Pues… Esta noche pasada a esta película le han dado un globo de oro a la mejor película de animación. A una película en la que sí, sale el puto Ganke -pero no sus legos- le han dado el premio de la crítica de Hollywood a la mejor película de la animación. A una película con el puto Ganke, sí. Puto Ganke, que a mí Miles ni me iba ni me venía, el problema siempre fue Ganke, puto Ganke.
Antes de reventaros la película entera -que no me voy a cortar un pelo, lo siento- tengo que deciros a todos los que no la hayais visto que seguramente sea una de las mejores películas de superhéroes de los últimos años. No estamos hablando de más de lo mismo pero mejor hecho -Black Panther- o de nuestros sueños húmedos de infancia llenando la pantalla a lo loco -Infinity War-, ni siquiera de una película divertidísima a pesar de nuestras fobias -os dejo que adivinéis de cual hablo-, estamos hablando de innovación en la forma de contar una historia, innovación en las técnicas de animación y un amor desmedido por la obra de Stan Lee y Steve Ditko (y Kirby dots, que cojones). Vamos, que ya tardáis en verla.
Hace unos años Marvel estuvo a punto de darnos una película del Hombre Hormiga dirigida por Edgar Wright. Esto, que para mí fue una pequeña tragedia, creo que puso en evidencia el mayor problema que trae la estructura organizativa de Marvel Studios: Hay unas reglas muy claras establecidas desde arriba y de ahí no puedes salirte seas quien seas. Esto provoca que pase lo que pasa y por malo que sea un director, las películas mantengan unos mínimos de calidad, pero a la vez tampoco permiten que nadie despunte o se salga de lo bueno a lo excelente, algo que en su momento aceptamos de buen agrado porque el estandar de calidad Marvel Studios era mayor que la mayoría de las películas que se habían hecho con los personajes. Y es que no lo olvidemos, en el momento en el que aparece el Iron Man de Jon Favreau habíamos sufrido montones de adaptaciones de directores que se pasaban de artistas -ese Hulk de Ang Lee- o de producciones salidas de madre -Wolverine Origins- que en muchos casos o no entendían el material original, o directamente lo ridiculizaban porque «esto es cosa de críos». Iron Man era una película que no te trataba como un imbécil ni tampoco te hacía sentir especialmente inteligente -aunque supongo que alguno al ver a Nick Furia se vino arriba cosa mala-. La cuestión es que Marvel Studios no va a correr riesgos jamás y por eso no suele fallar, con lo que fueron incapaces de dejar que Edgar Wright hiciera algo demasiado distinto con Ant-Man, pese a ser un personaje de cuarta fila que sólo un fan de Tom DeFalco podría amar. Pero es que claro, Marvel está manejando un «universo», y todas las películas tienen que mantener unos mínimos tonales y no salirse de ahí. Es cierto que James Gunn en Guardianes puede -podía- salirse de la norma porque, al igual que Waititi en Thor Ragnarok, se iba al espacio y ahí las reglas eran distintas, pero el cambio sigue siendo superficial y la narrativa sigue siendo la misma. Lo que es peor, Disney ha exportado el modelo de Marvel a Star Wars, con lo que aunque así se salvan descalabros como Rogue One, también provocaron que Phil Lord y Chris Miller salieran despedidos del set de Solo -que ojo, la película acabó saliendo estupenda-. Y dicho esto y una vez ya he espantado del todo a todos los que todavía seguían leyendo esto sin haberse visto Into the Spider-Verse, vamos al tajo:
La cuestión es que Edgar Wright dirigió Scott Pilgrim, una película mejor que el cómic en el que estaba basado y que supo adaptar elementos constructivos del medio original al cine sin que quedara estúpido o ridiculizarlos. En Scott Pilgrim podíamos ver mezclas entre cómic y videojuegos que no desentonaban entre sí, porque había una comprensión de dichos medios análoga a la que Brian Lee O’Malley hacía en el original al mezclar comic y videojuegos. Into the Spider-Verse hace eso exactamente una vez más, sólo que se zambulle de lleno en celebrar el hecho de que Spiderman es un cómic, hasta el punto de que las rupturas de la cuarta pared del protagonista -que tampoco tiene mucho del original de Bendis, para que negarlo- vienen sujetas a la forma en la que Miles Morales se va transformando poco a poco en Spiderman, en un personaje de cómic. Esto se consigue, más allá de los cuadros de pensamiento con los que empieza a expresarse -maldita sea, ¡quiero de vuelta mis bocadillos de pensamiento!- con una técnica de animación que pasa del más tradicional «estilo Pixar» hasta una aberrante mezcla de «entintado», offset y demás artefactos habituales del cómic book clásico combinados con unos animadores que no se han cortado un pelo a la hora de cargarse un tabú de décadas en el medio: las películas de dibujos se hacen a 24 cuadros de animación por segundo con intercalaciones por desenfoque de movimiento. Pues no, Miles Morales hasta que se convierte en Spiderman -y esto es la mayor parte de la película- va a moverse a 12 frames por segundo sin el motion blur, y todo esto a pesar de que Peter Parker o cualquiera de los demás se mueva con una fluidez «normal». Esto, que a todas luces debería quedar fatal porque le da un aspecto a la película de videojuego mal optimizado, funciona de maravilla, nuestro ojo se acostumbra a esa aberración durante el primer acto y para cuando empezamos a ver a Spiderman dando botes y moviéndose como los ángeles junto al renqueante Miles, casi como que nos tenemos que fijar en esa diferencia.
Y así es como tenemos la primera película de animación que mezcla varios personajes a la vez con distintos estilos gráficos -3D, 2D, líneas 2D sobre modelos 3D, yo que sé- con el único objetivo de darnos la sensación de que estamos viendo una historia en la que cada uno de ellos ha salido de un cómic dibujado por un autor distinto, mezclando estilos manga con animación clásica hasta algo «más Pixar». No se busca la espectacularidad o la innovación por la innovación, porque todo ello tiene una justificación narrativa y visual ligada a la forma en la que tenemos por entender qué es visualmente un cómic, sin caer nunca en la caricatura camp del mismo. Y todo esto gracias al diseño de producción de Justin K Thompson, un veterano de Samurai Jack o las Guerras Clon de Genndy Tartakovsky al que los productores Phil Lord y Chris Miller -que ya habían trabajado con él en Lluvia de Albóndigas- encargaron el darle un look a la película rompedor, lo que se tradujo en Thompson tratando de plasmar en pantalla muchas de las características del cómic -el color a puntitos, el offset, la línea de entintado- de las que en muchos casos el cómic actual parece que trata de huir y son parte de su ADN. Y sí, debería darle vergüenza a Marvel que tenga que ser Sony la que le recuerde al público en general que Spiderman no es «el del videojuego de la Play», el de «la serie de dibujos» o «el de las películas», Spiderman es un personaje de cómic creado por Stan Lee y Steve Ditko. Y tenedlo bien claro, sobre todo esos que todavía siguen leyendo el post sin haber ido a ver la película, porque ahora si que voy a destriparla de arriba abajo, porque vamos con el guión:
¡Spiderman, Spiderman, es Peter Parker y nadie más, da igual que este gordo, que más da, es el más grande, es Spiderman!
El guión viene a cargo de Phil Lord y Rodney Rothman, siendo este último también director de la película junto a Bob Persichetti y Peter Ramsey, y nos viene a contar otra historia más sobre la transición de la infancia a la madurez; esto se ve reflejado en un Miles Morales que quiere seguir en su antiguo instituto y reniega de explorar su potencial en el instituto exclusivo en el que le han aceptado, en la relación entre su tío Aaron -que es un supervillano y mira que te avisé que iba a destripar la peli, ya no te puedes quejar de nada- y su padre -que probablemente al convertirse en padre se dió cuenta de que ser un quinqui como su hermano no lleva a nada y se hizo policía. A su vez, tenemos al Peter Parker de un universo alternativo, Peter B. Parker, que se casó con Mary Jane pero acabó divorciándose de ella porque tenía miedo a ser padre, además del reverso de todo esto que es Kingpin, que está dispuesto a cargarse el multiverso con tal de recuperar a su esposa y su hijo, a pesar de que ellos mismos renegaran de él al descubrirlo haciendo una de las de D’Onofrio en Netflix -ya sabes, aplastarle la cabeza a alguien con tus propias manos y esas cosas de psicópata-. Todos tienen miedo al cambio y luchan contra el con todas sus fuerzas, y todos ellos están perdiendo por no atreverse a aceptarlo.
Así, veremos como durante todo el primer acto el mundo de Miles se siente raro, a 12 fotogramas por segundo, incómodo, incapaz de algo tan simple como decirle a su padre que le quiere. Para cuando Miles consigue sus poderes y se encuentra con el Spiderman de su universo vemos todo lo que le gustaría ser, porque Spiderman se mueve fluido en un mundo lleno de colores en su sitio, «de dibujos animados», que acaba saltando por los aires con su muerte y dejando un escenario casi en blanco y negro. Miles sabe que tiene que hacer lo que Spiderman le dijo, pero su miedo al cambio ataca de nuevo y si ya de por sí es incapaz de hablar con la chica que le gusta, el saltar de un tejado a otro -que ojo, aquí la película hace trampa porque casi todos los referentes icónicos de Spiderman están sacados de las películas de Raimi, baile friki de Tobey Maguire incluido- o el pegarse a las paredes lo aterra. Y ahí es donde empieza a llegar el mensaje principal de la película, porque Miles cree que no es digno de ser Spiderman, que Spiderman es Peter Parker, porque si algo nos han enseñado cincuenta y cinco años de Spiderman es que solo Peter Parker es Spiderman y lo demás imitadores.
Porque en ese momento en el que Miles va a la tumba de Peter y reconoce su incapacidad, aparece el Peter Parker de un universo paralelo -el 616 según la película, pero a eso digo no- y le demuestra que se puede ser Spiderman y cagarla. Se puede caer en una depresión, se puede tener barriga cervecera y se puede renegar del «todo gran poder conlleva una gran responsabilidad». Es un Spiderman acabado y aun así es Peter Parker, y es a través del viaje de ambos como volvemos a ver que la característica principal de Spiderman está en que importa una mierda lo grande que el trozo de maquinaria del Doctor Octopus que nos pongan encima, si realmente somos el Asombroso Spiderman, nos levantaremos. Y éso es algo que Peter tiene que reaprender y lo hace a través de Miles, que se lo muestra cuando termina reclamando el legado que le endosó esa araña de Alchemax -da igual de dónde haya salido, ya habrá tiempo de hablar de la telaraña del destino y puñetas fritas- y comienza a moverse con la fluidez del resto de los spidermanes cuando se pone un traje de Spiderman al que, eso sí, personaliza con unos cuantos toques de spray. Y que dicho sea de paso, creo que es un diseño bastante mejor que el de los cómics. Ea.
Asi que sí, estoy encantado con la película, y espero que siente cátedra y nos permita ver una película de Masacre con rupturas de la cuarta pared que vayan más allá de hablarle a la cámara. ¿A alguien le parecería kitsch que nos presentaran a mutantes de segunda fila de la forma en que nos presentaban a las distintas encarnaciones de Spiderman en esta película? Que dicho sea de paso, anda que no tiene mala leche el metacomentario que se hace al presentar el origen de Spiderman de siete formas distintas después de que a Sony se le pusiera a caer de un burro por reiniciar a Spiderman tres veces; en Into the Spider-Verse se ignora por completo a Holland y Garfield y se centran en Maguire, como si reivindicaran la trilogía de Raimi como la única y verdadera… Pero estoy divagando y esto ya ha quedado suficientemente largo, así que sólo me queda decir que me han encantado hasta los créditos y la escena postcréditos. Que vayais a verla, merece la pena hasta si os la habéis destripado leyéndome.
Es una película maravillosa con una acogida tibia en la taquilla. A ver si los premios impulsan su carrera comercial y la hacen conocida entre el gran público, que sigue asociando dibujos con infantil.
Contrasta con «Venom», que ha sido un éxito pero con una calidad artística bastante menor. «Veneno» sigue siendo atractivo para el público más de 25 años después, algo debe tener.
Final, yo conocía de Miles Morales muy poco y salí del cine con ganas de leer más. Eso no me pasó con «Aquaman»
Ojo, que el Miles de los cómics es más soso que un día sin pan, una fotocopia de Peter Parker sin ningún atributo propio. Es curioso que Peter David a la hora de montarse su propio Spiderman llegara a hacer una antítesis de Peter Parker y Bendis se limitara a hacer algo en plan «como Peter Parker… Pero su tío es malo».
Sobre Venom y Aquaman ya hablaré más mañana, al final yo diría que las tres películas son mejores de lo que el personaje original merecía. Y eso ya es bastante.
Acabo de leer unos números de Miles Morales de la línea Ultimate y me parece mejor personaje que Ben Reilly o Thunderstrike fueron en su día (aún así, lo de las Batfamilias y el legado me parece poco Marvel)
Hombre, es que una fotocopia de Peter Parker es mucho mejor que un clon de Peter Parker o… La cosa esa de DeFalco.
«A Diógenes le gusta Miles Morales»
Vaya, nunca pensé que llegaría el día que leería esto!
A mí no solo me ha encantado la peli (ese Kingpin sienkieziano lanzando coches por ahí, jódete Straczinsky) sino que me ha dado a mi Spiderman favorito de ahora en adelante: ¡Spidey-fondón! ¡Que le den mil spin-offs, por favor!
P.D.: La escena post-créditos es mejor que Batman vs Superman
Repito, el problema siempre fue el puto Ganke!!
Y la spider-depresión demuestra que se puede hacer un Peter Parker acabado sin basarse demasiado en el Dark Knight de Miller, sobre todo porque el mensaje final es el de Spiderman de toda la vida, da igual lo bajo que caigas, si eres Spiderman te tienes que levantar…
Como el Capitán América. O Batman. O Wildcat. Como tantos y tantos.
Y yo ya solo de ver a Miguel me volví to loco, ya cuando ves el meme te despollas de la risa. Eso sí, es curioso que sea la única referencia a las series de animación del personaje, ¡y mira que ha tenido un porrón de ellas!
(Antes que nada, un saludo; soy un lector ocasional y fan.) No habrán querido hacer referencia porque gran parte de la trama no deja de ser lo de los últimos dos capítulos de la serie animada noventera. Es decir (DESTRIPE):
→ un Spider-Man principal aprendiendo de los Spider-Men de diferentes realidades alternativas…
→ …mientras se unen para darse de tortas con varios villanos habituales del personaje…
→ …para evitar que un cacharro en el rascacielos de Kingpin se cargue el multiverso…
→ …mientras se hace una reflexión sobre el poder de Spider-Man como icono cultural (y comercial, todo sea dicho).
Que sí, que la peli se alimenta luego de aportaciones de Dan Slott y de BENDIS! y de todo un poquillo, pero todos los argumentos sobre multiversos aplicados a Spider-Man (que yo recuerde) vinieron luego de TAS, incluyendo el ‘Shattered Dimensions’.
Lo que no significa que ‘Un nuevo universo’ deje de ser deliciosa, por otra parte.
Sí, y lo confieso, no soy muy seguidor de la serie de animación de los 90 porque el contraste con Batman TAS me hizo despreciarla muy rápido. Eso, y que como nada se perdía en tirarse a los brazos del Spiderman noventero que daba un ascopena tremendo.
Pero claro, no dejamos de hablar de la idea del Spiderverso y sí, esa es una idea de la serie de animación.
Y gracias por estrenarte en un post mío y no en uno de M’Rabo, que eso le escuece muchísimo!
Pues precisamente mi audiovisual favorito es el Spider-Man noventero, y también me gustaba la de los X-Men a pesar de su cutrez estética… bueno, noventera. Dígolo no para explayarme explicando mis gustos (que siento que aquí no toca; y, como, además, también me gustan las dos primeras ‘películas’ de Nicholas Hammond a pesar de lo malas que son, a lo mejor es que soy un sacrílego sin más). Pero lo comento como ejemplo de que os leo cuando puedo no porque coincida en opinión con vosotros al 100%, sino porque siempre hay un análisis y una reflexión en lo que decís, que es algo que se echa en falta muchísimo (tanto dentro como fuera de internet). Por eso, las gracias a vosotros (y no nos hagáis elegir entre papá y mamá ;D xD).
Ojo, no niego que sean producciones que no tengan su encanto, pero no acaban de gustar y a veces caigo en el error de ignorar su contribución, cuando no dejan de ser series que tuvieron una importancia tremenda en su momento e influyeron lo suyo en los cómics.
Vamos, que me alegro de que me corrijáis y de que nos leáis atentamente.
Antes que nada salgo en defensa del Hombre Hormiga… ¿Cuarta fila? ¿A quién llamas cuarta fila? ¡Es Ant Man, no Humbug! ¡Un clásico del duo invencible Lee/Kirby! ¡El tipo con el casco más molón a este lado de Darth Vader (chupate esa, Tony Stark)! Ya sea Pym o Lang, a mí siempre me ha molado el Hombre H, sus poderes y su trasfondo. ¿Hay algún otro héroe cuyo origen esté vinculado a la Revolución húngara de 1956? ¿Eh? ¿Eh? Y no me gusta DeFalco, que conste!
Me gusta el Hombre H porque hace falta más coraje para encogerte a tamaño hormiga que para coger un martillo y volverte un dios. Así de claro. Porque la primera vez que lo vi, le dio una paliza al Hombre Absorbente. Porque es el primer superhéroe divorciado con hija a su cargo. El primer exconvicto que no fue «condenado por error». Así de puntero es el personaje, y lo sigue siendo.
Bueno, terminado mi exabrupto, mi ira necesita unas cinco horas y una bebida caliente para recargarse. ¡Sigo divagando más tarde!
Pym no es cuarta fila, Scott Lang sí. Más que nada porque su papel de secundario en Iron Man fue más bien lamentable, luego en los 4 Fantásticos de DeFalco mejor no hablar y, en general, como sucesor era mejor el de Kirkman.
Que ojo, las películas me gustan y no tengo nada en contra suya, pero cuando el personaje tiene una trayectoria tan errática y tan vinculada a DeFalco y Michelinie, dos de los mayores patazas de la era Shooter… ¡Pues como que se nota mucho!
A ver, que hay algo que se está repitiendo demasiado y no acabo de estar de acuerdo en lo más mínimo; ¿Cómo funciona eso de que «Marvel/Feige no corre riesgos»? Tras Infinity War me parece estirarse ya demasiado para buscarle problemas al MCU; porque ya solo teniendo en cuenta como acabó el Spider-Man de Raimi no sé que tenía de seguro la primera Vengadores (además de ser una buena película). Y más allá del tono (que ni tanto), dentro de las mismas trilogías tienes variedad (Iron Man 1 y 3, Thor 1 y 3, la trilogía del Capi entera, Avengers 2012 y Infinty War) y luego puedes comparar los GotG de Gunn (jodida Disney) con Thor: The Dark World o con el mismo Dr. Extraño y lo que tienen en común las películas es que pertenecen a un género (y ni tanto) y mantienen un nivel de calidad que pocas producciones consiguen, pero como los cómics nos tienen tan acostumbrados a pensar en ellos como medio nos olvidamos que el de superhéroes no deja de ser un subgénero de aventuras primero y por sobre todo.
Si es que es hablar del MCU y ser todos fans de Lynch ahora, como si Sony se la jugara mucho por darle Spider-Man (uno de los personajes más icónicos de la historia de cualquier medio ya) a Lord que ya se ha probado con Miller tanto en animación (The LEGO Movie, nada más y nada menos) como en live-action. Igualito que los Russo esos de Community haciendo Winter Soldier o Civil War o Infinity War (película de espías; héroe vs. héroe; mitad del universo se muere, si es que es todo lo mismo, siempre a seguro esa Marvel). Y todo por una película que usa la animación para contarte que si no te mola un Spider-Man, tranquilo, hay otros 7 billones ahí fuera para ti exclusivamente. Y la verdad, yo me quedo con el Peter Parker de Ditko, y ya. Que a mi ya no me molesta ni Ganke, simplemente me generan una indiferencia enorme, y lo mismo va para el Spider-Man de Tom Holland, ya no me interesan las adaptaciones de Spider-Man vengan de donde vengan y más que ser criticas a las películas esto refleja simplemente como veo personalmente al personaje. Que luego ya puedo criticar como Marvel sí se cagó con Homecoming al no hacer una película de Miles y acabó con cosas que no se sostienen como un Peter jodido sin nada que le joda. Pero ya sobre cosas como Spider-verse no voy a ponerme tonto y negar nada, sino señalar que la historia puede ser contada «diferente» gracias al excelente uso de la animación que permite hasta robar el lenguaje visual de los cómics (cosas, algunas, que ya han caído hasta en desuso, para que lo noten los que leen cómics mientras el resto ni se entera que de ahí viene algo más que el personaje), pero es otra repetida y con las piezas hechas a medida gracias a la idea del multiverso.
Aclarando, que he vuelto a los tochos de texto y ni yo me entiendo:
1) ¿Marvel Studios no se la juega? Habrá que verse Infinity War de nuevo, poner la primera Vengadores en contexto y/o comparar con el DCEU y a no creernos que Edgar Wright (sin Pegg y Frost, para colmo) iba a darnos su magnum opus con Scott Lang, que ni con Pym (aunque quizás sí La Avispa) tendríamos una «award contender» en Ant-Man (que al final el Honest Trailer de Ant-Man and The Wasp pone las cosas bien claras).
2) Que me pueda mi desinterés y cinisismo no significa de ninguna manera que Into the Spider-verse no sea una gran película, que hasta ganó un Golden Globe; mi problema está en usar al MCU y esa frasecita para elevar una película que no solo no lo necesita sino que independientemente de eso es una colección de cosas que, me gusten o no, puedo señalar y dejar a juicio de cada quien sus méritos en comparación con Marvel.
P.D.: ¿A que no era lo que pensabas? Hasta yo me sorprendo de lo mucho que puedo escribir con una discrepancia de lo más pequeñita.
Insisto, Feige no corre riesgos. Aplica la formula Iron Man a rajatabla, casi todas las películas tienen un montaje muy muy parecido y las únicas frivolidades que ha permitido son GotG y Thor Ragnarok, siendo la más arriesgada la segunda porque en realidad GotG es pura fórmula de peli de acción ochentera. Y ojo, que eso no es nada malo.
¿Que me dices que es un riesgo hacer una peli del cachufletin enmascarado porque no lo conoce nadie? Pues claro, pero cuando desde producción se marca estilo como lo marca Marvel, llega un punto en el que el público va a ver tus películas porque las ve como un valor seguro; no hay más que ver como cuando Marvel corría riesgos -Iron Man, el Hulk de LeTerrier, Thor o Capitán America- la recaudación no era ni mucho menos gigantesca, y hasta tuvieron que hacer Iron Man 2 cuando no tocaba como una producción completamente derivativa, un más de lo mismo. Una vez tuvieron los millones de Disney no tenían que convencer a ningún inversor de nada y tuvieron más margen, pero la realidad es que Marvel normalmente no corre ni el más mínimo riesgo artístico, no cambia el lenguaje, no juega con el más allá de unas normas bien rígidas y precisamente por eso se echa de menos la «no convencionalidad» que Wright podía haberle traido a Ant-Man y que sí que se ve en Baby Driver. Desengañate, SpiderVerse experimenta en lo técnico y lo narrativo y ahí precisamente está su gran mérito, mientras que Marvel por su lado te habría hecho… Homecoming. Que está bien, no se puede decir que sea mala o mediocre, es una buena película, pero no arriesga, no es distinta, es «muy Marvel».
Y esa es la gran virtud del MCU, que te asegura unos mínimos por encima de la media pero le cuesta mucho darte «unos máximos».
Si es que nos vamos a tirar piedras a ver quien es más descreído; si tu con el MCU o yo con Into the Spider-verse.
¿La trilogía del Capi al completo te parece que sigue a rajatabla el molde de Iron Man cuando son evidentes en la evolución del arquetipo que es Steve Rogers? Si es que lo comparas con los desesperados intentos de la Warner de hacerlo con Superman y ya ves. Infinity War es otra rompe convenciones y es la tercera de Los Vengadores, ni la cuarta ni la quinta (y la mala, que es Age of Ultron, acaba con «Los Nuevos Vengadores» y con Thor y Hulk rumbo a Ragnarok, que no le veo yo lo convencional tampoco al clásico final Disney). Estoy seguro que a alguien aquí le gustó mucho Iron Man 3. Y aún le jode lo de Guardianes (con lo convencional que es). Y yo aún recuerdo «Dormammu, I’ve come to bargain». Y Black Panther, con todo lo que hace, yo solo voy a mencionar para los que se quejan del PG que acaba con ambos villanos muertos brutalmente (tiro a la cabeza y puñalada al pecho). La cosa es que insistes con que Feige no corre riesgos y yo me encuentro con que si es así Marvel ha hecho un descomunal trabajo de usar esas convenciones visuales en sus películas tanto por necesidad porque pertenecen a un género como para permitirse contar historias que desarrollan personajes e ideas no tan convencionales en un mundo que no tendría pero nos es cercano; que no pasa con un multiverso animado que te da todas las excusas posibles para soltarte el pelo y aún así yo veo los trailers y las reseñas y me pasa como a película de Edgar Wright sin Simon Pegg, me acabo preguntando a mi mismo ¿por qué no quiero ver esto?
Y sí, siendo sincero lo mismo va para Homecoming y esta otra que viene pero de esto ya he hablado casi tanto como de Cíclope.
Y va a ser una diferencia de opinión que voy a seguir teniendo con mucha gente, porque cuando en esta reseña dices que el «MCU es convencional» para mi (y esta analogía le va a encantar a M’Rabo) es como quejarse de que patean la pelota con el pie en el fútbol cuando Messi hace un hat-trick con un gol de campo a campo, otro de cabeza (si, ya sé) y otro de espaldas al arco. Mientras yo hallo que Into the Spider-verse es como si Messi hubiese hecho ese mismo Hat-trick en futsal.
No, no, la cosa no va por ahi…
Yo no estoy hablando de que todas las películas del MCU sean iguales, hay una diferencia enorme entre hablar de no correr riesgos a nivel técnico o narrativo y decir que todas las películas son iguales. Hitchcock no solía correr riesgos a nivel técnico, pero si narrativos. Lean los corría de las dos formas, Buñuel directamente te exigía que tu te las apañaras para entender sus películas. El meollo del asunto es; ¿hay innovación en el MCU? Sí, hay un universo cinematográfico como nunca lo ha habido en la historia del cine, es una obra de «ingeniería narrativa» tremenda, es poner de acuerdo a una burrada de gente. Es novedoso, es distinto, es otra cosa.
Y sin embargo hay una diferencia tremenda entre El Primer Vengador y El Soldado de Invierno, pero aun así las dos son conservadoras, una sigue el molde Rocketeer (que a su vez mira a Spielberg y Huston) y la otra sigue el molde Sydney Pollack. Copian, pero copian bien, no corren tantos riesgos en como cuentan la historia porque caminan sobre terreno alicatado por otros directores. Esto, repito, es perfectamente válido y legítimo, al igual que es el hacer todas las películas siguiendo un molde de película de acción ochentera adaptada a los nuevos tiempos, y precisamente por eso Feige contrata a Shane Black -que trabajó en esas películas ochenteras- para hacer la Iron Man que le sobraba tras la marcha de Favreau, Iron Man 3. ¿La película es buena? Sí, es estupenda, y hasta te cuela un subtexto maravilloso que matiza muy adecuadamente el tema principal de la película. La dirección, el montaje y hasta partes del guión siguen el libro de estilo de Feige, el libro de estilo que escribieron Spierlberg, Lucas, Donner, Pollack, Hitchcock y todos los directores que se atrevieron a hacer antes que ellos una película de acción con tintes de thriller o de comedia, porque al final los superhéroes no son un género nuevo en si mismo, son una evolución sobre viejas ideas. Iron Man no inventó tanto como destiló.
Spiderverse rompe con la forma en la que se animan las películas de animación. Ya de entrada, te la mete sin vaselina y por los ojos, esto no es lo mismo, no vamos a meterte un blur en el intercalado para que el movimiento te parezca más suave. Narrativamente no es muy convencional -tampoco demasiado, no nos vayamos a engañar, pero lo hace tan bien que le introduce al espectador la información en píldoras comprimidas y sin aburrirlo- y a la vez introduce herramientas visuales del cómic que nadie -excepto tal vez, el Waititi de Ragnarok y algo en los Guardianes de Gunn- se han atrevido a sacar en una pantalla de cine. Tu puedes decir que GotG es más innovadora porque sacan un árbol que habla, pero para el lenguaje audiovisual eso es anecdótico, la innovación viene de como lo haces y no por lo que dices.
En resumen: El MCU es convencional en lo concerniente a la producción de sus películas y me gustaría que le dieran más margen a los directores para que se salieran del molde establecido y pudieran hacer algo más novedoso, no por ello traicionando el material original si no más bien todo lo contrario. Por eso, repito, mecagontodoslosabismos porque no le dejaron a Edgar Wright hacer su AntMan, porque tu ves Baby Driver y se te caen los cojones al suelo.
Y he dicho todo esto sin hablar del montaje, que eso también se las trae. Copón.
Yo no conozco nada el tema de compañías, directores y demás. Soy un fan más básico que vosotros, sapientisimos compañeros. Si vosotros sois Henry pym yo soy la Hormiga Emma. Pero se cuando me gusta algo y spiderverse me gustó cantidad. Aparte de ser genial la animación el humor, la narrativa, etc me encanta el uso del omniverso Marvel. En eso han roto la cuarta pared. Basta de drama! Fuera el corsé de sacar siempre los mismos tópicos! Basta de ver morir al pobre tio Ben una y otra vez. Spiderverse echa el «naturalismo» por la ventana y mete a la spideranime, al spidernoir y a cierto spiderungulado genial. En eso es un canto de amor a lo genialmente absurdo que puede ser el universo Marvel. En eso es puro Slott. Quien se merecía algún cumplido en los créditos. O quizá no lo vi. Estaba ocupado riéndo con la peli. No de la peli, como me pasa con juego de tronos.
Sólo me falla un poco que el archimalo sea Kingpin. Estoy tan acostumbrado a que sea un villano noir que me chirría en una peli scifi. Culpa de Netflix supongo.
Espero que sigan así y podamos ver pronto los simios comunistas mutantes robando el spidercoche, cambiando las sinfonías (mono malo) y aparcando en batería mejor que Parker.
No se a quien darle las gracias por ese milagro navideño, pero sigue así. Stán lee sonríe desde donde esté.
Ojo que aun así el Kingpin de SpiderVerse me recordaba mucho al de D’Onofrio pero dibujado por Sienkiewicz, con ese rollo sentimentaloide pero a la vez no cortándose un pelo en reventar a alguien con sus propias manos. Y lo peor de todo es que eso se lo hace al propio Spiderman en una película para críos, lo cual tiene mucho más mérito.
Es verdad que parece dibujado de Sienkiewicz!
Yo creo que no estorba que sea brutal. Kingpin siempre ha sido así.