Robo-Hunter – Recordando a Ian Gibson

Hace unos días nos encontramos con la triste noticia del fallecimiento del dibujante Ian Gibson, todo un clásico del cómic británico que también hizo sus pinitos en el mercado estadounidense y que nos ha dejado un gran legado con el que recordarle. Un dibujante del que ya habíamos hablado por aquí anteriormente gracias a su Halo Jones y su Taxidermist, y de quien precisamente estas ultimas semanas había estado releyendo, y redescubriendo, uno de sus trabajos mas recordados, Robo-Hunter, por lo que a modo de homenaje que mejor que recordarle por uno de esos trabajos que le valió ganarse lo que mas apreciaba de su profesión, el cariño del publico.

Se le va a echar mucho de menos

 

Sam Slade es uno de los mejores cazadores de robots que existen y lo ha sido durante los últimos cuarenta años. Pero la edad comienza a hacer mella en el y ya no es tan rápido como antes y sus reflejos comienzan a fallarle, por lo que empieza a ver cerca el día en el que acabara como suelen acabar todos en su profesión, muriendo a manos de algún robot durante algún trabajo. Pero cuando su ultimo encargo le lleva a investigar lo sucedido en una lejana colonia terrestre en el planeta Verdus y los efectos secundarios del viaje hiperespacial le rejuvenecen, Sam se encontrará con una nueva oportunidad en su vida. Aunque quizás esta renovada juventud no sea suficiente para hacer frente el solo a todo un planeta de robots con un solo objetivo en sus circuitos… acabar con el.

Quizás esta vez el trabajo le venga un poco grande a Sam

Durante mucho tiempo para mi Robo-Hunter fue solo uno de aquellos cómics raros, que parecían mas adultos, y que Zinco anunciaba en las contra portadas de sus cómics, que jamás encontraba a la venta en ningún lado (cosas de comprar los comics en tiendas que ocasionalmente traían alguno mezclado con la prensa y las revistas) pero que se quedaron grabados en mi memoria por la curiosidad que me provocaban. Tarde bastantes años en descubrir de que trataba realmente aquello, que se trataba de una serie que había nacido en los primeros años de 2000 A.D. después de que John Wagner quedase impresionado por el trabajo de Gibson dibujando batallas contra seres mecánicos en la saga “Robot Wars” del Juez Dredd.

La de años que me pase especulando con el contenido de este comic que vendían con esa «garantía británica»

Y aunque la primera opción de Wagner para dibujar aquella nueva serie de Robo-Hunter había sido Gibson, este se encontraba demasiado liado en aquel momento y el proyecto acabó en manos del dibujante José Ferrer, pero el trabajo de este ultimo, quien había llegado a dibujar tres capítulos, no acabo de convencer a la editorial. Por suerte para aquel entonces el calendario de Gibson ya se había despejado y este pudo hacerse cargo de la serie como estaba previsto en un principio, y tras redibujar algunos de aquellos capítulos, Robo-Hunter finalmente vio la luz en 1978 para deleite de los lectores de la revista.

Un estreno por todo lo grande que le valió protagonizar la portada

Aquel personaje era una peculiar mezcla de elementos de lo mas disparatados. El nombre de Sam Slade era un obvio y nada disimulado homenaje al famoso detective Sam Spade de Dashiell Hammett (personaje al que Wagner ha homenajeado mas de una vez en sus cómics) y al igual que este era un detective. Pero en lugar de moverse por los habituales escenarios del genero negro, este Sam vivía en un futuro supertecnologico en el que se dedicaba a cazar robots, inspirado quizás también en parte en el Rick Deckard de Philip K. Dick. Y de esta mezcla tan curiosa pero efectiva, surgió uno de los personajes mas recordados de los primeros años de 2000 A.D. que aunque quizás no es tan recordado como algunos de sus coetáneos, sus aventuras siguen siendo tremendamente divertidas incluso leídas cuatro décadas después.

Por desgracia para Sam su vida no es como sus sueños

El punto de partida de esta historia no deja de ser en parte una vuelta de tuerca a aquellas “Robot Wars” que John Wagner había realizado para el Juez Dredd un año antes junto con Ron Smith e Ian Gibson, pero llevándolo al extremo (algo muy habitual en 2000 A.D.). Y si allí teníamos a Dredd y el departamento de Justicia enfrentados a una ciudad de Robots descontrolados, aquí tenemos a Sam Slade y un puñado de pintorescos aliados enfrentados a todo un planeta. Pero aunque ambas historias comparten unas cuantas similitudes, esta primera saga de Robo-Hunter dista mucho de ser una mera repetición.

Dibujar tecnología se le daba de miedo

En Robo-Hunter nos encontramos con una sociedad robótica bastante mas compleja y en ocasiones absurda y un tono mas humorístico y gamberro que no hubiera encajado demasiado con el famoso Juez pero que le viene como anillo al dedo a Sam. Y es que, ¿en que otra serie íbamos a poder ver un equipo formado por una vieja gloria como Sam, un piloto convertido en un bebe fumador y malhablado, unas botas robóticas parlantes y un viejo robot a vapor y que todo funcione para ser un cómic tan frenético como divertido?

2000 A.D. era única

Pero aunque la historia es divertida, es el enorme trabajo de un Ian Gibson inspiradísimo el que hace de este Robo-Hunter una lectura imprescindible para los aficionados al cómic británico de aquellos años. Tras unos primeros capítulos que Gibson redibujo a medias sobre el trabajo de Ferrer y añadió alguna que otra pagina, es cuando por fin comienza su trabajo en solitario cuando esta historia explota por todo lo grande. El intrincado y detalladísimo estilo de Gibson consigue que uno quiere detenerse y recrearse en cada pagina simplemente para admirar cada una de las criaturas mecánicas que desfilan por este cómic, todas dotadas de diseños y personalidad únicos, adaptadas a las distintas funciones que cumplen en esa sociedad tan extraña que han formado y sin que desentonen entre si.

Con un comienzo así estaba claro que esta saga iba a ser algo espectacular

Pero Gibson era mas que un buen diseñador de personajes, también era un gran narrador, algo que se puede apreciar en la forma en la que maneja las escenas de acción, con Sam enfrentándose a docenas de robots al mismo tiempo sin que en ningún momento resulte confuso lo que esta sucediendo. Una acción que se desarrolla en unos escenarios complejísimos, en ocasiones con distintos niveles e profundidad y en los que Gibson no escatimo detalle, que cuesta creer que fuese capaz de llevar a cabo al ritmo semanal que imponía 2000 A.D.. Pero por algo estamos hablando de uno de los grandes de aquella generación de artistas.

Definitivamente Ian Gibson se gano a pulso ser uno de los grandes

Quienes aun no hayan tenido la suerte o la oportunidad de descubrir a este personaje, Rebellion ha publicado este mismo mes una reedición a todo color de sus primeras aventuras, Robo-Hunter: Planet of the Robots, que recopila esta saga en cuestión. Un material que viendo como Dolmen esta apostando por el cómic de dicha editorial no me sorprendería que tarde o temprano acabe cayendo por aquí, para quienes se perdieron las anteriores ediciones de este cómic tengan la oportunidad de descubrir y disfrutar de esta ciencia-ficción cafre y gamberra por la que parece que no pasan los años, y especialmente por reencontrarse con el trabajo de un dibujante excepcional al que vamos a echar mucho de menos.

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Roger
Roger
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Yo también conocía solo a ese personaje de los anuncios que salían en otros cómics. Supongo que es una especie de homenaje de la mente que recuerde una imagen de hace 30 años, cuando tantas cosas de esa época se me han borrado… O es un ejemplo de cómo funciona la mente humana. En la infancia todo se queda grabado en el fértil humus cereberal, y en la vejez madurez ya tenemos gravilla crujiente por neuronas.

Divertido parece el cómic, me ha hecho reír ese bebé fumador en plan Roger Rabbit (eso hoy no lo sacarían ni borrachos).

Zatannasay
Zatannasay
9 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Roger

Y acto seguido le cae una zurra por -entre otras cosas- fumar.
Sam Slade sabe, que se debe erradicar el nefasto vicio del tabaco. Esa era una realidad que ya era evidente entonces.

Por otro lado, hoy tenemos en la pequeña pantalla las burradas de The Boys, El Pacificador, Rick y Morty o Harley Quinn.
Hace 30 o 40 años no se hubieran podido sacar ni borrachos.

Viene a cuento mi perorata; en que ese discurso de «nos censuran, nos privan de libertades, antes viviamos mejor…» es uno de los arietes de la narrativa de la ultraderecha.
Es preciso combatir ese discurso ultrareaccionario desde ya.
Porque además, es un discurso tan exageradamente falso.

Roger
Roger
9 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Zatannasay

Si mi comentario sonaba a ultraderecha, no era mi intención.

Zatannasay
Zatannasay
9 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Roger

Ya. Hombre. Doy por supuesto que no.

La coña es que es un discurso que está calando muchísimo. Incluso entre gente que no comulga con la ultraderecha.
Y que se repite, sin percibir lo que conlleva; o quien lo alienta; o a quien favorece.

Por eso hay que desactivarlo. Que la gente se dé cuenta de lo que hay detrás de ese discurso.
No existen las palabras inocuas.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Pues lo prefiero en B/N.

ToxOgt
ToxOgt
9 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  M'Rabo Mhulargo

tengo una duda siempre he creido que Death Head era una copia de Robo hunter y este muy parecido al Jonah Hex pos crisis

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Se echará de menos a Gibson. Juez Dredd, Robo-Hunter, La balada de Halo Jones (otra que prefiero en B/N vista la edición coloreada de Norma), Lifeboat,… Grandes trabajos.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

En muchas de sus páginas este hombre parecía tener horror al vacío. Hay que ver cómo recargaba de detalles. Algunos entintadores de los sesenta habrían tenido pesadillas de ver su trabajo.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Garry Leach, Kevin O’Neill, Ian Gibson,… Una tragedia para el buen cómic británico.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Feliz 70 cumpleaños, Jean-Marc DeMatteis.

Manolin
Manolin
9 meses han pasado desde que se escribió esto

¿ Soy el único al que este dibujante le recuerda al también fallecido Azpiri?

Diógenes Pantarújez
Admin
9 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Manolin

Gibson y Azpiri trabajaron en el mercado británico por la misma época, no es de extrañar que hubiera cierta relación o un «antepasado» común.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Ron Embleton?

Stravinkay Modelarus
Stravinkay Modelarus
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Una búsqueda extremadamente superficial señala a Víctor de la Fuente (Ian Gibson le menciona aquí, donde también menciona a Embleton, y Azpiri aquí; si me estoy poniendo muy pesado con los links me avisan). Aunque (muy probablemente) su mención sea de perogrullo y es un ejemplo de «antepasado común» no disimilar a como sería en el caso de mencionar a Al Williamson (a quien Gibson menciona igualmente): que por ósmosis cultural le tengo siendo junto a Alex Raymond para la ciencia ficción lo que Hal Foster y Milton Caniff son para las aventuras o el Spirit de Will Eisner y el Dick Tracy de Chester Gould para la serie detectivesca; con todos ellos siendo fundamentales al medio sin importar el género obviamente (la categorización es no para limitar su influencia a esos géneros sino que para indicar que son muchas de sus ideas de diseño y narración las que definen tremendamente a esos tipos de historias… de nuevo; noción que tengo por ósmosis comiquera).
También por ósmosis la influencia del «continente» en el mercado británico siempre supongo que corre por Metal Hurlant así como el intercambio con los artistas españoles (que ponen siempre como primero entre iguales a Carlos Giménez) que suelen presentar (en sus ejemplos más populares) una vocación junto con el franco-belga por la sátira y lo fantástico donde las figuras son exageradas para la parodia o el tono mientras que al mismo tiempo se tiende al costumbrismo y los espacios se mantienen reales (no tanto realistas como dando la sensación de vivos; en contraste al mercado estadounidense tendiendo a la iconografía y a una preocupación con la arquitectura y las referencias espaciales por sobre los detalles dando la idea de un lugar que existe independiente a la historia en cuestión).
Además no se debe descontar del aspecto cultural el efecto que tiene en los estilos artísticos las condiciones de trabajo y formatos de publicación (plazos de entrega, periodicidad de publicación, formato, calidad del papel de impresión, estudios, asistentes, etc. etc. etc.).
Volviendo a Ian Gibson; yo veo a Kirby, Kane (siempre Gil, nunca Bob) y hasta Infantino (aunque a lo mejor por tenerlo en mente estos días). Pero eso es resultado de mi limitado conocimiento de los referentes visuales fuera de Marvel.

Ya me extendí en demasía y sinceramente es solo para ilustrar mi gran ignorancia del tema en realidad; la mayor parte de lo que acabo de escribir es como digo una noción nacida de los discursos más corrientes alrededor de estos temas. Cualquier parecido a erudición es pura coincidencia, xD.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Gibson llegó a usar el seudónimo (entre otros) de Emberton.

Payton Wynn
Payton Wynn
9 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Manolin

En «La Balada de Halo Jones» sí que me lo recuerda.

Zatannasay
Zatannasay
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Y en el equipo no habeis incluido a la verdadera heroina de la historia: Cutie.
Imperdonable.

Yo sí tuve dos grapas de esa historia. Que me llegaron de no sé donde. El de las cloacas con la partida de Robopoly y esos policias de juguete.
«Lo han hecho pedazos»
«Se resistió al arresto»

Y el de la hecatombe final.
Tristísimo me resultó el final del conductor de la limpiadora de cloacas.

Deseando salir de las cloacas, y hacer amigos con los que jugar al robopoly; supera sus miedos, solo para que le llegue el final trepando por la cuerda y para ser consciente de que vuelve a caer. Que no ha podido cumplir su sueño.

De niño lloré con esa escena.

Gibson metía mil detalles en cada viñeta que expandían la personalidad de todos los personajes. ¿El más grande de todos? El propio planeta Verdus.
El hombre exporta su miseria a todos los sitios a los que llega.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Zatannasay

Cutie, la fiel compañera original de Sam.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Feliz 59 cumpleaños a Bart Sears.🥳

mespinpe
mespinpe
9 meses han pasado desde que se escribió esto

Otro que conoció a Robohunter y Juez Dredd primero en los anuncios de Zinco. Especialmente me impactó el de «Judge Dredo» (la segunda d estaba sustituida por la placa y mi yo infantil pensaba que simbolizaba la «o») con ese uniforme tan llamativo en la época dibujado por Bolland y esa pose Clint Eastwood. Y ninguno de los dos personajes defraudó cuando por fin cayeron sus comics en mis manos.
De Robo Hunter me dejaron el retapado con la colección completa de Zinco cuando tendría 11 años. Y fli-pé con esa «Alicia en el país de las maravillas robóticas y ciberpunks» que era la saga de Verdus. Un no paque rar de ideacas, personajes y situaciones estrambóticas, con muy mala leche y humor negro. Y, efectivamente, no te daba la olla con lo detalladísimos que eran los dibujos de Gibson y su fantasía para los diseños.
Aquí el dibujante estaba en su prime, desde mediados de los 80 simplificó su estilo y ya no volvió a regalar páginas tan brutales como estas.
Por cierto que también he leído las aventuras publicadas por MC y las siguientes aventuras del personaje, sin llegar al nivel de esta primera, siguen siendo muy muy disfrutables.

Por cierto, me parece un atentado que estén recoloreando digitalmente sus aventuras en las nuevas reediciones, en vez de reutilizar o restaurar el magnífico primer coloreado que hizo ¿John Burns? en los 80 para la edición americana. No he podido ver el de Robo-Hunter, pero sí el de La Guerra del Apocalipsis de Dredd y es para matarlos.