Seguimos por este viaje por una de las partes más tortuosas de nuestra biografía como lectores, y llegamos por fin al momento terrible en el que revelamos cómo Marvel (y Forum) me enseñó que la nostalgia es fascismo. O, por lo menos, algo igual o hasta peor. Vamos a ello.
Confieso que me quedé leyendo algunos cómics de Marvel realmente mediocres-tirando a lamentables, cuando debería haber guardado mi dinero y, yo que sé, tal vez gastármelo en esa PlayStation. La trilogía del Infinito de Starlin eran tebeos a cual peores, empezando por una historia entre Estela Plateada y el propio Guantelete del Infinito que estaban bastante bien, pero tanto la Guerra como la Cruzada del Infinito apestaban a aquello de «cómo seguir con el negocio». Warlock y la Guardia del Infinito era una serie que trataba de mezclar humor y drama cósmico, pero a Starlin eso nunca se le acabó de dar bien y la cosa acabó… Vaya, ni siquiera me acuerdo de cómo acabó. Hubo un punto en el que dejé de leerla, o cancelaron la serie en España, y ni me molesté en seguir leyendo. Recuerdo a un personaje llamado Maxam o algo así que no pintaba nada y con el que Starlin parecía ir improvisando, un tal Conde Abismo en plan Mister Siniestro (ugh) y poco más. No sé, era una época en la que el mundo pareció ponerse de acuerdo en que tenía mejores cosas que hacer que leer tebeos, y se empleó a fondo porque me cerraron hasta la revista Superlópez.
Y es que… Soy cabezón. En una época en la que Marvel se esforzó por activa y por pasiva en decir que lo importante eran los personajes y no los autores -por todo aquello de Image- yo me dije «vale, de acuerdo, no me puedo creer que esta editorial haya pasado de publicar todo mierda a no publicar nada bueno». Y sí, estaba el Hulk de Peter David, un tebeo irregular con grandes momentos y otros bastante insulsos, pero que destacaba por parecer «normal» entre tanta mediocridad, entre tanto guionista que no sabía que un personaje pareciera la misma persona de una viñeta a otra, entre tanto dibujante o entintador que creía que lo más importante en un cómic era que el personaje mirara directamente al lector con el máximo de venas en el cuello. A principios de los 90 no nos había dado tiempo a sentir nostalgia por el pasado, así que el sentimiento era el de querer colgar del palo más alto a los responsables (si los hubiere) de todo aquel desastre, y tardaríamos muchos años hasta que por fin conseguimos una explicación de aquella hecatombe. Porque al final lo que sentimos los que vivimos aquello en primera persona no fue nostalgia si no el dolor del trauma, porque nos despertaron de nuestra infancia como lectores, del «todo lo que sale en los tebeos es una ventana a un universo paralelo en el que existe el Capitán América», y lo hicieron a cañonazos, de la peor forma posible. Y sí, todos éramos un poco Chris Claremont, porque de todos los autores que despertaron en aquella pesadilla, el suyo es el caso más sangrante. Y yo leí sus números de WildCATs -dos, los únicos que compré de la serie- y me compré Sovereign Seven hasta que termino. Había que ser leal, cojones, a pesar de que nos colaron otra vez al dichoso Ron Lim que ya había destrozado el Guantelete del Infinito.
Mientras tanto, por supuesto, Marvel se fue a la mierda. Si soléis leernos por aquí ya conocéis de sobra como la burbuja de la especulación que había alimentado estas malas bestias estalló entre el 93 y el 94 y en última instancia mandó a Marvel a la bancarrota, porque su propietario por aquel entonces, Ron Perelman, había iniciado una expansión agresiva de la empresa a golpe de talonario comprando distribuidoras, editoriales de cromos y hasta jugueteras para convertir Marvel en un «todo en uno» del marketing, con los desastrosos resultados que ya conocemos. Forum, esos ases del marketing, aprovecharon el último grito de supervivencia de la Marvel de aquellos años -que bautizaron como la Marvelution, una idea de los ejecutivos que el Bullpen detestó hasta lo más profundo de su ser- para relanzar toda la linea como fuera posible. Para entonces el Departamento de Populares de Planeta (que así era conocido internamente Cómics Forum) se alimentaba solo de mutantes y sobre todo de Manga, con lo que casi era digno de elogio el intento de relanzar el resto de Marvel y darle una serie en solitario al Capitán América o a Thor, que llevaban casi diez años sin ella. Por supuesto y a pesar de que las series habían mejorado respecto a las atrocidades de años anteriores, el intento fracasó. Y nos volvimos a las tinieblas…
Vimos la luz al final del túnel allá por 1996, cuando los mismos heraldos del apocalipsis, Rob Liefeld y Jim Lee, relanzaron Vengadores y 4 Fantásticos y casi todo el mundo pareció despertar y odiar a Rob Liefeld. Durante unos siete años habíamos vivido una pesadilla en la que Rob Liefeld era un dibujante millonario de gran éxito que vendía películas a Hollywood y que le gustaba a todo el mundo, con montones de dibujantes tratando de imitar su estilo. Y, de repente, la gente empezó a decir que el Capitán América tenía tetas, Joe Kelly convirtió a Masacre en un personaje divertido -confieso que empecé a leer esa serie sin saber que era un personaje creado por Rob Liefeld- y Kurt Busiek lideró una enmienda a la totalidad de los cómics del lustro anterior, con Grant Morrison devolviendo a la Liga de la Justicia a su antiguo ser. Había un pestazo de nostalgia en aquella contrarreforma y la Marvel de Bob Harras, post Perelman, trató de aprovecharla lo máximo posible, pero lo cierto es que todo aquel tufo nostálgico que gritaba desesperadamente «comprad nuestros cómics» seguía enmascarando unas formas de ser y hacer que continuaban siendo los de la etapa anterior; dijeran lo que dijeran, no podías hacer una serie de X-Man sin que la condición de clon de un universo paralelo que se lía con su madre saltara a la vista, mucho menos si mantenías al mismo guionista desastroso de la etapa anterior. Que no pasó lo mismo con Cable, vale, pero yo le tengo manía a Cable y no lo aguanto ni en el Marvel VS Capcom 2.
Y así es como yo le pillé manía a la nostalgia, porque en realidad Marvel estaba dándonos gato por liebre. No recuperó a los grandes autores de antaño -Busiek era el guionista de Vengadores y a Stern se le daban las migajas- y, cuando lo hizo, los resultados fueron horrendos como en el caso del Chapter One del Spiderman de John Byrne o los Neo de Claremont -en su día nos preguntamos qué es lo que salió mal, hoy en día lo tengo más claro-. Para el año 2000 los tiempos habían cambiado, el público demandaba otras historias y nosotros éramos otras personas, con diez años más. La nostalgia que nos vendía Forum con las Bibliotecas Marvel -¡EN GLORIOSO BLANCO Y NEGRO! ¡CON PORTADAS DE LÓPEZ ESPÍ! ¡CON EL MARAVILLOSO MUNDO MARVEL DE RAIMON FONSECA!- no hizo más que dejarnos claro que todo era pura mercadotecnia. Que el arte iba por otro lado y que ni siquiera los que publicaban los cómics entendían que el color era fundamental en los cómics de Kirby y Ditko, pero para entonces ya llovía sobre mojado porque hacía años que habíamos dejado de tomarnos los artículos que acompañaban nuestros tebeos como si fuera el BOE.
Veintidos años después de aquello y con todo lo que ha pasado en esas dos décadas, se puso sobre la mesa -no intencionadamente, lo sé- que lo único que sentía era nostalgia, morriña por tiempos mejores. Sí, bueno, no siento precisamente nostalgia por Los Nuevos Vengadores de Englehart y Milgrom, aunque recuerdo con cariño los tiempos en los que era más inocente y podía leerme esos tebeos sin echarme las manos a la cabeza. Pero hacerse viejo, «ser mayor», crecer y hasta el mismo hacerse persona es lo que tiene, aprender muchas cosas y entre ellas está el saber que el pasado está en el pasado. Que por mucha diarrea rockwelliana que nos pongan para idealizar nuestro pasado común, vivimos en el presente y nuestra vida es lo que vivimos ahora, no nuestro equipaje. Repito lo que decía el viernes, es un sentimiento muy infantil eso de querer volver a épocas idealizadas y más inocentes, de recuperar la primera patria que es la infancia, pero hasta que alguien no invente una varita mágica que nos devuelva a los muertos y nos rejuvenezca hasta lo que éramos en aquellos tiempos, eso no va a volver.
Y sí, todo esto es lo que me hizo detestar la nostalgia, y por eso allí donde M’Rabo se derrite con los niños de Stranger Things yo miro de reojo como el gato de Saga y digo que mienten. Me parece bien volver a ver y releer obras del pasado, pero no que las imiten ni las referencien buscando mi complicidad, para querer venderme la moto. Tom DeFalco y Ron Frenz ya lo intentaron en los «divinos» ochenta plagiando al mismísimo Jack Kirby en su Thor y solo consiguieron darme asco, imagínate lo que puedo pensar ahora cuando me viene el enésimo mamarracho con cinta del pelo y chaleco rojo a citarme Regreso al Futuro, el Equipo A o cualquier cosa de los 80. Pues sí, como buen vejestorio que soy, saco la recortada y les grito que se vayan de mi cesped. Que os creeréis que soy mayor, pero no gilipollas.
Otro día podríamos abrir el melón de los videojuegos pixel art, que en muchos casos son otros caraduras que con la excusa de la nostalgia te cuelan cada truño que asusta. Y no, Shovel Knight es una de las pocas excepciones de que hacerlo al «viejo estilo» sigue mereciendo la pena.
Creo que Infinity Watch mejora un poquito con John Arcudi cuando ya el fin era inevitable, pero tampoco recuerdo como termina y no es como que los leí en los ’90.
La Marvelution es la Marvel de los silos editoriales que se dio entre DeFalco y Harras pero que no duró nada, ¿no? Cuando parece que todo el mundo empieza tímidamente a querer ser Vertigo (hacer cómics «serios») pero sin jugársela del todo a romper con los chicos Image (para que luego Jim Lee y Joe Quesada lo hicieran con total descaro y acabaran al frente de DC y Marvel por ello). Cuando se cambia el entintado de rayitas por el entintado de los negros sólidos como los del Tony Harris de Starman (o el John McCrea de Hitman y que le pusieron encima a Carlos Pacheco). Y el color seguía siendo relativamente plano porque no se había entrado en la era del color Liquid! aún(?).
Otra forma de describirla sería «la época en que la burbuja estalló y la única gente que queda leyendo cómics de superhéroes es la gente que te recomienda leer la Doom Patrol de Grant Morrison y Richard Case». O al menos esas son las cosas que se me vienen a la cabeza con Marvelution sin haberlo vivido (o leído muy detenidamente, xD).
La etapa de Harras al mando no es muy disimilar tampoco; está lo mejor de Harras como editor fuera de editar a Peter David cuando comenzó en Hulk y en su primer paso por X-Factor. Pero también eran manotazos de ahogado y en el momento que le dejaron tener un «plan» con Heroes Return demostró una ineptitud muy grande mientras Quesada con las «sobras» que le habían dejado estaba cumpliendo con creces (eh, bueno, era más que nada Christopher Priest en Pantera Negra y luego el Punisher de Garth Ennis, pero no es como que Harras tuviese algo fuera de un Busiek que comienza mejor de lo que termina haciendo refritos tremendamente dependiente de los artistas que le tocaban).
Yo es que prefiero rescatar mucho más a Quesada que los golpes de suerte de Harras; porque Quesada realmente hizo cosas bien y no se las reconoce cuando sus pecados no dejaban de ser casi los mismos que los de los ’90 (o del Shooter decadente). Y además soy de la creencia de que su caída se debe en gran medida a tener que competir con el éxito inesperado de los Ultimates de Jemas/Ralph Macchio (es decir, que creo que le pasó eso de «aquel que pela con monstruos…» especialmente con y post-Civil War) porque lo que hacía con los editores que se trajo de Vertigo (Stuart Moore y Axel Alonso) solía ir de lo bueno a lo excelente con muy pocas manchas en sus registros mientras que lo mediocre y malo solía venir supervisado por un editor del mandato anterior llamado Tom Brevoort (lo mío es obsesión pero no con Brevoort; sino con molestar a Diógenes mencionando a Brevoort, xD).
Es interesante como perdura una imagen de los ’90 dada por los chicos Image cuando dejaron de ser relevantes con la burbuja, mientras que el Vertigo de Karen Berger que corría en paralelo sigue siendo relevante hoy en día y sin embargo los ’90 no es más la década de Preacher de lo que es la década de Spawn (cuando honestamente tendrían que haber sido la década de Carlos Pacheco).
P.D: Ya sé que me fui por las ramas y el post es sobre la nostalgia pero es que no se me ocurre nada sobre el tema que no sea admitir nostalgia por M’Rabo hablando de Steve Englehart o haciendo obras de arte como Don Pollito y Don Pollón o los memes memos.
Nada suele mejorar con John Arcudi …pero no puedo juzgar. Las secuelas eran malas, se deberían haber quedado con La Guerra del Infinito, pero Marvel y Starlin querían nuestro dinero …y ni se molestaron en disimularlo. Yo con la Guardia del Infinito ya ni me molesté en intentarlo.
Esos y otros cómics los leí parte por tener un caso de Marvel zombie (aunque no muy severo tampoco), parte por inercia de La Guerra del Infinito y parte para poder decir que no me salté todos los cómics de los ’90 a pesar de tener la posibilidad de hacer fast-forward a Heroes Return, xD.
Pues John Arcudi me parece buen guionista.
El más independiente (aunque sea de encargo como en AUDP, Abe Sapien Bogavante Johnson y otros universo Hellboy) todavía (aunque incluso Rumble, con toda la libertad del mundo, no me pareció para tanto …y lo conservo solo por los dibujantes). El mercenario para Marvel y DC (La Espada Salvaje, Excalibur, Luke Cage, Lobo, JLA) o Image (Gen 13) habitualmente ni se salva (o rara vez pasa del aprobado …tampoco es que sea horrible como otros, con alguna excepción suele ser legible como poco). Tampoco sus Predator y Aliens que me leí con Norma (alguno hasta en grapa) me entusiasmaron precisamente, pero se dejaban leer como poco …y entretenían, que es la función básica y principal de un comic-book (incluso primordial, aunque algún rellenapáginas no se dé por enterado).
A mí me gusta su AIDP y Lobster Johnson. En su época me gustó Barb Wire.
Sobre Barb Wire no puedo opinar.
NO PIDAS TAN FUERTE QUE VUELVAN DON POLLITO Y DON POLLÓN!
Y LOS HUEVOS DUROS TAMBIÉN!!
¡Hombre! Has usado la palabra «morriña».
La palabra gallega más universal seguramente.
Todo lo que llevaba la palabra «Infinito» era espantoso desde el momento en que Pérez se fue. Que Dios lo tenga en la gloria.
La guerra es que ni me apetecía llevarmelo a casa, era abrirla para ver el contenido y repelerme automaticamente.
La Guardia… si os digo que he intentado leerme eso varias veces solo para ver que se contaba; y no he logrado llegar al final.
Que horrible indigestión.
Me falta perspectiva para entender lo que vino despues. Marvelution, heroes reborn. Me mantuve en mi burbuja europea contentísimo. Esas portadas me avisaban de lo horrendo del contenido. Y me mantuve alejado. Así que no puedo hablar de esa época en primera persona.
Sobre los videojuegos. Juegos que no llegan a los 100 megas de contenido vendiendose a 60 euros. La relación mega/dinero es pauperrima.
Y se vende todo, porque después sube de precio. ¡Pero si esos juegos se hacen en automático! Dame el rpg maker y unos meses y yo te saco un juego así.
¡Que solo saco 2000 unidades! ¿A 50 euros? Si me saco 20.000 euros ya es un chollazo. ¡¡¡Unidades físicas!!! ¡Que me las quitan de las manos!
Veo en los consumidores unas actitudes asquerosas. Conozco a más de uno que se compra 3 o 4 juegos a la semana y lleva 6 meses sin encender la consola.
Y para no desprecintar los juegos se los pide para jugar a un amigo.
¿A que os suena todo eso?
Bueno, hacer un videojuego en si mismo da tanto trabajo que no soy capaz de saber hasta que punto cobran poco o mucho; quiero decir, un nota que en su casa se curra los gráficos y la música y la programación/diseño y tal creo que tiene ganado el cielo, con lo que tiene el derecho de ponerle el precio que le de la gana a su juego.
Otra cosa sería hablar de los que roban assets de otros juegos y demás, pero para esos golpe de remo y en paz.
No! Los pixel art NO, por las diosas brujas!
Hay pixel art bueno y malo, como todo. Pero lo de dar por bueno todo lo pixel art o metérselo a juegos que no les pega me parece un esperpento, por supuesto.
Seguro que hay pixel bueno. Y seguro también que no me interesa (?llámenme prejuicioso).
Que cabrón, seguro que eres fan del Uncharted y esas mierdas!
Ya te digo yo que no.? Antes tiraría al Zelda (pero va a ser que solo me interesa su música).
Pero la música ya la tenía la versión de la NES, y ése era pixelero a matar!
Todavía tengo pesadillas con la basura de la Encrucijada vengadora (Marvelution), lo del asesinato de Nick Fury (por el Punisher con el coco comido por un psiquiatra de SHIELD, como si no estuviese ya bastante mochales) …y el Capi de Liefeld (que consiguió no solo que dejase de ser coleccionista completista, sino que empezase a soltar lastre de gran parte de lo que había acumulado …por lo aberrante que me pareció aquello).
De todas formas hay que recordar que había gente para todo y que el #1 del Capi de Liefeld sí vendió muy bien (supongo que la mayoría serían especuladores, pero también algún fan de Rob allí habría), luego ya iría bajando (y lo irían echando?).
Todavía a día de hoy el cómic de Vengadores más vendido de la historia es de Liefeld.
¡Millones de moscas no pueden estar equivocadas! xD
Oh, dioses, no! He topado con otra Mosca del Apocalipsis!? …»Clemencia, oh Magnos! Clemencia! No me concedais justicia, justicia no» (bueno, la cita es inexacta, pero paso de buscarla …y parecerse se parece).
Y la rabia que le debe de dar a Bendis! Para que luego digan que la especulación no tuvo nada que ver!
Acabas de recordarme Dragon Ball GT. Gracias por nada (y eso que no me quedé ni hasta el #5).
Hay FANSES de Dragon Ball GT, ojito!
También los hay de …Rob!? …Y no por ello tengo que comulgar con ello …o ellos (qué demonios, ni siquiera tengo que respetarlos, más allá de lo que la tolerancia y un mínimo de educación exigen …y qué bueno seria que en el mundo se tratasen al menos todos con esa deferencia ya!)
El Dragon Ball ese si que es un bucle infinito de contar la misma historía que ni las resurreciones de Jean Grey. Además con un protagonista con la personalidad de un contrachapado.
Realmente estos artículos dan que pensar. Yo, como M’Rabo, soy muy nostálgico de los 80. Sin embargo, no siento nostalgia por los 90. Ya hablando del cómic mainstream y de Marvel en particular, siempre han habido unos referentes culturales coetaneos que marcaban su estilo y temáticas. Se puede ver especialmente en los 70.
Sin embargo, no encuentro explicación a los 90 de Liefeld y cia… ¿Fue como una translación del mal cine de acción noventero? Tampoco de lo que vino después hasta, digamos, 2001.
Esto sería digno de estudio y ensayo concienzudo.
Visto desde el hoy e ignorando muchas cosas (como el aumento de los incentivos de royalties para editores y escritores): Los buenos editores que hacían su parte para hacer mejores a los artistas y los cómics que editaban pasaron a ser (buenos) escritores sobre finales del mandato de Shooter (era un trabajo más interesante y pagaba mejor). Pero casi todos se acabaron marchando a DC (o de los cómics directamente) cuando los malos editores que tomaron sus lugares en Marvel no les respetaban su trabajo en lo más mínimo en parte porque deferían sus decisiones a un departamento de marketing y ventas envalentonado por los números de la burbuja especulativa (cómics antiguos se vendían por mucho dinero a coleccionistas y mucha gente que no sabía de cómics pensaba que solo era comprar un cómic y esperar unos años). Las editoriales y “prensa especializada en temas de coleccionistas” como Wizard magazine se dedicaban a promocionar al público especulador cosas como primer números de series de cómics nuevas y/o nuevos personajes haciendo su primera aparición y/o nuevos artistas (cuyo talento siempre iba a estar limitado por ser novatos). Y eso eran Liefeld y el resto de chicos Image, mientras los veteranos (que también habían elevado tremendamente el status del cómic en la sociedad en los años anteriores con la calidad de su trabajo) y los artistas que sabían lo que valía su talento y creatividad porque lo tenían para comenzar eran más reticentes a regalarselo a Marvel. Los mismos ultrapromocionados chicos Image acabaron dejando Marvel para fundar Image justamente cuando se dieron cuenta del valor de su “creatividad” después de vender 8 millones (X-Men #1 con como 8 portadas alternativas) y 4 millones (X-Force #1) de cómics a “venta directa” (tiendas especializadas); esencialmente esos cómics se vendían no para ser leídos sino que para ser guardados en almacenes hasta que su precio se fuera por las nubes con el paso del tiempo. Cuando la burbuja estalló Marvel no tenía ni buenos editores, ni buenos escritores, ni buenos dibujantes y se tenía que vender a fuerza de ediciones limitadas y portadas raras y eventos crossover.
Esencialmente se reemplazo el valor real de los cómics; el que fueran un medio narrativo, por el valor imaginario y/o artificial y/o potencial de que fueran objetos de colección. Y quién sabe, a lo mejor tenían razón y dentro de 100 años los cómics de Liefeld se venderán por más dinero del que le costó a Disney comprar Star Wars, xD.
Lo de la especulación de cómics me recuerda un poco a la «fiebre de los tulipanes» que tuvo lugar en los Países Bajos en el siglo XVII.
Supuestamente era una extensión de la manía de los cromos de Baseball (el mismo Todd McFarlane antes de cómics era coleccionista de cromos de baseball). En los ’90 también sucedió con unos muñequitos llamados Beanie babies. La crisis económica de 2008 se atribuye a una burbuja inmobiliaria (Arrested Development tocaba ese tema; los proyectos inmobiliarios de los Bluth eran parte de esa burbuja y por supuesto está The Big Short, aunque a mi también me gusta la explicación que se da en el comienzo en este vídeo sobre NFTs para los que sepan inglés, también es recomendable The Florida Project con Willem Dafoe sobre las consecuencias de esa crisis en Estados Unidos desde la perspectiva de unos niños y creo que ya he copiado a Jesús Manuel Martínez Otero bastante, xD).
Creo que es seguro decir que es simplemente una parte del sistema capitalista.
Aquello fue incluso peor (pero nosotros no lo padecimos, claro?).
Yo de los 90 si puedo tener nostalgia de parte de la música o, sobre todo, los videojuegos. Los videojuegos de la primera mitad de los 90 son jodidamente atemporales, Street Fighter II es ETERNO.
¿Del mal cine de accion noventero? No, en todo caso del mal cine de acción ochentero que es bien abundante. El comic mainstream yanqui siempre llegaba tarde a las modas del cine desde la llegada del Comics Code y todos los tropos de los Image boys ya están en el cine de los 80. Que hasta llevan pelo cardado y hombreras.
Y qué ha sido de M’RABO?!!! …De puente loco?
Creo que hay que separar la primera mitad de los 90 de la segunda, cuando con Astro City y Thunderbolts se empezaba a ver una salida del túnel.
Mi visión no puede evitar ser revisionista, pero a mi me parece que Astro City es el espejo nostálgico de The Authority. Ejemplifican una división que ya existía antes de la burbuja especulativa sobre el abordaje de las historias de superhéroes especialmente porque ambas obras en su intento de responder a la perdida de credibilidad que había sufrido el género están demasiado preocupadas con la idea del superhéroe y su significado en el mundo y para el mundo.
Son las dos caras de la misma moneda que es el Escuadrón Supremo de Mark Gruenwald.
No separaría los ’90 entre pre y post-Busiek porque tan fácilmente se podría hacer también como pre y post-Warren Ellis. Cuando creo que ambos son callejones sin salida más que luces a la salida de un túnel (y aventuraría a decir que la carrera de ambos lo ha demostrado).
Buf, tienes más vocabulario que yo y más visión quizá del tema. Solo puedo decir que en esa época llevaba años sin seguir una colección regular hasta que salió Thunderbolts y recuperé las ganas de seguir una grapa mes a mes. Y eso me reconectó con los superhéroes.
Lo decía más para expandir sobre esa época especifica vista ahora. Sé por lo que cuentan que la experiencia personal de mucha gente fue similar a la tuya y ese efecto real es innegable.
Para mi esa época se ve en la necesidad de gritar «We demand to be taken seriously» (The Alliance of Magician de Arrested Development) con cosas como el Kingdom Come de Waid de temática muy similar. El estilo de Alex Ross es bastante notorio que busca eso, igual que el de John Cassaday y Bryan Hitch lo hacían por su parte trabajando con Ellis.
Me siento indignado de que en una disertación sobre lo horribles que fueron los cómics Marvel en los 90, no haya salido ni una vez la saga del clon, la cual hizo que por primera vez en mi vida dejase de comprar a Spidey.
hola, muy de acuerdo, solo comentar por las risas un detalle, cuando mencionas que «a nadie se le metería en la cabeza convertir a Goku en un crio y repetir Dragon Ball…» se me viene el turbio recuerdo de Dragon Ball GT… JAJA