En relativamente poco tiempo Apple TV+ se ha convertido en uno de mis proveedores de series favorito. Gracias a su servicio hemos podido disfrutar de grandes series como For All Mankind, Ted Lasso, Severance, Mythic Quest, Fundación y tantas otras. Y a este listado de grandes series tengo que añadir un reciente estreno, Slow Horses, que ha llenado un hueco en mi lista de visionados que llevaba tiempo vacío, el del genero de espías, uno de mis favoritos aunque a veces no se note lo suficiente por aquí.
Slough House es a donde los parias del MI5 van a languidecer hasta su retiro, todos quienes de una forma u otra han metido la pata hasta el fondo y ya no se confía en su profesionalidad mas que para realizar rutinarios trabajos burocráticos sin sentido aparente. Y por encima de todos ellos, en la mugre, se encuentra Jackson Lamb, un borracho flatulento y malhablado del que se dice que una vez fue un pez gordo del servicio. Pero un día un caso de extrema gravedad sacude Gran Bretaña y de forma improbable en Slough House parecen tener la clave para resolverlo, un caso con ramificaciones inesperadas en los lugares mas importantes y que sacara de su rutina a estos marginados a costa de poner precio a sus cabezas…
Slow Horses se basa en la novela del mismo nombre escrita por Mick Herron y que es la primera de una serie (The Slough House series ) que ha gozado de bastante éxito y que ya cuenta con ocho novelas y tres novelas cortas. Aquí nos encontramos con una historia de espías. bastante clásica, a medio camino entre las novelas de Smiley de John le Carré (a quien se homenajea en la serie) y la película de los Tres Días del Cóndor, con espías. descubriendo cosas que no deberían haber descubierto y jugandose la vida para hacer lo correcto con la información que poseen. Una visión demasiado idealista para lo que debe ser esta profesión en realidad pero que desde hace décadas ha servido para crear unas ficciones excelentes.
Pero aunque estos personajes sean en algunos casos demasiado idealistas para ser realistas, si que están sumergidos en un mundo que es como nos imaginamos que debe ser en realidad, lleno de gente sin escrúpulos mas preocupados por sus carreras, sus ambiciones personales y salvar sus propios pellejos a costa de lo que sea, que por cualquier ideal de justicia. Algo que ejemplifica a la perfección una soberbia Kristin Scott Thomas en su papel de Diana Taverner, segunda al mando del MI5 y con mas intereses en juego de lo que quiere que nadie averigüe. Un personaje que pese a ser bastante despreciable, camina sobre la fina linea de la ambigüedad moral convirtiéndola en un personaje tremendamente interesante.
Su antítesis en todos los sentidos, y un personaje que muchos han descrito como el “Anti-Smiley” (irónico teniendo en cuenta que ya interpretó a George Smiley en la ultima adaptación de Tinker Tailor Soldier Spy), es Jackson Lamb, interpretado por un Gary Oldman que eclipsa a sus compañeros de reparto (que ojo, la mayoría están muy bien en sus papeles, pero aun hay clases) con un personaje extraordinario que como casi todos en esta serie es mucho mas de lo que parece. Una vieja gloria del MI5 que en los últimos años de la Guerra Fría fue alguien temible y que por motivos que se desconocen acabo degradado a lo mas bajo del servicio, a ser la niñera de los exiliados con los que ya nadie quería contar. Un tipo maleducado, que se pasa el día en un despacho lleno de basura hasta el techo, bebiendo y durmiendo y al que parece que ya no le importa nada, pero que pese a las apariencias sigue teniendo una mente brillante, una lealtad inquebrantable hacia sus agentes y sigue siendo uno de los hombres mas peligrosos del país.
Y aunque buena parte de lo que nos encontramos por aquí pueda sonar a ya visto, los juegos de poder de las altas esferas, los agentes de campo jugándose la vida sin tener siempre claro el porque, el idealismo de algunos enfrentado a la ciega obediencia o la ambición personal de otros, estamos ante uno de esos casos en los que todo esta tan bien contado, y cuenta con un reparto tan perfecto que lo que nos cuentan casi parece nuevo. Aunque si que es cierto que hay un elemento en esta serie que me ha llamado poderosamente la atención precisamente por lo poco que lo he visto en acción en este tipo de historias.
En la ficción sobre espionaje pasamos de contar durante décadas con el peligro comunista como enemigos por antonomasia del genero a un periodo tras la guerra fría en el que urgía encontrar nuevas amenazas para el “mundo libre”. Poderosos empresarios, el gobierno Chino, o terrorismo de todo tipo se convirtieron en los nuevos enemigos a batir, siendo uno de los favoritos en tiempos mas recientes el terrorismo islámico, con mas de una producción rayando en el racismo de forma nada sutil y promoviendo una serie de estereotipos nada justos para incontables ciudadanos de todo el mundo que solo quieren vivir en paz. Y aquí Slow Horses juega un poco con esos estereotipos para pillar desprevenido al espectador y poner en foco una amenaza muy real e insidiosa a la que a veces no se le presta la suficiente atención, la extrema derecha.
Hay un momento genial al comienzo de la serie en el que cuando llueven las acusaciones sobre la responsabilidad de lo que pone en marcha la historia, un personaje es acusado de haber dedicado todos los recursos del gobierno en vigilar solo al extremismo islámico y obviar a la extrema derecha. Algo que como se puede ver en la serie (y por desgracia también en la realidad) sucede porque demasiada gente en puestos de poder prefiere mirar a otro lado, porque cuentan con la complicidad de parte de la clase empresarial y política que ya sea por compartir su despreciable ideología o por utilizarles para sus propios fines (la repugnante campaña del Brexit es un gran ejemplo de ello). Y Slow Horses utiliza todo eso que por desgracia nos resulta tan cercano para crear una amenaza no precisamente nueva pero si demasiado real y a la que se debería prestar mas atención con algo mas urgencia con la que lo hacen en esta ficción.
Y aunque esta primera temporada adapta por completo el primer libro de la serie y estamos ante una miniserie que puede ser disfrutada por si misma como si de una película se tratase, los que hemos disfrutado de ella estamos de enhorabuena. Porque junto con esta primera temporada se rodó también la segunda (de la que se incluía un tráiler al final del ultimo episodio) que esta basada en el segundo libro de la serie, Dead Lions, y que se estrenara en algún momento de la segunda mitad de este año. Y por si eso fuese poco esta misma semana se anuncio que la serie ha sido renovada por otras dos temporadas mas, por lo que vamos a tener aventuras de Jackson Lamb y sus marginados de Slough House para rato.
«Todo el mundo está obsesionado con Al-Qaeda. Nadie nos recuerda a nosotros, los terroristas americanos de pura cepa. Es el momento ideal». Algo así decía un terrorista en Human Target (el cómic). Al parecer sigue siendo cierto…
Al parecer el prota es como Smiley de LeCarré, un anti James Bond. Viejo, feo, sucio, gordo, y la mujer se jacta de ponerle los cuernos.
Quizá le eche un vistazo, pinta bien.