Que le j**** al GTA: Saints Row IV

La semana que viene sale a la venta para consolas un juego llamado Grand Theft Auto V, el juego que lo va a eclipsar todo y que, supuestamente, va a hacer que el sacar un sandbox en este año sea algo suicida. Excepto para Saints Row IV, pero es que los Saints… Son otro mundo.

Admitámoslo, en la casa blanca ha habído gente mucho peor que los Saints…

Saints Row nació para la 360 hará unos 5 o 6 años como una especie de GTA de nueva generación realizado mientras Rockstar todavía ponía a punto al verdadero GTA. Volition, la desarrolladora del juego, venía de desarrollar el único juego bueno del Punisher, los Red Faction y tenía en su curriculum clasicazos como Descent o Freespace, el último gran simulador de naves espaciales -y que me perdone la serie «x»-. THQ -la por entonces propietaria de Volition- venía pegando fuerte y buscaba hablarles de tú a tú a los grandes del videojuego, con lo que trató de sacar adelante un clon de GTA que se adelantara a la competencia y le robara el trono. No lo consiguió…

El Punisher de Volition, un juego que también tenía muy mala leche. Cosas de basarte en la etapa de Garth Ennis…

Sin embargo, el problema de Saints Row -y de su segunda parte- recaía en bugs y en falta de originalidad. Tenía destellos gamberros como minijuegos de esparcir mierda por urbanizaciones para bajar el valor de las viviendas, un sentido del humor más cafre que la competencia y todo eso, pero a pesar de los grandes problemas que tuvo GTA IV -que era aburrido, no lo vamos a negar-, no supo encontrar su hueco en el mercado. Hasta Saints Row: The Third, un juego en el que, no se sabe como, Volition consiguió convencer a THQ de que les dejara ser ellos mismos, que les dejara hacer todas las animaladas posibles. El juego fue conocido por permitir los consoladores gigantes como arma, pero eso no dejaba de ser una anécdota más dentro de las campañas de publicidad agresivas con las que nos solía intentar atraer THQ -el otro gran reclamo de los Saints era tener a actrices porno en el reparto del juego, por mal que lo hicieran.

¿Conducir con un mono con una ballesta? Eso es para nenazas…

Y Saints Row llegó con sus tanques, sus harrier, sus minijuegos de ser atropellado para cobrar el seguro y su realidad virtual a lo Tron, y de repente nos dimos cuenta de que GTA IV era un coñazo, que el primo de Niko Belic era un pesado y que el propio Niko era un gilipollas. Que si vamos a ser unos sociópatas, mejor hacerlo con alguien que tenga sentido del humor, que esas historias de bandas que venden droga y extorsionan estan muy vistas, y que lo mejor para los Saints es llegar a lo más alto. Que sean los dueños de la ciudad, que triunfen en los medios de comunicación, que tengan su propio imperio mediático y que sean presidentes de los EEUU. Total, para lo que esta haciendo Obama…

¡Alienígenas! ¡Superpoderes! ¡Y hasta desarrollo de personajes!

Es ahí donde empieza Saints Row IV, con una parodia de Zero Dark Thirty que se burla sin cortarse un pelo de los juegos de Tom Clancy y los Call of Duty y que nos deja claro que lo peor que podían haber hecho los videojuegos es tomarse en serio. Porque una vez eres el amo de la humanidad ya sólo te queda enfrentarte a los extraterrestres, y que una vez ya tienes tanques y aviones supersónicos en un sandbox ya sólo te queda meter naves espaciales y superpoderes. Y Matrix. Y Iron Man. Y homenajes a Descent, la música de los 80 y 90…

Recuerdo cuando decían que Saints Row «rescataba el espíritu de San Andreas». Sí claro, y también el de ir en bolas por el WoW, ¿no?

Porque esa es otra, siempre se ha hablado de la maravillosa selección musical de los GTA, pero resulta que Saints Row, aún teniendo menos presupuesto para comprar licencias, tiene el buen gusto de saber cómo utilizarla. Canciones sueltas de la radio sonarán en momentos determinados de la historia, cuando sean más apropiadas y te pillen con la guardia baja como para provocarte una carcajada. Y es que es exactamente eso lo mejor que ha aprendido a hacer Volition con Saints Row: controlar el ritmo del juego, saber jugar sus cartas y colocar al jugador donde quieren de la mejor forma. No hay misiones «normales», no hay la sensación de relleno que acaban teniendo la mayor parte de los sandbox -Saints Row 3 incluido- aquí se ha sabido avanzar la trama en cada misión principal de una forma entretenida y directa.

No hay nada para rematar a tu enemigo como echarle encima un camión de bomberos. Que narices, ¡no hay nada como echarle el camión a lo que sea que se pase por delante!

No voy a contar más sobre lo genial que es este juego, porque tendría que empezar a  reventaros los gags, los chistes y la montaña de tonterías entretenidísimas que tiene Saints Row IV, y ya hay suficientes videos en youtube que los destripan de mala manera. Baste decir que me he acabado haciendo todas las misiones secundarias, algo que no soportaría hacer en un GTA. Tengo que reconocer que lo que realmente me gustaría es que Volition haga otro Freespace, pero empiezo a tener mis dudas al ver de lo que es capaz con Saints Row; en esto de los videojuegos necesitamos reirnos más, y estos juegos son un bálsamo para tanta tontería gráfica, tanto progaming y tanto salvapatrias.