La línea Black Label de DC sigue siendo un experimento curioso que, aunque no ha llegado a los niveles que tuvo en su día la desaparecida línea Vertigo, ni siquiera al nivel de aquella proto-Vertigo de finales de los ochenta, de vez en cuando nos ofrece proyectos bastante interesantes. Entre estos encontramos la reciente Resurrection Man: Quantum Karma, en la que Ram V y su compatriota Anand RK, con una ayudita del recientemente fallecido Jackson Guice, nos ofrecen una reinvención del personaje Resurrection Man que combina los diferentes elementos contradictorios de su pasado para crear una historia fascinante en la que la fantasía y el horror van de la mano.

Mitch Shelley ha vivido incontables vidas a lo largo de la historia, siempre regresando con un poder diferente y tratando de hacer lo correcto mientras buscaba un sentido a su existencia. Pero en su última resurrección ha despertado con los recuerdos de todas sus vidas previas y con ello ha descubierto que el universo se enfrenta a un enemigo inimaginable, estrechamente relacionado consigo mismo, que amenaza con consumir todo lo que existe y que en su mano está el detenerle antes de que el universo entero desaparezca…

Resurrection Man es un personaje que tiene una historia un tanto complicada. Fue creado en 1997 por Dan Abnett, Andy Lanning y Jackson Guice, y era en cierto modo una nueva versión del clásico Hombre Inmortal que había creado Jack Sparling tres décadas antes. Durante su primera serie se jugó con la idea de que Mitch era realmente el Hombre Inmortal, pero que lo había olvidado, ya que con cada resurrección los recuerdos de sus vidas anteriores iban desapareciendo, aunque luego se reveló que eran dos personas diferentes y su serie terminó con el origen de Mitch siendo un misterio. Con el New52 el personaje fue relanzado, de nuevo de la mano de Abnett y Lanning y con el dibujante Fernando Dagnino, comenzando de nuevo y enlazando a Mitch con el lado más místico de DC, pero aquello no acabó de funcionar y su serie apenas duró un año.

Y aquí Ram V y Anand RK han hecho una especie de “Lección de Anatomía” con el personaje, y como le sucedió en su día a la Cosa del Pantano, Resurrection Man obtiene aquí un nuevo origen que aúna los elementos más interesantes de ese pasado editorial tan lleno de contradicciones y misterios. Ahora Mitch es definitivamente el Hombre Inmortal, el cavernícola que encontró junto con el hombre que se convertiría en Vandal Savage un misterioso meteorito que les concedió formas de inmortalidad muy diferentes y que les ha permitido enfrentarse a menudo a lo largo de millones de años.

Una nueva vida que, pese a encontrarse dentro de la línea Black Label y estar ambientada dentro de su propia continuidad, se encuentra a su vez plenamente integrada en su particular versión del universo superheroico de DC. De esa forma, Mitch durante la Segunda Guerra Mundial no renacía con ningún poder ya que la Lanza del Destino, en manos de Hitler, los había bloqueado de alguna forma, recuperándolos solo cuando este se suicidó en su búnker y la Lanza acabó en manos de los aliados. Años más tarde, en los ochenta, trabajó para Ray Palmer, a quien conoció como Atom durante un enfrentamiento con Chronos, en su laboratorio en Ivy Town, y se encontró con el Fantasma Errante, quien le dejó caer que habían sido amigos y aliados desde hace muchísimo tiempo. Pero ya sea esto una continuidad diferente o el futuro del universo DC (la serie se ambienta a finales del siglo XXI), me ha gustado mucho cómo los autores han sabido rescatar la esencia de aquellos cómics como la Cosa del Pantano, Question, Animal Man, la Doom Patrol o incluso Sandman, que vivían en su pequeño rincón apartado del Universo DC protagonizando historias con un tono muy diferente al resto.

Y del mismo modo que en aquellas series, aquí también encontramos un fuerte componente de horror muy deudor de aquella DC que a veces añoro tanto. Pese a que por aquí se deja caer Vandal Savage, el principal adversario de Mitch es un antiguo oficial del ejército imperial japonés que llegó a conocerle muy de cerca y que salió de aquella experiencia completamente transformado en algo que difícilmente podría considerarse humano. Un villano repulsivo y perturbador que lleva décadas buscando sin descanso a Mitch, impulsado por la obsesión de apoderarse de su poder al precio que sea.

Pero por encima de todo esto, el punto fuerte de la serie es la humanidad de su protagonista. Tenemos a un personaje que lleva caminando sobre la Tierra desde los albores de la humanidad, que durante millones de años olvidaba buena parte de sus existencias anteriores cada vez que volvía a la vida, luchando por agarrarse a los recuerdos de sus seres queridos. Alguien que ha visto de primera mano lo mejor y lo peor del ser humano, que se ha tenido que enfrentar a la tentación de mandarlo todo a paseo y ser egoísta, que se ha equivocado en sus decisiones tantas veces o más que las que ha acertado, pero que, pese a todo, sigue esforzándose por aferrarse a su humanidad.

En el apartado artístico nos encontramos con una curiosa combinación de estilos. Cada número comienza, o comenzaba más bien, con una página dibujada por Jackson Guice (en un bonito homenaje a su papel en la creación de esta encarnación del personaje) que servía tanto a modo de prólogo como para ayudar al lector a entender algo mejor quién había sido Mitch en su pasado (en su serie de los noventa, para ser exactos). Un estilo que contrasta enormemente con el más pictórico de Anand RK, quien a menudo apenas aboceta las figuras y escenarios, dejando que el color de Mike Spicer complete el dibujo. Pero ese trazo tan suelto y espontáneo encaja como un guante tanto con el tono de esta historia como con el de aquella DC de antaño que el cómic parece querer homenajear, además de ser muy expresivo y plasmar en toda su gloria los aspectos más fantásticos y terroríficos de la historia.

Por todo ello Resurrection Man: Quantum Karma es una serie de la que, habiendo llegado ya a su ecuador (tres números de los seis que constará), puedo atreverme a decir que se trata de uno de los cómics más interesantes que está publicando DC actualmente, tanto para quienes sientan nostalgia por aquella DC que estaba a punto de lanzar la línea Vertigo como para quienes busquen un enfoque diferente al cómic superheroico, que aunque a menudo no lo parezca, sigue siendo un género tremendamente versátil.
Debo decir que por la imagen de chico de piel roja y cabello blanco, creía que ibais a habler de Devil Boy, o como se llamara el ayudante de Blue Devil que acabó con los Titanes.
Resurrection Man es un tipo sobre el que no se casi nada, pues ocupa un puesto marginal en el universo DC. Aunque la serie parece prometedora.
Yo cuando pienso en «lección de anatomía» pienso primero en Capitán Britania, que además de despedazado físicamente, era brutalmente manipulado por Merlín (y el pobre siquiera se daba cuenta).
Si la memoria no me traiciona, ambas las escribio el mismo personaje. Un chiquillo de apellido…mmmh….Moore, creo. Me pregunto que fue de él.
me dejo un mal sabor de boca el Mitch de DC´s one million y el de 52´s era algo entre neonostalgia y un planteamiento regular