Si ayer hablaba por aquí de un cómic de ciencia ficción de lo mas actual, hoy toca una vez mas echar la vista atrás y revisitar todo un clásico del que creo que he hablado alguna que otra vez por aquí, el Juez Dredd. Un personaje del que hemos visto por aquí sus orígenes, su primer año de existencia y del que hoy vamos a conocer su primera gran historia (o Epic que dicen los británicos) The Cursed Earth Saga/La Saga de la Tierra Maldita. Una historia en la que Pat Mills tomo las riendas del personaje (en su mayor parte), acompañado por artistas de la talla de Mike McMahon y Brian Bolland, para mostrarnos un lado algo diferente del famoso Juez, ampliar sus mitos y darnos una historia en la que se nota que sus autores se lo debieron pasar bastante bien. Así que abrochémonos los cinturones para embarcarnos en esta odisea contra reloj que llevó al Juez Dredd a atravesar la región mas peligrosa de su mundo para tratar de salvar a sus vecinos de la costa oeste.
Mega-City Two, una de las pocas ciudades que sobrevivió al apocalipsis nuclear, esta sufriendo los estragos de un virus que ha convertido a buena parte de sus ciudadanos en una masa enfurecida y caníbal que amenaza con destruir la ciudad. Un virus para el que sus vecinos de Mega-City One, en la costa este de lo que fueron los Estados Unidos, poseen una cura que podría salvarles. Pero la situación en la ciudad impide transportar de forma segura la vacuna de forma aérea, por lo que la única opción es enviar una expedición por tierra cargando los preciados medicamentos. Pero este sera un viaje que les obligara a atravesar una región en la que el peligro acecha detrás de cada roca y en la que tendrán que enfrentarse a toda clase de amenazas imaginables y algunas que escapan a toda imaginación. Una misión que solo alguien como el Juez Dredd podría encabezar con alguna posibilidad de llevarla a buen fin…
Decía Pat Mills en su libro acerca de esta historia que le había permitido mostrar un lado diferente de Dredd, su lado mas heroico. Y es que mientras que Dredd en Mega-City One, rodeado de ciudadanos temerosos de la ley (o no tanto), es un fascista como el mismo se ha definido en mas de una ocasión, allí fuera, en el desierto radiactivo que es la Tierra Maldita donde la única ley que existe es la del mas fuerte, Dredd se convierte en una figura heroica, en el único dispuesto a proteger a los mas débiles de sus depredadores y llevar a ese mundo inhóspito si no la ley al menos su muy particular justicia. Y es que ahí reside uno de los aspectos mas interesantes del personaje, ya que mientras que todos odiaríamos vivir bajo su implacable y estricta interpretación de la ley, es también al que querríamos tener al lado si fuésemos atacados por los Jueces Oscuros.
Pero otro aspecto importante que introdujo esta historia fue el ampliar un poco mas el cada vez mas grande mundo del Juez Dredd. Hasta ahora sus autores habían presentado la hiper poblada Mega-City One, la colonia de Luna City One y a través de ellas habíamos sabido de la existencia de las otras mega ciudades construidas sobre lo que habían sido los Estados Unidos y la Unión Soviética. Pero aquí los lectores de 2000 A.D. conocieron de la mano de Mills, Wagner y compañía un escenario radicalmente diferente, un desierto radiactivo poblado por mutantes (que hasta entonces solo habían sido un gag ocasional) y toda clase de criaturas monstruosas que a lo largo de los años ha servido como escenario a numerosas grandes historias.
En esta larga odisea, que en tiempo real ocupo unos cinco meses de la revista, Pat Mills aprovecho ademas para poner en practica algo que solía ser practica habitual en 2000 A.D. en aquellos años como el “tomar prestadas” ideas de aquí y allá. Y es que leyendo la saga resulta mas que evidente lo muchísimo que se inspiro en el Damnation Alley/El Callejón de la Muerte de Roger Zelazny del mismo modo que los Harlem Heroes se parecían mucho a Rollerball, Hook Jaw era Tiburón o M.A.C.H. 1 el Hombre de los Seis Millones de Dolares. Pero Mills aprovecho también para retomar una costumbre suya de la que ya habíamos visto un buen ejemplo con la introducción del Juez Gigante (hijo de uno de los protagonistas de Harlem Heroes) el tratar de unificar las distintas series de la revista en un único mundo.
Eso es algo que en esta saga hizo de la forma mas retorcida y rocambolesca posible con la creación de Satanus. Este era un sanguinario Tiranosaurio que había sido clonado por científicos a partir de ADN extraído de fósiles para convertirlo en la estrella de un parque de atracciones, un parque que como no podía ser de otra acabo en desastre con la fuga de sus animales (y todo esto publicado doce años antes de que Michael Crichton publicase Parque Jurásico). Pero este Satanus no era un Tiranosaurio cualquiera, era un clon (con todos los recuerdos, milagros de la ciencia) de una de los “retoños” de Old One Eye, la Tiranosaurio tuerta que protagonizaba el Flesh del propio Mills.
Pero esta saga es también famosa porque dio pie a un enorme embrollo legal para la revista por culpa de que que sus autores no tenían claro de lo que era legal introducir en sus historias y unos editores y directiva que no revisaron a conciencia lo que publicaban. El problema radicó básicamente en varios episodios que John Wagner escribió para aligerar de trabajo a Mills y en los que Dredd y los miembros de su expedición se encontraron con bandas rivales formadas por descendientes de empleados de McDonalds y Burger King o con un científico loco que era el vivo retrato del Coronel Sanders de KFC que se había convertido en una especie de Doctor Moreau y había creado a un insólito grupo de criaturas que incluían al Gigante Verde o al muñeco de Michelín entre otros. Mascotas publicitarias que se introdujeron sin el mas mínimo intento de disimular su origen y sin permiso de los propietarios de las marcas, lo que provoco una demanda que se resolvió con la publicación de una rectificación por parte de IPC y la promesa de no volver a reeditar esos episodios. Aunque por suerte para todos en 2014 se introdujo un cambio en la legislación europea que protegía el derecho a la parodia y esto permitió que Rebellion reeditase por fin la Saga de la Tierra Maldita de forma completa.
Pese a que ya conocía parcialmente la historia por haberla leído a saltos e incompleta en la edición de Zinco o MC (no recuerdo bien cual lo publicó) el poder leerla ahora del tirón y en su totalidad me ha permitido apreciar la Saga de la Tierra maldita muchísimo mejor y reafirmarme en mi cariño por estos viejos cómics tan locos y salvajes. Yo por mi parte, y pese a las pataletas y los gritos de indignación de Diógenes, estoy disfrutando cada día mas con esta labor auto impuesta de hacer arqueología comiquera para dar a conocer un poco mejor estos clásicos británicos al mismo tiempo que yo mismo voy descubriendo cosas que ignoraba, algo que pienso seguir haciendo pese a las amenazas de censura y boicot que tengo que sufrir en esta casa. Y si los lectores y Dredd creían que tras esta épica saga iban a encontrar con un periodo de calma, es porque no tenían ni idea de lo que había sucedido en Mega-City One durante la ausencia de este… Pero eso sera una historia para otro momento.
«Pero eso será una historia para otro momento»
¡Vamos, para la semana que viene!
A lo mejor!!
El derecho a la parodia… Ese debe ser el derecho fundemental del ser humano por poner en la declaración de los Derechos Humanos.
Con la falta cada vez mas grande de sentido del humor que se tiene no se yo si nos dejaran tener eso mucho tiempo.
«Zinco o MC (no recuerdo bien cual lo publicó)». Recuerdo haber leído el final de esta historia en un retapado de la edición de Zinco. Ahora, si MC lo reeditó, ni idea.
El resto del retapado (que fue lo primero que conocí de Dredd) incluía la larga saga, y no menos impactante y épica (aunque de otro tipo más sutil que lo que se muestra aquí de la Tierra maldita), del Juez Cal ese que se hacía con el control de la ciudad (solo le faltaba al retapado justo al final, porras XD). Algo que permitía ver a un Dredd heroico parecido a esto de la Tierra Maldita, aunque como líder de la resistencia. Debieron pillarle el gusto Wagner y Mills (aunque recuerdo que lo de Cal era de Wagner básicamente).
Eso sí, qué raro se hacía ver los cambios de estilo de dibujo tan dispares entre un capítulo y otro, oigan; luego nos quejaremos de cuando lo hacen Marvel o DC XD. Ya es un choque brutal pasar de McMahon a Bolland y viceversa (por buenos que sean los dos, que son excelentes), pero es que además recuerdo que entre medias también estuvieron Dave Gibbons y otros habituales de la revista, cada uno con su personalidad. Y todo para una sola historia de «continuará». Solo faltaba Alan Davis (que hubiera molado, aún en sus años primigenios, cachis).
No, si Marvel no lo hace ya de capítulo a capítulo, ¡lo hace con cinco dibujantes en el mismo cómic! ¡Y los cinco con estilos completamente distintos! Vamos, que cuando lees el recopilatorio lo de Dredd te puede saltar a la vista, pero cuando te estás leyendo un cómic de veinte páginas -24 y un cuerno- y te mezclan a Sorrentino con un amerimanga, con Yu y con Deodato, como que te dan ganas de mandarlo todo al cuerno. Fíjate que la nueva serie de los 4F lo está haciendo constantemente, el último número ha tenido cuatro dibujantes y parecía que cada uno de ellos iba perdiendo el interés por seguir dibujando y le dejaba el marrón de seguir al siguiente. Que el entintador y el colorista hacen lo que pueden, pero no quiero ni imaginarme lo mal que va a quedar en el recopilatorio.
Lo del Juez Cal, «The Day The Law Died» esta en la recamara para disgusto de Diogenes xd