Cualquiera podría haber pensado según empezó 1988 para la Patrulla X que los dejarían un poco en paz, que por algo se habían ido a Australia. Pero no, en absoluto, porque con el viaje a Australia se perdió algo más que una mansión y un jet privado supersónico y un holodeck estupendísimo, no, se perdió también algo más irremplazable: Ann Nocenti. Ya avisé la semana pasada de que ésto era el principio del fin…
El Daredevil de Ann Nocenti y John Romita Jr es una auténtica maravilla, pero uno no deja de preguntarse que habría sido de Uncanny si estos dos hubieran seguido en la serie. Es verdad que los problemas de Uncanny vinieron a partir del momento en el que la burbuja postWatchmen se empezó a hinchar de tal manera que absolutamente todo el mundo quería meter la cuchara en la serie y Nocenti habría tenido que padecer las mismas presiones que su sucesor, pero conociéndola y por la experiencia que tenía ya hasta entonces, probablemente habría soportado mucho mejor el temporal. O tal vez no, lo cierto es que tras la partida de Jim Shooter las comunicaciones entre el bullpen y «arriba» eran bastante más impersonales, con lo que lo único que contaba eran los fríos números. Y, ¿qué mejor forma de mejorar los números de tu mayor superventas que hacer la serie quincenal a la menor oportunidad? Desconozco si fue idea de Tom DeFalco o de alguien de más arriba, pero a partir de 1988 los pesos pesados de Marvel (X-Men y el Amazing Spider-Man de McFarlane)pasaron a ser quincenales durante todos los veranos, y eso no iba a ayudar precisamente a un Claremont que estaba intentando quitarse carga de trabajo para poder empezar con Excalibur… Pero antes que ponerme con eso, mejor hablamos de Bob Harras…
No nos engañemos, Bob Harras venía del corazón de las tinieblas, del mal, de X-Factor. Sí, ya os lo avisé, al final todo es volver a Factor X, todo lo malo viene de ahí y Bob Harras no iba a ser menos, pero la forma en la que empezó a editar la serie fue más tenebrosa todavía; en un principio era el veterano Mike Carlin -el editor que más tiempo le duró a Byrne en sus 4F- el encargado de sacar la serie adelante, pero Jim Shooter rechazaba sistemáticamente todas las portadas que le entregaban. La paciencia de Carlin llegó a su límite cuando, una vez entregado por fin el número 1, Shooter también lo rechazó y exigió que lo rehicieran por completo en dos semanas (quién sabe, tal vez al gigantón le reconcomía la conciencia, o tal vez era tan iluso que se esperaba que Bob Layton estuviera a la altura del trabajo de Claremont) cosa que a Carlin le pareció por completo imposible, sobre todo teniendo en cuenta que se suponía que ese primer número iba a ser de 64, y así es como mandó el proyecto al cuerno. Y todos habríamos sido muy felicies si en aquel momento y sin editor a la vista el proyecto hubiera muerto ahí mismo, pero… Como si fuera el mismísimo Mefisto, en ese momento apareció Bob Harras. Y no, seguramente no lo hizo en medio de una explosión de azufre, pero el daño a la humanidad iba a ser el mismo.
Hasta aquel momento Bob Harras había sido un asistente de editor de títulos de segunda fila, de licencias, trabajando en una especie de subeditorial al margen del bullpen; para que os hagáis a la idea, en aquellos años las licencias las llevaba el Managing Director Bob Budiansky en un piso distinto al del Bullpen, con lo que Budiansky y sus asistentes tenían que encargarse de las licencias más flojas de la editorial como Robotix, Defenders of the Earth o Kool Aid Man. Paralelamente a esto y porque Shooter animaba a todo el personal de la editorial a guionizar algunos cómics, Harras había escrito algún número suelto, pero todavía tardaría en escribir su gran proyecto como guionista, NIck Fury VS SHIELD, pero a nivel editorial no parecía tener el currículum como para encargarse de una serie de perfil tan alto como X-Factor. Pero claro, en aquel momento Shooter no tenía editor, la nueva serie era una patata caliente que los editores veteranos no querían ni ver acercarse porque les hubiera supuesto escuernarse con Shooter en su etapa más «tiránica», con lo que cuando Harras llegó para quejarse de que estaba harto de hacer licencias y pedir algo mejor, de repente se encontró en el lugar y momento adecuado. Y así es como el todoporoso Jim Shooter decidió darle una oportunidad, sin ni siquiera imaginarse la maquinaria que estaba poniendo en marcha…
A estas alturas de la película y con lo verde que estaba Harras en aquel momento -tres años de experiencia como ayudante en una sección «aparte» de Marvel de la que no salió ningún editor- sigo pensando que X-Factor estuvo coeditada en un principio por el propio Jim Shooter. Y vaya, no debió de caerle mal al jefazo porque Harras no tardó en empezar a encargarse de más y más series, empezando por alguna del Nuevo Universo como Codename:Spitfire (que se hizo con un presupuesto ridiculísimo y debía hacerla casi gratis) otras licencias de más fuste como GIJoe o Robocop o el Incredible Hulk de Peter David. Según fue pasando el tiempo y Shooter fue fusilado por los nuevos propietarios de Marvel, X-Factor pasó a manos de Louise Simonson y poco a poco empezó a ser una serie «funcional» y no el desastre de los primeros números de Layton, con lo que el nuevo editor en jefe Tom De Falco debió de ver en Harras el relevo natural de Ann Nocenti en las tres series de mutantes que todavía seguía editando, New Mutants, las reediciones de Classic X-Men y por supuesto la joya de la corona, Uncanny X-Men. Y así es como en el número 232 aparecieron tres plagas que amenazaban por devorarlo todo; la menos peligrosa era el Nido, la más inofensiva en apariencia era el ya mencionado aumento de periodicidad veraniego y me dejo para el final la más siniestra, malvada y tenebrosa que era, evidentemente, el propio Bob Harras.
Eso sí, que nadie culpe a Nocenti de dejarle a Claremont con el marrón, porque quieras que no ella se esforzó en dejar la serie en condiciones decentes; entre la «muerte del grupo» y el primer número de Harras hay dos números de lamentaciones por la muerte del grupo (uno coguionizado por el mismísimo DeFalco y que probablemente reutilice alguna historia de su Dazzler, el otro con Illyana y Coloso que ya lo comenté en su día aquí) y un par del grupo estableciéndose en Australia, recogiendo el cariño de los Merodeadores -que volverán, ya te digo que si volverán- y dejando los juguetes en su sitio para la nueva etapa, para el nuevo editor. Y precisamente es esa historia del Nido que Claremont llevaba preparando desde más de un año antes la primera que editará Harras, una historia de esas que Nocenti y Claremont planearon un día en el que él entró en su despacho balbuceando ideas por encima y esperando la aprobación de ella, uno de tantos días que treinta años después Claremont y sus editoras recordarían con tanta nostalgia… Y con razón, porque ahora es cuando nos toca empezar a sufrir.
Del Nido cabe señalar lo bien que los dosificó Claremont como villanos recurrentes, porque a lo largo de la década de los ochenta creo que no aparecieron más de tres veces; primero como aliados misteriosos de Ave de Muerte, luego, cuando secuestran a la Patrulla-X, y por último durante la etapa australiana. Y dejando a un lado aciertos puntuales como el personaje de Broo (Nydo), ninguna de sus apariciones posteriores ha sabido volver a transmitir ese malrollo que tenían en los ochenta y que los hacía ser algo más que unos xenomorfos de marca blanca. Quizás la clave está en que Claremont los mostraba como seres inteligentes que utilizaban armamento sofisticado y HABLABAN. ¿Se ha vuelto a ver alguna escena como guerreros del Nido discutiendo estrategias o una Reina Madre conspirando en su salón del trono, que tan frecuentes eran durante los números de Cockrum?
Durante Annihilation algo se vió, pero tuvieron un papel más que discreto y la interpretación que hicieron de ellos como una raza extraterrestre más se cargaba la idea original de que eran una plaga de langostas cósmica, supongo que porque la ola de aniquilación de Annihilus ya era de por si otra plaga de langostas.
Luego también han aparecido en la Hickmanada, pero brevemente y en plan langostas mudas. Si es que no saben tener un termino medio!
Lo bueno de lo poco que contaban del trasfondo del Nido es que dejaba abierta la posibilidad de que fueran algo más que una plaga de langostas galáctica.
En su primera aparición, nadie sabía a qué raza pertenecían y no se nos contaba nada de cómo se repreoducían, por lo que se limitaban a ser unos aliados siniestros de Ala de Muerte cuyo interés en que se produjera un cambio de gobierno en el imperio shi’ar parecía únicamente político.
Luego, cuando secuestran a la Patrulla-X, aparte de revelarnos su forma de reproducirse, podíamos ver un poco de su «mundo trono», y parecían tratarse de una raza que se habían quedado en su rinconcito de la galaxia sin demasiadas ganas de expandirse (cuando Tormenta estaba fusionada con los acanti, decía que el Nido había llegado a la Vía Láctea procedente de vete tú a saber dónde); no se comportaban como, por poner un ejemplo, las flotas enjambre de los tiránidos de «Warhammer 40.000», que son una amenaza a la que hay que contener continuamente, sino que se dedicaban a conspirar como los sith tejiendo alianzas en la sombra.
Cuando reventaban el mundo trono del Nido, Cíclope que habían escapada algunas naves del Nido, pero que ya no representaban una amenaza a gran escala. Evidentemente, no podíamos tener la certeza de si Ciclo estaba en lo cierto, pero cuadra con la manera en que Claremont los volvió a sacar cinco años después, como la tripulación de una sola nave que llega a la Tierra y se dedica a infectar gente de forma selectiva; no es como la típica historia de xenomorfos en la que empiezan a incubar huevos a mansalva y en seguida han infectado a una población entera, sino algo que me recuerda mucho más al Culto Genestealer de «Warhammer 40.000» o a los Profundos de H.P. Lovecraft. Que sí, que la Patrulla decía que suponían una amenaza para la Tierra, pero Harry Palmer estuvo suelto durante semanas o meses y parecía cuidarme mucho de a quién infectaba, y el cabo que dejaban deliberadamente suelto parecía apuntar a que en el futuro nos encontraríamos con una especie de «Iglesia de la Nidología». Era una forma de ir reinventando al Nido para que cada nueva aparición no se convirtiera en «más de lo mismo».
Evidentemente, su primera reaparición post-Claremont fue completamente olvidable (en un crossover con el Motorista Fantasma) y el cabo suelto que había dejado Claremont lo finiquitaron deprisa y corriendo en una miniserie publicada en 1996.
Releer los 110 primeros números de Claremont es la mar de agradable, pero leerse sus setenta últimos es muy frustrante precisamente por eso, porque veías como había mejorado en su habilidad para «dejar crecer las historias de forma natural» y sabes que no va poder contarlas todas, que esta o la otra trama se va a quedar truncada. En fin, supongo que algo de lo que tenía pensado para el Nido acabó en Aliens VS Predator: Deadliest of the Species, aunque la historia tal cual fue sería imposible colarla en X-Men.
En la portada de «Factor X», es curioso ese recuadro que anuncia el complemento de Power Pack con ese «El reto del poder» que diría que poco tiene que ver con la historia, pero querrían meter «power/poder» de un modo u otro.
Creo recordar que lo de «El Reto del Poder» es como tradujeron la primera historia de Power Pack que se editó en aquel número, que originalmente se llamaba «Power Play». No tengo los tebeos a mano, así que no puedo confirmártelo.
Acabo de consultar el título en inglés del primer número de «Power Pack» y veo que es «Power Play», con lo que puede que efectivamente fuera traducido como «El Reto del Poder». Sabiendo eso, ya me cuadra más esa frase, porque el juego de palabras con el apellido de los protagonistas es intraducible.
No creas que no nos damos cuenta que esto es para saltarte el número co-escrito por DeFalco.
Layton y Harras son el fin de los X-Men de Claremont. No solo en el tipo de historias que buscan contar sino en cuanto afectan al como se cuentan. Hay cosas generales como querer limitar los cabos sueltos y cosas más particulares como que las secciones oníricas que uno esperaría fueran más prominentes con Nocenti considerando su trabajo como autora, se vuelven no solo más prominentes sino que bastante menos definidas con Harras (ambas transformaciones de Maddie en la Goblyn Queen que sucede en esta misma saga del nido y Betsy Braddock en la Psylocke asiática son bastante confusas). Claro que esto viene con la marcha de la filosofía Shooter de la claridad narrativa ante todo (que se nota casi inmediatamente en el número de Coloso e Illyana), la caída en calidad en este sentido se comienza a notar cada vez más con las transiciones entre escenas, acciones y hasta líneas de dialogo viéndose afectadas a puntos tragicómicos (véase Rob Liefeld).
En otra nota; estoy casi 100% seguro que todos los editores lo miraban mal a Jim Owsley (Christopher Priest) por tener a Peter David en Spider-Man (incluyendo el EiC; algo sobre los creativos no viendo bien a gente del lado de ventas y marketing escribiendo cómics) solo para que Harras lo metiera en Hulk a la mínima oportunidad después de que echaran a Shooter. Esto es menos escandaloso si Harras venía de trabajar en otro piso directamente.
Y esas son las perdidas más grandes de Marvel en el lado editorial; Shooter es echado, Louise Simonson y Ann Nocenti se pasan a escribir a tiempo completo y Jim Owsley se pasa a escribir en DC (a donde ya se había ido Dennis O’Neil). Gruenwald y Macchio son los dos mejores editores que le quedan a DeFalco y aunque el segundo edita Daredevil, Gru está también escribiendo Capitán América. Milgrom queda en una esquina con Marvel Fanfare y poco más. Y en vez de pasar a Hama a los superhéroes como editor lo hicieron como escritor, aunque al menos le dieron Lobezno como para hacerse de un dinerito.No que el resto no se marcara su trabajo también con Shooter e incluso algunos hasta con DeFalco, pero ninguno demostró las habilidades demostradas por los anteriormente mencionados (ojo para el talento, manejo del talento, tipo de historias y nivel de historias, regularidad, etc.).
Jim Lee es el que remata a Claremont, porque mientras estuvo con Silvestri los tiras y aflojas eran soportables, pero es Jim Lee el que quiso escribir los argumentos de la serie por encima de Claremont. Y cuando Harras le concedió el deseo, Claremont directamente claudicó.
Para mi el momento de claudicar ante Harras es Inferno. Nada tiene sentido antes, durante y después de ese evento desde los principales villanos y sus planes a los arcos de todos los personajes (especialmente Illyana y Madelyne Pryor). Obvio que tiene sus momentos con Claremont y Simonson pero es como leer una serie completamente distinta donde personajes S&M se pelean con personajes «vanilla» por razones de posesión demoníaca que originan en el abuso de una niña que se muere al final de la historia. Deprimente en todos los sentidos posibles.
Poco después Byrne y Harras devuelven a Magneto a ser villano (disparando aún más ideas de bombero por parte de Claremont) y prácticamente nada de lo hecho por Claremont pre-Inferno tiene importancia alguna en lo que se comienza a contar de aquí en más y no precisamente porque la serie haya evolucionado. La serie deja de ser los X-Men; a lo mejor los Nuevos Mutantes seguían siendo legibles o X-Factor no era absoluta basura pero los X-Men eran un lejano segundo puesto detrás de Excalibur que es en mi opinión la verdadera serie de mutantes que queda entrando en los ’90 (y vaya sorpresa no la edita Harras, el editor era Terry Kavanagh).
Creo que Claremont pensó que iba a sobrevivir a Harras de la misma forma que había sobrevivido al mismo Jim Shooter, pero se le fueron cayendo los aliados por todas partes y se acabó quedando solo contra Harras-DeFalco y los chicos Image.
Inferno… Buf… De Inferno debería hacer su propia serie de posts, porque eso es tremendísimo y abarca demasiados frentes.
Para mi es tan simple y tan complejo como que Claremont va contra todo su trabajo como autor en Inferno. Y eso es hasta peor que simplemente dejar la serie.
Sí y no, Harras está demandando una resolución rápida y ellos se la dan… Pero queda claro que se ha roto con la escuela de Xavier -la han destruido- que Siniestro va a volver y que Maddie lo mismo hasta también. Aparentemente ha claudicado, pero cualquiera que lea entre líneas ve que Inferno es solo un principio. Pero vamos, que en un par de semanas publicaré el post sobre Inferno y ya hablaremos del tema largo y tendido, aunque el tema de para una serie de posts bien larga.
Pues me aguanto hasta entonces, xD.
Toma, un avance:
«Preguntadle a Bob Harras qué es lo que estaba haciendo en 1989 y os dirá que estaba editando Uncanny X-Men. Dirigiendo el barco, intentando que no se estrellara contra las rocas, que el capitán Chris Claremont no perdiera el norte y se olvidara de qué era realmente la Patrulla X. Preguntadle a Chris Claremont o a Louise Simonson y probablemente tendréis una respuesta muy diplomática que podría resumirse en que lo que estaba haciendo era… «Molestar».»
tengo el vago recuerdo de que el primer número de xmen vol 2 lo editó carl potts, o era el editor en jefe, no recuerdo bien,
por cierto estos posts son un claro ejemplo del decompressive storytelling
No entiendo, ¿a que te refieres con lo de que estos posts son un claro ejemplo del decompressive storytelling?
pues por lo menos los últimos tres estuvieron muy cortitos, y se pudieron contar en un solo post,
Ah, que se te hacen cortos! Eso es bueno, porque podría soltarte toda la serie en un solo artículo y te acabarías aburriendo, pero así mantenemos el interés.
Como referencia, te diré que la duración de los posts hasta ahora ha sido de 1103, 1362, 1663, 1213, 1323, 1537, 1097, 1312, 1710 y 1285; que el penúltimo post se te haya hecho corto creo que ha sido todo un logro para mí, estoy convencido de que M’Rabo no lo habría conseguido. Desde luego conmigo no!
Que lo estas estirando todo para trabajar menos! BENDIS!!!
sí, a eso iba
Hombre, si va por ahi me cago en tu calavera directamente!
Yo voy a romper una lanza y a agradecer el repaso exhaustivo. Aquí estaba yo llegando a mus diez primeros comics seguidos de una misma serie y el cambio de direccion de los x men fue mi perdida de la inocencia. Así que el dolor en dosis breves
Gracias, yo en estos posts estoy intentando tratar todo lo que va a afectar a largo plazo a la serie y al conjunto general de la etapa australiana, para explicar por qué a la gente le pareció un bajón y no le acaba de cuadrar, por eso creía que era necesario extenderme sobre Harras, que no deja de ser el gran cambio creativo de esa etapa.