Sé que digo a menudo que ya no me gusta hablar por aquí de las cosas que no me han gustado, que prefiero dedicar mi tiempo a cosas más productivas, pero creo que podemos considerar una excepción a esa regla el quejarme no de una obra concreta en cualquier medio ni de quienes las hacen, sino de cierta tendencia cada vez más molesta que siempre rodea a estas cosas, el afán de reventar lo que se cuenta antes que nadie. Sí, quiero quejarme de los putos spoilers, o más concretamente de las personas, medios e incluso compañías que los han convertido en un mecanismo con el que ganar notoriedad y/o dinero mientras de paso han convertido la experiencia de intentar disfrutar de series, películas, cómics o libros en algo a ratos bastante miserable.
Todo esto viene a cuento de que aún no he podido ir al cine a ver la película de Masacre y Lobezno, aunque en el momento en el que estoy escribiendo esto ya me faltan unas pocas horas para verla y para cuando esto se publique ya sabré si me ha gustado tanto como esperaba o no. Por desgracia, lo que ya sé antes de pisar el cine es buena parte de los cameos y sorpresas de la película, ya que esta es una de esas repleta de ambas cosas y ello ha provocado que casi todo el mundo haya corrido como si les fuese la vida en ello para contar antes que nadie quién y qué sale (por suerte destripar el argumento no les ha interesado tanto y de eso no sé prácticamente nada).
Y lo que me cabrea de todo esto no es tanto las prisas en contarlo todo, sino el poco o nulo cuidado al hacerlo. Que no es por echarnos flores, pero por aquí en Brainstomping, por ejemplo, a menudo hablamos de cosas que se acaban de estrenar/publicar o analizamos en detalle tráilers y anuncios para tratar de adivinar qué es lo que nos van a contar, pero por regla general lo hacemos de forma que nadie que no quiera saber nada se entere de lo que contamos. Las imágenes de cabecera no contienen spoilers de ningún tipo, en el primer párrafo tampoco decimos nada y cuando en el resto del artículo se cuentan cosas relevantes o se revientan sorpresas lo avisamos en mayúsculas, negrita y colores para que a nadie se le pase por alto en ese primer párrafo o colocamos avisos muy visibles en medio de los artículos para que nadie esté desprevenido. Sencillamente, seguimos unas normas básicas de educación a la hora de contar esto para no estropearle a nadie la experiencia de disfrutar (o no) de una obra.
Por desgracia, estas cosas tan sencillas de hacer no son compartidas por todo el mundo y así cada vez que se estrena o publica algo nuevo internet se convierte en un auténtico campo de minas en el que las únicas alternativas son ir a por esa obra el primer día, alejarse lo más posible de cualquier cosa que se asemeje a una red social, foros, blogs, webs de noticias y similares, o resignarse a saber demasiado antes de tiempo. Y lo triste es que demasiado a menudo esa última opción es la única que nos queda. Y es que por un lado tenemos a toda esa gente que sin colaborar en ningún medio ni obtener ningún beneficio de ello más que el sentirse especiales o por una falta de educación muy grande, tienen la necesidad casi enfermiza de contar antes que nadie que Darth Vader es el padre de Luke y acabas encontrando su mensaje en tus redes sociales, incluso sin seguir a dicha persona, porque algún algoritmo te lo recomienda o algún contacto lo ha compartido.
Luego nos encontramos con todas aquellas webs de todo tipo que viven de la publicidad y que necesitan todas las visitas posibles y más, y que del mismo modo que recurren al clickbait para llamar la atención, tampoco les tiembla el pulso a la hora de reventar este tipo de cosas en el cuerpo del artículo, fotos, o incluso el mismísimo titular. Porque no atrae a la misma cantidad de gente titular un artículo como “Gran revelación en el Imperio Contraataca” que “¡Darth Vader es el padre de Luke Skywalker!”. Un tipo de artículos que por supuesto que comparten en todas sus redes sociales sin disimular lo más mínimo y las posibilidades de que nos los encontremos sin ni siquiera entrar (o incluso conocer) en esas webs.
Esto es algo de lo que tampoco escapan las plataformas de vídeo, donde a lo de no respetar las sorpresas en los titulares le añaden el colocar los spoilers en cuestión, a menudo una fotografía del momento que se va a reventar, en las miniaturas de los vídeos, haciendo que de un simple vistazo acabes viendo más de lo que te hubiese gustado ver. Y todo esto es responsabilidad de lo que para mí ha sido uno de los mayores errores (por llamarlo de alguna forma) de la evolución de Internet, el monetizarlo todo. Que soy el primero que se alegra de que haya gente honesta por ahí que se saque un dinero extra, o que incluso se gane la vida, creando textos, vídeos, música o lo que sea sin hacerle daño a nadie, que simplemente comparten lo que les gusta hacer y que si quieren recibir una compensación por ello, por pequeña que sea, bienvenidas sean estas.
El problema es que vivimos en el mundo en el que vivimos, y los mismos vicios y malas prácticas de los que se han beneficiado durante demasiado tiempo la prensa amarilla o la telebasura han infectado Internet. Para demasiada gente todo vale a la hora de ganar dinero o seguidores, no importa en absoluto que haga falta saltarse unas normas de convivencia de lo más básicas o simplemente unos mínimos de educación, si hay que joderle la experiencia de disfrutar de alguna obra a un montón de gente para que alguna plataforma publicitaria te dé unos euros más a final de mes pues adelante. Y eso sin llegar a los casos extremos en los que directamente lo que se busca es monetizar la falsa indignación o el odio contra algo, que eso daría para otro artículo aparte y uno para el que no me veo con fuerzas ahora mismo.
Pero de esta maldita moda de reventarlo todo, que nadie pare, lo peor y lo más incomprensible para mí es cuando esto parte de las propias compañías que quieren sumarse al carro de generar tráfico al precio que sea. No es nada raro en los últimos años encontrarnos con editoriales de cómics que apenas un día o dos después de publicarse algún título comparten en sus redes sociales las sorpresas de este.
Y ya para rizar el rizo nos encontramos incluso con ejemplos en los que los spoilers aparecen en el material publicitario ANTES de su estreno. De estos casos, los más recientes que tengo en la memoria vienen ambos de parte de Marvel Studios, el primero en The Marvels, donde en sus tráilers incluían fragmentos de una de las escenas postcréditos que si uno pausaba y analizaba con algo de detalle podía deducir qué era lo que iba a suceder. Y más recientemente con la película que ha motivado todo esto, Masacre & Lobezno, Marvel incluyó en uno de los últimos tráilers una escena en la que se mostraba uno de los cameos de la película, siendo este caso concreto el de alguien de cuyo casting no se sabía absolutamente nada, pero a la mierda las sorpresas, lo importante es generar visitas y despertar el interés del público sin importar a quién perjudique esto.
Y en esas estamos, donde a no ser que seamos los primeros en ir a por la película, serie, cómic o libro de turno o nos encerremos en una cueva hasta poder hacerlo, nos va a costar cada vez más que no nos revienten aquello de lo que queremos disfrutar. Y todo porque la falta de educación y el afán desmedido por el beneficio como sea, han convertido cosas tan sencillas como el ir al cine a ver una película en una experiencia un tanto desagradable. Así que solo me queda para terminar el perder yo también esa educación y decir que me cago muchísimo en todas esas personas, medios y empresas que juegan a esto, que ya me tienen harto.
Lo de Youtube ha sido horrible. Ví la peli en el estreno, y nada más llegar a casa, ya salian spoilers gordos en los títulos y portadas de muchos videos. No hacía falta ni entrar a verlos.
Tienes mucha razón. Conviene ir cuanto antes al cine porque la experiencia no es igual si la sorpresa te la encuentras de cara en el momento pensado para ella la propia experiencia cinematográfica) o en un vídeo de Instagram que te tragas por error y te roba esa misma experiencia. Y sin preguntar si quieres o no saberlo.
La vida cada vez se parece más a una escena de Los Simpsons (si, ¿verdad?), en este caso la de Homer saliendo de ver El Imperio contraataca y destripando la paternidad de Vader a la gente en la cola de la taquilla. Eso, sin contar con que cada vez cuesta más llegar virgen a la sala de cine, cuando, como dices, la propia productora te revienta parte de las sorpresas en el tráiler.
Mucho ojito, que hacer un buen tráiler como el de End Game no es fácil. Contar tanto pero que sea mucho menos de lo que vas a ver es un arte.
El «a veces veo muertos» en el tráiler de la peli de Shyamalan ya te reventaba de que iba realmente la peli (en la peli no lo revelan hasta casi casi el final) e incluso la «condición» del personaje del interpretado por el malogrado Willis (y este era ya un spoiler bien gordo). Yo lo supe desde el momento en que el personaje de Willis sufre la agresión de su cliente (por ver el tráiler), el compañero con el que fui a ver la peli (y que no lo había visto ni lo sospechó hasta que el crío suelta la frase …y aún necesitó luego de la confirmación posterior).
No se puede comparar, eran otros tiempos. Yo cuando fui a ver El Sexto Sentido no sabía nada de la peli ni había visto el trailer siquiera. En general las cosas no se analizaban en tanto detalle, sobre todo antes del estreno.
Con Deadpool And Wolverine he notado que se ha descendido otro escalón en este aspecto. Antes eran los fans los que hacían spoilers, ahora son las mismas empresas ¡y los mismos actores! los que destripan la película sin piedad. Por ejemplo, Ryan Reynolds ha estado posteando todos los cameos de la película desde su cuenta principal sin vergüenza ninguna. Yo fui a verla el día del preestreno (mi primera visita al cine desde antes de la pandemia) porque tenía claro que esto iba a pasar. A partir de ahora, el que no quiera spoilers es que no puede entrar a ninguna red social en general.