La era Marvel de los Cómics: Buscando a Stan Lee (V)

«En la historia del cómic solo hay dos personas que supieran leer contratos, Will Eisner y Joe Simon», decía Mark Evanier. Y no le faltaba razón, porque tampoco es que Stan Lee supiera mucho del tema, después de todo él se limitaba a editar y Martin Goodman se encargaba de todo lo demás con terroríficos resultados.

Una de las pocas fotos de Stan Lee y Jack Kirby felices, porque poco duró.

 

Entre 1958 y 1962 Marvel tiene una política de subsistencia que prácticamente la limita a los cómics femeninos como Millie o Patsy, una serie bélica, dos de monstruos y un par de westerns. Las cabeceras se alternaban de un mes para otro para poder mantener el máximo de series en el mercado y poder seguir cumpliendo la limitación de National de publicar un máximo de ocho series al mes, pero aun así se empieza a experimentar un resurgimiento de la mano de Kirby y Ditko. Son cómics más dinámicos, que unidos al diálogo de Lee, más directo y dejando la exposición a los inmensos y perennes cuadros de texto, ya en aquel momento destacaban respecto a sus competidores. Por supuesto, no son ni mucho menos perfectos, y mientras que con Kirby vemos esa repetición, con Ditko, que deja menos espacio para los cuadros de texto, tienda más a volver sobre esa exposición en el diálogo. También hay que entender que en este momento no hay créditos de por sí, vemos la firma de los dibujantes y entintadores en las portadillas y a veces vemos la de Lee o la de su hermano Larry, pero no hay un cuadro de créditos establecido como es debido y por eso da la impresión de que historias como las de Ditko son completamente suyas (que ojo, son genuinamente muy ditkianas).

Los textos de apoyo de Lieber eran más cercanos a National que a DC.

A posteriori -y ésta es una de las cosas que más se le echan en cara a Lee- se atribuiría la autoría del guión de todas estas historias, a pesar de que su propio hermano Larry lo contradice dejando claro que él escribió los diálogos de buena parte de las de Kirby y el propio Kirby a su vez se las apropia para sí cuando no reconoce que la idea general partió de Lee y Kirby se inventó todo el resto, diálogos incluídos. Es un cenagal tremendo, pero lo cierto es que la versión de Larry Lieber es la más creíble, sobre todo porque el guionista de los cómics de Ditko y el de los de Kirby no parece el mismo. En cualquier caso e históricamente estos cómics han sido olvidados, recibiendo un desprecio parecido al del resto de cómics de Timely anteriores al suicidio editorial de Goodman. Y todo esto a pesar de que, si vamos a investigar quién hacía qué en Marvel y cómo nació el «método Marvel», seguramente sea esta época la que nos de más resultados, sobre todo porque para cuando explotan los superhéroes Stan Lee empieza a disponer de más dinero para contratar más subalternos y la escritura de estos cómics se difumina muchísimo más.

¿Stan Lee a secas o diálogos de Ditko?

Porque más allá del personal del bullpen, los freelancers de los que dispone Stan Lee en ese momento son Ditko y Kirby, luego hay algunos entintadores como Dick Ayers que llegan hasta a finalizar el dibujo de más de un cómic, pero es Kirby el que le da un estilo propio a Marvel durante todos estos años mientras Ditko le da el aspecto «Twilight Zone». Para cuando Stan Lee vuelve a los superhéroes en 1961 con el Amazing Adventures 1 -que no con Fantastic Four, para eso todavía queda unos meses- presentan al Doctor Droom, un tipo de etnia indefinida que tiene aventuras a lo Twilight Zone pero dibujadas por Kirby, que no era el más adecuado. El personaje no acaba de funcionar y acaba devorado por su propia antología, retitulada ya como Amazing Fantasy y que acabaría como todos sabéis, pero ya en aquel momento parece clara la intención de volver a los superhéroes, aunque tras el fiasco de menos de diez años antes con el revival de los héroes de Timely es comprensible que Lee haga intentos más tímidos.

Sí, Doctor Droom no ha envejecido naaaada bien.

Porque ésa es otra, no hay un partido de golf de Martin Goodman con Jack Liebowitz que le de la idea de volver a los superhéroes, Goodman es un trilero y un acaparador. Lee ha intentado volver a los supers en los 50, tras el éxito de Flash y Green Lantern trata de volver en el 61 tímidamente pero fracasa, y no es hasta Fantastic Four cuando realmente las cosas empiezan a funcionar realmente. Y si vemos el primer número Fantastic Four, un cómic en el que el consenso es que solo es de Lee y Kirby, vemos en realidad un cómic de monstruos de los que la pareja para esas alturas había hecho ya cientos. Un cómic de monstruos en el que hay similitudes con los Challengers of the Unknown, el grupo que crearon Simon y Kirby y este último acabó vendiendo a DC cuando el primero decidió abandonar los cómics (aunque esto no duraría demasiado, pero no volvería a trabajar con Jack), pero a la vez tienen poderes que algunos han llegado a afirmar tajantemente que son un pegote de última hora en la historia.

No lo sé. Lo importante es que, para lo que nos ocupa, que es identificar a Stan Lee, está claro que los diálogos son más suyos que los de Lieber, porque usa menos textos de apoyo y el diálogo es menos expositivo, a ratos parece un híbrido entre el Ditko de los primeros años y el supuesto Lee de Lieber. En el ejemplo que tenemos aquí, vemos como el diálogo sustituye un posible cuadro de texto que indique que La Cosa ha roto la pared con el comentario «¿Por qué harán las puertas tan estrechas?» mientras que en la segunda viñeta dos policías manifiestan su estupefacción y propósito mediante el diálogo. En la tercera, Ben justifica el fallo del policía «porque está nervioso» y en la quinta directamente nos cuentan algo que ya vemos en la anterior, que ha roto el pavimento con sus propias manos para meterse en la alcantarilla, pero Lee aprovecha para ilustrar con ello la estupefacción de los policías. Lo cierto es que ya en ese momento Lee no hace, como buena parte de sus contemporáneos, un diálogo completamente redundante, porque aunque en los momentos en los que los personajes sueltan líneas completamente descriptivas, manifiestan intenciones y emociones en todo momento.

Stan Lee y su familiaridad con los lectores, implicándolos con los cómics que hacia.

Y sí, Fantastic Four fue un éxito. Lee se había convertido en una mezcla de influencias entre los propios Simon y Kirby, se había empapado del diálogo directo de Al Jaffee y todo el personaje publicitario que le enseñaron a crear durante su servicio en la guerra, era una nueva criatura multigénero en un panorama editorial encasillado en la moda del momento, a pesar de que durante todos aquellos años Timely se había especializado precisamente en eso, en copiar la moda del momento hasta el plagio. Stan Lee de repente volvía a ser el «chico nuevo» a pesar de que él mismo llevaba en el negocio tanto o más que Mort Weisinger y Julius Schwartz, sus contrapartidas en National, y su nueva personalidad histriónica estaba a punto de establecer un diálogo directo con sus lectores que iba a crear una comunidad como no se había visto ni en los tiempos del club de fans de Superman.

Yo siempre pensé que Stan Lee estaba influenciado por Gaines… Hasta leer los editoriales de Gernsback. Aunque él mismo dice que fueron las revistas infantiles que leía de crío…

En realidad la Merry Marvel Marching Society (que como no, otra vez Goodman se atribuye parte de su cocreación, porque el hombre debía de pasarse todo el día en el Bullpen) no se crea oficialmente hasta 1964, pero el caldo de cultivo lo pusieron los correos de Stan Lee, que empiezan a aparecer ya en el número 3 de Fantastic Four. A diferencia de sus otras series, en las que seguimos viendo secciones con relatos cortos de una o dos páginas igualitas a las que tenía Marvel Mystery Comics allá por los cuarenta, Fantastic Four desde su arranque pide cartas de sus lectores, se excusa por no poder contestar todas -a pesar de que algunas de las que si responde las escriben empleados del Bullpen como Sol Brodsky, porque Lee ya era un charlatán de feria consumado- y mantiene una comunicación constante con ellos que desarrollará todos los modismos y tics personales del personaje de Stan Lee que en parte ya habíamos visto en sus publicaciones más «personales» de los años 40. Aquí Lee se desboca por completo, se inventa los No Prize para justificar sus propios errores y empieza a ponerle nombre a sus lectores -True Believers- y motes a sus compañeros de trabajo. Curiosamente, cuando lees esos primeros correos, casi todas las cartas están dirigidas a Stan y Jack o a Stan y Steve, y ésto se mantendría hasta mucho después de la creación en 1964 de la Merry Marvel Marching Society, el club de fans oficial de Marvel:

Te apuntabas y te mandaban hasta un disco en el que cantaba casi todo el bullpen. Que no le gustaba a Stan Lee un buen show…

Paralelamente a esto y poco después de la creación del club, Lee introduce los Marvel Bullpen Bulletins en Amazing Spider-Man 64, una página semanal con noticias de la editorial que en ocasiones también venía con su propia columna, Stan’s Soapbox. En un entorno en el cual prácticamente se niega cualquier participación de Stan Lee en los propios cómics que creó, absolutamente nadie niega que escribiera estos textos en los que se nota el entusiasmo de un Lee que disfruta tremendamente de su personaje y de su fama. Además de esto, parece como reivindicarse al hablar del Bullpen como un espacio de creación donde están todos los creadores de Marvel trabajando a la vez, a pesar de que para entonces tanto Ditko como Kirby trabajaban siempre desde su casa y solo se pasaban por el Bullpen muy puntualmente para entregar páginas o quejarse por algún cheque que no llegaba; más allá de la mercadotecnia, no podemos olvidarnos del hecho de que hubo un tiempo en los años 40 en los que la primera generación del Bullpen fue exactamente así y el propio Lee se vió forzado a despedir o mandar a teletrabajar a todos sus miembros, con lo que en cierto modo Stan estaba tratando de enmendar aquella injusticia ordenada por Martin Goodman.
Martin Goodman que, para no variar, estaba a un pelo de vender Marvel y volver a joder la marrana.

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Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto

Curioso que menciones a Evanier, porque leí por ahí hace poco que éste dijo que, cuando trabajaba con Kirby y crearon a Funky Flashman, lo hicieron pensando en un tipo que atendía al correo de los lectores (o algo así) y que era un impresentable que anunciaba sorteos sin luego dar premios a los lectores y cosas por el estilo. Y ese tipo NO era Stan Lee (eso seguro). Pero al parecer Kirby, quizá de forma inconsciente, le dio un físico parecido al de Lee. Luego fueron otros quienes dijeron que era un a parodia de Lee.

No basta con que un comic sea bueno para que venda, hace falta que lo publiciten y lo editen como dios manda. Lee se encargó de eso.

Sobre el ambiente interno de Marvel, Ann Nocenti,, editora de X-men en los 80,, decía que no era raro que se interrumpiera el trabajo por una pelea de pistolas de agua entre Steve Englehart y algún otro (por ejemplo). Y que el anciano Ditko gustaba de pasarse por ahí a pasar la tarde en la editorial tomando café y charlando (tenía fama de misántropo y radical, pero curiosamente le caía bien la izquierdista Nocennti).

Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto

Creo que al pobre Thomas también le vas a repartir en algún momento…

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto

Sip.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto

El secuaz de Funky Flashman era claramente una parodia de Roy Thomas. Es que Jack ni intentaba disimular.?

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto

Evanier quería currar para Marvel.?

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Roger

Ese ambiente lo había con Goodwin y en los primeros años de Shooter, cuando en el Bullpen estaba a jornada completa gente como Dave Kraft. Eso con Lee no pasaba (aunque él decía que sí, que aquello era una fiesta constante) y con Shooter se acabaría cuando se empezó a creer el nuevo Stan Lee (padre creador) tocado por las musas.

Sincero
Sincero
1 año han pasado desde que se escribió esto

Siempre he pensado que la batalla por las autorías viene propiciada por la forma de hacer negocios en los 60-70, nadie firmaba nada, todo se cerraba con sobreentendidos, consentimientos tácitos o echando mano de lo que era costumbre. Incluso creo que los dibujantes no alcanzaron a ver que en un futuro el tema de originales, etc, podía reportarles unos ingresos extras que las editoriales pretendían quedarse. Desconozco la legislación laboral en USA en aquella época, pero imagino que tampoco sería muy proclive a la defensa de los intereses de los trabajadores, por lo que había un claro caldo de cultivo a favor de considerar que todo lo que hacían los dibujantes era propiedad de la editorial y sanseacabó. Nadie lo ponía en duda hasta que se vio que aquello podía dar pasta.
Esta manera de hacer negocios aún está arraigada en la actualidad en según qué zonas. Mi padre me contó el otro día que un primo suyo en Sudamérica vendió unos terrenos de miles de hectáreas con un simple apretón de manos a un socio, que le pagó sobre la marcha, y cuando fueron a formalizar el acuerdo por escrito quien se presentó a su vez fue otra persona distinta a la que el socio le había vendido la finca también sin que mediara papel alguno. Cuando hay buena fe sobra la escritura, pero cuando no la hay…

Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Sincero

Lo de cerrar acuerdos «entre caballeros» ha pasado siempre. Luego resulta que el que más ha pedido esa confianza implícita es el que más ha demostrado no ser un caballero.

Zatannasay
Zatannasay
1 año han pasado desde que se escribió esto

A tu pareja la conoces con los papeles del divorcio, y a tus hermanos con los de la herencia.
A tu socio, en la disolucion de la sociedad.

Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Zatannasay

En la herencia también puedes averiguar cosas interesantes sobre tu señor padre (o madre).

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Sincero

En DC preferían quemar originales (cuando ya ocupaban demasiado espacio) a devolverlos (que eso daba malas ideas a los autores …se empezaban a creer lo de que tenían derechos).

JB VS
JB VS
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Sincero

no hace mucho, leyendo el contrato de una empresa, en un apartado de tecnología, decía que en el caso de crear algo este era propiedad de la empresa,

es un poco delicado este asunto, ya que en el caso de los comics te están pagando para crear personajes, es decir, es parte de tu trabajo, el problema aparece cuando tu trabajo atrae a más gente a consumir el producto (esto en el caso de los dibujantes) por lo que es cuando quieren un trozo más grande del pastel y ahí es donde entra el dilema

Payton Wynn
Payton Wynn
1 año han pasado desde que se escribió esto

La lógica en «Doctor Droom» de «Te doy ojos achinados y bigote para que así infundas más miedo a las fuerzas del mal» confieso que se me escapa.

Meisen
Meisen
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Payton Wynn

Quizá sea un rollo a lo The Phantom/El hombre enmascarado: que parezca que es una misma persona que dura eternamente, así visto a lo lejos (se supone que el Dr. Droom sustituye al lama ese).

O eso, o que se presuponía que solo alguien del «místico Oriente» podía usar poderes mágicos incomprensibles en pleno siglo XX, yo qué sé XD. Al hilo de lo cual, que yo sepa, al principio el Dr. Extraño era dibujado por Ditko con rasgos cuasiasiáticos o, como mucho, un tanto ambiguos sobre su origen.

Last edited 1 año han pasado desde que se escribió esto by Meisen
Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Meisen

Ahí en Doctor Droom tienes en cierta forma los orígenes de Doctor Extraño y Doctor Druida.

Meisen
Meisen
1 año han pasado desde que se escribió esto

Por no mencionar un posible origen del nombre del más famoso «Doctor Doom».

Last edited 1 año han pasado desde que se escribió esto by Meisen
Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Meisen

Pues sí. Y de lo otro: Lee reciclada cuanto podía (propio y ajeno): el previo Doctor Droom le inspiró tema y orígenes del Doctor Extraño…y las propias historias del Doctor Droom se acabaron repescando como «reprints» (pero con modificaciones) para generar un nuevo personaje en el cambio de los sesenta a los setenta: Doctor Druid.

Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Payton Wynn

Más bien en plan racista: «solo los asiáticos son brujos malos, así te creerán uno de ellos».

Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto

Se ha comentado en este blog que Kirby fue muy valiente en atacar a Hitler con el Capitán América, etc (y lo fue, él y Simon). Y que Lee en cambio tuvo su época de anticomunista rabioso. Es justo que se mencione eso. Pero creo que para ser imparciales estaría bien mencionar que tanto Thomas como Lee expresaron posturas antirracistas en los años 60. Una época en que incluso en New York (supuestamente un estado «liberal») te podían dar de hostias por no estar con los «hombres de bien».

Joan
Joan
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Roger

Curiosamente, el antifascismo y el anticomunismo no son necesariamente antitéticos. Otra cosa son las cazas de brujas, claro

Roger
Roger
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Joan

SIempre que por anticomunista entiendas antiestalinista. Ojo que en la definición ianqui de anticomunismo, significa uno que odia cualquier cosa que huele a izquierdas. Como defender las vacaciones pagadas, educación gratuita y cosas así.

Joan
Joan
1 año han pasado desde que se escribió esto

Me resulta muy interesante esa distinción entre los textos de apoyo y los diálogos en Fantastic Four y Amazing Spider-Man. Realmente siempre me ha dado la impresión que la serie de Spider-Man ha envejecido mejor como etapa completa. Me explico: creo que, para un lector neófito actual, los 39 números de Lee-Ditko son estéticamente más homogéneos y más asimilables que los 101 números de Lee-Kirby. Es verdad que las cumbres de éstos dos son muy altas, pero en términos creativos a la serie le cuesta arrancar mucho más.

Joan
Joan
1 año han pasado desde que se escribió esto

En el término medio está la virtud. Lamentablemente, vivimos tiempos poco vistuosos

Joan
Joan
1 año han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Joan

Virtuosos

Zatannasay
Zatannasay
1 año han pasado desde que se escribió esto

¿Qué están olvidados estos comics?

Sí y no. Se reivindican como la evolución hacia el Universo Marvel. Pero son dificiles de vender a recien llegados. Quedan para veteranos que saben apreciar su valor intrínseco a su época y los mil detalles historicos.