La etapa de Mark Gruenwald (y Ralph Macchio) al frente de Marvel Two-In-One es recordada fundamentalmente por la Saga de la Corona Serpiente, en la que un tal George Pérez tuvo bastante que ver. Gruenwald en aquel momento era un editor con tres años de carrera que compartía oficina con Denny O’Neil, debido en un principio a un sistema que tenían en la Marvel en aquellos tiempos en el que editores veteranos y novatos compartían espacio para que el uno le echara un cable al otro y así fuera aprendiendo. Gruenwald era un editor conocido por su conocimiento enciclopédico del Universo Marvel y que llegaría a ser la autoridad en torno a la tan denostada continuidad en aquellos tiempos; si tenías una duda sobre dónde andaba tal o cual personaje, Mark era el tipo al que preguntar. Pero lo dicho, Mark Gruenwald era también guionista.
Llegados a este punto -sí, éso es Marvel Two-In-One 71- creo que debemos hablar un poco sobre la política de Jim Shooter de animar (obligar) a los editores a que escribieran. No creo que Gruenwald necesitase mucho «ánimo» para ponerse a escribir -el hombre hasta dibujaba, era un autor completo- y la política de Shooter fue efectiva a la hora de crear una generación de editores más que capaces, pero a la vez es cierto lo que diría Quesada años más tarde que esa política provocó una endogamia creativa y bastante mamoneo en la Marvel de la época; un editor escribía la serie de otro editor amiguete y éste le permitía hacer más o menos lo que le venía en gana mientras el otro le dejase hacer lo propio en su propia serie, con lo que se desvirtuaba la figura del editor. Aun así, y aunque es cierto que estos casos fueron numerosos y notables entre guionistas y editores «de bajo perfil», lo cierto es que los escritores/editores no solían tener encargos regulares y solían limitarse a historias concretas; cuando empezaban a escribir a menudo no tardaban en dedicarse a los guiones a tiempo completo, con lo que la «endogamia» se quedó para residentes como el propio Mark Gruenwald, el ya mencionado Ralph Macchio, Bob Harras, Tom DeFalco o hasta Al Milgrom.
Esta política, por supuesto, tenía sus más y sus menos. Los títulos más secundarios como las licencias de muñecotes y televisión eran utilizados como campo de entrenamiento para estos editores, y más o menos se les daba más manga ancha, con lo que se les permitía ser más creativos dentro de las restricciones de la licencia (esto no pasaba en series como Transformers, en las que todo era campo, mientras que en otras como las de Lucasfilm las restricciones eran tan grandes que los autores acababan hasta las narices y muchas veces por eso tenían que acabar escribiéndolas «los de abajo»). El cómic que nos ocupa, MTO, siempre fue también algo secundario y sin mucha importancia. Al fin y al cabo no dejaban de ser historias más de promoción de la estrella invitada que otra cosa, porque lo verdaderamente importante que le pudiera pasar a Ben Grimm se contaba en Fantastic Four, que por algo era la serie principal. Así, el que editores novatos como Gruenwald y Macchio llevaran a cabo algo tan grande como la Corona Serpiente había conllevado una coordinación rara para la época, porque se curraron una macrosaga dentro de la serie que presentaba a su vez una agencia gubernamental, el Proyecto Pegaso, que a la larga iría apareciendo en muchas más series de Marvel por cortesía del propio Gruenwald, que lo metió donde pudo e hizo que sus amigos hicieran lo mismo, al igual que haría más tarde también con su saga del Azote en Capitán América. Mamoneo tal vez, ¡pero anda que no hizo universo!
Pero ya hablando del cómic que tenemos entre manos y para que nadie se piense que Gruenwald solo barría para casa, aquí lo que se recupera es el concepto del Doctor Hydro y la Hydrobase, un invento de Bill Everett (sí, ése Bill Everett) y Steve Gerber para la serie regular de Namor que el primero estuvo realizando casi hasta su muerte. El Doctor Hydro era un científico loco de tantos que, como bien cuenta el resumen del propio cómic, secuestró un avión entero para convertir a todo su pasaje y tripulación en anfibios escamosos como él para que vivieran con él bajo el mar. Por supuesto, al personal no le hizo mucha gracia y con todo el asunto de la corona serpiente de por medio, el Doctor Hydro acabó de mala manera gracias a Namor, que eso de crear atlantes artificiales tampoco le debía de hacer mucha gracia (Hydro luego volvería porque ya se sabe que en Marvel nadie se queda muerto y tal). A partir de ese momento los mutados acabaron viviendo en la Hidrobase, una isla artificial creada por el Doctor Hydro para la investigación antes de que se le fuera la cabeza del todo. Y allí es a donde van Ben Grimm, Reed Richards y algunos inhumanos en este cómic para intentar devolver a los mutados a su estado original, ya que Richards ha descubierto una cura basada en las nieblas terrígenas.
Encargado supuestamente de la seguridad del proceso de cura de todos los mutados, Ben se aburre como una ostra y decide largarse a jugar al futbol inhumano con sus amigotes, con lo que cuando el supervillano de turno aprovecha para atacar sin que alguien que se hace llamar Mister Fantástico haga gran cosa, no hay nadie más para echar un cable. Y sí, por supuesto que no tardan en ver a los pillos huir con la cura debajo del brazo y se lían a tortas, pero como el cómic es la primera parte y tiene que continuar, el jefe de los malos acaba haciéndose con el contenedor de la cura y así se acaba el cómic. Que nadie piense que la historia de Marvel Two-In-One era sencilla, porque Macchio y Gruenwald se pasaron meses y meses así, haciendo lo que ahora se llama una «historia río» en la que unos sucesos llevan a otros, se relacionan con el resto del universo Marvel y su mayor fortaleza reside ahí, porque para entonces ya no cuentan con George Pérez y, aunque Gene Day es en ese momento ya un más que buen dibujante y Ron Wilson llegará a serlo pero sigue algo verde, al cómic le sigue faltando ese ritmo y sobrando un exceso de verborrea a la hora de detallar ciertas escenas que se explican solas y pasar por alto otras más interesantes.
En cualquier caso, lo dicho, MTO 71 es un buen ejemplo de cómo el concepto del universo de superhéroes usado en todo su potencial puede hacerte buena parte del trabajo de cualquier cómic, simplemente conociendo a los personajes y sabiendo cómo reaccionarán a todo lo que les eches encima y que narices, lo de Ben picado por el fútbol inhumano por su pasado como estrella del fútbol americano es entrañable. La semana que viene (o cuando sea) tendremos entre nosotros a otro que estaba empezando, JM DeMatteis con el Marvel Team-Up 101, bonito número.
Mark Gruenwald era también guionista e incluso ocasionalmente dibujante y entintador, aunque no hizo una gran carrera en estas labores (solo destacaría su aportación a la miniserie de Ojo de Halcón, que está además entre sus trabajos más destacados … aunque lo más célebre sea la maxiserie del Escuadrón Supremo, merecidamente, todo sea dicho).
DISCULPA CON sERGIO ARAGONES tiene un buen desarrollo de historias y sucesos
Su auténtica relevancia en Marvel es como editor y archivista, sin duda (y sin él no hubiésemos acabado teniendo los Ficheros o los seriales de complemento que repasaban la historia del universo Marvel en What If y en los Anuales seriados de los eventos veraniegos), pero no se puede negar que escribió bastante (y entre ello algunas cosas destacadas). De su vocación archivista ya había dado de en su etapa fanzinera (Omniverse) antes de ser fichado por Marvel.
El amiguete Ralph Macchio, el de la cuchara de plata (al principio también amiguísimo de «Big Jim», aunque acabó odiándolo a muerte), era otro editor con afán de escritor pero con bastante menos cabeza (tanto por ocasionales demostraciones de genuino talento como de constante almacenamiento de datos, útiles o no, que según Busiek Gru era de los que podía mantener un duelo de memotecnia con Waid sobre cómics de la Silver Age y no solo no achantarse sino hasta dejarle quedar mal).
Tras un par de números de Marvel Feature con la Cosa dibujada por Starlin, la serie se convierte en MTO con Steve Gerber esencialmente haciendo team-ups con todos los personajes que escribía o había escrito para Marvel. Curiosamente, esos personajes no iban nada mal como puntapié inicial y prueba de una serie con Ben Grimm; fuera Man-Thing, o Namor, Valkyria y Dr. Strange de Los Defensores, Los Guardianes de la Galaxia o incluso Daredevil. Además deja a Wundarr («Aquarian» o como sea que lo hayan conocido, si lo conocieron) como secundario tentativo y dando algo de continuidad a las historias. No tan disimilar a lo que sería la etapa de Gruenwald/Macchio en ese sentido.
Gerber no duraría mucho y siendo como es una serie de los ’70, MTO se vería más que nada en manos de Mantlo y un Marv Wolfman autoeditándose, es decir; el tipo de cómic que puede muy de vez en cuando tener un momento o dos, pero por lo general solo juega a revolver ideas sin éxito (ni hace falta aclarar que sin foco también, lo que los hace irregulares y poco memorables). El salto que se da con Shooter es que Stern se hace cargo de la serie como editor y da paso a números de John Byrne, Miller también y por supuesto George Pérez al arte. Además de la regularidad de Gruenwald/Macchio y su estilo continuista que era un poco más consistente para lo que una serie de team-ups acostumbra. Tom DeFalco también escribiría MTO.
La serie se acabaría con el número 100 para dar lugar a una serie en solitario de La Cosa en 1983; año en que el mismo Gruenwald ya estaba a cargo de muchas series de Marvel (lo que sería el «silo Vengadores») editando la etapa de Denny O’Neil en Iron Man, la de Walt Simonson en Thor, la de Roger Stern, Al Milgrom y John Buscema en Los Vengadores, y a DeMateis y Zeck en el Capitán América.
Lo que no le hacía tanta gracia a Shooter era que gente de la rama administrativa (contables, publicistas,…) se metiesen en la creativa. Los guiones de Peter David no le hacían mucha gracia (como a nuestro Diógenes en la Habana, a «Big Jim» tampoco le generaron amor esas historias de Comepecados, Jean DeWolf y vigilantes geriátricos), pero parece que aún de habérsela hecho hubiese seguido sin hacérsela que alguien de ventas se dedicase a aporrear una máquina de escribir para generar prosa.
Busiek y Peter David trabajaban para Carol Kalish, encargada del «mercado directo» y aspectos de marketing y ventas en general. Creo que el rapidísimo desarrollo y crecimiento en importancia de este departamento (en gran medida atribuido a un incansable trabajo por parte de Kalish), funcionando independientemente de pero también con los creativos, llevaba a más que un desacuerdo entre ambos (y especialmente Shooter, por supuesto). Un equilibrio es necesario también; como demostraría el exceso de poder de ese lado de Marvel con DeFalco y Harras aparentemente defiriendo cada decisión creativa a los designios de marketing y ventas.
Carol Kalish trabajó para Marvel desde 1982 hasta su fallecimiento a una muy joven edad en 1991.
Bueno, De(s)Falco (no en vano, como Lee, el hombre sabía dónde se enterraban todos los adáveres en la empresa) siempre conseguía que le aprobasen cositas locas como A Next, lo del abejorro derivado de su Spidergirl o American Dream.
LAS FUERZAS DEL MAL que hicieron lobby para la creación de Factor X, pidiendo todos los días una segunda serie de X-Men.
Que ya sabemos lo que hay!
Bueno, en sus comienzos las restricciones en Star Wars tampoco eran para tanto. Acuerdate de aquella adaptación nada disimulada de Los Siete Magníficos (léase Los Siete Samuráis) con Han Solo Cheque, una especie de cabaretera y su conejo verde parlante pistolero y otros impresentables (como un puercoespín con poca ropa pero con capa y un sosias de Don Quijote que se creía un jedi….con un par!), una de piratas espaciales o un crossover no oficial (porque Edgar Rice Burroughs Inc. no autorizó) con John Carter (con el sosias de Tara Tarkas admirando la fuerza viril del wookie), entre otras locuras. Ya otro día rajamos sobre los cómics Marvel UK warsies.
Tara?!!! Maldito corrector! TARS .?
Cheque?!!! Chewie! Maldito corrector…te juro odio eterno!?
Después del Imperio Contraataca es cuando empezaron los problemas, sobre todo una vez salió el Retorno del Jedi y Lucasfilm creó una estructura para las licencias. Hasta ese momento había muchas menos restricciones más allá de «Luke no puede pegarse con Vader» y por eso se inventaron criaturitas como Jaxxon.
Aún al final de la etapa Marvel nos vinieron con alguna locura (impensable ya en tiempos de Dark Horse, en los que el control de Lucasfilms sobre cualquier licencia era espartano) como la de aquella sosias femenina de Darth Vader (obviamente eso ya no es canon).
Lo curioso es que todos los cómics se revisaban dos veces por Lucasfilm, cuando se entregaba el guión y cuando era dibujado, con lo que los editores se volvían locos porque en Lucas eran tan gañanes de pedir cambios de guión cuando recibían la versión dibujada.
Vamos, que pedían algunos cambios según les pegaba.
Lo que es ridículo con guiones completos (más o menos cerrados, en los que salvo que el dibujante sea un pirado no puede cambiar mucho la historia), pero es hasta lógico con guiones al estilo Marvel (pues el guion puede llegar a cambiar radicalmente, ahí el guion no está completo hasta que se dibuja …y todavía puede cambiar de nuevo cuando el guionista añade al final los diálogos …acordémonos de Claremont y Byrne en sus peores tiempos devolviéndose la patata caliente cual pelota de tenis).
Hasta donde yo sé -y por lo que dicen los que trabajaban con ellos como Michelinie- Lucasfilm pedía guiones completos. Otra cosa es que no le gustara que el dibujante juntara dos viñetas y cosas así.
¡John Byrne, alias «el Esparraguicida»!
Ron Wilson uno de los dibujantes afroamericanos que en esos días estaban haciéndose un hueco en Marvel (no había mucho precedente, Arvell Jones y poco más, como decía Jim Owsley en aquellos días Marvel era todavía muy blanca …ya bueno que a finales de los sesenta empezasen a dejar entrar mujeres, que antes pocas había aparte de Flo y doña Marie): Ron Wilson, Keith Pollard, Trevor Von Eeden, Denys Cowan, Mark Bright, …o un poco antes el bueno de Billy Graham (Jungle Tales).
Alguien se acuerda de aquella historia en la que se nos contaba (luego dijeron que nones) que Lockjaw en realidad no era un chucho sino un Inhumano? (A cuadros dejó a más de uno)
Luego dijeron que era una broma pesada de Gorgon y Karkas, que resultan tener una vena gañana.
Y Pietro descojonándose con el asunto: «¿Quieres decir que todavía se lo cree? ¡JA, JA, JA!»
Que luego retconeó Peter David con toda la mala leche, he de añadir!
Bueno, David el pobre ahora tiene suficiente con poder seguir respirando (y seguir teniendo un techo sobre la cabeza).
«Is qui lis inifirmis di lis cimics quidin ridiquilis in pintilli…»:
«-Que te esperabas, ¿licra amarilla?»
Un partido de fútbol americano, con gente como Ben Grimm o Gorgon en el campo, no tendría nada que envidiar a una partida de «Blood Bowl».
Así sí que entiendo que se hagan llamar INHUMANOS!
Esto en nuestro cine lo rebautizan como «Días de fútbol» y se quedan tan panchos.
Es un poco raro un Marvel Two-in-One entre la Cosa y Mr Fantástico, teniendo en cuenta que están ambos en los 4F…
El premio a la frase más torpe se lo lleva Ben Grimm al preguntarle a Crystal si está más gorda… Cuando está claramente embarazada. ¿Es que no intercambian chismorreos con los Vengadores?
Aunque la cara de felicidad que pone la chica es tan rara que uno se pregunta si no está drogada…
Ya sabemos que lo del Two-In-One era una excusa, que para entonces era la serie de La Cosa y punto… Pero claro, en el primer número es Reed y en los siguientes son los Inhumanos y Mantaraya; la elección de «cabeceras» es bastante arbitraria porque el protagonismo de los personajes no es equivalente.
Tú no te extrañes si en un futuro no dicen que el chiflado de Pietro no le puso burundanga terrígena a Crystal para «enamorarla» o algo parecido, que han demonizado tanto al personaje…
Yo creo que el punto ideal de Pietro es pintarlo impulso y algo cretino, pero no mala persona ni incestuoso.
Bueno, luego dijeron que a Crystal le dio el síndrome de la enfermera cuidando de un Mercurio herido (al parecer medio en coma resultaba menos insoportable, incluso mono). Peter David mencionó incluso que los dos tenían mucha química sexual. En esa época lamenté que los intentos de reconciliación no fueran a más. Pero al parecer es mejor tener a Crystal perpetuamente dependiente de su familia o de que Johnny Storm siente cabeza.
Johnny Storm? Pietro Maximoff? Solo le desearía a una enemiga una relación con alguno de esos manojos de complejos andantes. Vale que Crystal también es para darle de comer aparte en sus relaciones (el desgraciado de Leonia, Dane Whitman,…incluso iba detrás de la Visión en su etapa «fría»). Sí hasta lo de su matrimonio político con el Acusador por excelencia (otro sonrisas como Pietro) fue más normal en comparación. A la pobre la mitad del tiempo la escriben como emocionalmente inmadura y dependiente (y a veces hasta como una golfa …bueno, como Johnny, claro solo que eso todavía hoy lo ven como más positivo en un hombre …tal para cual)
Pues el Caballero negro es el más sano de todos… Lástima que ese rollo Crystal/Whitman/Pietro/Sersi se olvidara, porque daba para mucho culebrón.
Yo no diría que pinten a Crystal de golfa. Pero claramente su relación familiar no es muy sana, y la usan como quieren.
Pues no lo parece: conectado mentalmente (y espiritualmente) con una espada ancestral sedienta de sangre y almas (a lo Stormbringer) que lo pone duro como una piedra cuando se activa la maldición. Tampoco su ojo para las mujeres dice mucho de él: la promiscua Crystal, la «loca» (ya se sabe: las mujeres no pueden controlar un gran poder, así que enloquecen …Jean Grey, Wanda Maximoff, Sersi, Rachel Summers, Raven,…) de Sersi o la más normalita: la dama con poderes con la que lo relacionaban los Thomas en su miniserie (y que acababa asesinada accidentalmente por el paje de Dane, convertido en el nuevo poseedor demente de la espada de ébano, con la buena mujer atrapada en esta… bueno, su alma). …En esa etapa de los Vengadores también metían en ese bizarro constructo amoroso a un despasionado Visión (que también le llenaba el ojo a Crystal …lo que apuntaba un poco más que algo no iba bien/.
Crystal le puso ojitos a la Visión un episodio o dos, y como estaba en esa etapa en la que no tenía sentimientos (y creo yo que ni pene), no había mucho que hacer.
A Dane le han pasado cosas muy raras, pero es un tipo bastante normalito y decente. Vamos, que recomendaría más salir con él que con Tony Stark, por ejemplo.
Lamentablemente esta gente nunca supo separar lo uno de lo otro y lo volvió loco y supervillano hasta que llegó Peter David, pero para entonces ya era un juguete roto.
Y David también tuvo que acabar escribiéndolo como un villano cuando tras la tontería de «No más mutantes» lo tuvieron cometiendo obscenidades para salvar a la raza (vamos, como a Hank McCoy).
Qué ganas tengo de que le den matarile al Hank actual, lo resuciten con alguna copia de seguridad de su época en los Vengadores y se corra un (es)tupido velo sobre todo lo que ha hecho en los últimos años.
Para eso desgraciadamente hace falta resucitar primero a George Pérez.
Ese Hank de Vengadores era George Pérez hecho dibujo, y murió para siempre con él.
Triste.
Pero para tener algo parecido a nuestro Hank, tendría que venir alguien comparable a Pérez.
A mí me gustaría una miniserie de la Bestia con el look y personalidad de entonces dibujada no sé por ejemplo por Javier Rodríguez (Al Ewing a los textos?) o Mike Allred. No un imitador de Pérez (lo de los imitadores suele ser triste … aunque Bill Sienkiewicz imitando a Neal Adams me gustaba incluso más que Neal Adams, y brevemente, de su legión de «clones», Michael Netzer/Nasser y James Sherman tuvieron su momento, luego se malograron …en su momento Sherman, tras la marcha del fundador Mayerik, compartía estudio con Chaykin, Simonson y Starlin, hoy no se acuerda de él ni el tato).
Sería una solución. Lamentablemente parece que a los escribas y editores mutantes les gustan los personajes de moral relajada (en el caso del McCoy de pelaje azul es más bien moral ausente por vacaciones).
Eso también vale para otro Hank vengador (Pym), que vaya putada al fusionarle con Ultrón.
Metiendo a Miller en el tema, ¿podriamos decir que en estas fechas estas cabecera (y MTU de Spiderman) ya se les notaba cierto desfase frente a otras propuestas ?
Es cierto que como concluye el articulo molaba como se trasmitia la idea de universo compartido. Aunque leidas hoy se ven justitas en historias «recordables» para los años que estubieron activas. Mi favorita fue la saga del «proyecto pegaso» de esta MTO.
Acuérdense de la portada de Miller para Team America (los moteros presentados en Marvel en el Capi de DeMatteis & Zeck …tras el fracaso tanto de sus cómics como de la línea de muñequitos parecían condenados a desaparecer para no volver a saberse de ellos, pero se dejaron caer por la serie de La Cosa para ser cambiados de nombre, una forma de Marvel de asegurarse el retener la licencia, aunque dada su nula comercialidad obviamente no hubo continuidad).