Esta semana se ha publicado otro primer número por el que sentía bastante curiosidad, aunque con algo menos de ilusión que con el cómic del que hablé ayer. Y es que por fin ha llegado el Imperial de Jonathan Hickman, Federico Vicentini e Iban Coello, donde se vuelve a poner el foco en la faceta cósmica del Universo Marvel, que llevaba tiempo algo desatendida y prometiendo, como no, que nada será lo mismo. Pero aunque a estas alturas ya no me creo estas promesas y Hickman me ha decepcionado más de una vez, no puedo negar que la curiosidad que sentía cuando se anunció esta serie sigue en pie tras la lectura de su primer número, aunque sea una curiosidad muy cauta. Asi que con el aviso de rigor sobre los SPOILERS, vamos a destripar Imperial.

Líderes galácticos de todos los rincones del universo están muriendo, y no tarda en descubrirse que en todos los casos han sido asesinatos cometidos utilizando el mismo método. Una conspiración como esta pone en alerta a los gobiernos de infinidad de sistemas, quienes tratan de impedir nuevos asesinatos y de descubrir quién es el misterioso enemigo que les está atacando. Una situación que se complica cuando entre los líderes atacados se encuentran algunos como el hijo de Hulk, a quien en muchas partes del Universo aún recuerdan como el Rompemundos, o la hermana de Starlord, o los principales sospechosos son alguien a quien se consideraba un aliado. ¿Pero quién está realmente moviendo los hilos para sembrar el caos en el Universo y qué espera ganar a cambio?

Antes de continuar tengo que recordar algo que creo que cualquiera que lleve un tiempo leyendo el blog sabe de sobras: no soy precisamente el mayor fan de Jonathan Hickman. Me parece que es un guionista con talento y muy inteligente, capaz de plantear propuestas muy interesantes, pero también es alguien con demasiada tendencia a dar la impresión de aburrirse de sus proyectos antes de llegar al final y que estos acaben de forma anticlimática y decepcionante. Y luego hay casos como G.O.D.S., que aquello ya nació directamente siendo aburrido, el mejor ejemplo de los peores vicios de Hickman: el soltar infinidad de conceptos y personajes de nuevo cuño apenas desarrollados, pretender que son importantísimos y tratar de construir una historia con esos cimientos tan enclenques. Pero aun así, de vez en cuando vuelvo a picar con su trabajo porque aún recuerdo lo bien que me lo pasé con los primeros tiempos de sus Manhattan Projects o East of West, o con parte de la era Krakoana de los Mutantes (aunque me costara perdonarle lo que hizo con Moira).

Aunque aquí, más que la esperanza de que esta vez sea la buena, que Hickman sea capaz de no desinflarse al final, lo que me ha atraído de verdad de Imperial es el volver al lado cósmico de Marvel, del que desgraciadamente solo podemos disfrutar de forma intermitente. Porque, pese a todo el potencial que posee ese lado de Marvel, la increíble cantidad de personajes, mundos y conceptos que encontramos allí, se ve que nunca funciona lo bastante bien como para mantener unas cuantas series regulares ambientadas allí. Y como ahora estamos en uno de los peores momentos de esa “sequía”, en la que cabeceras habituales como Estela Plateada o los Guardianes de la Galaxia brillan por su ausencia, he recibido esta miniserie con temblorosos brazos abiertos, confiando en que si se da lo peor y Hickman no cumple, al menos sirva para que se le dé luz verde a alguna que otra serie de corte cósmico.

Y al menos de momento este primer número, que no deja de ser un largo prólogo de unas cincuenta páginas (curiosamente sin esos anexos, tablas de datos y organigramas que tanto le gustan a Hickman), ha conseguido mantener mi interés. Ya desde las primeras páginas nos encontramos con que toda esta situación está siendo manipulada por dos seres que están jugando con civilizaciones galácticas como si se tratase de piezas sobre un tablero, y aunque no se nos revela quiénes son, los pequeños detalles que vemos de ellos parecen dejar claro que se trata del Gran Maestro (este era muy obvio) y Mefisto. Algo que desconocen los protagonistas de la historia, quienes buscan un culpable como sea, hasta que, de forma muy conveniente, uno de los asesinos, quienes hasta ahora estaban utilizando un método indetectable, se deja ver siendo plenamente identificable de dónde viene. Una revelación que provoca una declaración de guerra que sin duda sembrará el caos en el Universo.

Aquí quiero darle un voto de confianza a Hickman y asumir que esto no es tan fácil, que se trata de una pista falsa para provocar que los grandes imperios se enfrenten entre sí y obtener algún beneficio de ello, pero como ya me he “quemado” antes con otras de sus historias, voy a ser cauto. Aunque esa cautela no me ha impedido disfrutar de poder volver a ver en danza a todos estos personajes que llevaban una buena temporada siendo marginados, los tejemanejes de los diferentes poderes galácticos e incluso el que haya un par de superpoderes cósmicos/metafísicos moviendo los hilos de todo. Personajes que se encuentran en lo que comienza siendo un misterio propio de Agatha Christie para convertirse en la antesala de una guerra de proporciones inimaginables.

Todo ese aspecto de este primer número me ha gustado bastante, desde ese Hulk que viaja a Sakaar en Nevo para el funeral de su hijo, acompañado de Hulka y Amadeus Cho, y a duras penas puede contener su rabia ante lo sucedido, Starlord reclutando a Nova como investigador para que la ayude a resolver el misterio o el momento en el que comienzan a llover las acusaciones y las sospechas. Así que al menos se trata de un comienzo prometedor, pese a que, como no podía ser de otra forma, hay unos cuantos elementos en este primer número que me recuerdan que a Hickman le gusta hacer lo que le da la gana con la continuidad o documentarse poco.

Por un lado, nos encontramos con que los representantes del Imperio Shi’ar son su Majestrix Xandra, Ave de Muerte y Gladiador, pese a que recientemente vimos en X-Manhunt cómo esta sufría un golpe de Estado y su padre, Charles Xavier, escapaba de prisión para ayudarla en compañía de cierto personaje que llevaba tiempo desaparecido. Pero como en el epílogo de aquella saga ya se indicaba que la historia de Xavier y compañía continuaría en Imperial, supongo que tocará asumir que o esta historia se desarrolla antes de lo que vimos en X-Manhunt, o que ese golpe de Estado acabó en nada y por eso ella sigue al mando.

Más complicado de entender es que en esa reunión se encuentre, en la delegación de la Alianza Kree/Skrull liderada por el Emperador Hulkling y el Príncipe Wiccan (quien, por lo que sea, vuelve a llevar su traje original que dejó de usar hace una década), Ronan el Acusador, y ocupando el lugar que hasta ahora ocupaba Lauri-Ell como líder de los Acusadores. Y no solo porque a ella no se la vea por ninguna parte, sino porque Ronan había muerto en Death of Inhumans (2018) y ahora está ahí como si nada. Y aunque la presencia de Hulk es más comprensible, dada la muerte de su hijo, choca un poco con lo que hemos estado viendo en su serie regular, donde no se separa de su nueva compañera, Charlie, a quien tiene que proteger de sí misma y del poder que posee, por lo que choca un poco que la haya dejado sola en la Tierra, pero supongo que se explicará en algún momento en su propia serie.

Y todo este rompecabezas de asesinatos, traiciones y conspiraciones se encuentra ilustrado por Federico Vicentini e Iban Coello, ya que las cincuenta páginas de cómic eran demasiadas para un único dibujante. Y aunque no tengo claro cómo se han repartido el trabajo (si uno aboceta y el otro entinta o si se han repartido las páginas), se agradece mucho que hayan escogido a dos dibujantes que se complementan tan bien que resulta difícil saber dónde empieza uno y termina el otro, y no nos hayamos encontrado con otro de esos pastiches en los que estilos muy diferentes chocaban entre sí. El resultado, aunque yo hubiese preferido un apartado artístico de corte más clásico, no está nada mal. Vicentini y Coello se desenvuelven bastante bien a la hora de tener que dibujar tantísimos escenarios y personajes diferentes y fantásticos, no se les da mal la acción y, aunque pecan de que muchos de sus personajes tienen prácticamente la misma cara, al menos estas son expresivas. Por lo que tengo ganas de ver cómo evolucionarán en los próximos números.

Así que, aunque no esté precisamente ante el cómic que más me entusiasma del momento, confío en que Hickman haya sabido dejar atrás sus peores vicios (y siendo una miniserie de solo cuatro números no podrá extenderse hasta el aburrimiento) y esto no acabe desinflándose. Y si no, como decía antes, espero que esto sea lo bastante popular para que reavive el interés por esta faceta del Universo Marvel y surjan de aquí alguna que otra serie que nos permita seguir explorándola, que se echa de menos.
Otro evento mas ya da pereza seguirlos cuando la mayoria de ellos podrian desarrollarse en una serie regular asi lp qie se consigue es que se vuelvan intrascendentes ya que el siguiente anula al anterior.
Totalmente de acuerdo con tu apreciacion de Hickman empieza muy bien pero alarga las tramas (perdon LA porque solo tiene una idea para cada coleccion) hasta que como lector te aburres de ella(el juego que se le podia sacar a su alineacion de Vengadores y al final los nievos no aportaron nada salientable a largo plazo).
Pero es lo malo de los comics actuales Marvel y DC que realizan aventuras que duran casi un año, y vale que ahora con mas años el tiempo parece que es mas veloz pero de niño me pasaba muy lento asi que no se como un niño actual(si es que existen lectores ahora de esa edad) puede esperar a saber la conclusion de una aventura que puede durar un curso escolar.
Pena de personajes y situaciones con potencial.
Bala de Cañon y Mancha Solar en los Vengadores como dos colegas disfrutando de ser populares por fin, Hiperion con todo su pasado del Escuadron Supremo, las nuevas Capitana Universo y Aplastadora….Mira que no se podian hacer grandes historias solo dejandolos interactuar entre ellos. Me ilusione con la portada del numero 1 y al final me aburri soberanamente y cuando pasaba algo interesante saltaba a otra trama secundaria olvidandose de la anterior, eso si de la trama principal no se olvidaba.
Es que jode ver que tiene buenas ideas con las que trabajar pero luego le falta el empujón final. Igual le vendría bien buscarse un co-escritor que desarrolle sus ideas.
Con Hickman es que el mismo parece ser el primero que se aburre de sus historias.
Hickman es muy tramposo.
Parece que vas a ver el fran suceso de todos los tiempos, y se desinfla todo muy rápido.
Que conste que está bien que mantengan en activo la parte cósmica del Universo Marvel.
Hickman suele poner el status quo patas arriba y lo último que le conviene a la parte cósmica de Marvel es precisamente eso, porque están constantemente destruyendo imperios milenarios para crear un nuevo status quo con el que no hacen otra cosa que destruirlo para crear otro nuevo… Con el que no hacen nada.
Y otra vez a destruirlo. Vamos, que por eso me aburrí de lo cósmico de Marvel, cuando antes me encantaba.
Es que con el actual estatus ¿Que sabemos del reinado de Xandra sobre los Shi’ar? ¿Como son las tensiones entre krees y skrulls ahora que forman una alianza? Del reinado de Skaar en el nuevo Sakaar tampoco llegamos a saber nada, y así tantísimos otros imperios y personajes. La parte cosmica de marvel se ha convertido en poco mas que atrezo.
Es que el problema es que no hay un status quo en la parte Cósmica.
Yo cada vez que me encuentro de nuevo con esa parte no reconozco a la gente. Están constantemente cambiando de emperadores y constantemente comenzando una guerra.
Una historia normalita en un satélite de repuestos para naves espaciales (una gasolinera) sobre unos pillos metiéndose en líos con el funcionario Skrull.
Y Estela Plateada queriendo impartir paz y sabiduría metafísica; mientras todos están pensando si logran ligarse a la chica maciza y tentaculosa del pueblo.
Pues eso construye más Universo que todos estos golpes de palacio.
Y que tampoco hay ya series fijas dedicadas a la parcela cósmica, con lo que solo encuentran precisamente ya hueco en los eventos catastrofistas que quieren ser el nuevo Aniquilación (de la que se quedan con lo superficial: las explosiones, muertes, traiciones y destrucción de civilizaciones) y ni le llegan a la suela ni tienen una parte de su emoción.
Inicia bien, pero me acorde de black vortex, la iglesia de Magus, la reencarnacion de Vukcan, la nueva ola de annhilus y digo mmmm, pero por que no traer a Jack of Hearts, Dark hawk, Raptor, y si es un concilio recuerdo que los Badoon y los compatriotas de Yondu y otras especies que salieron en anniquilacion final con Dormammun
Lamentablemente, tras la miniserie de Mantlo, Jack ha estado infrautilizado (aparte de a menudo mal utilizado …o directamente exiliado o asesinado como para librarse de él), aunque cada cierto tiempo se le repesque. Siempre he creído que en la parcela cósmica tendría su espacio natural, pero como esta lleva también tiempo infrautilizada salvo por Aniquilación, secuelas y derivados (incluidas las series de los Guardianes y Nova surgidas de allí) y cuando se les da por intentar hacer revival de Silver Surfer (aunque fuera de la época de Englehart y Starlin parece que solo ha vuelto a llamar la atención de forma un poquito continuada con Slott & Allred)…
Recuperar a personajes como Roban el Acusador (o Jack of Hearts, al que mencionábamos antes, o el SuperSkrull de toda la vida: Kl’rt, o Gladiador) siempre está bien (lo malo es que luego a menudo no saben que hacer con ellos, como con tantos otros … aunque ya es un pequeño avance que que vuelvan si se los habían cargado y que tengan alguna presencia por algún lado).
El último que intentó hacer lo de una especie de Consejo Galáctico (algo que no suele durar mucho y casi siempre acaba mal) con algo de inteligencia fue Ewing, no?
No esperéis muchas explicaciones de las inconsistencias de continuidad (salvo que la dean en alguna serie afectada como Hulk, que tampoco creo, porque esa ahora también va muy a su bola importándole más bien poco lo que pasa fuera), que es algo muy Hickman (otro de esos escribas que quiere contar su historia y con los personajes que quieren usar y le importa entre poco y nada si este ha evolucionado y ya no es aquel, está muerto o no encaja con el rol que quiere que asuma) …y además lo de explicar trasfondos (salvo con sus propios personajes, y a veces ni con estos) también lo práctica más bien poco.
También es Los Proyectos Manhattan mi Hickman favorito. De las series «mercenarias» por las que ha pasado me gustó (aunque tiene también casi todos sus vicios, pero allí los toleré mejor) me gustan la de los Nuevos Guerreros y la del pasado de S.H.I.E.L.D. (o más bien de esa otra S.H.I.E.L.D. alternativa sociedad secreta), pese a que es otra de sus series con trama estirada, demasiada explicación para lo poco que cuenta y que se desinfla (como casi todo lo de Hickman, que como a Ellis no se le dan bien los finales, y eso cuando no abandonan el barco antes) según avanza. Esas igual me los releería, con sus Vengadores no sería capaz (en comparación sus 4F son más equilibrados).