Vaticinando el futuro con la retroalimentacion entre Comic, Cine y Tv – 1º Parte

Hoy, en cierto modo, quiero continuar algunos de los temas que toqué ayer, aunque sea de forma tangencial, relativos a la coexistencia entre los cómics y sus adaptaciones. Pero, en lugar de hacerlo desde la perspectiva de esos complejos o vergüenza que sienten a veces quienes trabajan en la parte audiovisual, quiero hablar de cómo, desde el cómic a menudo, y ya sea por complejos de querer acercarse a lo más “respetado”, por órdenes desde los despachos de buscar ese acercamiento o de publicitar algo concreto, se acaba buscando imitar lo que se hace en el cine y la televisión. Un fenómeno que estos últimos meses he visto ir en una dirección bastante concreta que no puedo negar que me hace ilusión. Y cuidado, porque hay unos cuantos SPOILERS sobre cómics y series muy recientes de Marvel.

Todos hemos visto, en más de una ocasión, cómo funcionan esas “sinergias” entre los cómics y el cine/TV en lo que respecta, sobre todo, al cómic superheroico. Se hace una adaptación de un cómic, esta alcanza bastante popularidad y elementos de esa adaptación que no existían en el cómic acaban dando el salto al cómic, retroalimentándose una y otra vez. Algo que ha sucedido desde siempre: Jimmy Olsen o la Kryptonita aparecieron por primera vez en el serial de radio de Superman antes de saltar al cómic y convertirse en parte fundamental de estos; en las décadas de los 70 y 80, Herbie y Firestar debutaron respectivamente en las series animadas de los 4 Fantásticos y Spider-Man y sus Asombrosos Amigos y acabaron convirtiéndose en personajes de los cómics; y una década más tarde lo mismo sucedió con Harley Quinn y Renee Montoya, quienes debutaron en la serie animada de Batman de los noventa y acabaron convirtiéndose en personajes bastante importantes en los cómics de este.

Una retroalimentación que no ha hecho más que aumentar con la popularidad cada vez mayor de las adaptaciones de superhéroes al cine y la televisión, como cuando Blade pasó de vestir como un motero, embutido en cuero negro, al atuendo más elegante que lució el personaje en la película que protagonizó Wesley Snipes y que acabó convirtiéndose en la imagen icónica del personaje en la gran mayoría de los cómics en los que ha aparecido en los últimos veintitantos años. Pero a veces ese trasvase de ideas va en una dirección diferente, cuando ni se adapta el cómic a otro medio ni se copia en este lo que ha aparecido en las pantallas grandes o pequeñas, sino que el cómic trata de adelantarse y promocionar algo que va a aparecer en el cine o la televisión.

En estos años en los que las adaptaciones superheroicas se han vuelto cada vez más populares y rentables, no han sido pocos los casos en los que personajes semiolvidados y sin serie propia de pronto recibían un empujón notable en el cómic, como cuando el Doctor Extraño recuperó su cabecera propia tras años de ostracismo cuando se puso en marcha el proyecto de su adaptación al cine (que se estrenó un año más tarde); lo mismo sucedió con los Guardianes de la Galaxia, adelantándose también un año al estreno de su primera película; o personajes como los Inhumanos o Shang-Chi de pronto parecían estar en todas partes anticipando su salto al cine y la televisión (aunque en el caso de los Inhumanos, mejor olvidar que aquello sucedió). O también el fenómeno opuesto, cuando, al no poder utilizar Marvel Studios a los 4F o a los Mutantes, estos pasaron a un discreto segundo plano en el cómic, aunque desde la editorial siempre lo hayan negado.

Y algo así es lo que he estado apreciando estos últimos meses, especialmente las últimas semanas, en los que de pronto un personaje, y los elementos que le rodean, que estaban ahí aparcados y aparentemente olvidados, están surgiendo en distintos lugares casi al mismo tiempo. El avistamiento más reciente lo encontramos en el tercer episodio de Eyes of Wakanda, donde, durante el siglo XV, uno de los Hatut Zeraze roba de un templo en China una escultura de un dragón, ya que esta contiene elementos de vibranium robados previamente de Wakanda. El problema para este y su gente es que el templo de donde la robó tenía protección, y su guardiana, Jorani, le ha seguido hasta Wakanda para recuperar lo que es suyo, una guardiana con un atuendo verde y amarillo muy familiar que se define como guardiana de las montañas, quien ha derrotado al Dragón Inmortal Shou-Lao y obtuvo su poder del ardiente corazón de este… ¡Es Puño de Hierro! Una versión más que digna del legado del personaje y que personalmente no me importaría que tuviese su propia serie, o mejor, una antología como esta con cada episodio centrado en un Puño de Hierro diferente. Una serie que, además, conviene recordar que en principio es canónica al MCU, así que es oficial que en este existen tanto K’un-Lun como Shou-Lao y los distintos Puños de Hierro.

Pero volviendo al tema del artículo, me sorprendió que apareciese ahí un Puño de Hierro, teniendo en cuenta lo desaparecido que ha estado el personaje y el concepto en el cómic después de que Danny Rand perdiese sus poderes en 2021, un año más tarde Lin Lie/Swordmaster se convirtiese en su sucesor (sin hacer nada absolutamente relevante desde entonces) y el año pasado, el propio Danny Rand muriese en una historia corta dentro del especial que conmemoraba su cincuenta aniversario. Pero la aparición de Jorani en esta serie, más algunos movimientos en el cómic, parecen indicar que algo está sucediendo, o más bien va a suceder, con el personaje.

Unos movimientos que veremos mañana, porque entre lo que se me ha alargado esto y que con el calor que hace siento que se me esta derritiendo el cerebro, sera mejor dejarlo aquí por ahora, partirlo en dos y así poder tomarme un pequeño descanso, que me lo he ganado trabajando con estas temperaturas infernales. Mañana dejaremos un poco de lado la retroalimentación entre cómics y cine+televisión para ver que es lo que ha estado sucediendo en el cómic y hacia donde confío en que se dirija todo esto.