James Bond es imposible, y eso que originalmente el propio Connery no estaba entusiasmado ante la idea de comprometerse con una serie de películas (aunque sabia que eso podría lanzarle al estrellato si tenían éxito) y nadie parecía demasiado convencido de su idoneidad para el papel. Ian Fleming le consideraba poco refinado para encarnar a su personaje y el productor Albert Broccoli tuvo que ser convencido por su esposa de que Connery era perfecto para el papel. Por suerte todas las reticencias fueron dejadas de lado, Connery aceptó el papel y con la ayuda de Terence Young, quien le ayudo a convertirse en el perfecto caballero a las ordenes del MI6, Connery y Bond se convirtieron en leyendas.
Un papel que para mi, y seguro que no soy el único, fue el definitivo (aunque adore muchísimos otros trabajos suyos posteriores) tanto para el, por lo que supuso para su carrera, como lo fue para el personaje. Y es que pese a que el propio creador de Bond Connery no le pareciese adecuado para el papel (aunque cambio rápidamente de idea tras ver Doctor No) este se “comió” al personaje de tal forma que su versión, con ese aspecto rudo y violento que tanto contrastaba con sus exquisitos modales y su lado canalla y encantador, fue la que se instalo en el imaginario colectivo y el molde contra el que sus sucesores se tuvieron que comparar. Una versión tan perfecta e iconica que (para mi) ninguno de sus sucesores ha sido capaz de superar aunque algunos se han quedado mas cerca que otros.
Pero pese a que este fue el papel que le lanzo a la fama y por el que muchos le recordaremos siempre, Connery acabo detestando a Bond y no quería ni que mencionasen el papel en su presencia, ya que podía dar mucho mas de sí. Una opinión compartida por muchos ya que en aquella época directores como Alfred Hitchcock o Sidney Lumet contaron con el para protagonizar películas como Marnie la Ladrona o La Colina respectivamente, ganándose el respeto de la critica y el publico demostrando que era mucho mas que un héroe de acción.
Y tras dejar atrás a Bond (de vez en cuando, que el dinero que le pagaron por Los Diamantes son para siempre y Nunca Digas Nunca Jamas fue demasiado tentador) Connery se dedico a demostrar que era un actor tremendamente versátil y que podia ser literalmente quien quisiese ser. Y es que hay multitud de actores que con suerte tienen un pequeño puñado de papeles memorables (a veces muchos menos) que se quedan grabados en la memoria del publico o que se encasillan en un determinado tipo de personaje y no salen de ahí. Pero el enorme talento y la presencia de Connery hicieron que su carrera estuviese plagada de dichos papeles inolvidables.
Papeles en los que muy a menudo, y para alejarse de la imagen que el publico tenia de el como Bond, opto por dejar de ocultar su calvicie y olvidar el afeitado, dando lugar una imagen mas madura y distinguida. Una época en la que alterno papeles inolvidables como el del desertor y aventurero del Hombre que pudo Reinar de John Huston junto con su amigo Michael Caine, fue un Robin Hood entrado en años en Robin y Marian junto con Audrey Hepburn, el estrambotico aventurero de Zardoz (imposible olvidar sus pintas en esa película) y formo parte del espectacular reparto de estrellas de la película belica Un Puente muy Lejano.
Y lejos de apagarse su estrellato, Connery entro en la década de los 80, habiendo cumplido ya el medio siglo de edad, sin pinta de que su popularidad o su talento decayese. De esa época es una de mis películas de ciencia ficción favorita, ese “western” futurista que tanto le debe a Solo Ante el Peligro, que fue Atmósfera Cero, su ultimo regreso a la saga de Bond con ese remake de Operación Trueno que fue Nunca Digas Nunca Jamas y otro buen puñado de papeles inolvidables como el monje Guillermo de Baskerville del El Nombre de la Rosa, el espadachín Juan Ramírez Sánchez Villalobos de los Inmortales, uno de los Intocables de Elliot Ness y el padre de uno de los mayores aventureros de la historia del cine.
Papeles en los que Connery alternaba la acción, la aventura, el drama y el humor (y siempre me dará pena que no se dedicase mas a la comedia) demostrando que podia con todo y transmitiéndole a sus personajes una humanidad y un carisma que provocaba que, ya fuese el protagonista o un secundario, eclipsase a quienes compartían pantalla con el, haciendo de cada película algo digno de recordar y revisionar. Y por lo que han contado sus compañeros de trabajo, tanto actores como directores e incluso guionistas, era todo un placer trabajar con el, siendo bastante humilde pese a su merecidisima fama, y siempre dispuesto a colaborar para hacer la mejor película posible. Aunque esto último no lo consiguió siempre en el tramo final de su carrera.
Pero en la década de los noventa su elección de proyectos no fue la mas afortunada, y aunque de nuevo en esa década podemos encontrar muchos de esos trabajos suyos notables como A la Caza del Octubre Rojo o La Casa Rusia, a medida que fue avanzando la década fue volcándose mas en el cine de acción. (todo un merito para alguien de su edad). Una era en la que podemos encontrar alguna película divertida que otra como La Roca o la Trampa o incursiones en el drama como en Descubriendo a Forrester.
Pero también muchas películas que no estaban a la altura de su talento como El Primer Caballero (que gran Rey Arturo podría haber sido con mejor guion) , aquel extravagante villano de los Vengadores (los británicos, no los de Marvel) o el papel que le convenció de que era mejor retirarse, el de Allan Quatermain en aquella desastrosa adaptación de la Liga de los Hombres Extraordinarios. (aunque salio muy puntualmente de ese retiro para trabajar como narrador de documentales y actor de voz en animación)
Y aunque ya hacia muchísimos años que habíamos aceptado que no volveríamos a verle jamas en la gran pantalla dándonos otra buena muestra de su gran talento, ha dolido igualmente perder a un actor de su categoría. Pero como pasa siempre en estos casos nos queda el consuelo del enorme legado que nos ha dejado, de una carrera que abarco mas de medio siglo repleta de grandísimos momentos que podremos disfrutar eternamente cuyo recuerdo estará entre nosotros para siempre.
Hay una cosa de la que no me dí cuenta hasta que empecé a ver películas suyas en versión original, y es su marcadísimo acento escocés. Daba igual el personaje que hiciera, lo tenía, y eso es algo que siempre me chocó. Tenía una presencia en pantalla tremenda que iba creciendo con los años, pero ese acentazo cada vez era más apabullante porque, imagino, nadie se debía de atrever ya a decirle que bajara el pistón.
En fin, ya sé que todo el mundo habla de su James Bond o su Henry Jones Sr, pero yo me sigo quedando con su papel en El Hombre que pudo Reinar o el viejo policía de Los Intocables. Para nosotros fue una pena que se retirara tan pronto, pero imagino que para él fue una bendición; así como otros como Anthony Hopkins se pasan la vida hablando de jubilarse pero nunca lo hacen porque llevan la actuación en la sangre, Sean Connery estaba claro que las tablas no eran lo más importante en su vida y lo que le iba era Marbella, la juerga y retirarse lejos del mundanal ruido. Pues me alegro por él.
Donde mas absurdo es lo de su acento es en los Inmortales, donde da vida a un egipcio con nombre y apellidos españoles pero que es infinitamente mas escoces que alguien llamado Connor MaCleod…
Supongo que por eso en la versión original el nombre de la película era «Highlander» y no «Immortals»…
El hombre que pudo reinar era el papel de su vida. Ese que todos los actores sueñan con hacer.
Y su papel era el de ser británico por encima de todo. El independentista escocés al servicio de su majestad. Ese espía británico capturado en los 60 de la Roca (que manera de no nombrar a Bond). Forrester. Quatermain. Guillermo de Baskerville. Henry Jones, Sr. Ese mito celta del caballero verde. Robin Hood. Rey Arturo. El defensor de Lana Turner. Y un egipcio español más escocés que el whisky.
No se puede ser más británico.
El ya estaba lejos de todo, pero siempre lo tendremos cerca. ¡Qué grande es el cine!
Un talento tan indudable como envidiable. Así como dije con Denny O’Neil; los grandes se vuelven uno con su obra y su obra una con el medio y el mundo.
Un gran actor. Hay una escena en «El Primer Caballero», la de que negocian en la mesa redonda, cuando da un golpe con el dedo a la mesa, que me parece una pasada. Esa escena sin él seria corriente y normal, pero con él y su manera de modular su voz, y su golpe final ya exaltandose, le da otro nivel a todo por si solo.
Pendiente de ver el Hombre que pudo Reinar. Esta semana la busco.
La noticia me dejó muy triste, pues aunque era muy mayor, su talento era enorme y su legado impresionante. Creo que todos los friquis tenemos una deuda con él por haber interpretado tan magistralmente a Bond, al doctor Henry Jones Junior (aunque solo tenía 10 años más que Ford…), y a tantos otros…
Las trams de Bond siempre me han parecido muy de comic book (robar todo el oro de Fort Knox, una base en un volcán, etc.) por lo que Sean Connery era como un superhéroe para mí de niño. Un donjuán, un caballero, un héroe, un asesino. James Bond tiene que ser todo eso a la vez. Y otros actores no lo han conseguido. Daniel Craig da el tipo de asesino, pero no de donjuán. Roger Moore era el contrario, por ejemplo, más gentleman que otra cosa. Connery se los come con patatas a todos.