Whilce Portaccio y sus planes: Wizard, The Guide to Comics #15

Whilce Portaccio nunca llegó a explotar al nivel de los Lee, McFarlane o Liefeld. Estuvo desde el principio ahí, fue uno de los actores principales del descalabro mutante y creó su propia serie en vez de hacer el Huntsman de Chris Claremont, pero en úiltimo término problemas personales le hicieron volver a Filipinas en el momento álgido de su carrera y para cuando volvió ya no recuperó las glorias alcanzadas. En el momento en el que le entrevista Wizard está en una situación dulce, acaba de presentar su nueva serie en Image, Wetworks y los fans todavía se están preguntando unas cuantas cosas sobre los cabos sueltos que dejó en Uncanny X-Men.

Sin embargo… La entrevista empieza con Wetworks, que seguramente a todos le interesaban bastante menos. Cuenta como el nombre de la serie es argot militar, siendo «wetworks» aquellas misiones en las que seguramente te acabes manchando las manos de sangre, las de matar, y que los protagonistas son unos comandos a las órdenes de un tal Mister Waring, un empresario metido a político que se da cuenta de que no puede dominar el mundo como un dictador, así que decide crear su propio ejército personal para proteger sus intereses «y los de su país». Los comandos en cuestión empezarían la historia como seres humanos normales, pero no tardarían en tener un accidente con unos simbiontes en plan marveliano que les proporcionarían una piel dorada invulnerable. Habla también de que el grupo trabajaría en un principio para una rama del gobierno llamada «la compañía» -vamos, la CIA- y que más tarde el grupo escaparía del control del gobierno y éste les daría caza a través de otros supergrupos de Image que, en el momento de hacer la entrevista, Portaccio no sabe cuales serían. A toro pasado sabemos que Wetworks no saldría a la venta hasta dos años después, y que el equipo pasaría a ser una encarnación del Team 7 de WildStorm que acabaría desligándose del gobierno para acabar a sueldo de un tal Armand Waering.

Preguntado por Huntsman, la serie que iba a hacer con Claremont, Portaccio confiesa que lleva una temporada sin hablar con él, y que cree que sigue queriendo hacer la serie. Que considera que la serie tiene una premisa muy interesante, pero que desafortunadamente no han podido cuadrar agendas (a ver cómo las vas a cuadrar si has decidido hacer tu propia serie, que podías decirlo y no pasaba nada). Tras esto, el entrevistador de Wizard pasa directamente a la chicha y le pregunta por Cable, cuyo origen en aquel momento no estaba claro; Portaccio confiesa que en el momento en el que hizo aquellos números en los que se enviaba al pequeño Nathan Christopher Charles Summers al futuro, ése niño era Cable, pero que tras ésto en Marvel empezaron a ponerse muy reservados en torno a la idea y que, en el momento de la entrevista, ni él ni Jim Lee saben ya quién es Cable realmente. Sobre Bishop, que ya es creación netamente suya, Portaccio se pone un tanto más hostil…

«Sólo he leído dos números de X-Men en los que salga Bishop, creo que los nuevos equipos creativos han ido mucho más rápido de lo que yo lo habría hecho. Originalmente, Marvel me pidió crear un nuevo personaje que interactuaría personalmente con cada miembro de la Patrulla X. Tenía en la cabeza multitud de tramas con Bishop y cada miembro. Pero desde que ninguna de las ideas que tenía ha pasado a manos del nuevo equipo creativo, me resulta muy difícil seguir lo que están haciendo, porque no es lo que yo quería hacer.» Tras esto pasa a quejarse de que ése es el problema de trabajar para otros, que te pueden echar de una serie y hacer lo que les da la gana con sus personajes, cosa que curiosamente es precisamente lo que hicieron él y Lee con Chris Claremont, pero de eso no dice nada el señor. Pero vamos, que en resumen viene a decir que le cuesta mucho mirar a Bishop porque en menos de un año ya se lo han cambiado. Pues ajo y agua chaval, ¿qué te crees que me pasó a mi como lector desde vuestros añoradísimos 90?

Ésto hay que verlo en el juego, con Shatner presentando el juego «en CD ROM».

Más allá de ésto, la entrevista no tiene interés, más allá de un momento en el que Portaccio delata a Brandoi Choi por haber fotocopiado toda la serie de Dark Horse Presents «y todavía no me he molestado en leerla». Golfos, canallas, sinvergüenzas, acabas de legitimar que te escaneen todo Wetworks, ¡si es que alguien quiere hacerlo todavía o se acuerda de aquello! Por lo demás, poco más que contar de este número de Wizard. Hay una nota sobre la creación del Barkerverso, la línea de cómics que Marvel editó basada en ideas de Clive Barker, además de una pequeña entrevista a William Shatner a raíz de su aventura transmedia de la época, TekWar, que empezó como unas novelas supuestamente escritas por él mismo -en realidad las escribió Ron Goulart- y en aquel momento presentaba un cómic, TekWorld, publicado en la línea Epic de Marvel y que sí, supuestamente también escribía Shatner pero en realidad el guión era de Goulart. Más tarde habría un videojuego, William Shatner’s TekWar, que pasó sin pena ni gloria entre la crítica pero que tuvo bastante circulación a mediados de los 90, básicamente porque US Gold lo vendió bastante barato y acabó siendo regalado por alguna revista. Y sí, supuestamente estaba escrito por Shatner pero los encargados fueron el diseñador del juego Brandon Chamberlain y Tony Panaccio.

Que, hablando de videojuegos, Wizard no se rendía. Al ya mencionado 16-bit POWER -con mayúsculas, que las minúsculas son para consolas de 8 bits- se le unía en este número At the Controls with Glenn Rubenstein, que se presentaba como una autoridad del mundo del videojuego de 16 años. Toma ya. Por lo visto el mozo tenía una columna en el San Francisco Examiner y llevaba dos años en la industria del videojuego «a todos los niveles, desde diseño de juegos hasta publicidad». Si algo odiaba yo cuando era chaval es que me pusieran a otros chavales haciendo de «autoridades», que presumieran de credenciales en vez de picar a pico y pala y demostrar haciendo, con lo que mi niño interior ya estaba pensando que este muchacho era un impostor que pasó sin pena ni gloria. Sin embargo, hay que decir que el chaval tuvo futuro, y llegó a trabajar en Wired, MSNBC y demás, por no hablar de que tuvo bastante presencia en las primeras webs de videojuegos de los 90. Hoy en día se dedica a los podcasts -¿quién no tiene un podcast hoy en día?- y ha escritoi cosas como «Podcast Advertising Works: How to Turn Engaged Audiences into Loyal Customers» cuyo título me niego a traducir porque se explica por si solo (y es demasiado largo). ¿La sección? Bueno, las novedades de la época, la salida del MegaCD, algunos juegos deportivos para Megadrive y el bombazo de aquel momento, que Konami iba a hacer juegos para Sega, lo cual presagiaba que Capcom y Street Fighter II no tardaría en llegar…