A mi me gustan los finales felices. Los finales felices y la tranquilidad. Vamos, que no sé que hago viendo cosas de Alien, porque aunque sus historias no suelan acabar fatal del todo -siempre sobrevive alguien, a menos que en la secuela te digan «murieron todos» y se queden tan anchos- en realidad son historias basadas en matar mucha gente y hacerte sufrir. Por éso soy raro, y lo que más disfruto de estas películas es la tranquilidad, cuando los personajes hablan y la acción no lo llena todo; la diferencia entre una película mala y una buena suele estar en que en una película mala la caracterización salta por la ventana en las escenas de acción, en las que lo único que importa son las tortas. Jackie Chan sabía éso, y Ridley Scott también, aunque puede que con los años se le haya olvidado.

Alien Earth se ha metido en un lío, un lío de los gordos. Porque la propuesta original de la serie con la Weyland-Yutani paseándose por ahí con un zoológico de alienígenas asesinos de todo tipo y Prodigy transplantando la consciencia de niños a robots ha llegado a su punto de mayor oscuridad, cuando todo inevitablemente se viene abajo, y Noah Hawley ha decidido llevar todo a lo peor, a la herejía. Y alguna gente está muy enfadada, pero lo importante es que en realidad parece saber lo que hace y la historia que realmente está contando. El penúltimo capítulo empieza con Slightly habiendo metido al pobre Arthur debajo de su cama y vigilándolo como un perro inmensamente nervioso. Es tremendo lo que hace esta serie con la respiración asistida del abrazacaras, convirtiendo algo que ya se ha banalizado completamente en la serie Alien en algo que vuelve a ser espeluznante. El niño hablando con el Arthur infectado y tratando de darle de beber por si tiene sed es algo inocente y a la vez terrible, porque sabes que el científico va a morir y el niño se siente completamente culpable por lo que le ha hecho, a pesar de que supuestamente cree ciegamente en lo que Morrow le ha dicho sobre que no le pasará nada. Y precisamente cuando Smee descubre el pastel -Smee está en todas partes en las que está Slightly, por algo es su mejor amigo- decide ayudarlo porque él si cree ciegamente en su amigo, a pesar de que también le cueste creerlo.

Mientras tanto, Kirsh supervisa la «limpieza» del laboratorio tras el desaguisado de ayer. A diferencia del pobre Arthur que tenía que abrir y cerrar puertas tecleando en el ordenador, Kirsh puede cerrarlas desde su tablet, y precisamente por eso envía a dos guardias humanos a encargarse de las moscas -que, recordemos, solo comen sustancias inorgánicas como robots o cuadros eléctricos- que se aplican a ello a golpe de descargas eléctricas. Es fascinante como esta serie te plantea situaciones que parecen imposibles de resolver sin una matanza de operarios y las soluciona en nada sin ningún problema, mientras que otras completamente normales acaban con auténticas escabechinas; Kirsh es un tipo que se precia de saber controlar la situación y de valorar los riesgos a asumir, y realmente de éso va todo el episodio. Una vez el laboratorio ha vuelto a su ser, Boy Kavalier entra en el laboratorio y descubre los restos de Tootles, porque él nunca llegó a llamarlo Isaac. Por supuesto, lo único que le preocupa al magnate es el hecho de que no se puede restaurar el híbrido y los seis mil millones de dólares que acaban de perder por la tontería, así que decide prohíbir la entrada de cualquier niño en el laboratorio con la excepción de Wendy, por supuesto bajo vigilancia. Pero la chicha de esta escena llega cuando Kirsh le cuenta la causa de la muerte de Isaac, el Ojete golpeando el cristal y provocando que el híbrido se quedara encerrado con el enjambre; para Kavalier éso es la noticia del año porque eso prueba la inteligencia del bicho, por lo que decide mover su jaula a su despacho.

Marcy entra entonces en el laboratorio -esta chica se mueve por donde le pega- y descubre que Isaac ha sido destruido a pesar de «ser Premium». Cuando la exWendy expresa su deseo de contárselo a sus amigos, tanto Kirsh como Kavalier le tratan de convencer de lo contrario, con Boy argumentando de la forma más torpe posible, diciéndole «ya sabes como se ponen los niños si se les mete una idea en la cabeza, «Oh dios mio no estamos a salvo» y de repente ya no hay quien se lo quite de la cabeza». Por supuesto, si Marcy no se había dado cuenta ya de que la muerte de Isaac refutaba la idea de inmortalidad que le habian dado a todos, con las florituras dialécticas de Kavalier le quedó claro que no estaban a salvo ahí dentro. Marcy se va un tanto cabreada -Kavalier le dice a Kirsh un «dile algo» bastante desesperado, pero a buenas horas- y cuando los guardias de Prodigy le cierran el paso ella hace una demostración de fuerza ordenándole al xenomorfo ya adulto (y con colores parduzcos, algo nuevo en la especie que no sé exactamente que quiere decir, aparte de haberse criado en un pulmón) que empiece a darle cabezazos al cristal de su celda, acojonando al personal y permitiendo que ella se vaya. Kavalier ordena a Kirsh que hable con los chavales antes de que lo haga Wendy, y es entonces cuando el castillo de cartas se empieza a desmoronar y descubren lo que ya sabíamos por el episodio anterior, que Arthur ha desactivado todos los localizadores de los híbridos.

Pero pueden estar tranquilos de momento, porque Marcy está demasiado furiosa y no va directa a contárselo a sus amigos, por lo que se va directa a su habitación para ordenar sus ideas. Y así se la encuentra Joe, con la mochila hecha y lista para escaparse, y a diferencia del episodio anterior en el que le dijo la tontería de «éste es un lugar de sí» y demás mamarrachadas manipuladoras, esta vez está completamente de acuerdo en dejar la isla con una condición, la de llevarse el máximo de híbridos posible. A Joe no le acaba de gustarle la idea, pero cuando ella le deja claro que también son sus hermanos, termina accediendo; en esa escena casi parece que el adulto es ella y no él, pero tampoco voy a sorprenderme a estas alturas de ver a una niña haciéndole un chantaje emocional a un adulto, porque seguramente ésa es la primera técnica de manipulación que aprenden los críos…
Los dos encuentran primero a Curly, que está consolando a Nibs después de descubrir que le han borrado los recuerdos (ahora mismo está en una fase de negación) y cuando reciben la noticia de que Isaac ha muerto, Curly enseguida se pone del lado de Kavalier, echándole la culpa de que todo se fuera al cuerno al hecho de que ella convenciera a todo el mundo para que fueran a rescatar a Joe. Nibs se pone muy melodramática y dice que todos serán devorados por los bichos y se van a convertir en fantasmas, así que decide irse con los hermanos; Curly se queda, pero prometiendo que no se chivará a nadie de la fuga (y cumple la promesa ojo, a pesar de que le carcome muchísimo y en una escena posterior acaba abrazada a Sylvia llamándola mamá). Resulta un poco preocupante que su argumento para quedarse vuelva a ser que no ha conocido un lugar mejor antes de la isla, a pesar de los xenomorfos, la muerte y todo éso, le hace pensar a uno que la niña lo mismo viene de un genocidio como el de Gaza (que por cierto, no está de más recordar que Netanyahu y sus socios de gobierno son escoria). Sin haber podido localizar a Smee y Slightly, que siguen ocupados en sus cosas de espionaje industrial, los tres escapan de las instalaciones no sin que antes Marcy libere a su amigo el xenomorfo y éste se líe a masacrar al personal. Queda claro que a esta supuesta niña la vida humana no le importa mucho, ¡cómo hemos cambiado desde aquella criaturita optimista del primer episodio!

Samuel Blenkin se merece un premio por la siguiente escena, cuando su personaje descalzo y en pijama se acerca a la doctora Sylvia y le echa en cara que su esposo haya desactivado los rastreadores de los híbridos; cuando ella muestra su incredulidad, él le responde completamente furioso «¿por qué, porque es un puto santo?» cosa que a nivel de guión es maravillosa, no hay nada que más saque de quicio a un narcisista que una persona que no es egoista, que actúa por el bien de los demás y no exclusivamente el propio. No les cabe en la cabeza, y a Kavalier le saca de quicio hasta un punto que todavía no se ha visto en la serie, largándose de la sala y escupiéndole a Kirsh un «sé útil» que suena más a rabieta que a una orden de un superior, mientras desde el laboratorio suena la alarma de criatura alienígena inmensamente letal suelta. Y ojo, en la siguiente escena Kirsh es tremendamente útil, porque mientras Smee y Slightly tratan de escapar sin ser detectados, él les avisa de por dónde pueden hacerlo; ellos no entienden por qué los ayuda, pero no tardaremos en saberlo, porque en cuanto la pareja y su víctima llegan a la selva, el abrazacaras se suelta y Arthur despierta y… Tiene preguntas. No recuerda en absoluto lo que le pasó en el laboratorio, por lo que los niños deciden contarle que ha habido un escape de gas muy gordo y tienen que llevarlo a un lugar seguro, pero a medida que avanzan hacia allá Arthur va recordando cosas hasta el punto de que darse cuenta de que algo está mal. Cuando se lo dice a los críos y les expresa su deseo de entenderlo, Slightly empieza a sentirse muy culpable, porque quieras que no él era una figura paterna que hasta llega a decirles que puede que le hayan salvado la vida. Arthur es completamente pedagógico con ellos; sabe que le están mintiendo, que los dos están asustados, y en ningún momento parece preocuparse por su propio bienestar y el bicho que está a punto de salirle de las tripas, ni se le pasa por la cabeza que Slightly le haya matado. Es tan convincente que los niños deciden dar media vuelta y volver a las instalaciones con él, entre otras cosas porque ellos pensaban que el objetivo era llevar a Arthur con el bicho en su cara y, habiendo muerto al bicho, seguramente el chaval pensó que la misión estaba ya fracasada.


Pues sí, parece que al final todo empieza a venirse abajo menos la serie, que por lo que habéis estado comentando mantiene el tipo en lo que a interés y coherencia de guíon respecta.
Todavía es pronto para hacer valoraciones generales de la serie, pero tengo que decir que, aun sabiendo que Noah Hawley es bueno y la serie lo tenía todo para ser buena, ahora mismo me parece lo mejor que se ha hecho con Alien en unos cuarenta años. Y éso es a lo que aspiraban todos los que han hecho una secuela hasta ahora…
Bueno, con Aliens VS Predator no tanto, pero éso es un spinoff, una cosa rara.