Lo admito, el titulo del post es un clickbait como una casa ya que el tema del que quiero hablar hoy no tiene absolutamente nada que ver con esa mal llamada “cultura de la cancelación” de la que muchos se quejan cuando en realidad se trata de las consecuencias de sus actos/palabras. De lo que quiero hablar es de un fenómeno que llevo décadas observando y que sigo sin entender, pero que como con casi todo en este mundo solo ha ido a mas con el advenimiento de Internet y de las redes sociales. Ese fenómeno por el que multitud de personas piden o incluso exigen que se cancelen determinadas cosas no por cuestiones de “moralidad” o ideologías varias, sino por la sencilla razón de no estar conforme con la existencia de algo que no les afecta ni remotamente.
Antes de ser acusado de hipócrita tengo que reconocer que si bien es cierto que ocasionalmente por aquí he anhelado la cancelación de muchas cosas esto siempre se ha debido a causas mucho mas concretas y personales. A menudo deseaba que zack snyder dejase de hacer películas del Universo DC (pero no tengo problema alguno con que siga su carrera dirigiendo películas de zombies, de ciencia ficción o de lo que sea siempre que no toque personajes que me gustan). También he querido mas de una vez que determinadas etapas o equipos creativos en cómics que me gustan fuesen “cancelados” para ver si esas series acababan en manos de gente capaz de hacer algo mas acorde con mis gustos. Del mismo modo en su día quería que “cancelasen” a kyle rayner para que Hal Jordan recuperase su lugar, y en tiempos mas recientes quería que Barry Allen volviese a desaparecer para que Wally West fuese el Flash principal una vez mas igual que me encantaría que hiciesen lo propio con Nick Furia Jr para que su padre vuelva al primer plano. Pero , en ningún caso tengo ningún problema con que esos otros personajes continúen su existencia paralela siempre que yo pueda disfrutar de las versiones que me gustan. Son “cancelaciones” si, pero de otro tipo.
Las que me fascinan y horrorizan a partes iguales son esas cancelaciones mas genéricas en la que hay personas que desean que desaparezcan cosas en masa, que la mera existencia de un tipo de ficción con la que no disfrutan les molesta o les ofende tanto que quieren que deje de existir. El recuerdo mas antiguo que tengo de este tipo de actitudes probablemente se remonta a los años ochenta, cuando no era raro encontrar en los correos de los lectores de Fórum y Zinco cartas de lectores pidiendo que dejasen de publicar los cómics que no les gustaban, nada de pedir nuevos rumbos o equipos creativos, cancelación a saco simplemente porque se publicaba algo que no les gustaba ni compraban pero no querían ver en los quioscos. Algo a lo que se le sumaba los lectores del comic europeo, el underground y demás que miraban con muy malos ojos como las revistas de ese tipo de comics iban desapareciendo mientras que los superhéroes se volvían mas y mas populares y también escribían cartas y artículos reclamando su desaparición.
Una actitud que recuerdo que fue a peor (dentro de unos limites, que cartas así, las que se llegaban a publicar al menos, tampoco es que fuesen una avalancha) con la llegada del manga. Cada vez me encontraba con mas personas a quienes parecía ofender que se publicase algo diferente a lo que estaban acostumbrados a comprar, que parecían no soportar la idea de que sus cómics de superhéroes tuviesen que compartir espacio en quioscos y librerías con esos cómics raros en blanco y negro que cada vez parecían tener mas éxito. Y aunque puedo suponer que detrás de muchas de estas quejas se encontraba el “razonamiento” de que si las editoriales dejaban de publicar esos cómics eso supondría que saldrían a la venta mas cómics de los que a ellos les gustaban, siempre fue algo que no pude entender.
Pero con el paso del tiempo, y especialmente con el aumento desproporcionado de estas actitudes gracias (o por culpa) de Internet, cada vez estoy mas convencido de que detrás de todo esto lo que se esconde en muchos casos es un desprecio nacido de unos aires de superioridad bastante ridículos. Que sencillamente nos encontramos con gente convencida de que sus gustos son los únicos buenos y aceptables, que todo lo demás es ruido de fondo que debería desaparecer y que cuando esas cosas que no les gustan se vuelven muy populares les jode tanto esa realidad que necesitan que desaparezca porque les resulta inadmisible que no todo el mundo tenga sus mismos gustos.
Eso es algo que hemos visto a menudo con un tema que nos toca de cerca en este blog, el cine de superhéroes. La popularidad y el éxito de taquilla de este tipo de cine ha traído consigo un aumento en el numero de voces que no pierden ninguna oportunidad para mostrar su desprecio por este tipo de películas, quejarse de que se hacen demasiadas y regocijarse cada vez que encuentran algo que puede interpretarse como una señal de que la popularidad del genero se esta desinflando y va a desaparecer. Una queja que jamás he entendido porque debe ser que mi concepto de “muchas películas” es muy diferente del de esta gente, no hay mas que ver las cifras y comprobar como el pasado año se estrenaron siete películas de superhéroes, y que ese mismo año solo en Estados Unidos se estrenaron cuatrocientas cuarenta y nueve películas (y si nos remontamos a los tiempos previos a la pandemia nos encontramos con que en 2019 se estrenaron setecientas noventa y dos).
Si, el cine de superhéroes ocupa mucho espacio y visibilidad, suele ser lo mas taquillero (pero en general las películas mas taquilleras han sido durante décadas las que mezclan la acción, al aventura y la fantasía, como el cine superheroico) y de lo que mas se habla en redes… Pero eso no ha impedido que el pasado año además de esas se estrenasen otras cuatrocientas y pico películas, y eso sin contar los estrenos cinematográficos en el resto del planeta. Y son películas que si a uno no le gustan, como me sucede a mi con la saga de Avatar, igualmente popular y taquillera, existe la sencilla opción de no verlas y disfrutar de cualquier otra cosa. Pero no, esta gente necesita que eso que no les gusta desaparezca pese a que solo les afecta porque son incapaces de consentir su existencia.
Un caso en cierto modo similar lo podemos encontrar con el Manga BL. Este es un genero de manga cuya popularidad y éxito no ha dejado de aumentar y a día de hoy es rara la editorial que no cuenta con algún titulo de este estilo dentro de su catalogo. Aunque pese a dicha popularidad, y si nos atenemos a los fríos datos, nos encontramos con que el pasado años 2022 se publicaron en España algo mas de mil cuatrocientos mangas y de ellos solo ciento tres eran BL, una gota de agua en un océano de Shonens en los que cuesta hacer sitio para algo mas. Pero pese a que estos mangas siguen siendo algo minoritario, si uno se fija en los anuncios en redes sociales de las editoriales cuando anuncian un nuevo BL es tristemente habitual encontrar mensajes de gente indignada cuando descubren que ese anuncio que esperaban con ilusión resulta ser un BL, quejándose de que se publican demasiados, de que todo es BL… cuando el porcentaje de estos dentro del panorama editorial español es mínimo. Y aunque es cierto que en este caso concreto es muy posible que además de ese elitismo muy mal llevado se encuentre también algo de homofobia, el caso es el mismo, querer que deje de existir algo que pueden ignorar alegremente ya que no hace daño a nadie.
Tristemente esto es algo que estoy convencido de que no va a desaparecer sino con el tiempo ira a mas, especialmente en los casos en los que la frustración de estas personas no deje de aumentar al comprobar que eso que no les gusta sigue siendo tan popular o mas y que no tiene visos de desaparecer. Por eso hay que tener cuidado y no dejarse llevar a la hora de despreciar algo (siempre hablando de cosas como los cómics, el cine, la música, etc), porque en muchas ocasiones se trata de cosas que uno puede ignorar alegremente y seguir con sus vidas, porque no afectan en nada a nuestro disfrute de lo que nos gusta y es absurdo dejarse llevar por ese ego herido de que no sean nuestros gustos los mas populares. Que no somos accionistas de ninguna compañía, nuestros ingresos no dependen de lo mucho que venda o recaude algo concreto y es mas sencillo y saludable el “vive y deja vivir”. Que además, motivos legítimos y serios por los que indignarse no nos faltan en el día a día y es mejor dedicar esa energía a quejarnos y tratar de cambiar esas cosas que reclamar que dejen de hacer un tipo de películas o de cómics a los que no pensábamos acercarnos.
Pues hombre yo creo que si algo no te gusta, no le prestes atención. Yo lo de los Love Boys no me interesa y ni los leo, ni tampoco le presto atención a los articulos que los presentan. Pero no voy a protestar contra quienes los consumen o los redactan. Simplemente pasare de ello.
Yo creo que el problema muchas veces es esa sensación de sentirse desplazado que manifiesta cuando ora cosa recibe mucha atencion. Si recibe mucha atención, crece y termina por hacer desaparecer aquello que te gusta. O lo vuelve muy dificil de encontrar o se vuelve muy caro. Y no se puede negar que eso no sea un fenomeno que ocurra. La cultura popular es un fenomeno capitalista en la que nuevas ideas modas y formas de esparcimiento nacen y compiten por llamar la atencion. Y no les puedes prestar toda la atencion a todo a l mismo tiempo. Tienes que elegir. Y eso hace que muchas cosas que antes gustaban del favor popular sean desplazadas por nuevas creaciones. Y eso es algo muy comun en la realidad. Al final las tendencias terminan creciendo y desplazando otras. Y eso es inevitable.
Cuando tus gustos coinciden con la mayoria, todo esta bien, pero en la medida en que te encuentras en una minoria, la cosa se vuelve angustiosa. Y cuando te lo machacan con el marketing y la publicidad actual, que llega a ser invasiva, muchas veces veces terminas sintiendote bombardeado. ¿Un consejo? No confies en la publicidad. Nunca.
Lo mejor en este caso creo que es simplemente dejar de lado y atras ese tipo de cosas. Si ya estas a disgusto, mejor alejarse que gruñir por algo que no vas a cambiar. Mejor alejarse.
Lo absurdo es que en muchas ocasiones ese desplazamiento es puramente subjetivo, los ciento y pico BL que se publicaron el año pasado no impidieron la publicación de otros mil y pico que eran en su mayoría Shonen, las siete películas de superhéroes del 2022 no solo no impidieron para nada el estreno de otras cuatrocientas y algo películas, sino que este pasado 2022 si miramos las mas taquilleras, las tres películas que mas recaudaron no eran de superhéroes. Pero lo triste es que demasiada gente parece que solo será feliz si aquello que no les gusta desaparece por completo.
Es cierto . Puede ser subjetivo. Pero la publicidad que reciben unos y otros es diferente. Siempre se esta hablando de como cosas con una calidad muy mediocre reciben la atencion de los medios por la gran campaña publicitaria que los acompaña mientras otros trabajos mas elaborados pasan desapercibidos excepto para uno o dos conocedores, que para mas remate lo convierten en algo de «elite» y lo llevan a un circulo cerrado de esnobistas.
Buen post. Felicidades.
Me voy a fijar en un concepto en concreto: «En ningún caso tengo ningún problema con que esos otros personajes continúen su existencia paralela siempre que yo pueda disfrutar de las versiones que me gustan». Lo hago porque me siento muy identificado cada vez que veo que se prepara (o termina) un proyecto sobre una versión a mi entender alternativa o no canónica de un personaje que me gusta.
No tengo problema con que hagan las películas que quieran de estas «versiones», ya sea cambiando el género, el color, las motivaciones, el enfoque, el tono… puede sorprendentemente gustarme más (Batman Begins) o aburrirme del todo (The Batman), incluso sin tener que ver con la calidad en sí misma del resultado (Joker) pero lo que me molesta son las «oportunidades perdidas», cuando el personaje canónico no está correctamente representado y «se gastan el dinero (aunque no sea mío)» en hacer una película que no es la que yo quiero ver. Y es ridículo molestarse (aunque humano), basta con no ir a verla al cine o escoger cualquier otra opción… pero no, le dedico tiempo, aunque solo sea para quejarme. Cada vez menos. Me estoy curando…
Y por eso me gusta la idea de Gunn de crear un universo cohesionado y que Joker o The Batman sean tratados como elseworlds, porque incluso si cualquiera de estas películas es correcta, buena o fabulosa, no corresponden con las versiones que quiero ver en pantalla. No por ese motivo me atrevo a decir que no deben hacer estas películas y pedir o exigir la cancelación de estos proyectos. Pero me alegro si se pone el foco en las versiones canónicas, porque es lo que quiero ver, son «las versiones que me gustan»
“parecían no soportar la idea de que sus cómics de superhéroes tuviesen que compartir espacio en quioscos y librerías con esos cómics raros en blanco y negro que cada vez parecían tener más éxito”
Esto me sorprende un poco. En mi experiencia en la época (pre internet) yo no conocí estas actitudes. Si bien es cierto que vi como mucho lector de superheroico se tiro con entusiasmo hacia el manga, con el mega pelotazo de Dragón Ball y a otras cosas del palo tipo “el puño de la estrella del norte y similares” tampoco vi, o percibí, que los fieles al super (entre los que me incluyo) tuvieran actitud de rechazo frontal. Casi todos años antes veíamos Oliver y Benji (cuando la denominación predominante era aún “dibujos japoneses” más que manga). Y no sé, a mi que el genero no me cautivo aún me acerque a él con AKIRA que me gusto mucho en su día. Vamos, que nunca conoci a nadie que dijera algo parecido a «lo que mola es el manga y que prohiban los superheroes» o viceversa.
Lo anterior como digo es mi experiencia como la recuerdo, y no sé si es extrapolable. Ahora ya con internet ni idea, porque aunque consciente de la existencia de Tumblr y demás me es un poco ajeno. Pero supongo que sí porque ya hay radicales hasta para recetas de paella.
De hecho si hay un género donde eso de “hay que cancelarlo porque a mi no me gusta” aplica fuera de internet y se expresa fuerte a nivel de calle y hasta instituciones es uno muy concreto, el porno.
Yo hablo de lo que leía en los correos de la época, y como sucede hoy en dia con los comentarios en internet, la gente que se queja es en la que mas no fijamos, a veces es la única que hace un esfuerzo para que nos fijemos, mientras que la mayor parte del publico de lo que sea disfruta de lo que le gusta pero no suelen tener la necesidad de pregonarlo.
Ya M’Rabo, si no te quito razón. Es lo dicho, no mantengo recuerdo de esas actitudes o correos asi tán radicales. Pero eso, la memoria es selectiva y ko digo que igual en su día hasta lei cosas asi pero simplemente lo haya olvidado.
Quizás esas actitudes siempre han existido, pero Internet ha supuesto una plataforma sin parangón para difundirlas. También creo que las empresas han querido exacerbar cierto fanatismo en su clientela: no basta con que te gusten los cómics, has de decidir entre Marvel o DC, y ser un buen Marvel Zombi o DCíta según la editorial que hayas elegido.
Lo primero seguro.
Ya lo segundo … mmmm…. igual ya lo hace determinado fandom por si solo.
Os he hablado alguna vez de mi teoría de que el concepto de «friki» está provocado simple y llanamente por el marketing? Eso de que por el hecho de que compres tebeos tengas que comprar figuritas, jugar a juegos de rol/mesa o comprar cartitas de Magic porque pertenecen a la «cultura friki» pese a que no tengan absolutamente nada que ver con leer tebeos de la masa?
También funciona si hay gente que se autodenomina friki por esas mismas cosas.
A mi si cuando menciono que colecciono comic me llaman o preguntan si soy friki (sin maldad) contesto “a eso digo NO”, que simplemente es una afición como otras tantas. Pero hay gente a la que le gusta encajar en ese estereotipo.
A mí, si alguien me dice «si no te gusta tal cosa, es que no eres un verdadero [warie/trekkie/whovian/gater/potterhead/inserte aquí el mote que corresponda]» respondo «menos mal».
Si a esa respuesta le sigue un escupitajo o golpe con el dorso de la mano a la cara del interlocutor te queda perfecto.
Es la mentalidad tribal, la necesidad de pertenecer a «algo más grande» cuando curiosamente al cómic y demás durante años -muchísimos años- se le llamó «contracultura», algo que iba a contracorriente de la mayoría.
Porque quiero pertenecer a algo sí, pero no «al mainstream». Quiero ser REBELDE Y RADIKAL CON K.
Por eso aquí hablamos de tebeos y no de «cultura friki».
y por eso os damos las gracias.
Yo tambien pienso eso.
Es como la nomenclatura «gamer» en el mundo de los videojuegos.
Me hacen gracia los que van con camisetas y similares autoproclamando su «frikismo».
Que me ven a mi y no se dan cuenta de que nadie consume más cómic que yo, pero que no se me nota por ningún lado a no ser que me ponga a hablar.
Es explotar la necesidad de la gente de integración en el grupo.
En mi época habia que esconder que te gustaban los cómics.
GAMER.
Ay.
Que asco me da. Fíjate que la primera vez que oí lo de «gamer» fue con el añadido de «HARDCORE». En plan, jugadores de videojuegos «serios». Era 2000 o por ahi y no había liga profesional de videojuegos más que en Corea del Sur, y todos considerábamos que estaban como cabras. Y aun así pues oye, llega un tarado cerebral y abre un foro de «HARDCORE GAMERS» y se pone a hablar del lanzamiento de la PlayStation 2, que acabó siendo la consola de sobremesa más vendida de la historia, con lo que de HARDCORE tenía poco porque era lo más mainstream del mundo.
Hay gente que necesita sentirse especial, y precisamente por eso estos «harcoritos» acabaron siendo presa fácil de ciertos grupos reaccionarios y de esos barros (entre otros) tenemos estos lodos.
Gamer.
Puaj.
Es que las librerias especializadas les interesa expandir su inventario.
Ese fanatismo o forofismo me da a mi que lo encontramos en todos lados, por eso siempre defiendo que hay que leer de todo.
En correos no pasaba eso porque esas cartas directamente no se respondían. Si para entonces Zinco hubiera mantenido algunos correos, puede que hubiéramos visto más de ese rechazo como una segunda guerra Zinco/Forum, pero no se llegó a dar.
En cualquier caso sí es cierto que muchos rechazaron el manga cuando apareció, y lo rechazaron de pleno tildando todo aquello como basura. Yo mismo me cortaba mucho de comprar manga, pero la cosa iba más porque si ya de entrada me parecía que el formato de 24 páginas me duraba un suspiro, el manga con 48 me lo solía acabar muchísimo más rápido. Y es que joder, el formato de aquellos mangas no era apropiado en absoluto.
O a veces se respondían por el encargado del correo sin reproducir el texto de la carta, en plan “Alex de matalascañas se queja de bla, bla, bla”
Y el gran desembarco del manga en España me pillo cuando yo me estaba bajando por primera vez del carro de los comics (adolescencia, era más importante gastar dinero en cerveza con los amigos que en tebeos que niños), pero de los últimos comics que lei por aquel entonces fue Akira, el cual me iba prestando su dueño ya que en un par de ocasiones le acompañe al corte ingles de nuevos ministerios a robar los tomos.
PD: Para los más jóvenes explico que antes de internet, manga tenia múltiples acepciones, siendo una el comic japones, y otra como verbo mangar, esto es, robar. Robar era una práctica relativamente aceptada entre jóvenes con recursos monetarios limitados (y por emocionante) que consistía en acudir a un establecimiento real (tangible) y allí sustraer el producto en formato físico (formado por átomos y no bits).
Actualmente está practica ya está en desuso siendo sustituida por lo que se conoce como “pirateo” o “intercambio de cultura” a través de medios digitales.
PD2: No robéis que está mal.
También hay que tener en cuenta que allá por el 93 tanto Forum como Zinco pasaron por una de sus peores épocas y parecía que te estaban echando de leer tebeos, tanto a cantidad de series publicadas -lo cerraban todo- como de calidad -¡Lobdell era considerado un gran guionista, acabaramos!- con lo que si querías seguir leyendo tebeos y no gastarlo todo en drogas tenías pocas opciones, que pasaban por «conformarse» con cosas como 2099, gastarse la herencia en los tomos de 2000 pesetas (o los prestigios de Zinco de Vertigo) o directamente pasarse al manga, que aun así se editaba en el cartoné de 48 páginas ese ridículo.
Si es verdad. Me baje por cosas de la edad pero era un buen momento «creativo» para hacerlo.
En aquella epoca dejé de comprar superheroes. Yo. Me sentía pateado en el alma por esos cómics.
El manga lo consumia pero no me llenaba.
Me pasé a europeo e indi americano. descubrí maravillas.
La mía también es selectiva pero al revés, me acuerdo mas de lo negativo xd Pero probablemente eso fuese algo marginal y anecdótico a lo que respondían en los correos como algo curioso, porque a juzgar por el boom del manga de aquellos años estaban en minoría.
En mi caso de memoria selectiva prima el trato directo. Al final para leer más pues entre amiguis y coleguis nos cambiábamos los comics y todos leíamos así un poco más de todo. Y aunque cada cual tenia sus preferencias en editorial, o más bien en personajes, nadie decía no a nada.
Por poner un ejemplo personal práctico, hay muchas sagas cinematográficas originadas en los setenta u ochenta que ya a principios de los noventa yo dejé de tener en cuenta las secuelas que fueran sacando; para mí, cuando pienso en las películas de «Alien» sólo me vienen a la mente las dos primeras, y lo mismo me ocurre con «Depredador» o «Terminator».
Puedo considerar todo lo que viene después de mi «punto de corte» personal como algo de calidad tremendamente inferior, que se carga lo contado en las entregas anteriores (detesto los «Happy Ending Override» a menos que sirvan para darle una vuelta de tuerca inesperada a la situación o a recontextualizarlo todo) o que lleva la historia por un camino que no me interesa en lo más mínimo («vamos a contarte los orígenes de tal personaje o darle una explicación a tal cosa para que pierda todo su misterio»), pero no me supone ninguna afrenta que haya gente a la que le encanta absolutamente todo lo que saquen de una franquicia.
Donde sí siento la necesidad de expresar mi opinión (sin ninguna intención de convencerles, simplemente hacerles saber que tengo una opinión distinta) es cuando la gente recurre al revisionismo («en las pelis anteriores tampoco explicaban estas cosas», [le cito una escena de una «peli anterior» donde explican una de esas cosas]) o a no-argumentos como «bueno, pues a mí me ha gustado» (le digo que lo que me interesa es saber porqué le ha gustado, no si sus gustos coinciden con los míos o no).
Lo que no entiendo es la actitud de «¡No me gusta! ¡Que lo cambien (o quiten)!». ¡Si no te gusta, pues no lo veas (o compres), y ya está! Y si tienes ganas de explayarte en algún sitio contando las razones de que no te guste, pues hazlo como quien habla del tiempo y no pareciendo supurar bilis.
Por cierto, el pie de foto de «Yo es que no puedo imaginarme así a esta gente», ¿no querrá decir más bien «Yo es que no puedo evitar imaginarme así a esta gente»?
Por cierto, el pie de foto de “Yo es que no puedo imaginarme así a esta gente”, ¿no querrá decir más bien “Yo es que no puedo evitar imaginarme así a esta gente”?
Pues era justo eso lo que quería decir, en mi descargo diré que Diógenes me tuvo la noche antes de escribir eso despierto hasta las tantas solucionándole problemas técnicos porque el arnés mecánico de su dormitorio se le había atascado…
Yo hace años que no hablo con usted, señor!
«sólo me vienen a la mente las dos primeras, y lo mismo me ocurre con “Depredador” o “Terminator”. »
Ojo, que yo pensaba igual hasta que me vi PREDATOR: PREY.
Esa peli mola.
Pero coincido en lo otro. Yo simplemente ignoro lo que no me gusta mientras acepto que el resto quieran verlo.
¡No he visto todavía «Predator: Prey», pero lo que me han contado de ella me ha gustado! Y a pesar de que acostumbro a tener «puntos de corte» a partir de los cuales «la cosa se torció», no le hago ningún asco a que me gusten cosas «salteadas» dentro de la cronología de una franquicia, o que me gusten muchísimo partes concretas o incluso la premisa básica de una obra que en su totalidad me parezca mala.
De todos los temas sociológicos por los que me intereso el de la cultura de la cancelacion es uno de los que más se me escapa.
Entre otras cosas, porque está muy disuelto en el ambiente. Y cada grupo acusa al otro de emplearla. Con lo que al final tienes a un montón de chimpances tirandose boñigas unos a otros, y todo el escenario enmerdado.
Es un forofismo futbolero malsano, de no permitirle la existencia al diferente.
Totalmente autoritario y censor.
Lo he visto mucho, y ya mucho antes de Internet. Con gente afirmandome, que no debía existir cierto cine (culto, o adulto, o europeo, según cuadrase) porque quitaba medios al cine que le molaba (acción a raudales).
Aparte, se mezcla con la acusación de «ofendiditos».
Muchísimos de los que están acusando a otros de ser unos canceladores por ser unos «ofendiditos», son a su vez «ofendiditos». Pero no se perciven así.
Lo que sí veo; es una diferencia entre los canceladores de buena intención. Que denuncian malos o cuestionables comportamientos, cosa que hasta cierto punto es positiva.
Pero que muchas veces pecan de un simplismo atroz y de una falta absoluta de poner las cosas en su justa medida. O incapaces de separar el autor de su obra. O de entender la obra y su autor de su contexto social y temporal. O de entender, que lo que están denunciando es una denuncia a su vez, solo que no lo perciben.
Platon afirmaba que la esclavitud es un estado natural del hombre. Pero es que era su época. No puedes reprocharle pensar así. Te esta dando además una leccion para entender su época.
Son los que se escandalizan al ver «Lo que el viento se llevó» o al leer «Tom Sawyer».
Y luego están, los canceladores de autentica intolerancia. Que proclaman que todo lo que no es de su gusto debe desaparecer. Esos quieren modelar el mundo para que se parezca a su ombligo.
Es el niño egoista que quiere que el Universo esté hecho para él.
Y luego están, los censores de toda la vida. Los que quieren proteger a los demás de la «degeneracion y la perversion» los que quieren hacer desaparecer todos los desnudos de la Historia del Arte. Y modelar la Historia para que cuadre con su ideario.
Pues hay muchos individuos que mezclan las tres tendencias; y habría que ver en que porcentaje se mezclan las tres.
Y ya divago mucho. No sé hasta que punto, lo que he contado es cierto.
coincido contigo
«Lo he visto mucho, y ya mucho antes de Internet. Con gente afirmándome, que no debía existir cierto cine (culto, o adulto, o europeo, según cuadrase) porque quitaba medios al cine que le molaba (acción a raudales).»
Y luego está (siguiendo con tu comentario de que «cada grupo acusa al otro de emplearla») la gente que afirma que no debería existir el cine de acción a raudales porque le quita medios al cine culto, o a las producciones de mediano presupuesto, o a lo que sea (no les quito la razón del todo, pero convendría matizarlo mucho, y el cine lleva desde siempre «dándole al público lo que quiere»).
Sobre las tres «tendencias canceladoras» que mencionas, por cómo las describes me da la sensación que todas se proponen lo mismo (denunciar cosas percibidas como malas o cuestionables), pero cada una con más o menos radicalidad y, sobre todo, análisis del contexto. En los «canceladores de buena intención», los que tienen como «criterios de cancelación» la percepción de que hay cosas que están mal o, como mínimo, no están del todo bien, hay cierta capacidad de autocrítica, de ponerse a pensar «a ver si estoy metiendo la pata», mientras que los «canceladores de auténtica intolerancia» tienen como criterio «si no me gusta, es que ha de estar mal», y no se ponen a hacer autocrítica, ¡porque no es posible que estén equivocados!
No veo mucha diferencia entre la segunda y tercera tendencia que enumeras, salvo tal vez que quienes forman parte de la tercera gozan de algún tipo de poder o autoridad que les permite aplicar medidas mucho más radicales.
Los de «buena voluntad» son esos, que si bien sus motivos son defendibles (actuar contra el racismo, contra la discriminacion, etc, pon aquí lo que quieras) se les ve que tienen muy pocas lecturas y pocas tablas.
Actuan desde la intención altruista. Pero no filtran. Son esos que se apuntan a cualquier correo en cadena y a cualquier twitter, denunciando sabe Dios lo que, sin molestarse a ver de que va el tema.
(Si luego, además es uno de esos egocentricos que buscan atención o recompensa al ego, a base de apuntarse a todas las causas; ya es otro tema)
Los de intolerancia, son esos que no soportan que el mundo no esté hecho a su medida.
Exigen que todas las películas sean a su gusto y no toleran que existan de otro tipo (he visto un caso así de exagerado) y se pillan rabietas en las galas de los oscar si un oscar va a una película que no sea de su cuerda.
No entienden lo que es la diversidad de gustos, porque el único gusto válido es el suyo.
Son los niñatos egoistas.
El tercero, el censor. Es más torcitero, la censura es más un instrumento para otro objetivo, que un deseo final en si mismo.
Ese tiene el afan de imponer una visión al mundo y son maquiavélicos.
Es distinto; el querer imponer tú voluntad, y que la consecuencia sea limitar la libertad de los demás.
A querer coartar la libertad de los demás, como manera de imponer tú voluntad.
Es el proceder de los Estados totalitarios. ¿Porqué están tan obsesionados con el sexo (y mil cosas más, pero nos centramos en este por no parecer tener conexión con el poder político) todos los totalitarismos?
Porque es un mensaje; si te controlamos/censuramos en eso que es lo más íntimo, figurate como te vamos a controlar en lo no íntimo.
Estos ultimos son los verdaderamente temibles.
Como decía Kant, lo que hace que una acción sea buena o mala es la intención con la que se hace.
Esa es la diferencia entre ellos.
(Otra cosa es el resultado que se de, que puede ser bueno o malo.)
Luego tenemos en el otro extremo del espectro a gente como vosotros a los que le gusta todo. Para gustos the colors.
Hay una diferencia muy grande, que seguro que a alguien como tu se le escapa, entre que nos guste todo y hablar solo de lo que nos gusta. Pero para que perder tiempo explicándolo…
A mi no me gusta la Tostadora ni los Micromierdas ni Lobdell ni la Krakoada ni me gustan los Vengadores de Aaron ni…
Otra cosa es que procure no hablar por aquí de ellos porque no me gusta mortificarme. Y aun así, he hablado de ellos.
¿En serio?,¿No te gusta ROM?
¡Que conste que solo lo digo porque Álvaro no se había dado cuenta!
ahi, ahi, jodiendo !!!
Añado, que ayer noche pusieron «Siete novias para siete hermanos» un milagro de película, en el canal 13 (propiedad de la Conferencia Episcopal Española) en el programa de Garci.
Pues en el debate posterior a la peli, ya empezaron a hablar de como esta película corre peligro en estos tiempos de cancelación, tiempos que corren por que la izquierda censora… bla bla bla.
Y aprovecho para hablar de una cosa que sucede mucho.
El ansia de la ultraderecha de meter esa narrativa en la sociedad. La narrativa de la cultura de la cancelacion como una amenaza proveniente de la izquierda.
Por ejemplo, ha habido muchas «noticias» que afirman que van a censurar la Vida de Brian; concretamente eliminar la escena de «Quiero ser mujer», por la dictadura progre, woke… etc, etc.
Todo mentira. La verdadera noticia, es que en la obra de teatro basada en la Vida de Brian no van a meter esa escena como no van a meter muchas otras.
Y de ahí pasan a intentar meter la noción en la sociedad de lo mala que es la izquierda censora.
El concepto de la «cultura de la cancelacion» se usa malintencionadamente por los sectores más ultrareaccionarios para convertir a quien les interesa en el malo de la película.
Mientras tanto, en Florida ya están queriendo eliminar el David de Miguelangel de los colegios por enseñar el pito. Pero eso no es cultura de la cancelación.
Sobre el tema de los cambios en la obra de teatro de «La Vida de Brian» me temo que hay también una «trama secundaria» del John Cleese desbarrando varias veces en entrevistas y acabando enemistado con Eric Idle, y algunas de las escenas que Cleese se negaba a que fueran eliminadas lo hacía simplemente para fastidiar a Idle (quien sí cree que han envejecido fatal).
Ese es otro tema aparte.
Una de las caracteristicas de los «antiwoke» es que están aquejados brutalmente de la falacia de la «causa única».
Para ellos la realidad entera se explica solo por una causa.
Las cosas son: «woke», o son: «no woke», punto.
Las otras 30 millones de otras posibles causas para explicar la realidad no existen.
Es una simplificación de la realidad atroz.
Las veces, que me han querido vender el cuento, de que el manga vende más porque no es «woke».
Yo les he pongo una lista de 20 razones para explicar porque el manga vende más.
Y les estalla la cabeza al ver que ninguna razón tiene que ver con sus delirios.