The Ipcress File (1965) – Michael Caine nos recuerda que ya no se hacen espías como los de antes

Hubo un tiempo no demasiado lejano en el que el cine de espías era algo más que un espectacular desenfreno de frenética acción y explosiones con protagonistas que la mayoría de las veces recuerdan mas a superhéroes que a agentes secreto, una tendencia que ha terminado pro cargarse incluso a James Bond (aunque el siempre fue un caso aparte).  Para desintoxicarme de todo ello he saldado una cuenta que tenía pendiente desde hace mucho, ponerme a ver la serie de películas que Michael Caine protagonizo en los sesenta interpretando al espía británico Harry Palmer, y aunque la espera ha sido muchísimo más larga de lo que tendría que haber sido, lo que me he encontrado ha valido muchísimo la pena.

the-ipcress-file-1965-michael-caine-posterHasta los carteles se hacían entonces de otra forma

Cuando uno de los principales científicos británicos desaparece en misteriosas circunstancias y su escolta es asesinado, saltan todas las alarmas en el Ministerio de Defensa. Este no es más que el último de una serie de extraños casos en el que dieciséis de los más importantes científicos del país han desaparecido o abandonado sus carreras de forma más que sospechosa. Al no confiar en el departamento que llevaba la seguridad e investigación de estos casos, el Ministerio traslada allí al sargento Harry Palmer (Michael Caine), un agente con un pasado poco limpio y famoso por su insubordinación y su poco amor por el trabajo, pero muy eficiente cuando se lo propone. Sus poco ortodoxos métodos no tardan en dar frutos y descubre que el asunto es muchísimo más complicado que un simple caso de sabotaje entre potencias enemigas y que las ramificaciones de este se extienden a todos los niveles, un descubrimiento que le pondrá en el punto de mira de esas misteriosas fuerzas.

ipcress-file-harry-palmer-michael-caine_- (2)Una simple grabación les acabara acarreando un montón de problemas

Desde siempre me han encantado las historias de espías, los dobles juegos, las traiciones… Pero este género perdió buen aparte de su encanto con la caída del muro de Berlin y la URSS y ha terminado degenerando en muchos casos en una orgia explosiva. Por eso ha sido agradable mirar atrás y reencontrarme con un tipo de historia más cercana a la realidad que poco o nada tiene que ver con lo que nos quieren vender hoy en día. Eso se debe sobre todo a que las películas de Harry Palmer, basadas en la serie de novelas escritas por Len Deighton, nacieron con la intención de ser la antítesis del espía por excelencia de la época, James Bond, algo que resulta curioso si tenemos en cuenta que muchos de los responsables de esta película lo eran también de la franquicia de 007, empezando por el propio productor de ambas Harry Saltzman.

james-bond-007-sean-connery-white-jacket-goldfingerTodos estos lujos y excesos son solo fruto de la ficción

Por todo ello en Ipcress File no vamos a encontrar ni rastro del glamour o las exóticas localizaciones del personaje de Ian Fleming, ni superagentes armados con la más alta tecnología viviendo una vida de lujo y desenfreno mientras se enfrentan a villanos megalómanos que quieren conquistar el mundo. Por el contrario el mundo de Harry Palmer es sucio y traicionero, los espías representados aquí son aburridos y reemplazables funcionarios del gobierno que tienen que cumplir con unos horarios de oficina y se pasan el día pateando las calles, hablando con sus informantes, rellenando papeleo y cuyo modesto salario no les permite vivir con demasiados lujos.

ipcress-file-harry-palmer-michael-caine_- (6)¿Alguien se imagina a Bond haciendo la compra en el supermercado?

Estas diferencias son una de las cosas que mejor hace funcionar la película, dependiendo el resto del gran talento de todos los implicados en la misma. Destaca sobre todo el gran trabajo de un Michael Caine que se encontraba en aquel momento en uno de los mejores momentos de su carrera y que con una aparente sencillez nos transmite a la perfección como este sarcástico y apático personaje de Harry Palmer no cumple con su trabajo por amor al mismo, por vocación o por patriotismo, sino porque se ve obligado a ello, una obligación que trata de cumplir con el mínimo esfuerzo posible, una actitud que el propio Michael Caine ha parecido tener en más de un momento de su carrera.

ipcress-file-harry-palmer-michael-caine_- (9)Tareas repetitivas como grabar informes formaban parte de la rutina de estos espías

Pero el resto del equipo de la película no se queda atrás. Sidney J. Furie, a quien deberíamos recordar por esta película y no por haber dirigido Superman IV, consigue mantenernos en tensión durante toda la película gracias sobre todo a apoyarse en un sutil guion firmado por Bill Canaway y James Doran que no necesita telegrafiar lo que está sucediendo y que deja al espectador  llegar a sus propias conclusiones, algo que se agradece en esta época en la que algunas películas parecen tratar a los espectadores como idiotas y literalmente necesitar que algún personaje explique lo que está sucediendo en pantalla. Pantalla de la que es difícil apartar la vista gracias al trabajo del director de fotografía Otto Heller, quien exprimió las posibilidades que le daba un formato de grabación recién introducido en la época. Y todo ello acompañado por una hermosa banda sonora compuesta por el grandísimo John Barry.  Estaba claro que Harry Saltzman sabia de quien debía rodearse para hacer una gran película.

ipcress-file-harry-palmer-michael-caine_- (7)Y ademas es todo un placer para la vista

Ipcress Files tuvo dos secuelas más en la década de los sesenta, «Funeral in Berlin» (1966) y «Billion Dollar Brain» (1967) y otras dos más treinta años después,  «Bullet to Beijing» (1995) y «Midnight in Saint Petersburg» (1996), películas cuyas reseñas acabaran pasando por aquí en su debido momento y que espero que al menos con las dos clásicas, me dejen tan buen sabor de boca como me ha dejado esta gran y clásica historia de espías.

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Vizh
Vizh
9 años han pasado desde que se escribió esto

Si te ha gustado esta también te gustará la de Funeral en Berlín.

La del Cerebro del Billón de Dólares es otro rollo, menos costumbrista, más Bond de los 60.

Las dos secuelas de los años noventa son dos telefilmes mediocrillos aunque simpáticos, que solo se relacionan con las tres primeras en que el protagonista se llama igual y se dedica más o menos a lo mismo, y que solo merecen la pena por estar protagonizadas por el gran Michael Caine.

Miki
Miki
9 años han pasado desde que se escribió esto
Responde a  M'Rabo Mhulargo

Las de los 90 son efectivamentr malillas pero que aun así me entretuvieron. La de Funeral en Berlín es la que más me gusta de la saga, por delante de Ipcress.

Miki
Miki
9 años han pasado desde que se escribió esto

Mierda, se me ha cortado el comentario a la mitad.

Bueno, que a mí también me gustan Get Carter y El cuarto protocolo pero la del Molino negro no me acaba de llenar (y mira que suelo besar el suelo por donde pisaba Siegel).

Hale, ya me he quedado a gusto.

Miki
Miki
9 años han pasado desde que se escribió esto
Responde a  M'Rabo Mhulargo

Michael Caine me parece de largo el mejor actor vivo sobre la tierra (y al que me chiste que se atenga a las consecuencias) y esta opinión nace de estas películas. No sólo me gusta esto dentro del cine de espías (por alguna razón adoro Sentencia para un dandy, para que veas mi grado de enfermedad) ni sólo el cine de espías, pero es que has ido a dar en las que crearon un poco mi cariño por el cine más antiguo. Y me descubrieron de paso a un autor como Len Deighton, que hacía espías que cocinaban, tenían duelos a muerte de oficina y perdían a la chica que ya era de facto la mujer de su vida sin ser unos pijos de Eton como algunos de los de Le Carré.
Cómo no iba a comentar?

Diógenes Pantarújez
Admin
9 años han pasado desde que se escribió esto

Tengo que decir que cuando M’Rabo me comentó que iba a escribir sobre The Ipcress File, estaba convencido de que iba a ser otro de esos posts en los que habla sobre algo que le apasiona pero que no recibe apenas comentarios, ya sea porque no esta «de actualidad» o porque no pone a nadie a caer de un burro.
Me habéis hecho recuperar un poquito la fe en la humanidad y en esto de internet. Sólo un poquito, pero algo es algo 😉

MELÓMANO DESCONOCIDO
9 años han pasado desde que se escribió esto

Caine tiene películas buenas siendo protagonista o no, siendo espía o no y ejemplo de ellos es Victory y The Man Who Would Be King de John Huston, The Italian Job de Peter Collinson, Sleuth (La Huella) de Joseph L. Mankiewicz, The Wilby Conspiracy de Ralph Nelson, The Eagle Has Landed de John Sturges, A Bridge Too Far
de Richard Attenborough, las nombradas y un largo etcétera, por películas en donde sale este hombre que no falten.

Javier Monteagudo
Javier Monteagudo
5 meses han pasado desde que se escribió esto

Michael Caine y Harry Palmer son el James Bond del contraespionaje cinematográfico y literario.
Tanto en las películas como en la serie de novelas encontramos redes de operaciones encubiertas, agentes dobles y triples encuadrados en las clásicas tramas de traiciones y misiones de desinformación y espionaje que Le Carré y Len Deighton popularizaron en George Smiley, Bernard Samson, Harry Palmer y Patt Amstrong. Los más James Bond los dos últimos. Harry Palmer es un dandy al que le agrada visitar los cabarets mas lujosos del Berlín de la Guerra Fría y de todo el mundo mientras observa tetas y se bebe un coctel y le agrada de vez en cuando echar un polvo con la femme fatal de turno o con cualquier mujer que se encuentre en sus misiones luciendo un bonito top y un elegante peinado.