Hoy seguimos con la ciencia ficción, aunque en unas coordenadas radicalmente diferentes, con el Hotel de Boichi. Un manga que recopila diferentes historias cortas con un nexo en común, el inevitable final de la vida, tanto a una escala global como en la más íntima y personal. Historias tremendamente dramáticas, emotivas, sorprendentes y divertidas en las que queda claro no solo la versatilidad de este autor sino la de este género en el que incluso a tópicos tan manidos como los del fin del mundo aún se les puede dar nuevas vueltas de tuerca. Así que vamos a cruzar los dedos para que todo lo bueno que tiene Boichi como mangaka lo tenga de malo como profeta y meternos de lleno en estos futuros que muy a menudo parecen demasiado posibles.
Un ordenador extremadamente avanzado con la misión de custodiar el legado de la Tierra, una mujer que recibe una segunda oportunidad de vivir, un científico obsesionado con recuperar una especie extinta y dispuesto a todo para conseguirlo, un anciano enfrentado a un dilema ético en una Tierra moribunda, una joven que lleva en su interior el porvenir del mundo y otra que está destinada a salvarlo… Futuros apocalípticos en los que a veces brilla un destello de esperanza y que en su mayoría tienen en común el estar provocados por una especie humana condenada a la autodestrucción.
Hotel recopila diferentes historias que Boichi (Mujik Park), el físico surcoreano reconvertido en mangaka afincado en Japón, publicó en las revistas Morning y Mandala entre los años 2006 y 2008. Un autor que por aquí es mucho más conocido por ser el dibujante de Doctor Stone (donde yo le descubrí) y como autor completo le tenemos en Sun-Ken Rock, ambos publicados en España por Ivrea, y también en Origin de la mano de Panini y WallMan por Milky Way Ediciones, quienes editaron también el recopilatorio del que hablamos hoy por aquí. Pese a que ya conocía el talento de Boichi como dibujante gracias a Dr. Stone, una faceta en la que me encantaba, ha sido ahora con este Hotel donde he podido comprobar que como autor completo tampoco se desenvuelve nada mal y que es un escritor muy imaginativo y versátil.
Aquí podemos encontrar desde dramas apocalípticos a metafísicos, historias en las que es el destino de toda la humanidad el que está en juego o solo el de una familia que va a recibir un regalo muy especial y unas cuantas pequeñas historias cortas de un par de páginas en las que Boichi da rienda suelta a su faceta más divertida y gamberra que van desde lo más tontorrón a paradojas científicas dignas de Twilight Zone. Historias que en muchos casos se encuentran unidas por un tenue hilo, con pequeños detalles que nos indican que algunas se desarrollan en una misma línea temporal y otras que siguen el mismo rumbo hasta que divergen en un punto muy concreto para mostrarnos un camino alternativo del futuro de la Tierra.
De entre todas ellas tengo dos claras favoritas, la primera es la que da título al recopilatorio, “Hotel”, donde el cambio climático provocado por el ser humano ha llegado a un punto de no retorno, sentenciando toda vida sobre la faz de la Tierra a una muerte lenta y agonizante en futuro demasiado cercano. Un destino ante el cual la humanidad no se resigna y pone en marcha dos proyectos paralelos con los que tratar de evitar una pérdida total, siendo uno de ellos la creación de una gigantesca torre, apodada el Hotel, controlada por una inteligencia artificial apodada Louis, almacenará el ADN de toda criatura viviente con la esperanza de repoblar el mundo en un futuro lejano. Durante décadas seguimos a este ordenador, que acaba siendo la única “vida” sobre la Tierra, enfrentarse a múltiples desafíos para poder cumplir la misión encomendada por su creador, viéndose obligado a reinventarse constantemente para proteger ese valioso tesoro que alberga en su interior.
Mi otra favorita es “Todo por los Atunes”, una historia algo mas desenfadada que parte del mismo punto que la anterior, pero en la que su protagonista, un científico obsesionado con una única meta, realiza un descubrimiento accidental que lleva el futuro de la Humanidad en una dirección muy diferente y sorprendente. Un científico cuya particular obsesión consiste en devolver a la vida a los atunes, extinguidos hasta el último ejemplar por culpa de un consumismo desbocado, y que a lo largo de su carrera realizará un infructuoso intento tras otro, todos ellos desembocando accidentalmente en grandes logros para mejorar la vida en la Tierra, pero que no le acercan a ese objetivo que se ha convertido en su único propósito en la vida.
Pese a las diferencias, en ocasiones enormes, en tono, la mayoría de estas historias abordan una problemática que se encuentra muy presente en nuestro día a día, como la acción del ser humano está llevando a la vida en la Tierra en una dirección nada esperanzadora, ya sea por la extinción de especies animales debido a su consumo sin control como a los graves efectos de la contaminación en el medio ambiente. Unos temas a los que Boichi se aproxima desde una perspectiva muy científica, algo lógico dada su formación, incluso en las historias de corte más humorístico, poniendo el foco en cómo estos problemas que en estas historias son ya inevitables, aún estamos a tiempo de frenarlos en el mundo real, aunque esto parezca a veces cada vez más imposible. Una perspectiva que no esperaba encontrar aquí pero que le añade otro punto de interés a este manga.
Como dibujante ya no me he llevado tantas sorpresas con el talento de Boichi, al tratarse de una faceta suya que ya conocía bien. Pero sí que me ha sorprendido ver lo bien que se maneja en otros escenarios tan distintos a los que le conocía gracias a su trabajo en Dr. Stone, ya que mientras que algunas de las historias contenidas en este tomo se encuentran repletas de esa acción desenfrenada y los gags visuales que ya sabía que se le daban muy bien, también encontramos otras en las que prima una ambientación dramática muy intimista en la que la única acción que encontramos son conversaciones entre diferentes personajes, demostrando ahí Boichi la versatilidad de su talento como dibujante.
Siendo Hotel un tomo auto conclusivo que se puede leer en una tarde, es una lectura muy recomendable tanto para los aficionados a la ciencia-ficción que quieran comprobar lo que puede dar de sí el género dentro del manga como para quienes quieran conocer un poco más a un mangaka con tanto talento como Boichi, alguien cuya carrera voy a tener que seguir con algo más de atención tras lo que he leído aquí.
Personalmente, al margen de su calidad, encuentro deprimente esa certeza que tiene todo el mundo de que un futuro apocalíptico es el único posible. Tan deprimente como el inicio de The Last of Us, en el que empezaba la epidemia zombie y la gente ya se mataban entre ellos incluso antes de entender qué estaba pasando. Porque al parecer es lo lógico y normal a hacer en esos momentos.
En los años 50 todo el mundo imaginaba inevitable una guerra nuclear (tal vez aun lo sea), pero por lo menos el visionado de películas como El Día Después hizo que hasta Reagan firmara tratados de desarme con la URSS.
Espero que el hartazgo de apocalipsis que llevamos sirva por lo menos para concienciar a alguien…
No es que sea negacionista, pero es que a veces querría que mostraran un futuro más esperanzador, algo que aparte de Star Trek, no parece interesar a nadie.
Respecto a eso que comentas, decía Cory Doctorow en una entrevista el año pasado, por motivo de su último libro, que quería mostrar que incluso en un futuro apocalíptico había espacio para la esperanza y que en situaciones disruptivas los seres humanos tendían a ayudarse unos a otros en vez de tirar a la ley del más fuerte. Ponía como ejemplo, si no recuerdo mal, un corte de luz, que en su experiencia los vecinos se ayudaban y montaban barbacoas para que los congelados no se echasen a perder, no iban matándose unos a otros.
No es exactamente lo que comentas pero me lo ha recordado. Tenía buena pinta el libro.
Pues precisamente en este manga muchas de sus historias tienen finales optimistas pese a lo apocalíptico de sus puntos de partida, y en casi todas ellas la humanidad se une para para impedir el desastre o al menos paliar sus efectos. De hecho en una de mis favoritas, la de los atunes, su protagonista no deja de encontrar de forma accidental soluciones a muchos de los problemas de la humanidad mientras trata de resucitar su alimento favorito. Asi que Boichi parece que esta igualmente harto de los apocalipsis pese a que los explote a su favor.