¿Qué pasa con DC Comics?: Netflix se va de compras (II)

Pues pasa lo que tenía que pasar, absolutamente nada. En este tipo de fusiones siempre se dice en un principio que no se va a mover nada de su sitio; Disney juró y perjuró que Pixar se iba a quedar como estaba, que Lucasfilm y Marvel iban a seguir igual (aunque miento, a George Lucas ya le dijeron amistosamente que no le iban a dejar hacer su trilogía de secuelas y por éso abandonó el barco) pero a largo plazo siempre se acaba tocando. Es lo normal, si te compras una empresa es porque crees que va a ir bien, aunque en muchas ocasiones, como en la compra de MGM por parte de Amazon, el objetivo sea hacerse con todas sus propiedades y quemar el resto.

No parece este el caso de Warner, que se vende cara, con una robusta red de distribución física de la que Netflix siempre careció (abriéndole las puertas a ser una de las grandes del cine y no un «enemigo exterior») y, lo que probablemente es más importante todavía, una estructura renovada a cargo de Zaslav, que ya tomó todas las decisiones difíciles y que, aunque se expresa en un principio del deseo de que se quede, con toda seguridad a medio plazo va a recibir un despido de muchos ceros y su lugar lo ocupará Sarandos, que tendrá entonces que juzgar -y no ahora- que hacer con Peter Safran y James Gunn, que para entonces (otoño 2026) ya habrán estrenado sus siguientes películas de su DC Studios, Supergirl y Clayface. A pesar de que públicamente suelen decir que lo que más les interesa es tener series de larga duración que crean un fandom fuerte, Netflix es conocida por renovar sus series para una segunda temporada y no en la tercera, con lo que imagino que aun así seguirán dando una carta de confianza a Gunn y Safran más allá de lo que hagan estas dos películas.

Por su parte, la propia DC Comics lleva una buena temporada siendo un agujero en las cuentas de Warner. Y con esto no quiero decir que estén perdiendo dinero, simplemente no entran dentro de los parámetros de lo que es un negocio rentable para los ejecutivos de estos grandes conglomerados. Sin embargo y al igual que Marvel, sus personajes e historias son el germen de películas tremendamente rentables, posibilitando relaciones a largo plazo con un público que les hace publicidad gratuita llevando camisetas de sus personajes a todas partes. Disney está especializada en eso y Warner se ha pasado décadas cultivando a sus Looney Tunes para ello, pero si se considera que el nuevo DCU de Safran y Gunn es un fracaso, ya sería el segundo intento fracasado de hacer un universo cinematográfico basado en DC; y no podemos olvidar que hasta dentro de los lectores de cómics corre la idea de que el Universo DC no es como el de Marvel que es más coral, en DC está Batman, luego Superman… Y el resto. Y éso es un problema.

Por otro lado, es cierto que una de las plataformas de streaming que más se ha beneficiado del Universo DC ha sido precisamente Netflix, con la emisión de todo el llamado Arrowverso. En momentos en los que la propia HBO se deshacía de Flash o Legends of Tomorrow, Netflix estaba encantada de pagar por su emisión, provocando que las series de Greg Berlanti tuvieran un éxito mayor del que pudieron explotar sus propios creadores. La propia Netflix no es ajena a los «revivals» y series como Wednesday explotan éxitos pasados, con lo que un revival de Arrow podría no estar descartado, por no hablar de que no hace tanto la propia Netflix ya sacó una serie de Sandman que fue cancelada, por mucho que se niegue, por ciertas descubrimientos sobre la vida personal de Neil Gaiman. Y sí, Warner es el estudio de El Mago de Oz, Casablanca, las películas de Kubrick, la mayor parte de las de Nolan, Looney Tunes y montones de taquillazos históricos, con lo que a Netflix le vienen de lujo para fortificar un catálogo fuerte en material «moderno» pero más débil en el fondo de armario, pero a la hora de la verdad creo que DC fue una de las razones más importantes de Netflix para realizar la adquisición, con lo que sería tontería cargarse la editorial de cómics que, aunque no llegue a crear un personaje o historia que de un posible taquillazo cada año, sí que tiene un largo historial de darlos, a diferencia de Millarworld.

Eso sí, desde luego la preocupación de los trabajadores tanto de Warner como DC es más que justificada. Sobre todo esta última parece haber exorcizado todos sus demonios de épocas anteriores, se ve mucho más motivados a los autores con sus proyectos y la calidad general de sus cómics ha mejorado exponencialmente. DC vuelve a funcionar y tiene el potencial de crear una nueva edad dorada, pero necesita que se mantenga el apoyo desde arriba -el apoyo que está dando, entre otros, el propio James Gunn- y se mantenga cierta sensación de estabilidad que en estos años no ha habido ni en Discovery ni en Warner. Aun así, la situación no es tan peliaguda como la que están teniendo ya las desarrolladoras de videojuegos que cuelgan de Warner Games, ya sea Rocksteady, Avalanche, TT Games y las diversas WB Games fundadas a lo largo del mundo. Si Netflix tiene pensado invertir realmente en una división de videojuegos -ya lo ha intentado varias veces, con éxito discreto- ésta es su oportunidad, a pesar de que WB Games anda en horas bastante bajas y su baza principal ahora mismo es el Mortal Kombat de NetherRealm Studios, que hasta está dando rendimiento en el cine. Aun así, llegarían tarde para salvar a Monolith Productions, un estudio que Warner cerró a principios de año de una forma realmente cruel e injusta.

Aun así, es importante recordar que en su día Warner compró Atari, y todavía mantiene muchas de sus propiedades, y no estoy hablando solo de Atari Force, si no de juegos como Paperboy, Gauntlet a los que se unen bastantes de Midway, con lo que tenemos también que Warner tiene una gran parte de los derechos de videojuegos de la edad de oro de los recreativos estadounidenses, esa que va desde principios de los 80 hasta mediados, cuando los japoneses se lo comieron todo. No entra en el trato, eso sí, Warner Music Group, que Warner vendió hace unos quince años y que a día de hoy se sigue llamando Warner porque el nombre de Warner sigue teniendo fuerza y prestigio que el de sus actuales propietarios, Access Group, no tiene.

Y sí, he querido dejar para el final lo de Mark Millar. Ya hemos dicho que su Millarworld no ha sido precisamente un éxito, y se ha demostrado que sus éxitos anteriores se debían más al director Matthew Vaughn que al material original, con lo que esos agoreros que van hablando por ahi de un Mark Millar jefazo de DC me parece a mi que están bastante errados. Repito que sí que creo que su Millarworld se reeditará en DC, pero dudo que Netflix lo siga teniendo en plantilla o lo ponga a trabajar en DC, porque ya tiene a la gallina de los huevos de oro y Millarworld es calderilla. Millar ni siquiera tiene el empuje que tenía hace veinte años, los lectores actuales ni siquiera le hacen mucho caso a Bendis (y éso que va a volver a Marvel, sí) así que veo difícil que Millar afecte al futuro de Batman o Superman… Pero a la vez también soy consciente de que Millar tiene más vidas que un gato anglosajón, así que yo que sé. Acabe comprando Netflix o Paramount Warner, su futuro y el de todas sus subdivisiones está complicado, pero lo cierto es que ya hacía bastante tiempo que la casa de Bugs Bunny era un coloso herido de muerte, desmembrándose poco a poco. A falta de saber como se resolverá este conflicto entre gente que tiene el dinero por castigo, solo podemos esperar que no termine con despidos en masa (lo veo complicado) y nos dejen disfrutar de nuestros tebeos sin ningún sobresalto… ¡Eso sí, con la tontería me da que la semana que viene tendré que hacer un post sobre lo que pasaría con WB si la compra Paramount!