See – En el país de los ciegos Jason Momoa es el Rey

Estos últimos días me he puesto por fin al día con una serie que, aunque me llamó la atención cuando se estrenó hace unos años, había ido posponiendo su visionado hasta ahora: See. Otro de los interesantes proyectos de ciencia ficción de Apple TV+ que, en esta ocasión, nos lleva a un futuro postapocalíptico en el que los supervivientes de la humanidad han perdido la visión, y en el que Jason Momoa encarna a un poderoso guerrero que solo desea poder abandonar las armas y dedicarse a su familia. Como este fin de semana he terminado su primera temporada, quiero compartir por aquí qué me ha parecido hasta el momento esta serie, que aunque tiene problemas, mantiene un buen nivel.

No ha comenzado nada mal esto

Quinientos años después de que una plaga acabara con la mayor parte de la población del planeta y dejara ciegos a los supervivientes y sus descendientes, la humanidad se ha visto reducida a varios puñados de tribus sumidas en la superstición y la barbarie, que apenas conservan conocimientos del pasado, y estos a menudo están entremezclados con leyendas. Pero todo cambia el día en que una mujer fugitiva que se niega a hablar de su pasado da a luz un niño y una niña con la capacidad de ver, una habilidad que deben mantener en secreto por considerarse un signo de brujería, pero que los pondrá en el camino de cambiar el destino de la humanidad tras siglos sumidos en la oscuridad.

Les espera una complicada odisea por delante

Cuando se estrenó esta serie en 2019, me llamó la atención ese mundo que mostraba a medio camino entre el «Ensayo sobre la ceguera» de Saramago y el salvajismo de Mad Max, con el derrumbe absoluto de la civilización moderna, el regreso al tribalismo más salvaje y los descendientes de quienes sobrevivieron a la plaga que arrasó el mundo adaptando sus sociedades a la nueva realidad. Ese es uno de los aspectos que más me ha fascinado de la serie, el contraste en el funcionamiento de estas nuevas sociedades, algunas fundadas en torno a una especie de feudalismo, otras como tribus de cazadores-recolectores, pero todas teniendo en común un olvido casi absoluto de la historia y los avances científicos y tecnológicos de los últimos miles de años y donde la superstición reina a sus anchas.

A veces parece que buena parte de la humanidad esta deseando que llegue el apocalipsis para fliparse y cosplayearse

Un aspecto que aunque a veces parece que hay que tomar con pinzas es que la humanidad haya degenerado hasta ese extremo, no es especialmente ilógico. La epidemia que arrasó con la mayor parte de la humanidad dejó tras de sí unos dos millones de supervivientes en todo el planeta (aproximadamente el 0.0253% del total), que quedaron absolutamente ciegos, por lo que no es extraño que la sociedad colapsara de una forma brutal, lo que, sumado a los quinientos años transcurridos desde entonces, hace bastante comprensible ese descenso a la barbarie. Aunque a medida que avanza la serie, ya nos van revelando que eso no es algo que haya afectado a todo el mundo por igual.

Aunque algunos están mas avanzados que otros

Pero uno de los aspectos más fascinantes con los que cuenta esta serie es precisamente el eje sobre el que gira la misma, la falta de visión. Esto ha provocado que, por ejemplo, la escritura haya sido reemplazada no por el braille, sino por un sistema de nudos en cuerdas inspirado en las civilizaciones Andinas, o que posean un sistema de señales a partir de “escribir” sobre la palma de la mano de otra persona cuando quieren transmitir información sin ser escuchados. El oído y el olfato de los supervivientes se ha agudizado de tal forma que son capaces incluso de cazar o combatir entre sí, con algunos personajes mostrando una pericia con las armas digna de Zatoichi y otros especializados en controlar de tal forma sus cuerpos que son capaces de moverse entre multitudes como fantasmas sin hacer el más mínimo ruido. Un aspecto de la serie bastante cuidado y que ha conseguido proporcionarle a la serie una atmósfera muy original.

Si, ahí Momoa esta leyendo un mensaje que alguien ha dejado

Este último se ha convertido en uno de mis aspectos favoritos de la serie: la forma en que han planteado los combates, que le debe mucho al ya mencionado Zatoichi. Al encontrarnos en un mundo en el que la inmensa mayoría de personajes son ciegos, estos han desarrollado una forma de moverse y combatir muy particular. Aquí el sigilo y la contención son lo primordial antes que los aspavientos y los movimientos innecesarios, ya que la propia respiración o el roce de la ropa pueden delatar la posición de uno, y las armas son utilizadas tanto para matar como a modo de “bastones” para guiarse sobre el terreno. Algo que ha provocado que las coreografías de esta serie sean unas de las más originales que me he encontrado en mucho tiempo.

La idea de un mundo de Zatoichis es aterradora

Aunque sin duda uno de los mejores elementos de la serie, que a mí no me ha sorprendido demasiado, ha sido Jason Momoa. Pese a que este se suele caracterizar por interpretar lo que parece ser una versión muy exagerada de sí mismo, y es algo que se le da de miedo y va muy bien para muchos de sus papeles, en más de uno de sus proyectos ha habido momentos que me han dejado claro que se trata de un actor que si le dejaban podía dar mucho más de sí, y aquí, con su personaje de Baba Voss, ha tenido la oportunidad de demostrarlo. Un personaje que aunque sobre el papel es algo estereotipado, el guerrero de oscuro y violento pasado que quería dejar esa vida atrás pero las circunstancias no se lo permiten del todo, Momoa consigue convertirle en un personaje bastante interesante.

Cuando se trata de pelear es una bestia

En contraste a su físico y fuerza masivos y su mortífera habilidad en el combate con armas o sin ellas, lo que más define a Baba Voss son su gentileza y empatía. Un personaje que tras comenzar su nueva vida se ha volcado en el bienestar de su tribu y que adora a su familia por encima de todo, y que aunque es mejor no tenerle como enemigo, es también alguien comprensivo que no tiene problemas en perdonar o conceder segundas oportunidades. Con este papel más dramático y lleno de matices, Momoa ha podido mostrar que es mucho más que un tipo simpático y musculoso, que posee un rango actoral mayor de lo que parece a simple vista, capaz de aguantar el tipo junto a gente como Alfre Woodard, y que se trata de un actor a quien se debería tomar mucho más en serio y de quien espero que en el futuro tenga más oportunidades como esta de demostrar que es capaz de mucho más.

Esta serie permite verle bajo otra luz

Y aunque la historia sabe atrapar al espectador, muchos de sus personajes son bastante interesantes (no todos, por desgracia) y es todo un placer explorar este peculiar mundo, See tiene algún que otro problemilla que cuesta entender en una producción como esta. A menudo se nos presenta a los habitantes de este mundo utilizando como herramientas restos reciclados de la civilización de sus antepasados, pero teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde la epidemia que arrasó con casi todo, a veces cuesta suspender la incredulidad lo suficiente en según qué aspectos. No es raro ver a personajes vistiendo lo que se supone que deben ser restos de ropas recicladas del pasado, que conservan remaches y ojales metálicos industriales tan nuevos como recién salidos de una tienda, o sin entrar en detalles por los Spoilers, otros restos mecánicos e incluso tecnológicos que siguen funcionando como si nada, y si se supone que han pasado más de quinientos años desde el colapso, esto es algo que a veces cuesta más de la cuenta aceptar.

Por suerte en otros momentos si que resulta mucho mas verosímil este mundo

Pero estos no son los únicos pequeños e incomprensibles problemas de guion de los que padece See, ya que además de tener a veces unos giros de guion “sorpresivos” demasiado evidentes y que prácticamente nos telegrafían, esta también peca de ese problema demasiado recurrente en la ficción por el que el paso del tiempo y las distancias son absolutamente inconsistentes, soliendo depender más de “exigencias del guion” que de la lógica. Así es como nos encontramos con personajes que a veces parecen recorrer distancias descomunales en lo que da la impresión de ser unos pocos días o incluso horas, o se nos habla de lo lejos que están algunos lugares pero hay mensajeros (ciegos) que llevan mensajes entre un sitio y otro con una velocidad pasmosa. Problemas menores que cuesta creer que se sigan dando hoy en día y que aunque simplemente debemos asumir que ha transcurrido más tiempo del que parece, no costaría reflejarlo mejor en pantalla.

Caminan mas y mas deprisa que la Comunidad del Anillo

Ahora me quedan por delante sus otras dos temporadas, en las que confío no solo en que mantengan el nivel de la primera, sino que sus responsables fueran capaces de ir más allá y de pulir de paso esos pequeños problemillas con los que ha contado esta. Una serie de la que, además, se agradece que no se alargase más de la cuenta (que la premisa de esta tampoco daba para estirarse demasiado) y que pudiese terminar cuando tocaba, sin tener que sufrir uno de esos habituales hachazos prematuros que demasiado a menudo son el destino de estas series de ciencia ficción que se alejan un tanto de lo habitual. Por lo que en las próximas semanas dejaré caer por aquí lo que me ha parecido la conclusión de la misma y espero poder decir que como poco me lo he pasado bien.

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Roger
Roger
1 mes han pasado desde que se escribió esto

En La Peste Roja de Jack London, solo necesitaban una plaga apocalíptica y dos generaciones para olvidarse completamente de la civilización.
Personalmente no se si una civilización con 100 por cien de ciegos es creíble, dicho sea con todo respeto a los invidentes.

yomismo
yomismo
1 mes han pasado desde que se escribió esto

A mí lo que más esfuerzo tuve que hacer en la suspensión de la credibilidad fue el tema de las razas. Si ha habido una serie en la historia de la televisión para meter toda la inclusividad del mundo sin que a nadie (bueno, siempre habrá algún subnormalico llorica extremista) le parezca forzada, ha sido esta. En quinientos años sin que nadie sepa de qué color es la persona a la que se está follando, todo dios debería estar bien remezclado, pero no verás más mulatos en la serie que los hijos de Baba, todo los demás personajes son requeteblanquitos o negros, de hecho me cuesta recordar más de un solo asiático en toda la serie.
Ah, y los ejércitos bien uniformados de su correspondiente color.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 mes han pasado desde que se escribió esto
Responde a  yomismo

En un mundo de invidentes las diferencias étnicas (salvo en lo cultural, y tampoco esto hubiese podido durar mucho más con una civilización regresiva en la que pocas diferencias irían quedando ya más allá de los idiomas) empezarían a desmoronarse en la segunda generación y en la siguiente se acabarían los racismos (salvo quizás para algunas familias endogámicas perdidas en el culo de los USA😈).

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
1 mes han pasado desde que se escribió esto
Responde a  yomismo

Los de los uniformes uniformes (valga la redundancia) ya es como para chotearse del tema (adiós una vez se empezase a acabar el stock …salvo que pasases a usar uniformes monocromos y muy poco detallados con algún proceso de tinte muy básico, para que a nadie que no sea un hacha en el tema se le pudiesen ir mucho las manos).