Es un titular que hemos visto tantas veces que hasta nos da risa, ¿verdad? Marvel se desmorona, ésto ya no es lo que era y todas esas tonterías que siempre acaban desmbocando en un enteradillo diciendo aquello de que hay «fatiga superhéroica». Por supuesto están hablando del cine, porque dejando de lado que el cómic se la trae al pairo, la verdad es que los supers llevan sesenta y pico años dando caña de forma continuada y no tiene pinta de que vayan a hacerlo ahora.
Que puede ser que sí, ojo, porque éste siempre ha sido un negocio al borde del colapso en el que en EEUU solo los superhéroes salvaron los muebles en ciertos momentos. Momentos como la crisis de los 80/90, ésa en la que el mercado europeo se derrumbó casi por completo y lo único que nos quedó en su mayoría fue manga y cómic yanqui. Y, siempre hablando de productos culturales superventas y no de inmensas minorías, en el cine la cosa siempre ha fluctuado de esa forma; las grandes épicas siempre han estado ahi, pero la alternancia de géneros entre serie negra, western, cine bélico o musicales siempre ha estado ahi. Puede que una superproducción como Lo que el Viento se Llevó nunca sea un tiro seguro, pero hubo un momento en el que los cines estaban repletos de westerns, y parecía que el westen nunca moriría… Y a finales de los 50 la cosa se agotó y fue relevada en buena parte por alternativas como el peplum o el resurgimiento del musical a principios de los 60.
Alguno podría decir -con muy buena cabeza, sí señor- que aquello se dió más por un pánico de ejecutivos recién llegados a la dirección de las grandes productoras que buscaban el beneficio inmediato, pero es que precisamente son esas prisas las que han llevado a que a principios de este siglo se empeñaran en invertir en superhéroes. Si examinamos los grandes «booms» de géneros entre los 60 y la actualidad, vemos como se pasa del gran boom económico de los musicales con West Side Story en el 61 a su decadencia con Hello Dolly en el 69. Por supuesto, ésto no quiere decir que todo lo que se estrenó durante aquellos años fuera un éxito o que posteriormente no hubiera exitazos como Cabaret -aunque no sea un musical muy ortodoxo- simplemente la percepción de los ejecutivos era la de que ya no estábamos hablando de éxitos seguros y se empezó a racanear, a invertir menos. Después llegaría la edad de oro de la ciencia ficción espacial con 2001 y Star Wars y hasta una pequeña de la espada y brujería capitaneada por Conan y reventada por Legend o Willow. Paralelamente tuvimos el cine de acción de «los machos» como Stallone o Schwarzenegger, que también tuvo su decadencia durante los 90, más otra de revivals de series de televisión como Misión Imposible, Batman (no nos engañemos, el gran referente para el público en general era Adam West) o hasta La Casa de los Brady. Y de la misma llegamos al 2000 y el éxito de X-Men.
X-Men había sido una película relativamente barata (75 millones) que vino refrendada por la excelente recaudación de los más de 125 millones de presupuesto de Spider-Man dos años más tarde. Y mientras el fondo de inversión que dirigía Fox seguía racaneando el presupuesto de mala manera, Sony seguía volcándose sobre Spiderman, llegando a invertir hasta trescientos y pico millones en la tercera entrega del personaje que, aunque no se la pegó en taquilla ni mucho menos, no ganó más que sus antecesoras y fue un batacazo de crítica. La llegada del MCU un año más tarde con Iron Man y sus modestos 140 millones de inversión traducidos en casi seiscientos de beneficio fue lo que acabó consiguiendo que Disney se metiera en el negocio y comprara Marvel, pasando a invertir 200 millones por cada película sin despeinarse esperándose un retorno de más de 600 millones por película. Y durante diez años, éso ha sido algo seguro… Pero la realidad se tenía que acabar imponiendo.
Sí, más de uno dirá que «han bajado de calidad». Puede ser, también puede ser que buena parte de las «ideas locas» que nunca se habían visto en cine ya las hayan explotado. SI lo extrapolamos a los cómics, Stan y Jack haciendo su magia solo estuvieron realmente unos diez años antes de que Jack Kirby se largara por la puerta de atrás y Stan Lee ascendiera a las alturas hasta el infinito y más allá. La magia de la Marvel de aquellos años acabó con la futura Cadence comprándose la editorial y dando unas directrices que ya no invitaban al cambio constante, con lo que los personajes principales pasaron a estar congelados. Es lógico que Feige tome una decisión parecida respecto a Iron Man o el Capitán América y los jubile, porque al final lo que se busca no solo es el éxito en taquilla, si no alimentar los parques temáticos de la empresa de más criaturitas que le den un baño de pintura a las viejas atracciones, además de ilustrar multitud de merchandising. Pero sí, al margen de todo esto, la edad de oro de Marvel Cómics -la edad de plata- duró diez años… Y luego vino otra cosa.
Así que bastante ha sido que el MCU llegue a los 12 años petándolo y luego se desinchara. Es normal que el público busque otra cosa, sobre todo teniendo en cuenta que la propia Marvel planteo Endgame como un punto y aparte que casi parecía el final de todo. Lo que no tiene sentido es seguir esperando que el monstruo siga creciendo y creciendo, y plantear una época de crisis mundial como una en la que lo normal es que las películas hagan mil o dos mil millones constantemente, además de obligar al espectador a verse nosecuantas miniseries en un servicio por suscripción. Por supuesto, ésto no quiere decir que se acabaron los superhéroes, simplemente que lo que está pasando ahora -que las películas de Marvel ya no cuesten 200 millones a cholón y que se reduzca su presupuesto- es completamente normal y hasta algo bastante comprensible. Lo preocupante es que con esos 200 millones se explotaba a los estudios de efectos especiales de la peor forma posible y, vista la reducción de salarios, la cosa pinta muchísimo peor. Y, por supuesto, queda el asunto DC…
DC ahora mismo es un interrogante. Está claro que Peter Zaslav quiere reducir gastos al mínimo y tiene la sutileza de un paleto de La Matanza de Texas, pero necesita desesperadamente que DC remonte y va a tener que invertir en Gunn y Safran, jugárselo todo a esos dos y borrar por completo los restos del naufragio anterior (no, no creo que volvamos a ver a Gal Gadot haciendo de Wonder Woman, y después de lo que está pasando en Gaza probablemente sea lo mejor). Con una Marvel en retroceso, podríamos pensar que ahora es el mejor momento para que DC vuelva con todo y ojalá sea así, pero tengo mis dudas de que los ejecutivos de Warner/Discovery/comosellamen tengan la paciencia que necesita el poner un proyecto de esta envergadura en marcha. Tanto Iron Man como Hulk empezaron de forma muy modesta, y aunque en todo momento ganaron dinero, lo cierto es que Thor y Capitán América también fueron modestas y lo que realmente puso los estándares imposibles fue la primera película de Vengadores y el arrase que supuso Iron Man 3. Y eso por no hablar de que James Gunn y su equipo también pueden equivocarse en algo y fracasar, que las películas no salen bien automáticamente.
Pero lo que ante todo tienen que aprender tanto unos como otros es que aquello de sacar mil o dos mil millones por película a tiro fijo no podía durar para siempre…
Lo hemos gozado, lo hemos mitificado, lo hemos denigrado, lo hemos superado. Vamos a la siguiente cosa.
Tu frase me recuerda un poco al final de «El Show de Truman», donde se ve a los espectadores vitoreando al protagonista… y acto seguido preguntan qué emiten en otro canal.
Puede que si no existiera internet, ni nos daríamos cuenta de la supuesta «fatiga superheroica» y sencillamente estaríamos pensando «anda, diría que últimamente ya no se hacen tantas películas de superhéroes como hará un par de años».
Respecto a las edades de oro de distintos géneros que se enumeran, añadiría que la trilogía de «El Señor de los Anillos» de Peter Jackson pareció ser para la fantasía épica lo que la trilogía original de «La Guerra de las Galaxias» fue para la space opera, pero la cosa no tardó en empezar a diluirse, y ni siquiera el propio Peter Jackson logró reflotar la cosa con la trilogía de «El Hobbit» (aunque una parte nada desdeñable de la culpa la tuvo el executive meddling al que estuvo sometido).
Ahora mismo Marvel está «rearmándose» y DC lo está haciendo también, con lo que es lógico que la única que esté sacando algo sea Sony con la consiguiente sensación de «pochez».
Y lo que hubiera tocado en 2002 o por ahi era sacar un Conan o una adaptación de Elric, pero nadie lo hizo. Luego si hubo un Conan y hasta un John Carter tratando de aprovechar en cierto modo el tirón de Avatar, pero ya era tarde.
Cabe decir que «Wish» parece haberse dado un batacazo en la taquilla (habrá que ver si hace un «Elemental» y remonta), pero si a esto se añade cómo les fue a «Mansión Encantada», «Indiana Jones y el Dial del Destino» y que de «Quantumania» y «La Sirenita» se esperaba una mejor recaudación, igual la «fatiga superheroica» en realidad no es más que un árbol que forma parte del bosque de los «los hábitos de los espectadores están cambiando».
Las redes sociales no es que sean el método mas fiable para estas cosas, pero yo cada vez me encuentro con mas gente que comenta que tras el confinamiento, tanto aqui como en estados unidos, han dejado bastante de ir al cine para ver películas en su casa en alguna plataforma, y es posible que eso sea una porción del publico mayor de lo que parece.
Ese es uno de los problemas, tras la pandemia mucha gente que sí iba al cine (casi todos los colegas con los que quedaba de cuando en cuando algún finde) se ha acostumbrado a no hacerlo y ya solo tiran de plataformas cómodamente en su casa. Y la mayoría de estos, pase lo que pase, ya no van a volver a pisar una sala, así que como no enganchen a nueva chavalada…
Una cosa está clara, cada vez más gente prefiere esperarse a verlo en su casa en las plataformas de streaming, y con Disney lo tienen bien claro porque saben que se la van a poner más pronto que tarde. Ahora están intentando ponerlas lo más tarde posible, pero ni por esa cuela.
La verdad es que he pasado tanto de Marvel y sus secuelas desde hace años que no podía decir mucho más.
Respecto al rollo de fantasía épica, el Hobbit fue una cagada en mi opinión. Y aunque no he visto los anillos de poder, me han dicho que han tocado fondo.
Hasta que llegue un peliculón y quieran ver la siguiente entrega.
Para que el peliculon funcione tiene que darse una cosa.
Que ofrezca una sensación de participación colectiva. Que se genere una densacion de participar en un evento colectivo del que si no participas te has perdido algo.
Como Masacre o Barbie.
No digo que sea solo así, como se recuperen las ventas de entradas multimillonarias. Pero en parte las peliculas en gran pantalla tendrán que aportar ese plus.
La mejor publicidad que puede tener una película es que su antecesora le haya encantado al público. Y quieras que no, Marvel lleva una buena temporada desencantando a unos y a otros. Es un más de lo mismo cuando tenían acostumbrado al público a superar las expectativas, pero aun así creo que en cuanto se traigan de vuelta a los pesos pesados la cosa se recuperará bastante.
Harán una película de 2000 millones de vez en cuando, pero ya no serán todas de 800.
Precisamente parte del problema es que las pelis ya no hagan cantidades exageradas de forma habitual, porque las pelis de Marvel se mueven en torno a presupuestos de 200 millones y la única forma de que sean rentables es hacer mil millones de forma habitual. Y esto es un problema que se han creado ellos.
En verdad creo que el diagnóstico de la fatiga superhéroica por facil no deja de ser cierto.
Al menos en mi entorno (de gente NO lectora de comics, como la mayoria del público) los estrenos Marvel/DC los reciben con total desinteres.
Les toca hacer lo que hicieron con Iron Man, sacar una película que el boca a boca provoque que sea un éxito moderado y de alas a que la siguiente sea un exitazo.
Pero para eso les toca hacer un peliculón, y para eso necesitan ordenarse las ideas porque algo «normalito» ya no vale.
O tal vez un revulsivo como el que fue Sergio Leone para el western allá por los 60, pero éso es mucho más complicado.
La verdad que ya hay intentos de cambio de tono, como «Logan» o «Joker» que desde material de viñetas han dado otros enfoques y tonos más allá de la típica peli de origenes y/o aventura (no sé si aquí hasta cabría Nuevos Mutantes).
O como peli de supers de orígenes también con «otro tono» (por no ser Marvel o DC) hablaría del Bloodshot de Valiant con Vin Diesel. Pero como está se quedo en anécdota en vez de un intento de llevar un nuevo universo super a las pantallas como que eso, es anécdota.
De las expectativas que se tienen sobre las películas una cosa que me hace gracia es que no veo a mucha gente esperar que cada película sobre soldados recaude lo mismo que Top Gun Maverick o que cada película de ciencia ficción saque lo mismo que Avatar, pero en cuanto una de superhéroes no llega a los mil millones es el final del mundo como lo conocemos. Igual toca asumir que las taquillas de Vengadores, Iron Man y alguna mas fueron excepciones puntuales y nada mas.
Es que aquellas películas eran una novedad, metían ideas del género con las que nadie se había atrevido hasta entonces. Ahora lo que toca es la «normalidad» igual que le tocó a los cómics en su día tras el boom de Lee y Kirby.
En parte la culpa también es que jugaron la baza del «aun más», incluso en las ventas de taquilla, en exceso.
Hablando de Gal Gadot, y de Gaza, me gustaría preguntaros qué es lo que pensáis del retrato que ha hecho Marvel de Israel y Palestina a lo largo de las décadas, y de personajes como Sabra. Sé que es un poco ‘off topic’, pero, hasta cierto punto, se relaciona con el artículo; sobre todo teniendo en cuenta que la peli de Sam Wilson como Capitán América se ha retrasado porque los mamonazos metieron a Sabra como personaje y, ahora mismo, el horno no está para bollos.
Yo no dejo de pensar en Magneto como metáfora del sionismo, o de aquel que cae en el sionismo (esa escena de ‘X-Men: Primera generación’ en la que mata al Sebastian Shaw nazi, pero no sin decirle antes que en realidad piensan igual; que es una venganza personal, no por tema ideológico). Sé que Claremont se basó en Menachem Begin y en su época en Israel para desarrollar el pasado de Magnus… pero, para mi, Begin fue un cabronazo de mucho cuidao, y no creo que ésa fuera la intención de Claremont respecto al personaje.
Más que el enfoque de la editorial me llama la atención la incoherencia del lector de mutantes actual.
Los mismos que están encantados con el enfoque de la franquicia en los últimos 15 años, que convertía a los X-men en todo lo contrario al espíritu de la serie en los 70/80, son los primeros en escandalizarse con unas políticas del estado israelí que vienen a ser el equivalente de esa idea en la vida real.
Pero bueno, que hablamos de gente que celebran las galas del Club Fuego Infernal como si fuera Eurovisión.
La vida en Krakoa en general, y las galas del Club Fuego Infernal en particular, tienen cierto tufo a «refugio idílico de los one percenters«.
Ahora se viene la era de las adapatciones de videojuegos.
Y luego biopics de los creadores de comics.
Y luego biopics del dr. Werthanm y de Anita Sarkissean.