En Marvel siguen decididos a explotar al máximo a los Aliens y a los Depredadores, hasta el punto del que ya casi espero ver publicado un día un Tía May vs Depredador o algo así. Pero hasta ahora el resultado obtenido con estos crossovers ha sido bastante desigual, con algún cómic entretenido que otro y algunos desastres épicos muy recientes que me gustaría poder borrar de mi memoria. Por eso no estaba muy convencido de si darle una oportunidad a este Aliens vs Capitán América, ya que temía encontrarme de nuevo con otro de esos cómics de los que es mejor salir corriendo. Pero cuando leí la sinopsis del mismo mi interés se despertó cautelosamente, y tras leer el primer número temiéndome lo peor, me encontré con un cómic bastante decente y una premisa interesante que promete al menos que nos lo pasemos bien.

Desesperado por ganar la guerra a cualquier precio, Cráneo Rojo ha enviado al Barón Struker e Hydra a buscar algún arma superpoderosa en las ruinas de una mítica civilización perdida. Pero lo que han encontrado allí es mucho más poderoso y peligroso de lo que podrían haber imaginado: los restos, en forma de huevos, de las criaturas que acabaron con esa civilización. Unas criaturas que los nazis han criado y están probando en la Europa ocupada como arma biológica con la que aplastar a los aliados, sin ser conscientes de lo que están a punto de desatar sobre el mundo. Una amenaza ante la cual quizás ni los esfuerzos combinados del Capitán América, Bucky, Nick Furia y sus Comandos Aulladores sean suficientes…

Como decía antes, el nivel medio de estos crossover entre los Aliens y los Depredadores con el Universo Marvel ha sido un tanto desigual, así que toca acercarse con cautela a cada nueva serie que sale porque da la impresión de que les importa más sacar el mayor número posible de estas antes que cuidar la calidad de las mismas. Pero aquí tenemos a Frank Tieri al guion, que no está entre mis escritores favoritos pero no es alguien que me haga salir corriendo si veo su nombre en una portada, y el estilo artístico de Stefano Raffaele me había llamado la atención. Además de que es difícil resistirse ante una historia en la que científicos nazis buscan ganar la Segunda Guerra Mundial utilizando Xenomorfos y entre los protagonistas de la historia tenemos a mi añorado Nick Furia al frente de sus aulladores. Un punto de partida lo bastante loco como para despertar un interés que, de momento, y habiendo leído solo el primer número, está siendo recompensado.

El ambientar esta historia en los años cuarenta ha sido un gran acierto, ya que permite que la amenaza resulte más peligrosa en un mundo en el que los superhumanos no son tan numerosos ni omnipresentes como en el presente. Además, que el grueso de los humanos que van a hacer frente a los Xenomorfos sean soldados es algo que inevitablemente nos remite a Aliens, pese a que aquí Furia y sus hombres no tengan un armamento tan sofisticado como los Marines Coloniales. Y además está el que entre los científicos nazis locos, sus líderes estrafalarios, el buscar civilizaciones míticas perdidas y utilizar alienígenas monstruosos como armas es algo que parece salido de Hellboy, un referente, intencionado o no, al que no es malo arrimarse.

El cómic además plantea algunas ideas interesantes sobre esa civilización perdida que me encantaría ver exploradas en una futura miniserie, aunque sepamos cómo va a terminar su historia. También me ha gustado bastante el retrato de los nazis aquí presentes, tan despiadados e inhumanos como les toca ser, experimentando con seres humanos y sacrificando todos los que sean necesarios para aumentar su ejército de monstruos. Algo que consigue que veamos con otros ojos las actividades de la Weyland-Yutani o la Corporación Prodigy, por si alguien no había caído aún en lo mucho que parecen estar dirigidas por mengeles futuristas. Aunque eso sí, ni Cráneo Rojo ni Struker resultan aquí tan odiables como Boy Kavalier, y eso me preocupa.

Por lo demás, este primer número, aunque es una buena presentación de la historia, no deja de ser un prólogo de lo que está por venir, presentarnos a los personajes, la situación en la que se van a ver envueltos y poco más, otro de esos cómics que parece más pensado para el recopilatorio, pero menos descarado de lo habitual. Tieri, por su parte, no hace un mal trabajo caracterizando a los personajes: los nazis son monstruos, Cráneo es ambicioso hasta el punto de parecer querer reemplazar a Hitler, e incluso tenemos un pequeño cameo de Arnim Zola siendo tan fiel a Cráneo como siempre. E incluso ese tenso encuentro entre Capitán América y Furia, con este que no parece muy feliz de encontrarse con los héroes enmascarados, no desentona nada con lo que fue su primer encuentro en la serie del Sargento Furia en los tiempos de Lee y Kirby.

Stefano Raffaele, por su parte, aunque en alguna página que otra tiene algún problema con las caras de sus personajes, hay que reconocerle que se le da de miedo crear atmósferas, ya sean las catacumbas de ese reino olvidado, un búnker nazi lleno de monstruos o un pequeño pueblo en Europa arrasado por xenomorfos, Raffaele consigue que nos sumerjamos en la historia creando algunos momentos sobrecogedores. Algo que consigue también a la hora de dar vida a los Xenomorfos, apareciendo aquí tan repulsivos e inquietantes como les toca ser, y dejándome con unas ganas enormes de verlos en acción contra los héroes en los próximos números.

Con las decepciones que me he llevado desde que comenzaron estos crossovers prefiero ser cauto, ya que sé de sobras que las posibilidades de que esto se desinfle a lo grande a partir de este punto son elevadas. Pero espero que esto no suceda en esta ocasión, porque aunque sea solo por la idea de ver a los xenomorfos sueltos en la Segunda Guerra Mundial, espero que la serie mantenga el buen nivel de este primer número y que se dejen caer por aquí algún que otro héroe de la época, que a falta de lanzallamas no les vendría mal una Antorcha Humana.

Excepto por ver al Nick Furia clásico, mientras estaba leyendo el cómic estaba pensando «esto es el Capi del MCU». Y sí, tienes al Capi y Bucky con sus trajes clásicos, pero es Hydra y no los nazis. Y la Hydra de los cómics se fundó después de la guerra, y aquí tenemos a Strucker obedeciendo al Cráneo Rojo que el condenao no lleva una sola esvástica. Y la verdad, fuera de la sinergia con el MCU y tal, me empieza a molestar bastante que el Capi esté luchando contra Cobra y no contra el puto Hitler, que para éso lo crearon Simon y Kirby.
Por lo demás pues oye, casi todas las páginas del cómic son premisa y no ha empezado lo gordo, así que no me arriesgaría a opinar. Pero la idea de meter a los aliens en la segunda guerra mundial es interesante, aunque si en el crossover de Vengadores arrasaron con el planeta… ¿Qué cuernos pueden hacer para controlarlos gente cuyo mayor logro armamentístico es la Thompson y la PPSh? ¿Freirlos a bombas atómicas?
En realidad Hydra ya existía en la segunda guerra mundial, que con Struker al frente se pegaron con el sargento Savage y sus Leatherneck Raiders en el segundo numero de la serie, aunque es verdad que en aquellos años Struker había huido de Alemania e iba por su cuenta. Pero supongo que les usan aquí para no mencionar la palabra nazi, ni mostrar esvásticas ni nada, y que así no se ofendan los de siempre.
La realidad es que la proliferación de cruces gamadas que siempre hubo en los cómics del Capi en la era de Internet, donde esas imágenes están prohibidas va a ser difícil. Y más, en un cómic comercial, que la realidad es que solo quiere aunar dos franquicias cinematográficas para sus dos públicos.
Otra cosa sería un proyecto con, por decir algo, Garth Ennis contando historias de guerra con Furia y el Capi. Ahí si pondrían parafernalia Nazi por todas partes. Y ojo, que ni siquiera haría falta enmerdar al Capi; simplemente sería contar el día a día de los Comandos aulladores.
Los violentos de Kelly o la EC sería el referente.
En cuanto al cómic en sí. Los aliens son un prodigio de diseño pero están condenados a ser armas en manos de otros. Eso sí, la estética jungla amazónica de este cómic mola.
Marvel también tenía sus tales: Combat Kelly and his Deadly Dozen (con todo desparpajo y desvergüenza). La tercera pata (tras Sargento Fury y sus Comandos Aulladores y el marino Capitán Savage y sus Leathetneck Raiders) de la mesa bélica que extendía la Segunda Guerra Mundial durante la Era Marvel de los cómics.
Capitan Savage me la leí hace poco que es cortita.
Valiente bizarrada, pero me dejó frio. No siento que tenga ese punto de «de perdidos al rio» que hacen grandes estos cómics.
Los que eran estilo Doce del Patíbulo pero en plan Marvel de la época (más light, vamos) eran los de Combat Kelly (los Deadly Dozen).
Son unos cobardes, así de simple.
Pensar que hemos llegado a esto, a «autocorregirse» para que lo se ofendan los malvados, los criminales y los estúpidos es de lo más tristes.
Hydra está ya tan retconeada que ya no sé ni lo que es, así que me quedo con mi recuerdo de la de Steranko y ya.
Pero es que en este caso hablamos de un comic, el del Capitan Savage, que se publico en 1968, el mismo año que Steranko comenzó su etapa con Furia, y de hecho el de Savage es unos meses anterior, así que no lo consideraría un retconeo.
Si mal no recuerdo se habló de un fundador de Hydra anterior a Strucker en los primeros números de Kirby, y luego lo retconearon diciendo que la fundó Strucker. Y cuando hablo de retconeos no digo solo de retconeos hasta Steranko, también hablo de los posteriores como los que hablan de Hydra como una organización milenaria análoga a SHIELD.
Por eso digo que prefiero quedarme con lo de Steranko y ya.
La premisa es buena (y Dan Barry ya se los había llevado a la Primera Guerra Mundial también), el desarrollo ya veremos.