Para mí la televisión británica sigue siendo una fuente de sorpresas inagotables. Series que desaparecen y reaparecen sin ningún criterio lógico aparente, temporadas que se emiten un año sí y otro no, estrenos que llegan un buen día por sorpresa, series de cuya cancelación definitiva te enteras un par de años después de que haya dejado de emitirse… Casi parece que haya que ser detective para seguir el rastro a cómo funciona la televisión allí. Por todo ello no me sorprendió demasiado enterarme de que existía Vicius cuando esta ya había terminado de emitirse (a falta de un especial de despedida) Algo más sorprendente aun si cabe viendo que uno de sus protagonistas es nada más y nada menso que Sir Ian Mckellen, algo que me hizo lanzarme de cabeza a verla y a recomendarla ahora.
No es como para pasar a la historia de la televisión pero si para pasar un fin de semana divertido
Freddie Thornhill (Ian Mckellen) es un actor de tercera fila con un ego que no encaja demasiado con los muy secundarios papeles que han formado toda su carrera como actor. Durante los ultimo cincuenta años Freddie ha compartido su vida con su pareja, Stuart Bixby (Derek Jacobi), un ex camarero que aun no ha sido capaz de confesar su homosexualidad a su madre y que desde que conoció a Freddie dejó su trabajo para ser un “amo de casa”. Pero tantos años de convivencia y roces entre dos caracteres tan complicados hacen que pese a que la pareja se adore se pasen el día pinchándose el uno al otro de las formas más crueles posibles. La monotonía de sus vidas se alterara un poco con la llegada de un nuevo vecino, Ash (Iwan Rheon) quien pese a la abismal diferencia de edad inmediatamente entrara a formar parte del pequeño y disfuncional círculo de amigos de la pareja.
Esto en Invernalia no le pasaría
Si el argumento de la serie parece demasiado simple es porque lo es, pero esa simplicidad es en este caso una virtud. Vicius es un curioso coctel que mezcla influencias de las telecomedias de los años 60/70 (aunque tocando temas que en aquellos años nadie se hubiese atrevido a tocar) el teatro, y que le debe mucho a películas como “La Extraña Pareja” y “Dos Viejos Gruñones”. Una combinación no muy sorprendente teniendo en cuenta los antecedentes de los creadores de la misma, Gary Janetti y Mark Ravenhill. Y es que entre la experiencia de Janetti como productor de la comedia televisiva Will & Grace, una serie que en su momento fue bastante rompedora por su retrato tan natural de la homosexualidad. Y la de RavenHill con su larga trayectoria como autor teatral, juntos han conseguido sacar adelante una serie que sin llegar a ser lo mejor del año (aparte de porque se estreno en 2013) si que ha sido una de las sorpresas más agradables que me he encontrado en televisión en 2015.
Se echa en falta que McKellen se dedique mas a la comedia
Y esto ha sido sobre todo porque Vicius me ha permitido ver a Ian McKellen en un registro en el que hasta ahora no le había visto, el de la comedia, donde de forma nada sorprendente ha salido más que del escaso reparto. Y es que Vicius demuestra que con un par de decorados y un pequeño puñado de actores se puede sacar adelante un producto de lo más divertido con un humor bastante blanco con sus pequeñas dosis de mala leche. Una serie en la que este pequeño puñado de grandes actores han conseguido que un formato televisivo que para muchos puede resultar algo caduco cobre nueva vida aunque sea muy brevemente.
La serie es cortisima pero enseguida se les pilla cariño a los personajes
Vicius no será la serie mas innovadora o rompedora del panorama televisivo actual, y ese formato y estética deliberadamente retro puede echar para atrás a más de uno, pero siendo una serie de tan solo doce episodios de veinte minutos más dos especiales, uno de los cuales aun no se ha emitido, vale la pena darle una oportunidad a esta serie que se puede ver entera en una tarde aburrida y que hará pasar un buen rato a cualquiera (excepto a Diógenes, que ese ya no se ríe con nada porque no tiene alma) Auqnue eso si, nunca dejare de preguntarme como hubiera salido todo esto si en lugar de Derek Jacobi hubiesemos tenido a Patrick Stewart…
Lo mejor es que no hace falta imaginar mucho
[…] tan triste como adecuado. Mucho más ligera, aunque no sin sus buenas dosis de dramatismo, fue Vicious, esa comedia “retro” que parecía surgida de otra época (con todo lo bueno y lo malo que ello […]