Elige tu Juego – los Retrovideojuegos de Juan Giménez

Hoy toca cambiar por completo de registro pero no del todo de “origen”, ya que quiero hablar de otro de esos hallazgos de tiendas de segunda mano que me han permitido descubrir un cómic del que no sabía nada, el Elige tu Juego de Juan Giménez. Un cómic que sin llegar a ser extraordinario ni especialmente original, es bastante divertido y en el que Giménez hace un despliegue espectacular de todo su talento zambulléndose en ese mundo de los videojuegos que a veces es incluso más peligroso de lo que dicen por ahí.

¡La pantalla nos va a dejar ciegos!

A las manos de Fito ha llegado una copia pirata repleta de demos de los juegos de una nueva compañía. Pero cuando este se disponía a pasarse otra noche en vela pegado a la pantalla de su ordenador sucedió lo impensable, su ordenador lo desintegró para reconstruirlo dentro de las demos y ofrecerle jugar en primerísima persona a todos ellos. Una oferta sobrecogedora y tentadora que sin embargo trae aparejada una diabólica cláusula, ya que si Fito pierde todas sus vidas en alguno de los juegos quedará atrapado allí para siempre. Pero cuando es Clara, su novia, quien sufre ese destino, Fito no tendrá más remedio que jugárselo todo para rescatarla.

Menuda capacidad debía tener el disquete ese

Elige tu Juego nació en los ratos libres que Giménez tenía entre los diferentes capítulos de la saga de Los Metabarones, lo que provocó que el desarrollo de la obra le llevase más tiempo del que le hubiese gustado, teniendo que retocar algunos aspectos de la misma a medida que los avances tecnológicos de la época (finales de los noventa y principios de los dos mil) lo adelantaban. En 2002 la serie vio la luz primero en Italia y a lo largo de varios años, primero de forma seriada y más tarde recopilada en tomo, fue siendo editada en buena parte de Europa, Estados Unidos y por supuesto su Argentina natal, donde se publicó en las páginas de la veterana revista Fierro. Una serie que además nació de la afición de Giménez por los videojuegos, ya que sin ser lo que llamaríamos un “gamer” disfrutaba mucho con los simuladores de vuelo, y de esa histeria que siempre ha existido en torno a su supuesta peligrosidad y que no es más que la herencia del miedo que despertaron en su día los juegos de rol, la música rock o cualquier otra cosa que entusiasmara a la juventud.

Tuvo que dar muchas vueltas antes de llegar a casa

Con todo ello, y muchísimos elementos prestados de Tron, Giménez creó una historia que juega con las frustraciones de la juventud ante familias que no siempre comprenden sus aficiones, homenajeó los diferentes tipos de videojuegos más populares de la época y el ambiente que se movía en torno a ellos. Y que nadie me entienda mal, el cómic engancha y es muy divertido, pero le falta algo. Primero no podemos decir que sea especialmente original, ya que como señalaba antes esto no deja de ser Tron pero menos “neón futurista”, pero el cómic también adolece de que hay algunos elementos en la trama que apuntaban a un misterio mayor que nunca llegan a explorarse, así como tampoco se hace con el origen de esa copia pirata tan particular. Así nos encontramos con que la transición entre el mundo real y el digital es cada vez más explosiva e incluso dolorosa, que los juegos están empezando a mezclarse, a hacer trampas y sus personajes a tener vida propia, pero nada de ello llega a explicarse, simplemente sucede y ya está.

Me encanta cuando los homenajes son descaradísimos

Y aunque ese aspecto puede resultar algo frustrante, y quizás se deba al lento desarrollo de la obra, a la que Giménez solo podía dedicarle su atención de vez en cuando, este se las arregla para que no moleste demasiado gracias al ritmo casi frenético de la historia. Así que de forma paralela a la desesperación de Fito para salvar a su novia, la historia se mueve a toda velocidad, con este jugándose la vida una y otra vez tratando de averiguar en qué juego quedó atrapada Clara y buscando ayuda en lugares de lo más inesperados. Esto permite a Giménez cambiar constantemente de escenario, metiendo a Fito en juegos de espada y brujería, bélicos, simuladores de vuelo e incluso en un strip póker muy explícito.

Si, todo eso cabía en el disquete

Y justo ahí es donde se encuentra el mayor atractivo del cómic, no en el strip póker, malpensados, sino en los constantes cambios de escenarios. Gracias a este elemento de la historia Giménez se permitió desplegar su talento por todo lo grande, demostrando su enorme versatilidad y el virtuosismo que le han valido convertirse en uno de los mejores artistas del cómic. Cada página de este cómic es todo un ejemplo de la flexibilidad de Giménez, desde ese costumbrismo del mundo real con el que empieza la obra hasta los múltiples escenarios fantásticos en los que Fito arriesga su existencia.

A mi nunca se me hubiera ocurrido recurrir a la Hobby Consolas para solucionar algo así

En este último apartado es casi imposible apartar la vista de las páginas, de admirar no solo cómo todos estos escenarios, tanto los basados en la realidad como los más fantásticos, cobran vida y nos dejan con ganas de que Giménez hiciese un cómic entero en cualquiera de ellos, sino también cómo este consigue que la historia fluya. Su dominio de la acción también resulta impecable, siendo capaz de mantener la tensión y la emoción ya sea durante combates aéreos, peleas cuerpo a cuerpo o plataformear esquivando incontables enemigos. Algo que consigue que casi olvidemos esos elementos de la trama que no se llegan a desarrollar y nos dejemos llevar por un espectáculo visual digno de admiración.

Si es que da gusto ver su trabajo

Esto hace que aunque lamentablemente no estemos ante un cómic redondo, sí que siga siendo uno que vale la pena descubrir, ya que aunque el guion tiene algún punto negro, la historia consigue mantener el interés y la emoción pese a que nos deja con ganas de más, y el enorme trabajo visual de Giménez consigue el resto. Así que tanto para los admiradores de Juan Giménez, como de la ciencia ficción en general o incluso del mundillo de los videojuegos retro de hace un par de décadas y pico, este Elige tu Juego es una obra a la que vale bastante la pena echarle un ojo.

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Diógenes Pantarújez
Admin
2 meses han pasado desde que se escribió esto

¿Microfagia? ¿Es éso una referencia a Micromanía, la leía Juan Giménez? Otras, sabía que hizo alguna portada de videojuego, pero ésto ya es otro nivel. Fíjate que ni Azpiri le hizo mucho caso a los videojuegos, y éso que en los tiempos de Spectrum era el rey de esas portadas.

Roger
Roger
2 meses han pasado desde que se escribió esto

Yo también leía Micromanía en los 90.