Superman, sin spoilers: La DC de James Gunn ha empezado oficialmente

¿Tan difícil era? Es en momentos como este en los que me acuerdo de cómo eran las cosas tras Superman IV. Los tiempos del Superman postcrisis, la serie de Superboy, la animada de Ruby Spears, Lois & Clark, Superman de Bruce Timm, Smallville, Superman Returns, Man of Steel… Antes de ver Superman (la de 2025), había oído que era como un episodio largo del Superman de Bruce Timm. Como un cómic de Superman. En un mundo en el que creer que un hombre puede volar ya no es un milagro, ¿cómo puede sorprender una película de Superman? Pues siendo un cómic de Superman y a la mierda el resto de tonterías.

Hasta cierto punto, ni siquiera pìenso que esta película sea una película de Superman tanto como un cómic de DC. Ya, ya sé que ésto suena raro, pero el objetivo principal de la película era iniciar el nuevo universo DC y ésto lo hace a conciencia, creando una película que por fin no va solo sobre Superman y sí sobre el mundo en el que vive. Superman es el centro de la historia, su relación con el mundo es el eje que vertebra todo y es el odio de Lex Luthor a Superman lo que mueve la película, pero a la vez empieza con una introducción en la que te dicen que éste universo está lleno de metahumanos, que llevan siendo conocidos desde hace más de trescientos años y que Metropolis es atacada día sí y día también por kaijus, amenazas interdimensionales y todo tipo de desastres, y que Superman y la pseudo liga de la justicia -Justice Gang- de Maxwell Lord se dedican a encargarse de repeler estos ataques. La película se introduce en esa «normalidad» de una forma que nunca había visto en las películas de Marvel, más preocupadas de decirnos que ésto es la primera vez que pasa que «ésto es otro día más en la oficina». Es una aproximación curiosa y muy inteligente de Gunn, el cómo arranca un universo de superhéroes ya nos lo habían contado en Marvel, el origen de Superman ya lo hemos visto un millón de veces, así que lo que toca es seguir adelante, contar lo que no ha contado Marvel con sus «eventos cerrados», cómo es un universo de superhéroes tres años después de su creación. Marvel sigue haciendo películas sobre origenes, preocupada de la «gran historia», pero DC ha arrancado contando una historia más. Que no dudo que no tengan planes a largo plazo y subtramas que irán creciendo, pero tal y como vemos este cómic, tiene valor por si mismo y cuando termina no tienes un continuará, si no la sugerencia de ver otras películas, pero sin cliffhangers.

Y sí, la banda sonora de John Murphy hace referencias constantes al tema original de John Williams, básicamente porque Gunn ya pertenece a una generación que creció con su versión y para él no existe algo parecido. La sombra de Williams seguirá estando sobre Superman, pero la genialidad de que la propia música esté gritando Superman constantemente y evoque todo lo que constituye al personaje es algo que no se puede borrar facilmente, mal que les pese a algunos. A la capacidad de maravillar indivisible del personaje de Superman -porque si no lo hace no es Superman- le viene como anillo al dedo el talento de Williams, y me cuesta imaginar un mundo en el que alguien llegue a superar la genialidad de su banda sonora, porque más que autores que derrochan talento como Shirley Walker o Hans Zimmer lo hayan intentado. John Williams siempre estará ahí, y John Murphy no lo mimetiza como sí hizo Ottman en Superman Returns, si no que hace su propia banda sonora en la que lo llama cada vez que es necesario, aunque lamentablemente nunca acabe de tener la rotundidad del original.

SIn embargo, si algo tengo que valorar de la película es la constante humanidad del guión, hasta en sus momentos más oscuros. Vemos a un Superman que duda, que se resiste a quedarse quieto y no hacer nada «porque éso sería empeorar las cosas», y maldita sea si no he tenido que soportar durante años ésa idea, con las excusas más peregrinas. El Superman de Donner lo arreglaba diciendo que «no podía cambiar la historia de los hombres», y sin embargo paraba accidentes naturales constantemente. Llega un punto, en Superman IV, en el que directamente se carga todas las bombas nucleares del mundo tras convencer en las Naciones Unidas a todo el mundo, éso sí, pero aun así… Este Superman se niega a mirar para otro lado cuando hay gente muriendo, y ya solo por éso es más fiel a Siegel y Shuster que ningún otro Superman cinematográfico. Durante años casi he visto a Superman actuar como a Dios, estando ahi arriba y siendo infinitamente bueno y tal, pero que nunca hace nada para parar las injusticias porque yo que sé, algunas cosas las tenemos que parar los humanos vete tú a saber cómo. Superman, el original, paraba guerras a puñetazos, chuleaba a dictadores y les decía que pararan de joder a los demás. Ése es el Superman que quería Siegel, ése es el Superman que nos maravilla, el personaje que sirve como respuesta a la idea de «que alguien haga algo, por dios»; Un concepto que no deja de ser el que motivó la creación del personaje.

Sin embargo, no voy a negar que a la película le he visto sus fisuras. Nada serio, pero sí es cierto que la multitud de personajes que tiene hace que no veamos mucho de algunos de ellos, que me habría gustado ver más en profundidad. Pero la película es directa como una flecha, y la caracterización se hace todo el rato sobre la marcha, no tiene muchas pausas para que los personajes tengan largas conversaciones porque se pasan todo el rato haciendo algo. Personajes que convencen a otros de hacer algo diametralmente contrario fuera de plano y cosas así, que no son de por sí fallos de la película o siquiera escenas necesarias en si mismas, pero que a la vez me hubiera gustado ver; son elementos de la historia que lo ves en una mirada, que tal vez no necesiten más, pero a la vez es la mayor fortaleza de la misma. Y tal vez sea precisamente ése el objetivo principal de la película, el dejarte con ganas de más. No sé si lo hará James Gunn u otro director, pero está claro que Superman II llegará tarde o temprano y, quieras que no, falta nos hace. Eso sí, ojalá recuperen el escudo de los cómics y se dejen del de Kingdom Come. Superman necesita su S.