Ya estamos en Australia, sí, pero siento decepcionaros: en realidad la etapa australiana esta dura bien poco. Se podría dividir en dos fases, una que iría desde el arranque hasta Inferno (1988) y otra que iría desde Inferno hasta la venganza de los Cosechadores y la crucifixión de Lobezno. Y aun así, se suele decir que las grandes historias de la Patrulla X en Australia son la del Nido y la de Genosha, las dos pre Inferno porque todo lo demás, curiosamente, ya entra dentro del dominio completo de Bob Harras. Ya sea por mala leche o porque es como la gente lo siente, se pone a estas dos historias como las únicas que funcionan realmente de la etapa australiana, afirmando que Claremont estaba en decadencia y patatín y patatán, obviando que justo en ese momento también está escribiendo auténticos clasicazos en Excalibur con Alan Davis y en Lobezno con John Buscema; lo que es más, ambas series se basan mucho en temas tratados en el primer número australiano.
Y es que aunque la Madripur de Lobezno ya había sido presentada en Nuevos Mutantes y la propia Excalibur deriva directamente del Capitán Britania de Marvel UK, el planteamiento australiano tiene a Roma como una de las figuras principales y Madripur como uno de los puntos principales de la acción con el atraco de los Merodeadores a un banco de allí y el secuestro de Jessan Hoan, personaje que acabaría convirtiéndose en uno de los principales de los primeros números de dicha serie, más si tenemos en cuenta el serial paralelo de Lobezno que Claremont y Buscema llevaron a cabo en Marvel Comics Presents, más trabajo todavía. Y es que para el final de 1988 Claremont está haciendo juegos malabares con las tres series, y así es como muchos perciben una bajada de la calidad en Uncanny y se preguntan cómo Inferno, publicada justo en diciembre de aquel año, es tan «chapucera». Y sin embargo, en este primer año, tampoco deberíamos quejarnos…
Porque Excalibur se presenta como todo un éxito de crítica y público, y hasta su crossover con Inferno está muy bien considerado. La serie de Lobezno pasa más desapercibida por ser algo más diferente de aquello a lo que nos tenía acostumbrados Uncanny, con un Lobezno en el sudeste asiático más cercano a Conan -probablemente por el dibujante- que a lo que muchos lectores demandaban, pero aun así no se puede negar que los números que escribe Claremont de la serie son excelentes. Y, paralelamente a todo aquello tenemos la susodicha saga del Nido y la de Genosha, que continúan la evolución de algunos de los nuevos miembros del grupo y el debate filosófico sobre si eso de matar está bien, si a veces es un mal necesario y demás; el viaje oscuro que os comentaba la semana pasada que había iniciado el grupo mucho antes aquí tiene toda su expresión en Kaos, que aunque en un principio duda mucho en matar a los eslyzoides del Nido (algo totalmente potenciado por un Claremont que se esforzará en mostrarnos en todo momento que los eslizoides creen activamente ser sus huespedes hasta el momento en el que se transforman), para el final de la saga no parará de hacerlo y será su relación con Madelyne Pryor lo que lo acabará haciendo caer en desgracia.
Por su parte, la historia de Genosha explora por fin la personalidad de Carol Danvers absorbida por Pícara, haciéndola tomar el control de su cuerpo y revelando el pasado en operaciones de espionaje entre Carol y Logan, el cual nunca llegó a detallarse demasiado y creo que a día de hoy ha sido hasta retconeado porque en fin, ya se sabe, Carol siempre fue piloto y jamás le permitirían ser espía o escritora, ¡faltaría más! Pero bueno, dejando esto de lado, la presentación de Genosha no deja de ser un primer vistazo a un plan a largo plazo de Claremont en la serie, las llamadas Mutant Wars, el crossover gordo tras Inferno que nunca se llevó a cabo y en el que iban a enfrentarse Apocalipsis, el Club Fuego Infernal de Magneto, el Club Fuego Infernal de Sebastian Shaw, los Merodeadores, Legión controlado por el Rey Sombra, Factor X, Excalibur, Los Nuevos Mutantes y La Patrulla X. Y la idea era empezar con un crossover de las series mutantes durante tres meses, establecer un nuevo status quo que durara un año más y tener otro crossover al final que pusiera todo patas arriba, estableciendo una nueva Patrulla X y poniendo el conflicto genoshano como telón de fondo… Pero nada de eso pasó.
Y es que aunque Bob Harras en 1988 era bastante receptivo a estos planes durante aquel primer año como editor, a partir del crossover que arrancó su segundo año empieza a ser mucho más restrictivo; todos los esfuerzos de Claremont evolucionando todas las subtramas y cabos sueltos paralelos de los últimos años de repente empiezan a ser frenados por un Harras que quiere una serie «más simple, más accesible» y acabar todo deprisa y corriendo. Y bueno, ya me extenderé más adelante sobre los números posteriores a Inferno con el regreso de Nimrod, la resolución del asunto Pícara/MsMarvel y demás, porque ahora lo que me interesa es haceros notar que el 244 es el primer número postInferno, y para el 247 Claremont ya está empezando a desmembrar el grupo, con el 248 trayéndonos la muerte de Tormenta y la llegada de un dibujante llamado Jim Lee. Y sí, la calidad de la serie baja tremendamente con la llamada saga de los Cosechadores, sobre todo porque a partir de aquí Uncanny tendrá una esquizofrenia tremenda, conun baile de dibujantes que no ayuda en absoluto y con Claremont tratando de avanzar sus tramas a largo plazo mientras intenta satisfacer con historias cortas (uno, dos o tres números) más o menos intrascendentes las exigencias de Harras y de, cada vez más, Jim Lee.
Y aun así y como ya digo, en aquel Uncanny X-Men 248 se ve como Claremont arranca la saga de los Cosechadores extendiéndose sobre su figura, explicando quienes eran aquellos ciborgs que presentó en el arranque de la etapa australiana, contándonos su alianza con Donald Pierce y Dama Mortal para vengarse del grupo y dejando cada vez más claro que el «Plan Omega» fue un error tremendo, porque por mucho que te escondas al final te vas a seguir pegando con los malos y ellos van a ser los primeros en darse cuenta de que sigues vivo mientras tus aliados seguirán en la mayor de las ignorancias. Todo esto con la estrella creciente de un dibujante que en general no solo es más limitado que Marc Silvestri, si no que no se le puede definir de otra forma que como torpe en lo narrativo; de hecho, su primer número es bastante destacable en este aspecto porque, aun teniendo como uno de sus antecesores nada más y nada menos que a Rob Liefeld, destaca por lo mal contado que está. Pero bueno, ya hablaremos largo y tendido de esto, que de momento creo que nos toca tratar un pequeño detalle que nos hemos dejado por el camino…
Y es que si empezamos esta serie de posts hablando del maltrato a la pobre Madelyne Pryor, creo que es de obligado cumplimiento el contar cuál fue su apresurado final. El crossover conocido como Inferno está lejos de lo que llamaríamos «Australia» y en si mismo se merecería su propia serie de posts, pero que creo que es justo aclarar un poco cuál fue el desenlace que se le dió el personaje, qué es lo último que haría Claremont con Mister Siniestro y los Merodeadores y, en general, llorar todos juntos por lo que podría haber sido y nunca fue… Por culpa de Bob Harras y Jim Lee.
En Excalibur, Alan Davis era coargumentista o al menos con bastante control de lo que dibujaba (un poco como John Byrne anteriormente en X-Men), ¿no?
Cuando estuvo en un Salón en Asturias, el mismo Davis decía que siempre había querido ser guionista antes que dibujante, y solo se metió a aprender a dibujar para poder contar sus historias en el futuro (por eso no fue extraño que acabara siendo autor completo, empezando en el mismo «Excalibur» a partir del 42 usa o así).
Teniendo en cuenta que Claremont siempre estuvo abierto a feedback de sus compañeros de trabajo y es famoso por dar turras tremendas a sus dibujantes hablándoles de cada guión y de los números siguientes, como para que Davis no metiera la cuchara! De hecho en Excalibur Claremont tiene guiones más cerrados en un principio, pero a medida que avanza la serie hay más y más Davis; tan bien debieron llevarse que para mí uno de los mejores «clones» de Claremont es el propio Davis, solo hay que verle como en un annual reciente dibujado por Davis -y según Hickman, escrito también por él aunque lo firmara Hickman- los personajes hablan y se comportan como si estuvieran escritos por Claremont.
La verdad la cosa mejoro con Davis en exclusiva en mi opinión
Es la opinion generalizada: el mejor momento de Excalibur es la etapa de Davis como autor completo.
Después de una etapa de relleno a cargo de Scott Lobdell y Chris Wozniak tampoco se lo pusieron muy difícil, eh?
Puede, pero también suele estar mejor considerada que la etapa inicial con Claremont.
Yooooo… No estoy de acuerdo. Y eso a pesar de que la etapa inicial tiene bastantes interrupciones y acaba disuelta en un mar de números de relleno escritos por otra gente (no voy a repetir el nombre del innombrable) pero Claremont sigue teniendo una caracterización mucho más fuerte, combinando momentos «intimistas» con los gags o con los palos, mientras que Davis es bastante menos sutil y directo.
Al final es como todo, en parte va en gustos.
Ojo, que no hablo de mi opinión sino de la que observo se ha generalizado.
Auqnue personalmente sí prefiero lo que hace Davis, pero porque su enfoque me parece el ideal para el grupo.
Yo es que creo que no es fácil disociar a Davis en solitario de su trabajo con Claremont, porque al final el enfoque y en general la dirección de la serie viene del trabajo que ambos hicieron en la etapa inicial. Es (salvando las distancias) como si en una película me cambias el director para el último acto, aun teniendo su mérito clavar el final (que no suele ser fácil) es la construcción a lo largo de la película lo que hace posible recoger los frutos de ese trabajo en el último acto.
Aun así, hay gente que considera que todo eran «cabos sueltos» y que Davis arregló todo el desaguisado que había dejado Claremont, olvidándose de que toda la serie había estado escrita a través de largas conversaciones telefónicas entre los dos.
Hmm… Yo no sabría decir cual de las 2 etapas (Claremont/Davis) es mejor( o cual me gusta más). Siento que Davis metía mas comedia en situaciones absurdas, esos momentos son geniales. Y Claremont siento que la comedia es mas que todo es los diálogos.
Aún así siento que la caracterización , en la etapa de Davis, de algunos personajes pudo haberse pulido un poco más, como por ejemplo Kitty Pryde, que de hecho en una entrevista Davis afirmo que se le hizo complicado caracterizarla( de hecho Kitty pudo haber tenido mas protagonismo). En cuanto al Capitan Britania me gusta mas como trabajó Davis con él. En cuanto a Meggan y Rachel pues cada autor las escribió de una manera y no sabría con cual quedarme. Y pues con Rondador ,Davis lo hizo increíble.
¿Para qué vamos a elegir entre papá o mamá, cuando podemos tener a los dos y patearle al primo tonto que es Lobdell?
También es mi etapa favorita la de Davis como autor completo.
Aunque su último arco (el que Planeta recopiló en un tomo con el regreso de Fénix) daba una sensación extraña. Algo como una mezcla de «tengo que ser mucho más seriote (pero sin llegar a los excesos de los 90)» y «debo ir cerrando mi etapa ya, meteré la quinta marcha». Interesante forma de recuperar a los personajes de Marvel UK, eso sí (lógico teniendo en cuenta que básicamente todo empezó con el Capi Britania).
Por otro lado, y a riesgo de que me fusilen XD, la parte de Claremont, a pesar de que se nota algún altibajo (justo cuando hay dibujantes invitados, que no tienen tan buena sinergia con Claremont como Davis, y ya no hablemos del extraño resultado de Marshall Rogers con Terry Austin, que no parece a la altura de su Batman), es mi trabajo de Claremont favorito, en conjunto.
A Excalibur lo que le falta es el rodaje continuo que sí que tuvo Uncanny en su día, y gran parte de lo que es viene por herencia del trabajo de desarrollo de los personajes en Uncanny. Y creo que precisamente por eso Davis se centró más en Brian que el propio Claremont, porque quieras que no era el menos claremontiano, a pesar de que lo había creado él.
Quizá lo creó él, pero Claremont no sabía mucho como usar ni al Capitán Britania ni a Megan, en mi opinión. A él lo convirtió en un patán algo ridículo (además de alcohólico) y Megan era lo más dependiente y neurótico del mundo.
Se notaba que Davis les tenía más cariño a esos personajes, pues había co-creado a Megan y desarrollado a Britania con Moore, así que les dio más dignidad. Incluso dio una explicación lógica a la torpeza del Capitán.
Vamos a tener que repasar Excalibur, si es que me lo veía venir…
A la etapa de Claremont/Davis le perjudica la saga de las Dimensiones Alternativas, que acaba siendo un chiste demasiado alargado. Por otra parte, el cierre de Davis con toda la historia de Necron y el Antifénix me pareció redondo, pero para mí el Excalibur clásico termina ahí, porque lo que hizo Davis luego matando a la brigadier Stuart y dándole una especie de final feliz a «Dias del Futuro Pasado» me pareció horroroso.
De la historia del Nido durante la etapa australiana, es curioso (y no lo considero un fallo de caracterización) cómo cambia la forma de hablar de los eslizoides, que es mucho más «barriobajera» («¡Si te metes con el Nido, pagas el precio! ¡Estás muerto, colega!») que en sus apariciones anteriores, donde van de alienígenas prepotentes («¡Te arrancaré el corazón palpitante, mamífero!»). Es como si los eslizoides creados en la Tierra se hubieran visto mucho más influidos por la personalidad de sus huéspedes (que a su vez se habría visto corrompida por el embrión del Nido, de ahí que todos hablaran como malotes de barrio), aparte de que su forma de combatir también se diferencia de lo habitual, ya que emplean siempre formas híbridas para aprovechar sus poderes mutantes.
Como ya dije en un artículo anterior sobre esta etapa, esto era una forma de evitar que cada aparición del Nido fuera «lo de siempre» (xenomorfos de marca blanca), y dejaba abierta la puerta a que fueran evolucionando; el cabo suelto de la esposa del reverendo seguramente infectada daba para que se creara una facción escindida de eslizoides no necesariamente «buena», pero que fueran a su rollo en plan secta religiosa y no se llevaran necesariamente bien con los demás eslizoides. Algo de eso se hizo años después cuando finiquitaron esta trama, pero lo hicieron de forma bastante torpe y sin saber hacer nada mejor que darle carpetazo.
Los Cosechadores mejoraron mucho cuando dejaron de ser unos extras de «Mad Max II» a aliarse con Donald Pierce y Dama Mortal, porque empezaron a tener escenas de «vida costumbrista» donde les veías picarse entre ellos o quejarse de tener que pasar el mocho por su base después de que hubiera quedado hecha cisco (tras la fuga de Lobezno y Júbilo).
Al final ese «lenguaje barriobajero» los humanizaba y hacía que dejaran de ser los bichos asesinables de siempre, con lo que de cara al lector las dudas de Kaos a la hora de matarlos tenían más sentido. De hecho, a posteriori y ya sin Claremont acabaron creando personajes como Broo y dejando claro que aquello no era una plaga sin alma, con lo que la Patrulla en estos cómics queda un pelín mal… Pero en fin, yo siempre pensé que este Nido era un Nido en plan «posesión demoniaca», que nace con todos los atributos del huesped pero en plan retorcido porque son satánicos y tal.
Es curioso lo que se hace en el primer número de esta historia del Nido, que es contarlo casi en su totalidad desde el punto de vista del «anfitrión cero» (Harry Palmer), porque sabes que el pobre hombre está completamente aterrorizado (¡gracias, bocadillos de pensamiento!) y las sucesivas apariciones de la Patrulla-X están planteadas como las del típico psycho-killer que está siempre pisándole los talones al protagonista.
Te deja con la duda sobre si Harry Palmer es Harry Palmer conviviendo con el bicho o es un simulacro de Harry Palmer con el bicho ya controlándolo todo. La explicación más sencilla es la más triste, que es Harry Palmer y que si hubiera tenido un factor de curación como el de Lobezno se podría haber curado, por lo que la Patrulla son una pandilla de asesinos!
O si Palmer hubiese tenido amigos con una nave espacial que pudiesen clonarle un cuerpo nuevo y trasplantar su mente al cuerpo nuevo xd
Y algunos «superhéroes» si no estuvieran «muertos» podrían haber llamado a sus amigos espaciales y salvar a todos los infectados…
Lo que demuestra que uno no se puede fiar de los mutantes!
Trask was right!
Y peor seria que tuviesen un método para devolver a la vida a cualquier y se lo quedasen solo para ellos en plan egoísta
No puedo dejar pasar la etapa australiana sin comentar que el nuevo uniforme de Mariposa Mental (el de «Lady Lancelot», tal como la llama Pícara en el primer número de «Inferno») es uno de mis diseños preferidos, así que ya os podéis imaginar la poca gracia que hizo que transmutaran a Betsy en una ninja en traje de baño, y lo contento que estoy (aunque la «Excalibur» de la etapa Hickman, a pesar de alguna buena idea que tenga, me aburre soberanamente) con su aspecto actual de «Capitana Britannia», que me parece una evolución mucho más lógica que las filias de Jim Lee.
Han tenido que darse cuenta de que eso de una señora británica poseyendo el cuerpo de una señora japonesa sonaba un tanto colonialista, ¡y todo por culpa de Nicieza, que se empeñó en querer darle un origen raro al apaño de Actos de Venganza!
El número de Jim Lee al que hacéis referencia, ¿es aquel en el que aparece Nanny? De serlo, casi que se merecería un artículo para él solo, porque ejemplifica bastante bien la esquizofrénica que va a ser la segunda mitad de la etapa australiana: los dibujantes en un mismo número te hacen una viñeta estupenda y luego otra espantosa (a Silvestri empiezo a verle los tics en «Inferno», Jim Lee me mostró en el número de Nanny el primer caso de copiar-y-pegar que recuerdo haber visto en un cómic, y hasta el Leonardi fugaz del final de la etapa australiana se ve apresurado), y tramas relativamente arriesgadas y que iban a largo plazo (esa visión de Longshot buscándose metafóricamente a si mismo) compaginadas con golpes de efectos que ya desde el primer momento se veían tremendamente falsos (¿alguien llegó a creerse que Tormenta había muerto?).
Ese cómic es completamente surrealista en el sentido más literal de la palabra, porque Jim Lee es incapaz de narrar lo que cuenta el guión y para colmo se nota que todo el mundo tiene prisa, Claremont incluído. Pero es lo que pasa en esa época, que Uncanny empieza a ser quincenal tres o cuatro meses al año y Claremont a la vez trata de escribir Lobezno y Excalibur, con lo que si ya antes no era un guionista precisamente rápido, ahora ya se vuelve loco del todo.
Tengo la sensación de que en esta serie de artículos me estoy adelantando más de lo normal en los comentarios porque mencioné a Harras casi que desde el comienzo y luego Inferno y ahora esto de la falta de claridad en las historias debido al dibujo lo mencioné directamente en la entrega anterior. Que sí que son cosas muy generales y obvias pero me encuentro con que si me descuido me repito más de lo normal. Por ejemplo ahora mismo me gustaría hablar de como la marcha de Jim Shooter tiene que ver con esto, pero ya lo hice.
Así que tendría que hablar de Lobezno (no quiero, no me interesa el personaje y su presencia hace Madripoor aburrida para mi; es mucho más interesante si le tiras en un mundo que no le pertenece que en uno hecho a su medida) o de Excalibur (merece su propia serie, no?) y la verdad es simple; tanto John Buscema como Alan Davis son mejores narradores y su dibujo más «sexy» que lo de Silvestri y Jim Lee juntos.
Pensé que esto iba a ser más extenso; siendo Genosha lo que es y lo genial que Claremont se lo pasa con Carol Danvers allí (¿como es que no se le ha dejado escribir al personaje fuera de estas cosas puntuales?). Más que nada notar como Claremont está escribiendo películas en esas historias; la saga del nido es una clásica película de acción/terror ochentosa y Genosha es una película de sci-fi 70era con Silvestri haciendo las escenas como si se tratara de una película de los ’80 mientras Leonardi en ciertos puntos parece estar haciendo escenas mucho más clásicas (la introducción de Genosha y el estilo de los personajes siempre me pareció que no desentonaría en una película de esas de los ’50 o ’60). Con la única subtrama siendo lo de Maddie donde Mark Silvestri hace su mejor trabajo de mal-rollismo que ni en lo poco que he visto de The Darkness sería tan tenebroso más que nada porque Dan Green sabe potenciarlo y porque Claremont escribe personajes que más o menos nos importan aunque apenas sean ellos mismos (ok, esto soy yo, a mi los personajes ya no me llegan a esta altura, porque prefiero eso a condenarme a pensar en que todo se podría haber arreglado cuando sé que vamos dirigidos a Inferno).
Jo, ahora estoy pensando en como Claremont podría haber hecho The Darkness una mucho mejor serie que Garth Ennis cobrando sus cheques y riéndose en la cara de Image (por más que Silvestri ya estuviera perdido por completo). Más que nada porque esencialmente es lo que estamos viendo aquí; una proto-versión de lo que The Darkness y Witchblade querían ser pero que aún así es mucho mejor que The Darkness.
La idea de las «Mutant Wars» no me gusta más que nada porque es demasiado grande, pero a su vez todas las tramas que Claremont podía cerrar y comenzar desde ahí emociona bastante más que lo que nos tocó en la realidad. Pero creo que opinar sobre que prefiero yo es algo que va a ir mejor cuando se hable de Inferno, donde realmente me joden las conclusiones a las que se llegan en casi todo (por no decir todo).
No me quiero detener tanto en historias concretas como en desarrollo de personajes y qué es lo que llevó a Claremont y compañía a actuar como actuaron, haciendo de la etapa australiana lo que es. Para que te hagas a la idea, esta serie de post le quedan como cuatro posts y la mitad son conclusiones; al final Australia dura más o menos un par de años, el que va antes de Inferno y el que va después, y todos los números juntos no llegan a veinte. Y es triste, porque ves que el primer año tiene unas ideas claras que se desdibujan completamente tras Inferno y para Actos de Venganza la cosa ya queda completamente manga por hombro.
Más que nada es para mencionar cosas como un detalle espectacular que Claremont y Nocenti se estaban marcando con la vestimenta de Maddie que ni bien llega Harras se lo carga. Desde Dallas que Maddie no deja de usar su traje de piloto aún cuando está en el desierto con personajes mostrando piel a como de lugar (y cuando no con ese traje Leonardi la dibuja con algo parecido a una sotana). O Claremont quiere decir que Maddie se siente cómoda así o que se siente incómoda vistiendo de forma menos «conservativa» (a.k.a sexualizada, como el resto de personajes) y cualquiera de las dos cosas contrastaría de forma excelente con la Goblyn Queen… excepto que Harras y Silvestri la hacen ir de compras con un vestido corto y nuevo peinado justo antes de entrar en la subtrama de la Goblyn Queen. Es una tontería, pero en la relectura se nota mucho lo poco que pega esa escena con el resto de la historia aún cuando se la intenta hacer encajar como «foreshadowing» (y cuesta creer que sea idea de Claremont porque no pega con el personaje hasta ese momento).
Además de las cosas que ya he venido diciendo sobre Harras, Silvestri y los personajes; durante la saga australiana simplemente tanto en la saga del Nido como Genosha Claremont está escribiendo de afuera hacia adentro con respecto a los X-Men; las historias dedican más tiempo a enmarcar el conflicto y en el conflicto en sí que en el grupo de X-Men que nos toca. Pareciese que Claremont simplemente ya no encuentra divertido escribir sobre sus personajes y prefiere introducirte a Harry Palmer, eslizoides con identidades secretas o al reverendo y su esposa enferma. Ni que hablar con Genosha donde introduce toda una nación ficticia con sus particularidades culturales y encima luego se saca a Carol Danvers de la manga y lo ata todo con la subtrama de Maddie de la saga anterior.
Incluso al comienzo se nos presenta primero extensamente a los Cosechadores (y Jess Hoan) y solo luego a los X-Men. Hay solo dos números con los personajes impulsando la historia y son «el especial de navidad» seguido por Coloso «visitando» a Illyana.
Yo tanto el Nido como Genosha los sigo viendo perfectamente válidos, y creo que es básicamente porque son historias desarrolladas con Nocenti y en las que Harras apenas mete la zarpa. Luego ya Inferno seguramente es la primera historia desarrollada «por Harras», a pesar de que en aquel momento tanto Claremont como Simonson hacían y deshacían más o menos a placer; aun así la periodicidad que les imponen y la obligatoriedad de resolver los «cabos sueltos» es lo que acaba perjudicando realmente estos cómics.
Éso y que Silvestri todavía estaba verde para un pollo tan gordo, que puñetas.
No pongo en duda que lo legible de ambas historias viene de lo hecho por Nocenti, pero a su vez me cuesta mucho creer que todo lo que tiene que ver con Maddie venga de Nocenti y no de Harras, ni que hablar como los dos arcos (el Nido y Genosha) están bien demarcados sin ningún tipo de «bleed over» del uno con el otro sin ser porque el cambio de Maddie se cuenta en ellos. Además que en ambos arcos se limita al mínimo las interacciones entre los personajes que protagonizan la serie; algo que o bien es Claremont aburrido de ellos o es que todavía se están entendiendo con Harras y Silvestri sobre a donde van y no quieren/pueden atarse a nada aún.
La obligatoriedad de resolver los cabos sueltos nunca faltó, pero si que estirar a Claremont con la periodicidad y las series no ayudó para nada. La oficina mutante tendría que en algún momento haberse convertido en algo similar a lo que era la Marvel de Stan Lee; con Claremont escribiendo/editando con poder de veto sobre colaboradores como Davis y Simonson. Que lo acabó siendo pero con Harras y los chicos Image.
Yo no creo que Claremont notara una gran presión sobre los dichosos «cabos sueltos» hasta Harras, básicamente porque antes de aquello era uno de los guionistas más prestigiosos y Shooter lo tenía considerado poco menos como la gallina de los huevos de oro, por lo que le dejaba hacer todo lo que le venía en gana en sus series aunque de vez en cuando intentara rascar un huevo de más.
Me refería a que tarde o temprano los resolvía y por eso la obligatoriedad nunca faltó. La presión de Harras es a que se limiten al máximo, se resuelvan rápidamente y a su gusto. Que es exactamente lo que sucede ni bien comienza a editar la serie.
La aventura del Nido la recuerdo con gran cariño. Fue acción pura superheroica, ideal para un niño de 10 años como yo entonces.
Genosha… No me gusto mucho pq te pintaron ya telepatía supwrpoderodosa que permitia borrar miles de mentes. Edos mutantes tan supremos me revientan.
Te revientan a ti y a John Byrne, aunque luego es el primero que le sacaba a Wanda los poderes de madre.
LE incrementó los poderes, les dio mejor explicacion, pero luego no hizo esos disparates de «cambiamos la mente de millones de personas y santas pasquas».
recuerdo que en algún post ya se habló de que algunas ideas que Claremont ya no pudo llevar acabó, tiempo después las vimos realizadas, como wolverine siendo un agente de la mano, y otras 2 por ahí que no recuerdo,
pero releyendo lo de mutant wars, ¿no es lo de x-cuetioner song?, grupos-x vs grupos-x, apocalypse por un lado, mr sinister por otro, stryfe también metido en el embrollo, solo faltaron magneto y el hellfire y no entraron solo porque ya estaban muertos, además de que Nicieza ni Lobdell tienen el talento necesario para meterlos en la trama (ya que en lugar de el hellfire pudieron haber metido a los upstarts
incluso la del pacto phalanx bien pudo ser la historia de los broods que mencionan de la esposa del pastor, que crearon su comunidad, y buscaron la manera de llamar a sus congeneres, (no se si claremont alguna vez haya comentado algo del plan que tenía sobre esa subtrama) ¿o ya estoy desvariando mucho?
Hasta la Era de Apocalipsis es una idea de Claremont, así que imagínate como andaban «inspirándose» los condenaos!
Dos preguntas:
1.- ¿En dónde se publicó el aviso a toda página de Mutant Wars?
2.- ¿Podríamos decir que El propósito final de Claremont era llegar a Days of Future Past?
1- Marvel Age Preview 1, era una especie de revistilla promocional con todo lo que Marvel iba a publicar ese año. Tengo pensado recuperarlo en un futuro y dedicarle todo un post, por las risas de lo que no fue.
2- Yo diría que no, al final de la bronca de Mutant Wars la idea era precisamente llegar a todo lo contrario, con los mutantes haciéndose famosos y admirados y blablabla. Pero claro, estaría por ver qué es lo que habría acabado haciendo realmente.
Zenkiu.
O tal vez, dicha aceptación y fama de los mutantes solo hiciera que una caída posterior fuera el detonante de algo tan radical como el exterminio visto en Days of Future Past. En fin, son cosas que solo sabe Claremont.