Después de que Diógenes se haya pasado la semana exprimiendo el cómic de superhéroes como si no existiese nada mas en el mundo, toca diversificar un poco la temática del blog y para ello nada mejor que reseñar uno de mis últimos descubrimientos en el terreno del anime, Blue Period. Una peculiar serie que combinando el costumbrismo con los esquemas del anime deportivo, pero aplicados aquí al mundo del arte (eso que para Diógenes es solo una forma de blanquear dinero), me ha tenido enganchadísimo semana a semana. Así que sin mas preámbulos vamos a ver que es lo que nos ha ofrecido esta serie.
Yatora Yaguchi es un estudiante que parece tenerlo todo en la vida, una familia que le apoya, saca buenas notas y es popular entre sus compañeros, pero siempre siente que le falta algo. Y un día el azar le lleva al aula del club de arte donde se encuentra con un cuadro que ha pintado una compañera de clase, un cuadro que le descubre eso que sentía que le faltaba y no sabia lo que era, el ser capaz de crear algo así. Una revelación que pondrá patas arriba todos sus planes de futuro y le embarcara en un nuevo camino cuyo objetivo sera el acceder a la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio.
A pesar de que me encantan la ciencia-ficción, los superhéroes y el genero fantástico en general, siempre he sentido debilidad por el costumbrismo, por esa ficción en la que gente normal y corriente protagoniza historias cotidianas, un tipo de historias que en el manga y el anime no escasea precisamente. Y Blue Period podría entrar de lleno en esa categoría, ya que en la superficie no deja de ser otra de esas historias estudiantiles de “coming of age” que nunca dejan de estar de moda del todo. Pero lo que me llamo la atención de esa serie era que esta se enclavaba en un mundo que yo al menos no había visto tomar el primer plano en ningún manga/anime hasta ahora, el mundo del arte.
Algo que en esta serie se plantea de una forma peculiar, ya que a medida que avanzaba la serie me encontraba conque este viaje de Yatora hacia ese futuro que tanto ansia no se diferenciaba demasiado de lo que había visto numerosas veces en el pasado dentro del genero deportivo, o spokon que dicen los japoneses. Un estudiante de instituto sin ninguna aspiración concreta que un día descubre algo que le llama y que le llena, y que pese a carecer de experiencia en ese terreno se esfuerza al máximo para mejorar cada vez mas y cumplir su sueño de convertirse en un profesional de esa actividad. Una definición que podemos aplicar a Blue Period pero pero que podría encajar a la perfección en multitud de series deportivas de los ultimos años
Solo que aquí, como me he encontrado también en muchos animes deportivos recientes, no tenemos a un protagonista con un don natural que de forma casi mágica le convierte en un genio en su campo. Yaguchi es simplemente un estudiante normal y corriente que cuenta a su favor con ser muy tenaz cuando se propone algo, pero que no tiene conocimientos alguno de pintura y que tiene que esforzarse muchísimo mas que algunos de sus compañeros para conseguir su objetivo. Un enfoque mas realista muy de agradecer que es uno de los aspectos con los que mas he disfrutado en esta serie.
Una serie en la que la premisa de esta primera temporada (espero que la primera de unas cuantas) es tremendamente simple. A lo largo de sus doce episodios simplemente seguimos los esfuerzos de Yaguchi por aprender todo lo que le falta con respecto a sus nuevos compañeros para conseguir ese objetivo nada fácil que se ha marcado, acceder a la universidad de bellas artes mas prestigiosa de su país. Y pese a que la serie es solo eso, un estudiante compaginando sus estudios en el instituto con sus clases extras en una academia preparatoria, esta contado de tal forma que es difícil no engancharse.
Hay algo en esa fascinación constante que siente Yaguchi cada vez que alguno de sus compañeros o profesoras le descubren una nueva técnica, un enfoque que no se le había ocurrido o simplemente le hacen ver lo mucho que esta mejorando, que hace que sea difícil dejar de seguir la serie. Y a medida que este va descubriendo como jugar con la perspectiva, los colores o las luces y sombras para transmitir unas emociones u otras, como sus esfuerzos van dando sus frutos aunque a veces le perjudique un poco la salud, y se va acercando el temido día de las pruebas de acceso a la Universidad, que uno llega a ese episodio final en el que Yaguchi descubre si ha sacado una nota lo bastante alta como para conseguir cumplir el primer paso de sus nuevos sueños como si estuviésemos presenciando la final de una competición deportiva.
Algo en lo que ayuda y mucho un reparto de personajes secundarios entrañables sin quienes Yaguchi estaría perdidisimo. Desde esa compañera de clase que le abrió los ojos al mundo del arte y que es su fuente constante de inspiración a esos nuevos amigos que ha hecho en la academia preparatoria que han conseguido sacar lo mejor de el o esas profesoras que cualquiera de nosotros hubiese querido tener, siempre guiándole y animándole a seguir adelante.
Un reparto en el que destaca Ryuji «Yuka» Ayukawa por lo que simboliza en cuanto a la mejora de la representación en el manga y el anime de los últimos años, quien es bisexual y carece de momento en el anime de una identidad de genero definida (quizás en el manga hayan profundizado en ello, ya lo descubriré cuando lo lea) y que pasa de resentir a Yaguchi por su repentino interés por el arte (pocos le toman en serio al principio) a convertirse en uno de sus principales apoyos.
De todos los animes que he descubierto este año en el que he recuperado esta afición, sin Duda Blue Period es uno de los que mas he disfrutado y que espero que podamos contar con una segunda temporada el año que viene en la que podamos seguir acompañando a Yaguchi en su viaje a través del arte. Y aunque los doce episodios de esta serie saben a poco, actualmente en España Milky Way Ediciones esta publicando el manga de Tsubasa Yamaguchi en el que se basa esta, serie de la cual han editado hasta ahora nueve tomos y que por los comentarios que he leído por ahí es mejor que su adaptación, por lo que valdrá la pena echarle un ojo.
Esto ya lo he visto yo con futbolistas, tenistas, tías que se dan tetazos y culazos, jugadores de baseball, de volleyboll, de campo quemado, con panaderos, con cocineros…
Y ahora con aspirantes a pintores!
El gran Sushi. Esa es mi serie de referencia sobre este tema de dedicarse a aprender y mejorar algo.
Lo realmente asombroso, es como son capaces los japoneses de convertir la cosa más trivial en un combate cósmico.
La tematica del arte si que me parece curiosa. Le echo un vistazo a ver que tal.
Aquí la cosa no llega a combate cósmico, la serie no es tan fantastica, pero si que hay mucha tension preparando esos exámenes de acceso.
Todavìa recuerdo Yakikate Ja-Pan, donde se empezaba con recetas sencillas de distintos panes y al final terminaban cocinando panes capaces de distorsionar el tiempo y el espacio que rìete tu del guantele de Thanos.
Le dare un vistazo solo porque yo tambien le pego a la pintura, pero como aficionado. Aumnqeu el otro que descubri hace poco y que me gusto es el Danberu nan kilo moteru?