Hace años, en los lejanos años 80, existía una serie de libros infantiles llamada «El pequeño vampiro» que tuvo bastante éxito, y hasta llegó a tener una serie de televisión -alemana, creo, con lo que los niños se llamaban Udo y tenían cara de Udo-. Recuerdo que ya en aquella serie se veía al niño protagonista con una mezcla de fascinación y amistad hacia el vampirillo del título. Yo no aguantaba esa serie, porque me había criado con Castlevania y sé que los vampiros sólo son bestias de roban el alma de los hombres y los esclavizan, que no pertenecen a este mundo y que son monstruos que deben morir.
¡Es una abominación que chupa sangre! ¡No puede ser divertido!
Asi que la era de los vampiros julandrones que podría decirse inició Entrevista con el Vampiro me pilló de muy malas pulgas. La película de Brad Pitt y Tom Cruise (y Antonio Banderas, no lo olvidemos) supuso la consolidación de los 90 como una «era vampírica», llena de historias que ponían a los chupasangre de protagonistas y los ponían como algo más interesante que a los cazavampiros -con la notable excepción de Buffy, pero esa hasta tenía novios vampiros… ¡Herejía!-. La cosa se puso tan mala que hasta en Castlevania llegaban a ponerme de protagonista al hijo de Drácula, Alucard, y multitud de jugadores de pleisteision que todavía se sorbían los mocos por aquel entonces, saludaron la llegada de la red de redes con nicks como Alucard1989 y cosas así, sin ser conscientes de que lo grande de Castlevania no estaba en las afeminadas ilustraciones de Ayami Kojima, estaba en look salvaje a lo Conan de Simon Belmont.
Aunque al principio más parecia uno de los Masters del Universo o algo peor…
Y las cosas siguieron así hasta la llegada del nuevo milenio, cuando «Entrevista…» fracasó en sus lamentables secuelas, Buffy terminó y Castlevania: Lament of Inocence fracasaba en llevar la serie al 3D. Asi que Castlevania tuvo que reinventarse en Gameboy Advance y DS, y poco a poco la serie nos entregó cosas interesantes y… Al protagonista de Dawn/Aria of Sorrow, que no voy a decir quién es pero tampoco me hacía mucha gracia. Yo quería mis cazavampiros de toda la vida, yo quería a Simon, Trevor o hasta Richter, y acababa con gente como Soma Cruz o con agradables sorpresas como la Shanoa de Order of Ecclesia. Y entonces, cuando las tinieblas del Crepusculo nos engullían a todos -odiadores de los chupasangres y amantes de ellos por igual- Konami le dió la serie Castlevania a Mercury Steam, y Robert Carlyle encarnó a un Belmont…
¡Reboot! ¡Reboot! ¡El recurso de los incompetentes!
Lords of Shadow es un juego que no va a salir en PC hasta el mes que viene, y que en realidad poco tiene que ver con un Castlevania. Se parece más a un hack’n’slash consolero, a un Devil May Cry y compañía, y la banda sonora de Oscar Araujo no tenía nada que ver con lo que Michiru Yamane nos había ofrecido desde el Bloodlines de Megadrive. Pero el protagonista, Gabriel Belmont, tenía el porte de estibador portuario que se echaba de menos desde los tiempos de Simon, y aunque la historia no acabara de ser gran cosa, parecía que íbamos a poder disfrutar liquidando a toda la escoria chupasangres que estaba azotando centroeuropa en aquellos tiempos -los jugadores de Crusader Kings sabemos que en realidad el único problema que tenía centroeuropa en aquel momento eran los turcos, los magiares y la inminente llegada del gran Khan, pero tampoco seamos aguafiestas-. Sin embargo, este Castlevania era como su banda sonora, que a ratos sonaba bastante bien y a ratos guardaba un discreto silencio que casi nos sacaba de quicio. El desenlace final del juego fue lo que realmente me cabreó más allá de estarlo jugando en una miserable Xbox -puaj-, arrebatándome toda esperanza de ver a Castlevania volviendo a sus origenes. Hoy en día parece que no está de moda ser un Peter Cushing o el James Woods del Vampiros de John Carpenter, pero Lords of Shadow podría haber cambiado eso.
Si es que vamos a tener que traerlo de vuelta para que les enseñe a matar vampiros…
Pero como decía, el mes que viene sale Lords of Shadow para PC. Y más tarde saldrá también su segunda parte, y nos enteraremos de como acaba el dramón que se ha montado Mercury Steam. Es cierto que Castlevania nunca ha destacado por su historia si no por su ambientación, pero lo que echo de menos principalmente es la sensación de enfrentarse a latigazos contra un mal centenario al ritmo de Vampire Killer. Que digo yo que con unos cuantos mods y un poco de paciencia, lo mismo la versión de PC de Lords of Shadow acaba transformándose en el juego que todos siempre quisimos tener…
Y tampoco estoy diciendo que los japoneses deban de volver a hacer los Castlevania, que mira que pintas le pusieron al pobre Simon en la cosa esa de Castlevania Judgement…