Astro City de Kurt Busiek, Brent Anderson y Alex Ross – Veinte años no son nada

En un mundo editorial como el actual en el que el genero superheroico no deja de cambiar para adaptarse a la última tendencia de moda, para parecerse a su enésima adaptación televisivo/cinematográfica o se convierte en una cínica e irónica parodia de sí mismo por parte de autores que ya no parecen disfrutar del genero, es agradable poder disfrutar de un comic de superhéroes “de los de toda la vida”, y Astro City es ese comic.

Hay que ver lo bien que se conserva Samaritano

Astro City es probablemente la ciudad más importante del mundo, hogar de muchos de los más grandes héroes, y villanos, de la Tierra, un lugar en el que la magia y la tecnología más avanzada coexisten con multitud de personas normales y corrientes que viven sus vidas rodeados de todas las maravillas y tragedias que un mundo así les puede ofrecer. Un día puedes levantarte de la cama, ir a la oficina y volver a casa sin que nada destacado te ocurra, o puede que por el camino te encuentres con una invasión extraterrestre, la aparición de demonios de otra dimensión o el ataque del enésimo archivillano de turno, pero siempre con la tranquilidad de que los héroes están ahí para proteger la ciudad y que mañana será otro día. Si, a lo mejor la vida en Astro City no es la más tranquila o la más segura, pero desde luego no es aburrida.

Esta claro que no es una ciudad para aburrirse

Han pasado veinte años desde que Kurt Busiek presentase por primera vez al público su Astro City, una serie que aunque ha ido y venido a lo largo de estas casi dos décadas y ha pasado por varios sellos editoriales (Image, Homage, Wildstorm, Vertigo) siempre ha mantenido un listón muy alto en cuanto a calidad se refiere. Sus orígenes los encontramos en una época en la que hacia muchísima falta un comic como este, la muchas veces maldita década de los noventa. En aquellos años en los que el nacimiento de la Image primigenia, y la moda de imitar a aquellos autores que tanto estaban vendiendo, provocó que la calidad media del comic de superhéroes cayera por el desagüe, (si, habia muchas cosas buenas por ahí sueltas pero no lo suficiente) Astro City fue una de esas series que nos devolvió la esperanza y nos hizo darnos cuenta de que no todo estaba perdido para el género superheroico.

¿Se puede ser mas Superman que esto?

Pero es que Kurt Busiek es un guionista que siempre ha adorado el comic de superhéroes, algo que se nota en los incontables y nada disimulados homenajes que pueblan cada viñeta del comic. Podemos encontrar análogos de Superman, Batman o de los 4 Fantásticos (con Lee y Kirby como miembros) pero haciendo cosas que normalmente no les podemos ver hacer a los de verdad. Y es que aunque en muchas ocasiones a Busiek se le acuse de ser demasiado “clásico”, usando el término de la forma más peyorativa posible, no se le puede negar que es alguien que en muchas ocasiones ha sabido sacar lo mejor del género. Y eso es algo que en Atro City, a base de jugar y retorcer todas las convenciones y tópicos de los superheroes, a hecho a conciencia.

Mil veces mejor que la versión de Josh Trank

Aunque eso no significa que Astro City sea un comic como los de la década de los 50, inocentones y tontorrones en los que nadie sufre y los villanos solo roban bancos y gastan bromas pesadas. En Astro City hay drama y tragedia, los héroes no siempre ganan e incluso cuando lo hacen hay graves pérdidas, pero siempre hay un tono optimista de fondo. Los personajes de Busiek no son todos seres hiperviolentos que matan primero y preguntan después ni seres cínicos y amargados que disfrutan con la violencia. Y ojo, que eso ha dado grandísimos comics como Marshal Law, pero es agradable tener alternativas.

En Astro City también hay lugar para la tragedia

Busiek además toca un tema que no se usa demasiado en el comic de superhéroes y que ya había planteado un año antes del nacimiento de Astro City en su Marvels, mostrarnos el punto de vista del ciudadano de a pie. ¿Cómo reacciona a gente normal de la ciudad ante todas las maravillas y horrores que se encuentran cada día? ¿Cómo afecta a sus vidas y a las de sus familias? Así es como vemos que en muchos aspectos el mundo es algo mejor gracias a todos los avances propiciados por tantos alienígenas, viajeros temporales  y místicos. O también podemos ver cómo mientras en la mayoria de los comics de superhéroes los “civiles” tienen empleos tan reales como los del mundo real, en Astro City nos encontramos con gente que trabaja en líneas de emergencia superheroicas, o que ven en el trabajo de “Henchman/Lacayo” una oportunidad de futuro.

Con tanto heroe y villano suelto las oportunidades de trabajo son bastante extensas

Este punto de vista de “gente de verdad” Busiek lo ha aprovechado también para mostrarnos a héroes y villanos como personas de verdad con problemas tan reales como los de cualquiera de nosotros y que van un poco más allá de lo que se suele ver dentro del género. Algo que Busiek ha aprovechado para tocar numerosos temas sociales, politicos e incluso filosoficos. Y dentro de esta idea de tratar a sus personajes como personas de verdad, encontramos el que sin duda es uno de los mayores y más interesantes aciertos de Astro City, y que en Marvel o DC nunca se han atrevido a tocar más que en What If? y Elseworlds, el paso del tiempo. En Astro City el tiempo ha transcurrido al mismo paso que en el mundo real, y así es como nos encontramos con que aquel padre de familia al que vimos mudarse con sus hijas a Astro City hace tantos años (en el primer número del segundo volumen del comic) ahora está pensando en si jubilarse y es padre de dos mujeres adultas que tienen sus propias vidas.

Veinte años dan para teñirse el pelo y todo

Pero este paso del tiempo no es algo exclusivo de los “civiles” y secundarios. Muchos de aquellos héroes y villanos que descubrimos en su día ahora peinan canas, se han retirado o se plantean, o resisten, a hacerlo, y nuevas generaciones ocupan su lugar, ya sea como herederos de algún legado superheroico o como héroes de nuevo cuño. Así es como nos encontramos a personajes felizmente retirados que disfrutan de un merecido descanso, a otros que no aceptan que ya no son jóvenes y que están dispuestos a todo por seguir en activo o a Inmortales que ven como sus amigos y enemigos van quedando atrás por un motivo u otro y se plantean si de verdad han sido capaces de marcar una diferencia en el mundo.

No es fácil ser un superheroe cuando ya hace tiempo que dejaste de ser un veinteañero

Pero no podemos terminar sin mencionar dos nombres que también han sido importantísimos para Astro City, Brent Anderson y Alex Ross. Ambos han estado en el proyecto desde el primer día y han acompañado a Kurt Busiek en esta larga travesía hasta el día de hoy, formando el que debe ser uno de los equipos creativos más longevos del comic de superhéroes. Alex Ross ha aportado a la serie los diseños de la mayoria de los personajes (unos más afortunados que otros, todo hay que decirlo) y le ha dado un toque de elegancia al comic siendo el portadista regular de la serie todo este tiempo, y es que su estilo podrá gustar más o menos, pero no se puede negar que llama la atención y como portadista siempre me ha gustado más que dibujando interiores.

Nada te hace destacar mas que una portada pintada por este hombre

Pero la parte realmente importante del trabajo ha recaído casi siempre en manos de Brent Anderson, que si, no  es uno de esos artistas “espectaculares” con legiones de fans a sus espaldas y que de forma inexplicable hace subir las ventas de todo lo que toca, sino un humilde y curtido veterano con cuatro décadas de carrera y mucho talento a sus espaldas y dueño de un estilo realista (que le debe mucho a Neal Adams) y que ha encajado como un guante en el tipo de historias que querían contar. Pero no ha debido ser un reto fácil, Astro City es un comic con un reparto de cientos de personajes y escenarios que cambian constantemente, que le ha obligado a ir envejeciendo poco a poco a sus personajes y que ha sido capaz de que tengan caras y cuerpos diferentes y sean fácilmente diferenciables incluso sin uniforme. Aparte de los incontables escenarios que le ha tocado dibujar y que han sido tan variados como numerosos, algo que que debe ser casi como comenzar una serie nueva cada mes y de lo que siempre ha sabido salir airoso. Así que si, Anderson no será un “hot artist”, y ni falta que le hace serlo.

Lo poco que se valora a este hombre y todo el talento que tiene

Decían Busiek y Anderson en una entrevista hace poco que es curioso como un comic que originalmente tuvo éxito por ser diferente a lo que se publicaba en su momento, ahora se mantiene por ser “de la vieja escuela”. Pero es que del mismo modo que en los 90 sirvió como refugio a los que estábamos cansados de héroes hiperviolentos, de chaquetas de cuero y de barbas de tres días, ahora hace la misma función para los hartos de reseteos constantes, cambios sin sentido y modas inexplicables dentro del genero superheroico (aunque algunos lo boicoteen por ser publicado en un sello editorial propiedad de Warner, y se nieguen a leerlo, y no miro a nadie, cof, cof) Y es que por triste que suene, da gusto poder leer un comic en el que Superman es Superman aunque le llamen Samaritano.