No sé si lo he dicho ya mil veces, pero me cuesta hablar de cómics que me encantan. No tengo la sensación de mantener la cabeza fría, y aun así me he empeñado en hablar de los mutantes de Chris Claremont porque quieras que no al hombre nunca se le ha reconocido lo suficiente su aportación a los personajes y a las arcas de Marvel. Sin Claremont puede que tuviéramos una Patrulla X, pero no sería nuestra Patrulla X y seguramente todas las barbaridades que se hicieron con ellos durante los últimos treinta años nos darían absolutamente igual. Y es por eso que te sientas a leer el número 141 de Uncanny X-Men y joder, vuelves a estar en casa:

La portada es un clásico de John Byrne y Terry Austin en un momento en el que el mundo todavía creía que Claremont y Byrne eran una pareja artística completamente compenetrada que no se separaría jamás. Byrne presumía de que sus ideas se plasmaban en el cómic, y Claremont no lo negaba en absoluto y se deshacía en elogios hacia «John». La pasión de ambos se veía reflejada en portadas como esta, que bajo un foco de busca nocturno muestra a un Lobezno envejecido (no demasiado, solo tiene las sienes plateadas) tratando de proteger a una mujer que dentro del cómic descubriríamos que era una adulta Kitty Pryde, personaje que prácticamente acabábamos de conocer en la serie y que para colmo de males había sido bautizada por el propio Byrne, que tuvo una compañera de clase que se llamaba así y le hizo gracia el nombre. Tras ambos podemos ver los carteles de se busca en el que nos avisan que mutantes como la Patrulla X original han sido asesinados (Jean Grey acababa de morir, estos locos eran capaces de cualquier cosa) y otros como Tormenta o Coloso habían sido apresados. Todo ello encabezado por un logo resquebrajado, que deja claro que estamos ante una imagen de un futuro distópico en el que las cosas han ido realmente mal. Vamos, que estamos ante la que probablemente sea la mejor portada de John Byrne (y ojo que las tiene tremendamente buenas) un auténtico icono del género que ha sido homenajeado hasta en los videojuegos. Y ahora dime que Frank Miller es el autor más influyente de la Marvel de los 80…

No os voy a engañar, es complicado hablar de este cómic con los «ojos limpios», tal y como piden las reglas de esta serie de posts. Claremont y Byrne poco menos que se pueden acreditar a si mismos como los inspiradores del futuro apocalíptico de Terminator, y aun así sabemos que hay una pequeña película de John Carpenter estrenada unos meses antes (tres), Escape from New York, en la que se ve una Nueva York muy parecida a la de la escena inicial de este cómic, con macarras pintorescos como los que se encuentra Kate -ésta si es Kate- Pryde en la segunda página del cómic y que Lobezno despacha con tanta soltura. En poco tiempo y sobre todo a través de bocadillos de pensamiento descubrimos la situación desesperada de los personajes, pero a través del diálogo conocemos que opinan los humanos de los centinelas, qué ha estado haciendo Logan durante todos estos meses, lo que han estado haciendo el resto de gobiernos del mundo ante la tiranía centinela y que el resto de los supervivientes del grupo están presos de los Centinelas.

John Byrne no es el prodigio narrativo que iba a ser Miller, pero ya en este momento es uno de los mejores del negocio y nadie habría podido poner queja alguna a la forma en la que cuenta la historia, con lo que no es de extrañar que se quejara de tanto texto de Chris Claremont «tapando» sus páginas. Pero es precisamente en estos cuadros de texto donde el guionista planta algunas de las semillas que definirán el resto de su etapa en los mutantes, al contarnos una hoja de ruta completa sobre cómo se ha llegado a esta situación; en 1988 se aprobará el acta de registro mutante -y sí, eso pasó tal cual en los cómics publicados en 1988- y la historia que tenemos entre manos se desarrolla veinticinco años después. Claremont nunca llegó a contar todo lo que tenía pensado al respecto, pero estaba claro que de haber seguido en la serie los veintidos años que hubiera necesitado, algo habría hecho con ello. Aun así, la página del paseo de Kate sirve para ilustrar la realidad social del momento, el día a día del personaje y que los centinelas por lo menos tienen el detalle de dejar que la gente entierre a sus muertos en vez de tirarlos a una fosa común o directamente quemarlos. Pues gracias.

Otra de las «ideas a futuro» que se manifiestan en este cómic están en el Magneto sustituyendo a Xavier, Kate casada con Peter Rasputin y en Rachel, de la que no se dice que es hija de Jean Grey y Scott Summers pero cuya elección de color de pelo y poderes ya de por sí son interesantes teniendo en cuenta que Jean Grey murió haciéndose llamar Fénix. Los supervivientes ponen en marcha su plan y mandan a Kate al pasado, presente de los lectores de 1981, para avisar a la Patrulla X de aquel momento de lo que va a pasar y evitar el futuro en cuestión. El contraste entre futuro y presente es tremendo, porque se pasa de un cómic pesimista y negativo a uno con una escena de cachondeo al mostrarnos como Kitty con sus poderes de fase es capaz de superar sin ningún esfuerzo la prueba que estuvo programando Xavier durante semanas, para acto seguido ser «poseida» por su yo futuro y que vuelva todo el dramatismo fatalista del arranque del cómic, porque al grupo se le pone encima de la mesa una situación desesperada que, dicho sea de paso, vuelve sobre la hoja de ruta de histeria antimutante que dominará la serie durante todos los ochenta. Eso sí, es cierto, un racista bigotudo no será presidente de EEUU en 1984, pero para 1988 el propio senador Robert Kelly se planteará el ser candidato. Y sí, toca hablar de Kelly.

Porque Kate cuenta que curiosamente la radicalización de la sociedad es la que realmente la lleva al abismo, especificando que Kelly era un hombre decente que estaba preocupado ante el aumento de mutantes con superpoderes en el mundo, y que la Hermandad de Mutantes Diabólicos -a mi este nombre me encanta- se lo cargó «para acojonar», provocando una reacción de odio entre toda la humanidad que llevó al señor con bigote al poder, la ley de registro mutante y el que los centinelas tomaran el control y se cargaran a todo el que tuviera poderes. Días del Futuro Pasado no deja de ser una historia que toma la idea original de Lee y Kirby y la lleva al extremo, al mundo que nos habrían dejado los centinelas si Molde Maestro se hubiera salido con la suya. Recontar lo mismo de siempre, pero de otra forma, llevándola más allá, precisamente mucho de lo que hará Miller en Daredevil.
Ya no es tanto qué se cuenta -no hay argumento más trillado que «la Hermandad de Mutantes Diabólicos ataca a políticos y la Patrulla X los defiende»- como el cómo se cuenta, y es que el conflicto principal que se verá en está historia contada en paralelo entre presente y futuro (pasado en ambos casos para nosotros, oh tristes señores mayores del futuro) nunca será tan memorable como esa presentación inicial de este cómic. Frank Miller lo tenía bien jodido para estar a la altura de esta joyaza, y aun hoy en día me cuesta pensar en un cómic de Miller que sea mejor que este. Que alguno se me echará las manos a la cabeza y sacudirá en mi cara los Born Again, Sin City y lo que haga falta, ¿pero habría existido un Dark Knight sin Días del Futuro Pasado? Ningún cómic nace del vacio, y Miller está tomando buena nota de Claremont y de un Byrne que sigue siendo muy deudor de Neal Adams y Jack Kirby.

Y sí, el diálogo de Claremont no es naturalista, nadie tira una pared de un petardazo y suelta con el brazo extendido «Una pregunta adecuada, senador Kelly, y una con su propia respuesta… Porque todos sabemos lo que el primer cromagnon le hizo al último neantherthal. ¡Soy Mística!» Y aun así, ésto era una convención del cómic en aquel momento que fue derribada por completo. Porque, como decía Harrison Ford «ésto puedes escribirlo, pero no decirlo en voz alta», y por la tontería de que el cómic imitara al cine -algo que ya había empezado a hacer Will Eisner y de lo que también Miller es culpable, aunque ambos lo hicieran con la cabeza que les faltó a muchos de sus imitadores- ya no vemos porque está «caduco». Ay, que sería de nosotros sin nuestros villanos de lenguaje grandilocuente…

Pues de forma parecida a como dije en el artículo de Daredevil, yo me inicie en Marvel con la llegada de Forum, así que este se contaría entre los primeros cómics de Marvel que leí en mi vida (sería el cuarto o el quinto); menuda carta de presentación.
Es interesante el detalle de que el Peter Rasputin del futuro tiene un apellido distinto al del pasado; ¿gazapo o pista de que Kate ha viajado a una línea temporal paralela, y por lo tanto no va a cambiar nada de la suya (posibilidad que ya discuten en el propio comic)? Y menuda truculencia la de las muertes en el futuro: Franklin vaporizado, Lobezno incinerado, Tormenta empalada y la de Coloso no por ser fuera de cámara no deja de ser triste *(quizás eso la hace más). ¡Y todo contado en dos números!
El mero hecho de viajar en el tiempo genera siempre ya una nueva línea temporal divergente (en este tipo de historias NUNCA se logra evitar nada … aunque a veces se crea que sí).
Esa son las reglas de viajes en el tiempo que prefiero con mucha diferencia, y me hizo gracia que fueran las que parecían estar vigentes en «Dragon Ball Z» con la trama de Trunks, quien viajaba al pasado para evitar que ocurrieran los acontecimientos que acabarían creando su presente, pero aún así al volver a su época se encontraba con que nada había cambiado (y eso no parecía pillarle de sorpresa, sino que ya contaba con ello, porque la gracia estaba en que ahora era lo bastante poderoso como para salvar también su presente).
Aunque mejor no ponerse a pensar en las implicaciones realmente inquietantes que tienen los viajes temporales en «Regreso al Futuro» (puede que haya una realidad en la que Doc fue asesinado y Marty desapareció y nunca se volvió a saber de él, y otra en la que los padres de Marty son unos completos desconocidos para él).
Son más o menos las «reglas» que se acabaron imponiendo (aunque se hiciesen relatos de todo tipo) en la SciFi de los años cincuenta.
El cabrón de Trunks en realidad volvió al pasado para doparse siendo entrenado por Vegeta, que así es como al volver les puso un traje de torero a los androides! Muy espabilado era él!
Hoy esa historia cubriría al menos un año de la serie ?
¡Y probablemente se llamaría «Age of Sentinels»!
?
Diez años si la pilla Bendis…
Diez no, pero dos (y a través de dos series paralelas) fácilmente.?
Si algo tuvo de malo el momento en el que llegaron Forum y hasta cierto punto Zinco (con Crisis y tal, aunque fuera dos o tres años más tarde) fue que nos malacostumbraron a lo bueno. Absolutamente nada de lo posterior podía estar a la altura de ir al kiosko todas las semanas y encontrarte lo que te estaban ofreciendo.
Al final los clásicos acaban siendo nuestros contemporáneos. Leer estos tebeos y ver lo que está pasando hoy mismo en Estados Unidos…
Y los dibujos de Byrne cuando no se había convertido en The Company Men…
Y luego Claremont: ¿Acaso no es él quien escribe la Gran Novela Americana entre, por poner un inicio, la saga de Proteo y, por poner un final, la masacre mutante?
Yo el inicio lo pondría en Segunda Génesis y el final en la Caída de los Mutantes, cuando la Patrulla-X «muere» y se convierten en leyendas (y su «sacrificio», al ser retransmitido por televisión, hace que la histeria antimutante empiece a decaer).
Byrne dirá lo que quiera, pero en estos cómics se le nota una pasión por lo que hace que luego no tiene en años posteriores; lo que se suele decir de que el Byrne que volvió de DC ya no era el mismo, vaya.
La verdad es que no sé lo que dice Byrne sobre eso, pero en mi opinión lo que hizo entre la saga de Proteus y el juicio de Reed Richards (no sólo en estas series, también en Avengers o Capitán América) son lo mejor de su carrera en términos gráficos. Como guionista pondría otros límites
Hay aspectos formales (anatomía, perspectiva y demás) que sí que dominó mejor a posteriori y seguramente se refiere a ellos. Pero de la misma manera hay una parte de espontaneidad que ha perdido, y ahí está la gran separación entre público y autor, que le preferíamos más «a medio hacer».
Por supuesto, entiendo que eso a él le vuelva loco, intentas mejorar y los cabrones te dicen que no, que lo que hacias mal era lo que querían, ¿se puede ser más cabrón?
Eso es verdad. Le entiendo el mosqueo, es posible que dibuje mejor en Next Men (por decir algo) que en X-Men… pero pocos tebeos de superhéroes me generan tanto dolor, frustración y angustia que los números 136-137 de X-Men… hay pasión en esa narrativa
¿Qué decir de esta maravilla? A mí, ver morir a Lobezno, Coloso, Tormenta, Franklin y demás me dejó mal cuerpo. Hoy en día no pasa nada, que tienen recambios.
Recuerdo haber pensado: No es un futuro tan terrible. Por lo menos Cíclope está muerto.
?
Buena respuesta!
Desde luego, ser fan de esta página y ser al mismo tiempo fan de Cíclope requiere de unos ejercicios de funambulismo importantes
No habían muerto jamás, no habíamos visto nunca un futuro alternativo y caímos como pichones. Fuera de Deathlock y demás bizarradas, en aquel momento éste era el futuro del Universo Marvel.
Cómics como éste son los que hacen grande a todo esto:
Leer este cómic en su momento es de las cosas que hacen afición (A Claremont, Byrne, Marvel, los Superhéroes, los Cómics ¡y la madre que me parió!)
El dibujante definitivo de superhéroes (y me encanta Byrne, pese a su abuso de determinadas poses aún en sus mejores días) quizá fuese George Pérez (hay en todo caso unos cuantos aspirantes al título, como José Luis García López o Alan Davis, entre muchos otros).
Me gusta que hayas mencionado a José Luis García López, porque hay una historia setentera de Superman y Wonder Woman en la Segunda Guerra Mundial que acaba con el estallido de una bomba atómica en un islote del Pacífico que creo que está dibujada por García López y, a pesar de que hayan transcurrido unos treinta años desde que leí ese cómic (lo perdí a principios de los noventa), recuerdo perfectamente buena parte de sus viñetas, lo que significa que el dibujo tuvo que provocarme tanta impresión como el que me produciría Byrne en la Patrulla-X o Pérez en los Nuevos Titanes.
La leí por primera vez (le dieron portada hasta) en un álbum gigante (horriblemente recoloreado) de Bruguera. Hace la tira (viejos que somos ya ?).
Es muy probable que yo también lo leyera en ese tomo de Bruguera, y me están viniendo ahora de otro tomo con un par de historias de la Legión de Superhéroes (al menos una de ellas perteneciente a la Saga de la Gran Oscuridad).
No era la saga de la Gran Oscuridad (si te refieres al álbum gigante con portada Legionaria (Álbum Superman #5 : Superman presenta a Superboy y La Legión de Superhéroes …Es el único que conservo de esos álbumes del Supes de Bruguera), contenía el All-New Collectors Edition C-55, el Special con la gran boda Legionaria (la de Relámpago y Saturno) dibujada por Mike Grell (Vinnie Colletta lo estropeaba algo pero no demasiado, aunque la estupenda portada doble de Grell nos demostraba que sin Colletta la cosa podría haber brillado más (a la boda, siguiendo la tradición de Cockrum, también se le dedicaba una página doble, como no).
Pues mira, el tomo que mencionas de la Legión también lo leí, y te agradezco muchísimo que me lo hayas identificado, porque era una historia que tenía ganas de releer y ahora podré buscarla en formato digital. El número perteneciente a la Saga de la Gran Oscuridad no sé de dónde sería, pero ese sí que conseguí situarlo (era el nº 290 de la «Legion of Super-Heroes»).
La saga de la Gran Oscuridad ha sido multieditada en castellano: Novaro, Zinco, Planeta, ECC…y alguna más todavía.
Sí te interesa el Supes de García López lo reeditó ECC (está incluso en económico también en los coleccionables de quiosco de Salvat en dos tomos: Superman contra el mundo y Superman y los mejores súperhéroes del mundo …bueno, y un tercero para los «Otros Mundos»: Superman: Otros Mundos, con Superman: Kal, Superman: Realworlds y Superman Inc …Son ya antiguos, pero mira en la web de Salvat a ver si les quedan algunos ejemplares, que sí he visto que les quedan cosillas sueltas de esa época).
¡Pues parece que todavía les quedan unos pocos ejemplares!
https://www.salvat.com/batman-y-superman/superman-contra-el-mundo-1881
¿Sabes lo que pasa? Que para mi un «dibujante definitivo de superhéroes» tiene que tener una continuidad en las series, tiene que ser un John/Sal Buscema que hace montones de números de una serie sin cortarse un pelo. Y éso es lo malo de José Luis García López, que en DC lo tuvieron más de «especialista» que otra cosa, cuando no dejaba de ser uno de los mejores que tenían en lo suyo. Pasa lo mismo con Neal Adams y menos con Alan Davis.
Pero entre Pérez y Byrne, yo me quedo con Byrne. No quiero desmerecer a nadie, pero Byrne sigue siendo más completo, porque no solo recreó personajes de otros, creó los suyos propios y estableció nuevos mundos. ¿Que si una novela gráfica de Byrne es mejor que una de José Luis García López o Neal Adams? Probablemente no, de hecho no me viene ninguna a la cabeza. Pero el género de superhéroes, por más que se empeñen algunos, es una carrera de fondo y no los cien metros lisos.
El argumento de la continuidad en las series es delicado… ahí podrían ganat Curt Swan o Dick Dillin…
Sí y no. Swan está completamente encorsetado y no tiene margen de mejora, mientras que Byrne va a evolucionando a pasos agigantados. Cuando hablo de la «continuidad en las series» me refiero a esa capacidad Kirbyana (ése si que es el dibujante de superhéroes definitivo) de ir a más y más constantemente, sin que pareciera que hubiera un límite. Y en eso Byrne es un gran heredero, porque es uno de los mejores.
Aunque vale, sí, en sus últimos números de los 4F había cierto agotamiento XD
No, si estamos de acuerdo. Pero creo que aunque la presencia continuada es importante, cuenta también el impacto o la influencia que puedas tener. Y, efectivamente, creo que ahí gana Byrne (siempre he pensado que su estilo era una síntesis de Kirby y Adams… al menos hasta mediados de los ochenta)
La coña con Byrne, es que todo lo que hizo en Marvel parece una única colección.
Todos sus trabajos en Marvel, se pueden leer de corrido. Enlazando una colección con otra en una única historia.
Es el Universo Byrne.
Puño de Hierro, Power-man y Spiderman quedan conectados con Patrulla -X, y La Bestia es el punto de unión con Los Vengadores. Luego pasa a 4 Fantásticos enlazando personajes como Gladiador, o Mercurio continuando el embarazo de Cristal de sus Vengadores.
Luego hace Alpha Flight que vienen de Patrulla-X; y Hulka, que viene de 4F y enlazando la novela gráfica de Hulka con el Nick Furia que aparece en su Capitán América. En Nuevos Vengadores continua las tramas de wundargore y Magneto, que es «el Magneto que tiene en la cabeza Byrne»
Y uno de los problemas de Byrne es que a medida que pasan los años se nota que está cada vez mas desconectado de la continuidad actual. Él se ha quedado en «su» continuidad de hace cada vez más tiempo. De ahí su Magneto.
De hecho. Eso se nota en Namor. Que es precisamente un personaje con problemas para adaptarse a la actualidad y a sus cambios. Está rebuscando en el pasado permanentemente.
Aparte de que ha perdido frescura, que está quemado, que etc. Byrne no mola tanto en DC porque ya no tiene ese efecto acumulativo de «esto no es todo, os esperan muchas más maravillas»
Mira, eso es verdad. El «byrneverso» era un subuniverso de Marvel (no tanto en DC) y se daba porque cada vez que tomaba una serie le daba al botón del «back to basics» y así es como sus sucesores se sentían como si acabara de pasar el caballo de Atila, porque no sabían muy bien si seguir por donde lo había dejado Byrne (que a fin de cuentas solía ser una situación muy distinta de esos «basics» y de la que tenía la serie antes de Byrne, con lo que muchos autores no acababan de estar a gusto con nada de ello y solían pasarle por encima en cuanto podían). Y eso lo hizo hasta Mantlo en Alpha Flight, a pesar de que era creación de Byrne pero Mantlo cambió toda la alineación y mandó todo a freir espárragos. Milgrom en Hulk pasó absolutamente de todo e hizo lo que le dió la gana, en los 4F se montaron una revolución completa (aunque ya con Englehart y por decisión editorial) y así todo.
Esto siempre es cuestión de gustos, e incluso así, hablar del dibujante definitivo es complejo. En mi opinión, Byrne en su apogeo es mejor que Pérez en el suyo… aunque es cierto que Pérez se mantuvo en buena forma durante una parte mayor de su carrera (y cae mejor claro)
García López creo que es más versátil, no lo reduciría al tebeo de superhéroes… y a Davis le falta una Saga de Fénix Oscura o unas Crisis para optar al puesto…
Hombre, he dicho que este cómic es mejor que los de Miller, sabes de sobra que no te voy a llevar la contraria precisamente.
Y es que Byrne no es un prodigio narrativo, pero es un narrador cojonudo. Ha experimentado y ha hecho pruebas y pruebas, pero no es un Miller, un Eisner o un -tachán tachán- Walter Simonson. Y ni falta que le hace, siempre ha tenido su propia identidad y cada uno tiene sus fortalezas y puntos débiles; el que la generación que lo sustituyó fuera inmensamente peor que él a todos los niveles dejó claro que las modas no las dictaba precisamente una «calidad superior», y darse cuenta de eso lo embajonó hasta el punto de que su trabajo en los 90 quedó bastante perjudicado.
Pero en 1981 era la quintaesencia del dibujante de superhéroes, mantenía la periodicidad como un titán y era el dibujante ideal para una etapa larga como la de Claremont, el mejor cómic de superhéroes de la historia.
Sobre el exceso de palabrería de Claremont, quizás el mejor ejemplo sería el de los Centinelas, que literalmente van diciendo en voz alta lo que ocurre «Esta unidad está siendo atacada por un mutante con poderes elementales. Iniciando contramedidas.», pero esto supongo que es heredado de sus apariciones iniciales, y en cierta manera queda como algo que los caracteriza y resulta hasta entrañable. Con Nimrod, en cambio, los análisis de la situación que estaba haciendo constantemente los en forma de pensamientos, muchas veces con viñetas dibujadas de su punto de vista a lo visión de Terminator.
Y una virtud de todos esos bocadillos y recuadros de texto de Claremont es que aportan muchísimos detallitos e información, como esa mención al Lobezno del futuro como coronel de la resistencia canadiense, o la mención de que el Tribunal Supremo tumbó la Ley de Registro Mutante por considerarla inconstitucional (y el gobierno reaccionó con la activación de lo Centinelas). Esto ayuda muchísimo a crear la sensación de que la historia que estás viendo forma parte de un todo más grande que no hace ninguna falta explicar.
He intentado encontrar algún escaneo, descarga o lo que sea de la precuela que escribió Claremont (y dibujada por Larroca) sobre esta historia hará unos años (creo que como parte de una edición especial de tirada limitadísima y precio ultratosférico que sacaron para conmemorar algún aniversario de la historia original, lo que supongo que significaría que fue en el 2021, pero me da pereza ponerme a buscarlo ahora). Me dio bastante repelús las páginas que mostraron porque a Larroca se le veía ortopédico y a Claremont en modo «X-Men Forever», y además salían personajes (como Bishop y Sabia) que no pegaban para nada con la historia original. «Uncanny X-Men 140.5» se llama esa historia, por si os apetece intentar encontrarla (supongo que será imposible por carecer de versión digital que pueda subirse a Internet).
Para ser justos, eso de anunciar todo lo que hacen ya lo hacían con Roy Thomas cuandoél y Neal Adams crearon a los Centinelas gigantes.
Los Centinelas son muy anteriores a Neal Adams.
Por eso he dicho los «gigantes», los de Stan Lee eran grandotes, pero no tanto.
El único tebeo de mutantes bueno de Lee y Kirby, sí.
A Claremont le han hecho mucho daño los cambios en la forma de hacer tebeos de la era Quesada, y si algo ha demostrado su War Children con Bill Sienkiewicz es que si pudiera volver a hacer guiones «a la Marvel» tendríamos unos resultados mucho mejores. El problema es que Salvador Larroca, con todo lo que lo quiere y todo lo bueno que es, no tengo la sensación de que sea alguien que le lleve la contraria a Chris Claremont, que lo desafíe, que le haga plantearse la historia que está contando. Claremont es un currante de equipo, necesita un editor y un dibujante con los que pegarse hasta conseguir el mejor trabajo posible. Y se le ve en los ojillos que allí donde Byrne acabó hasta las narices, él disfrutaba con ello, porque le encanta ver como los dibujantes reinterpretan sus historias, cómo reaccionan sus editores cuando las cuenta; no hay más que verle cada vez que está en una convención y cuenta alguna idea que se le quedó en el tintero, como se te queda mirando preguntándose que opinarás de ello.
Es un disfrutón que nos hace disfrutar, que narices.
Byrne ha comentado en alguna entrevista que, cierto tiempo después de que se publicara esta historia, se dio cuenta de que era en esencia un episodio del Doctor Who («Time of the Daleks») del que no se acordaba pero le había influido subconscientemente.
Byrne ya había metido en un Anual (de Increíble Hulk …pero con mutantes) a un Centinela que se reducía a tamaño humano (y se disfrazaba de tal).
¿No sería «Day of the Daleks»?
Pues sí, es «Day of the Daleks». Hasta en el artículo de la wikipedia dedicado a ese episodio mencionan a John Byrne.
[url]https://en.wikipedia.org/wiki/Day_of_the_Daleks[/url]
«John Byrne has stated that he unconsciously lifted the basic plot of «Days of Future Past» from Day of the Daleks.»
Entonces ya con este comic, dada su calidad y devernir en ventas los años posteriores ya invalidaria la premisa «Miller salvo Marvel» para ser alho asi como «Marvel ayudo a crear a Miller’.
Como año y medio despues (verano de 1982) vendria la colaboración en un Claremont y un Miller cerca de su cumbre creativa en Lobezno Honor, otra pequeña (o no tán pequeña) joya del género, antes de Born Again.
creo que por ahí van los post, que tanto bebió miller de los comics de marvel y no viceversa
Va a quedar claro cuando se vea lo que aprendio Miller de los guiones de Mantlo y la narrativa de Sal Buscema.
Heh
es una suposición
Ahi estaba ya un Miller con un hambre tremenda por hacer Ronin, yo diría que fue haciendo ese cómic cuando se dio cuenta de que tenía que dejar Daredevil para «volar libre».
Curiosidades…
En la viñeta de Kitty entre lapidas los unicos nombres de heroes no mutantes son los 4F.
En la viñeta donde se ven heroes tachados solo se incluye a un supervillano, con cierto parecido a uno que escribe en un blog de comics y adicto a los jamones.
Donde se ponga el jabugo…
La viñeta aparte de muerte tiene a Pantera… los centinelas se ve que no estaban programados para respetar la inmunidad diplomatica tal como si fueran Danny Glover en Arma Letal 2.
El único relevante. Otro al que ya se le veía que iba a hacer los 4F!
Esto me acaba de recordar una exposición en la facultad, donde me tocaba hablar del inicio de la lucha de gladiadores romans y yo me las apañé para acabar hablando del vampirismo, que me molaba mucho Anne Rice por aquel momento. 😛
Pero no me quejo, mola mucho leeros.
Lo has clavado, sí, lo admito, cada vez que me toca hablar de cualquier tema acabo ingeniandomelas para hablar de lo que me de la gana. De hecho obtengo una perversa satisfacción cada vez que la gente me dice que la relación entre ambos temas, a priori tan separados entre sí, está bien traída.
Son los pequeños placeres de la vida a la que nunca deberíamos renunciar!
Eso significa que en esta serie de artículos no van a salir todas las colecciones publicadas ese mes? 😉
Salen 31 excluyendo reediciones o cosas que no creo que influyeran… Pero vamos, que no creo que haya queja de nadie.
Ya iremos viendo.
Teniendo en cuenta, que el origen de todo es el Big Bang. Yo soy capaz de retrotraerme hasta ahí, con tal de enlazar cosas sin aparente conexión.
Yo soy experta en conectar cosas aparentemente sin conexión, así que welcome to us 😉
Yo ni siquiera encuentro «caduco» el texto; pero puede ser porque el Spider-Man de Lee/Ditko es para mi absolutamente esencial así que supongo soy más permisivo con las convenciones del diálogo. Aunque me parece una decisión artística y estilística cuya única refutación pasa por preferir otros estilos y no porque sean un detrimento a la narrativa; hay por supuesto casos donde se escribe de más pero no creo que este sea uno de ellos.
Con la mención a lo de Harrison Ford y eso de querer imitar otros medios con diferencias insalvables como ser la presencia de sonido, movimiento e incluso tiempo real, también encuentro que la razón de que el cine no se pueda permitir textos como los de Claremont es porque esas diferencias lo limitan de formas que no limitan a la página, no porque no sean preferibles (por otro lado el que diga que Tarantino por ejemplo, uno de los guionistas mas influyentes del cine actual, es naturalista no habla con gente normal o «natural» en mi opinión, xD).
En cuanto al arte y narrativa creo que Byrne ya está simplemente queriendo pasar página no porque no esté dando todo de sí sino porque se puede en cierto modo ver el techo que no va a poder superar en la serie con estos cómics; el futuro que presenta con Claremont aquí (además de lo que Claremont haría luego con Cockrum, Paul Smith e incluso JRJr) parece justamente darle un límite a el tipo de expresión artística que ya había demostrado (y que demostraría en los 4F e incontables otras series). Simplemente creo que a esta altura de su carrera, el trabajo de John Byrne no permitía concesiones (cosa que por supuesto no sería sostenible). Pero esto es solo otra forma de decir que Byrne y Claremont estaban en desacuerdo sobre la serie así que Byrne se marchó a hacer sus cosas (competir con Claremont y Miller) mientras Claremont siguió en lo suyo (y además competir con Byrne y Miller).
En lo que concierne a la historia siendo contada; funciona perfectamente, aprovecha casi al máximo la oportunidad para desarrollar los personajes con un eje temático potente y abordado con mucha habilidad. Personalmente me desagradan las tramas de viajes en el tiempo y universos alternativos o paralelos en historias que no son independientes o autoconcluidas por las implicaciones que incluso los mismos personajes mencionan en esta historia. Pero como decía sobre el diálogo, es más una preferencia personal y no un detrimento a esta narrativa.
Por cierto, este es uno de los primeros números editados por Louise Jones/Louise «Weezie» Simonson que creo comenzó en la serie editando el último número de la Saga del Fénix Oscuro.
Vaya, hombre…
https://www.marvel.com/articles/comics/x-men-days-of-future-past-doomsday-marc-guggenheim-manuel-garcia
Chris Claremont sigue vivo y no le llaman.
Cabrones.
Es increíble que con 2 números se explique y se profundice mucho mas que su película del 2014.
Me he acostumbrado a las parrafadas de Claremont aunque al principio me costase. A día de hoy me resulta raro leer un cómic con menos texto, siento que falta algo.