Por si alguien no se había enterado, la semana pasada saltó la noticia de que Taika Waititi, tras la cancelación de aquel proyecto de adaptar Akira que nunca terminaba de ponerse en marcha, se había quedado libre para encargarse de dirigir la tercera adaptación del Juez Dredd. Una noticia que ha levantado revuelo, con la que muchos han puesto el grito en el cielo y se temen lo peor, pero que a mí, a priori, no me acaba de disgustar. Y es que, aunque en la superficie pueda parecer que Waititi no pega para nada con el personaje, a mí me parece que en realidad es una elección bastante más inteligente de lo que muchos creen.

Aunque cuando saltó la noticia parecía uno de esos rumores locos de internet, demasiado increíbles para ser ciertos, el propio Jason Kingsley, propietario de Rebellion, confirmó que efectivamente la noticia era real, pero que el proyecto se encuentra aún en su fase más inicial. Un proyecto del que él mismo ha dicho, además, para los más incrédulos y sobre todo los preocupados por lo que pueda hacer Taika Waititi si le dejan suelto, que él va a estar completamente implicado en el mismo para que salga un Dredd en condiciones.

Pero antes de ahondar en mis razones para no disgustarme la idea de Taika Waititi dirigiendo al Juez Dredd, creo que conviene aclarar alguna que otra cosa con respecto a Dredd. Leyendo los comentarios de la gente estos días sobre la noticia, y recordando comentarios que me he encontrado a lo largo de los años con respecto a las dos adaptaciones previas y sus esperanzas para el futuro, me da a mí que hay una parte importante del público que tiene una concepción un tanto errónea del personaje. Dredd no es simplemente un personaje “intensito” que vive en un mundo sórdido y violento en el que imparte su particular y estricta justicia siendo juez, jurado y ejecutor mientras se enfrenta a golpes de estado o traficantes de droga.

Porque conviene recordar que Dredd nació como una sátira antifascista en la que la violencia extrema iba de la mano del humor negro y del ridículo, que solo hay que recordar cómo en su primera historia, en el segundo número de 2000 A.D., Dredd condenaba a un criminal a ser abandonado en una especie de rotonda futurista en medio de una autopista en la que el tráfico jamás se detiene. Y en los años posteriores hemos podido ver desde historias tremendamente dramáticas, como La Guerra del Apocalipsis o Nécropolis, que coexistían sin problemas con otras en las que Dredd se enfrentaba a los Siete Enanitos mutantes que se parecían todos a Stallone, a simios mafiosos o a un Juez traidor que había dado un golpe de estado y tenía como consejero a un pez de colores.

Pero demasiada gente parece tener una imagen del personaje formada solamente a partir de lo mostrado en las dos películas que ha tenido y en información de segunda o tercera mano, que no acaban de entender lo ridículamente complejos que son Dredd y su mundo, y no conciben la idea de que un Dredd como el que tuvimos en la película de 2012 dirigida por Pete Travis y guionizada por Alex Garland no sería para nada incompatible con el que en su día se enfrentó a una plaga de pulgas mutantes. Y en cuanto a quienes creen que Dredd es además, incompatible con el humor, y aunque es cierto que este no es precisamente Spiderman o Masacre, este puede llegar a ser en ocasiones muy divertido, aunque sea en una forma tremendamente seria e irónica.

Y es precisamente por esa dicotomía del personaje por lo que creo que Taika Waititi puede ser un director más que adecuado para el personaje. Estos días he leído demasiado a menudo entre los más críticos con la decisión cómo quien dirigió Thor: Love and Thunder no está capacitado para dirigir una nueva entrega del Juez Dredd. Y aunque, pese a que yo me lo pasé bien con la película, soy plenamente consciente de sus problemas y de que a Waititi se le fue muchísimo la mano con el humor en muchos momentos, es injusto reducir una carrera de casi veinte años plagada de grandes trabajos a un solo proyecto.

A lo largo de su filmografía sí que es cierto que le hemos visto hacer gala de un humor que en ocasiones llegaba a ser zafio e infantil, un humor con el que alguna que otra vez se le ha ido la mano más de la cuenta. Pero también es un director que nos ha ofrecido momentos tremendamente sensibles o tan dolorosamente dramáticos de los que nos dejan con el corazón en la boca. Y el mejor ejemplo de esa capacidad para combinar planteamientos tan diferentes lo podemos apreciar a la perfección en una de sus obras más recientes, como es Jojo Rabbit, una película en la que, pese a tener al propio Waititi interpretando a una delirante versión imaginaria de Hitler, también nos encontrábamos con escenas durísimas en las que, mostrando lo mínimo, era capaz de dejarnos hundidos (y seguro que todos estamos pensando en la misma escena).

Pero además de por su capacidad para desenvolverse con el humor y el drama e integrarlos de forma coherente (no siempre, eso sí), hay otro motivo por el que creo que Waititi es una elección muy acertada para este proyecto: su absoluta falta de complejos. A diferencia de otros directores que se han embarcado en esto de llevar los cómics al cine, que demasiado a menudo parecía que les daba vergüenza el material que adaptaban, Waititi ha demostrado la actitud contraria, no teniendo el más mínimo problema en mostrarnos mundos alienígenas que parecían diseñados por Jack Kirby, el encuentro de Thor con Eternidad o incluso su carro tirado por cabras capaz de volar por el espacio.

Y tratándose de un director capaz de todo eso, yo tengo la esperanza de ver por fin una película del Juez Dredd que represente en toda su amplitud lo que realmente es el personaje, ya que las dos anteriores se quedaban algo cortas en diferentes aspectos. Porque yo quiero ver a un Dredd como el que vimos en 2012, sin cambiarle un ápice de su caracterización, pero enfrentado a todo lo loco y absurdo que pueden ofrecer sus cómics. No quiero verle de nuevo enfrentado a criminales convencionales (y ojo, que me encanta esa película), quiero a los Jueces Oscuros, a la Familia Angel, el Niño Juez, Hombres Lobo, Vampiros, Mutantes de todo tipo, Satanus, Cal, aquellos terroristas irlandeses que utilizaban patatas como munición para sus armas… Quiero ese mundo loco y desquiciado del que llevo tantos años disfrutando en el cómic.

Aunque también es cierto que hay otro motivo por el que me alegra bastante que Waititi vaya a dirigir esta nueva adaptación: la posibilidad del regreso de Karl Urban. Este, además de ser paisano de Waititi, ya trabajó con él en Thor: Ragnarok, por lo que espero que, si mantienen una buena relación, y teniendo en cuenta el enorme cariño y respeto que se ha ganado este en los últimos años por su interpretación del Juez Dredd, provoquen su regreso al personaje, porque se merece poder darle vida en toda su gloria. Un regreso que podría ser un reseteo, pero que podría encajar perfectamente como secuela de aquella película, ya que no hay nada en ella que contradiga que aquella Mega-City One que vimos tan brevemente no sea tan disparatada como la del cómic, así que tocará cruzar los dedos.

Lo que sí que tocará es armarse de muchísima paciencia, ya que, como indicaba más arriba, este proyecto se encuentra en su fase inicial y ni siquiera sabemos si será una película de imagen real, si será otra película animada como la que está terminando Duncan Jones de Rogue Trooper o cuánto tardarán en contar con la financiación para ponerlo todo en marcha. Así que solo queda esperar, confiar en que esto salga adelante y que el resultado sea el esperado, algo que realmente haga justicia a todo lo que es el Juez Dredd. Bueno, eso y a ver si, ahora que tienen esto en marcha, se plantean de una vez hacer algo con Strontium Dog, que la historia de Johnny Alpha tiene un potencial tremendo.

Narrador: «La respuesta, por supuesto, era ‘no'»
Hasta que la película se estrene y la veamos, la respuesta es que quizás, pero juzgando por las series y películas que he visto de su filmografía como director si le atan un poco puede hacer un Dredd cojonudisimo.
Volvemos a lo mismo de siempre.
Gente que conoce a los personajes solo por la versión derivada que sea.
La gracia de Dreed está en ese rictus ultrafirme frente a una realidad deformada, lo ultraburocratico frente al delirio.
El payaso serio, payaso tonto.
O Buster Keaton «Cara de palo» moviéndose entre huracanes, Guerras y desastres sin arquear una ceja.
Que pongan la avestruz con cabeza humana fumando un puro.
O la guerra entre megabloques, con gente armada con sables asaltando mediante lianas colgadas a 200 pisos de altura el bloque de al lado.
Y Dreed intentando hacer valer su autoridad a gritos.
Y lo peor es que cuando tratas de hacerles ver que esa versión que conocen es solo una pequeña parte, a veces muy distorsionada, de lo que son realmente estas historias, se cabrean. Por eso espero que este proyecto vaya en la direccion que espero y que el mundo descubra lo realmente enajenada que es Mega City-One.
A mí me causa sentimientos enfrentados y a mis amistades pues ya no pueden verlo ni en pintura, el que ha dicho algo menos duro soltó «Este hombre adaptando material de otros es un desastre, con el suyo es genial».
Yo aquí me encuentro por un lado pensando que su humor es casi «necesario» para plasmar esa parodian fascista y llena de personajes y situaciones rocambolescas que son los comics, pero por otro lado me preocupa que se pase de frenada y aquello sea infumable.
Y es que en Love &Thunder me dio vergüenza ajena, no como un tiro en el pie no, direcamente a mi corazón, especialmente viendo como destrozaba lo mejor que ha hecho Aaron en marvel ( porque lo de los vengadores no tiene nombre). Sin embargo sí me gustó su Thor Ragnarok ( con alguna cosa que meh) y todos somos conscientes de que Juju rabbit o «Wahat we don in the shadows» son una genialidad muy gamberra, que le vendría genia a Dreed.
Siendo una fan incondicional de la película del 2012 miedo me da que se baje el listón de donde está ahora mismo, pero también prefiero que se sigan haciendo obras sobre el personaje, a que caiga en el olvido o escondido en un cajón ( lo cual tb puede pasar si la caga con esta película).
El dueño de Rebellion ya ha dicho que va a estar muy implicado en el proyecto, que no en vano es su personaje mas popular, así que confío en que sea capaz de guiar a Taika para que no se le vaya la mano, pero de lo que no tengo duda es de que la capacidad de hacer un gran Dredd la tiene.
Pues ojalá lo que propones: el Dredd de 2012 nuevamente con Karl Urban en el mundo desquiciadísimo del 2000 AD clásico.
Es que funcionaria a la perfección, como esa viñeta que he puesto en el articulo en la que todo el mundo esta desquiciadisimo por culpa de las pulgas mutantes y Dredd se limita a decir que le pica pero que no se rasca, Urban bordaría eso.