Suelo decir por aquí a menudo eso de que nunca es tarde para descubrir algo bueno o que algo que nunca has leído/visto es como si fuese nuevo, pero igual en el caso del que quiero hablar hoy me he pasado un poco de la raya. Porque en este caso llego unos cuarenta y cinco años tarde para leer un manga cuyo autor me encantaba y que me habían recomendado incontables veces, pero por unas cosas u otras siempre iba posponiendo su lectura… hasta hace unos días. ¿Y qué me he encontrado al leer por fin el Dr. Slump de Akira Toriyama? Pues que realmente es uno de los cómics más divertidos que se han hecho en mucho tiempo.

Me ahorraré meter aquí la sinopsis habitual que pongo en estos casos porque me imagino que a estas alturas debo ser de los pocos que aún no había leído Dr. Slump y todo el mundo conoce la historia de los pintorescos habitantes de Villa Pingüino, del Doctor Senbei Norimaki y de su hija androide Arale. Personajes y entorno que, además de conocer un poco por “ósmosis” a través de memes, clips compartidos por ahí y demás, solo había leído en el pequeño pero divertido cameo que tuvieron en la serie de Dragon Ball. Pero como ya digo, por unas cosas u otras fui dejando para más adelante el ponerme a leer de una vez esta serie.

Claro, ahora en buena medida me arrepiento un poco porque podría haber disfrutado de este manga muchísimo antes, pero por otro lado la idea de que, después del palo que fue que Akira Toriyama muriese cuando aún tenía tantas ganas de seguir contando historias, aún me queda uno de sus trabajos más representativos por descubrir, hace que casi me alegre un poco de haber esperado. Porque en las páginas de esta serie me he encontrado, obviamente, al Toriyama más clásico, al que conocí en Dragon Ball antes de que aquello se convirtiese en un “battle manga” (aunque yo leí Z antes que el resto), el que dominaba como quería el humor, el gag visual y el reírse de sí mismo.

Y aunque ya conocía su talento en ese terreno por haberle visto poner en práctica esas cualidades tanto en Dragon Ball como en otras obras posteriores, al encontrarme aquí con esa forma de manejar el humor aún por refinar, un tanto bruta en ocasiones, ha sido todo un soplo de aire fresco. Eso y que resulta admirable que por aquellos años Toriyama contaba tan solo con veinticinco años y llevaba solo dos trabajando en la industria del manga, pero supo suplir su inexperiencia con un talento innato, algo de cabezonería (esos dos años se los pasó haciendo series que fracasaron entre el público) y una habilidad increíble para combinar un humor muy blanco con el más verde posible.

La combinación de tener a una protagonista como Arale, una niña (androide pero niña) completamente inocente, tremendamente curiosa y con una fuerza sobrehumana, con un padre que es un pervertido, le permitió a Toriyama explotar al máximo esa combinación de corrientes del humor. Un humor que aquí desarrolló con muy pocos filtros, mostrando sin tapujos las perversiones de Senbei, que no son pocas, o las auténticas animaladas que suele decir o hacer Arale impulsada por ese afán de saberlo todo. Y lo mejor de ello es que cuatro décadas y pico después de su publicación sigue funcionando muy bien, ya que Toriyama desarrolló aquí un sentido del humor casi atemporal, que depende más de sus protagonistas cayendo una y otra vez en situaciones ridículas y gags visuales de los que han estado funcionando desde los tiempos del cine mudo y seguramente antes.

Con eso último precisamente es con lo que más he disfrutado de esta lectura tardía, con el enorme talento como artista que poseía Toriyama. Porque sin querer desmerecer su faceta como guionista, su habilidad en esta serie con la caricatura y el humor visual es todo un placer para la vista, como sus personajes se deforman y retuercen de maneras imposibles y a cada cual más divertida, el dominio tan preciso que poseía del ritmo cómico que conseguía que cada gag funcionase a la perfección… Por no hablar de su talento a la hora de diseñar personajes, vehículos y escenarios con tantisima personalidad que provoco que su trabajo en ese campo fuese muy codiciado. Que todo esto lo dominase de esta manera siendo tan joven tiene un mérito asombroso, pero al mismo tiempo hace que lamente un poco (o más bien bastante) que no toda su carrera se volcase en esta dirección, porque era lo que mejor se le daba.

Y todo eso que he descubierto ahora, con un retraso imperdonable, es lo que hace que esta historia, que sobre el papel no deja de ser un cómic infantil más, uno que no hubiera desentonado nada en Bruguera, la niña robot y su padre el científico loco viviendo en un pueblo lleno de personajes delirantes, sea una obra tremendamente divertida e icónica, de esas que se mantienen tan frescas hoy en día como el primer día. Y también he podido descubrir que toda esa fama y reverencia que existe en torno a esta serie está más que merecida, porque hacía tiempo que una lectura no conseguía provocarme tantas carcajadas seguidas.

Por ello, además de seguir con mi descubrimiento de Dr. Slump, voy a seguir profundizando en la bibliografía de Toriyama, que ya tengo sus Mankan Zenseki/Teatro Manga, los recopilatorios de sus primeros trabajos, en la pila de lecturas pendientes, y a seguir buscando el resto de su obra humorística, porque me da a mí que las disparatadas aventuras de Arale y compañía me van a saber a poco.

Esto lo comento no por joder, sino porque creo que, a pesar de la discrepancia de opinión, la anécdota puede resultar simpática:
Leímos el primer tomo de Dr. Slump en el club de lectura de cómics de la biblioteca hace un porrón de años y (quitando a dos o tres, entre los cuales no me incluyo) a ninguno nos gustó. Ya antes de la sesión, le pregunté qué le había parecido a otro de los miembros (que me saca 25 tacos, fue profe mío en el insti y hemos acabado forjando amistad), y me respondió con el mayor tono de sinceridad que le he oído nunca a nadie:
«Me han pegado patadas en los huevos que me han hecho más gracia que esto.»
Sin parecer politicamente incorrecto y sin animo de ofender a nadie me gustaria saber dos cosas.
1. Que proporcion de hombres y mujeres habia o hay en ese club.
2. Que conocimento de comic japones (manga) existe o existia en ess mismo club.
Es comprensible que no a todo el mundo le guste lo mismo, particularmente a mi (y se que es un sacrilegio en una pagina como esta decirlo) Watchmen no me gusta, y cuantas mas veces lo leo menos me gusta (y lo he leido unas cuantas) pero eso no quita que sea un buen comic, un muy buen comic, incluso una obra maestra del comic, pero he tenido que dejar de releerlo porque aunque la primera vez que lo lei lo disfute en las siguientes lecturas cada vez me aburria mas cosa que no me sucede con Crisis en Tierras Infinitas(con este comic me pasa lo contrario)
Pero me estoy extendiendo demasiado, recuerdo que en los 80 la serie de animacion de Arale no tuvo exito en España(Galicia), ni siquiera se emitio entera en ese primer pase, pero cuando aparecio en Dragon Ball la opinion cambio. Mal que me pese admitirlo años despues saque la conclusion de que el motivo fuese que la protagonista sea una niña y no un niño.
En cuanto a lo segundo recuerdo un programa de television de un canal con un numero que se supone da mala suerte(lo cual es una ironia sabiendo quienes son los dueños) que en un programa sobre cine un experto hablaba sobre una pelicula de animacion y el presentador paracticamente decia que era «basura» hasta que el mismo experto comenta que estaba producida por Disney y entonces el presentador sin cortarse un pelo dice.
-¿Es de Disney?. Entonces es buena y hay que ir a verla.
Prejuicios hay muchos.
En ese entonces, la mayoría de los integrantes del club éramos hombres (ahora mismo, y desde hace unos 10 años, aprox., hay más paridad), y al menos la mitad no solíamos leer manga habitualmente (aunque la otra mitad sí y, en todo caso, otros mangas que hemos leído han tenido muchísima mejor recepción). Además, en ese entonces, la media de edad estaba por encima de los treinta y tantos (e incluso de los cuarenta); yo era de los más jovencitos. Es decir, gente que ha vivieron la era Vértice y la Bruguera y que mamaron el ‘CIMOC’, ‘El Víbora’ y similares. Ahora mismo, la media de edad se ha elevado bastante (porque el «núcleo duro» ha ido envejeciendo con el propio club), y aunque todavía soy «de los jóvenes» a mis 35 tacos, todavía hay unos cuantos y unas mucho más jóvenes que yo.
Por todo lo que comentas, he hablado de gustos, que son subjetivos (y más en cuanto al humor) y no me he metido en apreciaciones técnicas ni he comentado mi opinión sobre el cómic con más detalle. Me chirría muchísimo leer tantas loas al respecto, porque no me parece que el sentido del humor de Dr. Slump fuera, ni de lejos, tan ingenioso o meritorio como lo pintáis (al menos, no en aquel primer tomo), y precisamente, muchos de los chistes más chorras y/o pedofilos están entre los aspectos por los que ‘Bola de dragón’ me chirría a veces, a pesar del cariño que le tengo a los personajes. Pero la verdad es que no he vuelto a leer nada de ‘Dr. Slump’ desde aquella vez, hace ya tantos años, por lo que tampoco puedo opinar con criterio. Precisamente hace unos meses que lo intenté, porque también me dio por revisitar DB y quería comprender mejor el cameo de Arale… pero las primeras páginas ya me echaron para atrás.
Como tu dices es cuestion de gustos. No tiene por que gustarle a todo el mundo.
Pero me parece bastante dificil que si te gusta Bruguera (los comics de humor) no te guste Dr. Slump cuando practicamente era el mismo tipo de humor.
Cuando era joven, en el siglo pasado, soliamos comparar a Arale con Asterix porque Asterix siempre hundia el barco pirata en cada Album y Arale destrozaba el coche de la policia en cada episodio
No es algo tan raro, conozco a varios con los que se repiten exactamente los mismos factores. Gente a la que les gusta no solo Ibáñez y Jan, también Segura, Nadal, Vázquez, Martz-Schmidt y Raf, pero no tragan con Doctor Slump (y eso incluye a no pocos de los que les gusta Dragon Ball, incluso el manga, no solo el anime).
Yo soy en cambio de los que vi la serie en esa primera emisión gallega y le encantó. De hecho me gustó mucho más que Dragon Ball (y mira que me gusta mucho la etapa de Dragon Ball del Son Goku infante). El manga de Toriyama me gusta mucho menos que el anime, pero no me atrevería ni de coña a decir que no es bueno o que no tiene gracia (a los que no les hace puta gracia, que me he encontrado bastantes a lo largo de los años, les concedo que es un humor peculiar, y más chocante todavía para los de cierta edad cuyos gustos ya estaban muy formados antes del primer par de booms del anime en nuestro país).
Hay gente enferma en el mundo xd
Dr. Slump es una obra maestra del humor desde el primer capitulo al ultimo con una galeria de secundarios que no tiene nada que envidiar a la de los Simpsons(en parte fue por eso que Toriyama dejo de realizar el manga segun el propio autor habia tantos personajes que se pasaba las 14 paginas del manga saludandose entre ellos) hay algunos episodios que son delirantes y a pesar de tener un humor muy verde Toriyama tuvo la habilidad de hacerlo tan blanco que es apto para todos los publicos.
Otra obra genial muy parecida a Dr. Slump es Go Go Ackman donde el humor es predominante con episodios muy cortos que no te cansas de releerlos.
Llegar con cuarenta años tarde no es malo el caso es llega yo acabo de descubrir este año a los Casacas Azules y al Pequeño Spirou(como me gusta esta serie, tambien he leido las Pesadillas de Iznogud este año que son muy buenas, pero lo que me reido con las ocurrencias del Pequeño Spirou no tiene comparacion, ademas a su manera un humor parecido al de Dr. Slump)
Es que hay tantas cosas que ver, leer y escuchar que no da para todo.
Me encanta El Pequeño Spirou. Otras dos BD de humor (aquí ya influye también que me acompañan desde la infancia) que me gustan mucho: Bill y Bolita y Quena y el Sacramús (aunque la de Quena ya con aventuras y SciFi).
Y otra (ya que mencionas también un western): Chick Bill (por cierto, también una serie con la que no paró de encontrarme gente que no la traga, pero a mí me encanta).
El pequeño Spirou es una joyaza.
Lo tiene todo.
Y su principal valor, es que todos los personajes son auténticos. Los reconoces en la gente de tu entorno.
Con sus miserias y sus virtudes.
Mira, curiosamente, en cambio yo he intentado releer Iznogud y se me ha caído de las manos. Afortunadamente no me ha pasado con Chick Bill, Spirou y Fantasio (aunque los relatitos cortos iniciales de la etapa Franquin han envejecido mal, lo que ya quita las ganas de acercarse a cualquier cosa anterior), Las aventuras de Johan y Pirluit (aunque la cosa no levanta hasta la llegada de Pirluit), Umpa-Pa, Quena y el Sacramús, Bill y Bolita, Sammy, Los Casacas Azules, Natacha,…
Nunca es tarde si el manga/anime es bueno.
Yo tuve la suerte de poder disfrutarlos desde niña en la autonómica catalana y aún tengo recuerdos y frases de la serie muy interiorizadas. Años más tarde cuando leí el libro de » Como dibujar mangas» de Toriyama aún fui más partícipe del proceso creativo que tenía detrás y como este señor era el fucking amo, hasta enseñando a dibujar o publicar.
El Teatro Manga de Toriyama es una obra maestra y para nada aburrido siendo un libro para aprender a dibujar, que si no te interesa el tema pueden resultar aburridos y muy tecnicos.
La de cosas que aprendi leyendolo del proceso de elaboracion de un comic/tebeo/manga/banda diseñada.
Es que la imaginación y el talento de Toriyama eran increíbles, de esas personas a las que de verdad se puede llamar genios en su campo sin que sea una exageración.
En lo que estuvieron muy acertados en tv3 fue en doblar Arale (así llamaban la serie, no dr Slump) y Dragon Ball al catalán en los 80. Eso motivó muchos chavales a ver la televisión catalana. Hasta el punto que hoy en día tienen que ver la serie en ese idioma; si oyen el doblaje al castellano les chirría algo.
Aquí en Galicia pasa un poco lo mismo con los veteranos de entonces.
Dr Slump tiene un humor de caca, culo, tortazo.
Pero tiene un punto naif, al tiempo que gracia en sus expresiones, y un curro en diseños y escenarios, que lo convierten en ¿tal vez? el mejor exponente del género. Porque nunca es obsceno, es casi cándido.
Dicho esto, lo mejor es, sin duda, su punto coral con ese enorme cúmulo de personajes con diversos grados de locura, cada uno con sus manías y tonterías; y, por supuesto su surrealismo, cualquier situación por plácida que fuese podía desbarrar hasta el delirio.
Descubrirlo ahora, debe ser como descubrir a Mortadelo y Filemón. Los buenos, claro.
Cuando los emitían en la gallega, antes de Dragon Ball, pasaron casi inadvertidos. Pero tenían un público fiel. Para los niños pequeños que eramos, era demasiado complejo y adelantado. Tantos personajes yendo de un lado a otro, y tanta parodia rara que no podíamos entender lo convirtió en una marcianada.
«Demasie pal coco» de los chavales.
Y aun asi años despues cuando Arale aparecio en DB todo el mundo recordaba la serie.
Pero entiendo lo que dices con la marcianada porque yo no supe que lo que llevaba Arale en el palo era cacota rosa. Me lo aclararon años despues.
Hablando de lo cual el episodio en que una cacota busca su casa y despues la encuentra siendo el inodoro es genial.
Los de Mondo Lirondo eran herederos de Toriyama y Dr. Slump mas que de Bruguera.
Se veían y los reconocíamos.
Pero el delirio era tan grande, y había que conocer a tantos personajes y su trasfondo para entender la serie, que un niño no podía retener tanto.
Lo curioso es que, como ya decía en el articulo, a mi esto me esta recordando mucho a la Bruguera buena, esa mezcla de humor absurdo, disparatado, surrealismo, violencia extrema caricaturizada… Es que sueltas a estos personajes en un Mortadelo y Filemon o un Pulgarcito de Jan y no desentonarían nada.
Yo lo veo, que por allí andaba la Gorda de las Galaxias (que no hubiese desencajado como secundaria en Dragon Ball) de Nicolás.
Bruguera era en buena medida eso mismo.
Mortadelo (Que con el final de la censura se fue convirtiendo en un salidillo persiguiendo féminas) y Filemón, con el Bacterio de Doctor loco haciendo invenciones raras, y todos llevándose golpes en las partes pudendas. Tal cual..
Anacleto y Hug el Troglodita paseando por desiertos psicodélicos. Como en toda la obra de Toriyama.
Angélito dando vida a nubes y pintadas en las paredes.
Las hermanas Gilda, Don Optimo y Don Pésimo, Ángel Sí Señor, Deliranta Rococó, y otros, atascados en sus Trastornos Obsesivos. Como Suppaman.
Las relaciones familiares dementes de La familia Cebolleta o Los Señores de Alcorcón.
El costumbrismo del campo de Agamenón.
La Gorda de las Galaxias, arreglándolo todo a tortazos en un entorno ultranaif futurista y psicotrópico.
Aquí están los ingredientes de DR Slump.
Otro anime con un humor surrealista descacharrante de aparente ligereza y situaciones absurdas: Samurai Pizza Cats.
Los Samurai Pizza Cat.
Grandísima serie en donde el narrador se comía a los protagonistas. De todo lo que grabé en VHS es la que lamento no haber podido conservar (solo episodios sueltos). Hoy inencontrable, y con el demencial doblaje español aun más.
Mención de honor para PolyEsther y el Gran Quesote.
El Gran Quesote parecía un personaje de Humor Amarillo (El Castillo de Takeshi) ya totalmente desencadenado de cualquier realidad.
De lo que yo grababa en VHS en aquel entonces (llegué a tener enteritas series como Chicho Terremoto/Dash Kappei, Ranma 1/2, Johnny y sus amigos/Kimagure Orange Road y Cazador/City Hunter, desafortunadamente no hice en su momento el trasvase a formato DVD y se echó todo a perder, incluso tenía el especial final de Juliette je t’aime/Maison Ikkoku, aunque eso ya en una edición italiana) igual a lo que más cariño le tenía era a Chicho Terremoto y los Samurai Pizza Cats.
En mi opinión, una serie que empezó «meh» y que cada tomo iba a más, pareciéndome soberbia al final (o quizá es que me «hice» a ella)
Maravillosa.