Aunque no suelo ser muy aficionado al género del terror y aledaños, al menos no audiovisualmente hablando, de vez en cuando me encuentro con alguna obra que llama mi atención, o como en este caso un amigo se pone pesado hasta que le presto atención. Algo que le agradezco porque de no ser así From me hubiese pasado completamente desapercibida, otra de esas series cuyo tráiler vi en su momento y descarté sin volver a pensar en ella, en lugar de ser una serie que me ha tenido en tensión y enganchado a la pantalla durante unas cuantas semanas con sus dos primeras temporadas y esperando ahora con ganas el estreno de la tercera, que se supone se producirá en lo que queda de año. Así que vamos a sumergirnos en la historia de esta pequeña ciudad y sus involuntarios habitantes y descubrir qué es lo que ha hecho que me enganche de esta manera.
Una familia de vacaciones se pierde en una carretera rural y tras dar un rodeo acaban en un pequeño pueblo que parece haber vivido días mejores y en el que sus habitantes parecen mirarles con compasión. No tardan en descubrir que han llegado a una pesadilla de la que es imposible escapar, un lugar que parece decidido a hacerles perder la cabeza y en el que casi nada es lo que parece, en el que las noches están pobladas de monstruos esperando su oportunidad para hacerles pedazos y donde cada paso que les acerca a descubrir la verdad de lo que ocurre allí se convierte en otra pesadilla. Y pese a que muchas de las víctimas de ese pueblo han conseguido agarrarse de alguna forma a unos atisbos de esperanza cada vez más frágiles, todos sienten que su existencia allí es cada vez más insostenible…
Sé que a mucha gente le puede echar para atrás no solo que la premisa básica de esta serie recuerde un poco a Lost/Perdidos y que sus propios responsables refuercen eso en el marketing advirtiendo que esta serie nace de productores ejecutivos de aquella otra. Y sí, es cierto que eso es así, Jack Bender, uno de los productores de From y director de sus cuatro primeros episodios, fue uno de los productores ejecutivos de Lost (¡Y también de Under the Dome!) y Jeff Pinkner, el showrunner, también fue productor y guionista en aquella memorable (si lo fue en el buen o en el mal sentido lo dejo al criterio de cada quien) serie. Y claro, tampoco se puede obviar que Harold Perrineau, el protagonista de From, fue también uno de los principales protagonistas de Lost durante varias de sus temporadas. Pero pese a que yo mismo sentía ciertas reticencias por esas conexiones, tras haberme devorado las dos primeras temporadas en un par de semanas puedo afirmar que el parecido de From con Lost es muy superficial y que de momento (crucemos los dedos) no me he encontrado con ninguno de los serios problemas que tuvo aquella.
Sí, en ambas series nos encontramos con un reparto coral de personajes con diversos orígenes y personalidades que se han visto atrapados en un lugar que desafía toda explicación racional y en el que el peligro acecha en cada esquina. Una fórmula que en el pasado me ha dado más de un disgusto como el final de Lost, Wayward Pines, Under the Dome o The I-Land, pero como me gustan esos misterios con los que se puede especular a gusto y debo ser algo masoquista, acabé dándole una oportunidad a esta serie (gracias también a la entusiasta recomendación) y no me arrepiento de ello. Pese a las similitudes con todas las mencionadas, From posee algunas características que he agradecido, lo primero es que sin llegar a revelarse aún la naturaleza exacta de lo que sucede en ese pueblo, desde el principio queda claro que se trata de algo sobrenatural, sin que quede resquicio posible sobre que todo esto tenga una explicación “terrenal” (aunque espero que los creadores de la serie no se vuelvan locos al final y quieran desvelar que todo esto ha sido una realidad virtual o aliens experimentando con humanos en su nave espacial).
Otro aspecto que me está gustando bastante es que la serie parece contar con una fuerte inspiración en Stephen King (descaradísima en ocasiones), la localización en una pequeña ciudad de la América rural (un escenario que la ficcion me ha enseñado a temer), elementos cotidianos y bucólicos convertidos en pesadillas, una amenaza surgida del pasado, niños que parecen ser la clave para desentrañar el misterio… Y también que el drama humano cuenta con una mayor importancia que lo que sea que mueve los hilos en ese lugar, que los misterios y sus causas están en un segundo plano y lo relevante es cómo afecta eso a sus protagonistas. Algo que sé que pone de los nervios a quienes quieren inmediatamente todas las respuestas y consideran que los personajes son solo un fin para un medio (la solución del puzzle), pero a mí me sucede lo contrario y por eso de momento From me tiene bastante contento.
Y es precisamente eso, el tratamiento de sus personajes, lo que realmente me ha enganchado de From, o para ser más concretos la actitud que tienen buena parte de ellos. La situación a la que se enfrentan, en algunos casos desde hace muchísimo tiempo, es inhumana, no tienen forma de escapar ni de ponerse en contacto con el resto del mundo (ni siquiera saben con certeza que sigan en el mundo), los recursos escasean y los monstruos que salen del bosque cada noche son tan letales como aparentemente indestructibles. Pero pese a ello los habitantes de este lugar de pesadilla siguen agarrándose por los pelos a su cordura y esperanza, han creado una pequeña comunidad en la que todo se comparte y las motivaciones de buena parte del reparto son bastante altruistas, gente que hace lo correcto porque bastante jodidas están ya sus vidas. Un planteamiento que alguien más cínico podría decir que es lo más fantasioso de la serie.
Algo de lo que su mejor ejemplo es su protagonista, Boyd (Harold Perrineau), un militar retirado a quien ese pueblo ya se lo ha arrebatado casi todo y que ha terminado acarreando las responsabilidades de ser el sheriff y líder de la comunidad, un personaje al que no podríamos culpar si se convirtiese en alguien amargado y egoísta a quien todo le diese igual, pero en lugar de ello es precisamente lo opuesto. Es cierto que arrastra consigo una depresión y un sentimiento de culpa enormes y que sus problemas personales a ratos le provocan una carga mayor que lo que sucede en la ciudad, pero pese a todo lo primero para él siempre es el bienestar de las personas a su cargo y encontrar una forma de sacarles de ese lugar, incluso a costa de su propia vida si fuese necesario. Un personaje al que Perrineau consigue imprimir una humanidad llena de imperfecciones, consigue que nos lo creamos cuando mete la pata o toma decisiones cuestionables con las mejores intenciones, cuando se lo juega todo por los demás o sencillamente cuando no puede más y se derrumba.
Pero eso no quiere decir que el reparto de la serie parezca la aldea de los pitufos ni muchísimo menos, estas características aunque algo general no se aplican a todos y cada uno de los personajes, también hay algún que otro mezquino que parece disfrutar atormentando a los demás, que han cometido crímenes horribles e incluso con algo de sentido de humor por parte de los responsables de la serie, han colado incluso a un conspiranoico de esos que tristemente nos hemos acostumbrado a descubrir a nuestro alrededor en los últimos tiempos y que cree que todo lo que le rodea es mentira y que están jugando con él. Pero que la serie apueste por el que incluso en una situación extrema como esta la mayoría de la gente será decente es bastante refrescante.
Y que From ponga el foco en el drama humano y que esto sea con lo que más estoy disfrutando, no quita a que esto siga siendo una serie de terror sobrenatural que maneja muy bien ese aspecto de su trama. En todo momento la tensión es palpable, en muchas ocasiones más por lo que intuimos que por lo que nos muestran, ya que no estamos ante una serie en la que el gore y los sustos gratuitos sean su principal baza, apostando más por el terror psicológico. Lo que no quita para que cuando es necesario ser horrorosamente explícitos lo sean sin cortarse un pelo, pero al dosificar esos momentos de terror más visual consiguen que cuando recurren a ellos estos sean muchísimo más efectivos que si estuviésemos ante un festival de casquería.
Aunque en ese aspecto también tengo que resaltar que es cierto que se están tomando con mucha calma el revelar lo que sucede realmente, algo que como decía más arriba sé que para muchos es frustrante, pero admito que a mí personalmente me gusta mucho que esas revelaciones con cuentagotas no siempre sean explícitas, que a menudo nos dejen caer elementos que nos guíen en una dirección sin decir las cosas a las claras. Y aunque obviamente en parte me preocupa que esto sea así porque no tienen claro qué explicación dar (el peligro de este tipo de series), de momento, y a la espera de ver cómo evoluciona todo en su próxima tercera temporada, no tengo motivo de queja.
Pero pese a que estoy disfrutando bastante con esta serie no me veo, por el momento, lanzándome de cabeza a por más obras de este género, aunque sí que voy a procurar ser un poco más abierto en ese sentido. Y por lo demás, tranquilizar de nuevo a quienes se hayan planteado ver From y hayan temido acercarse a ella por esos precedentes de los que se enorgullecen sus creadores, que de momento (¡de momento!) no estamos ante otro Perdidos, sino ante un drama sobrenatural bastante bien construido y que de momento va por muy buen rumbo, así que solo queda confiar en que siga así hasta el final y que en este sepan rematarlo todo de forma satisfactoria aunque no tenga pinta de acabar con un final feliz.
La premisa me llamo mucho la atención. Por fin hace poco probé el piloto y me dio buenas sensaciones. En general el reparto coral se ve que funcionará bien, la premisa es inquietante y la escena que muestra las consecuencias de no seguir las reglas me impactó, más al incluir a un personaje en un rango de edad que no se acostumbra ver que le pueda pasar algo.
Lo que se me hizo tramposo es el final del episodio. Muchas vueltas para dejar en cliffhanger el asunto de la familia. Mi temor con esta serie es justo ese, que alarguen artificialmente las tramas/episodios. Lo de la explicación de la amenaza, seguramente se lo guardarán hasta el final de la serie, si bien nos va.
A veces me pregunto cómo sería una serie así ambientada en la España profunda. Pero se ha hecho tanta parodia de los pueblos perdidos y los acentos locales que solo me imagino algo así como «El Pueblo».