Hoy toca de nuevo diversificar un poco las lecturas, pero no en esa dirección en la que a Diógenes le dan ulceras, para hablar de un cómic que he descubierto hace poco y que me ha encantado, Todo el polvo del camino de Wander Antunes y Jaime Martín. Un cómic que nos lleva hasta una época, de la que a veces parece que estamos abocados a vivir un remake, para seguir los pasos de alguien que pese a haberlo perdido todo se resiste a caer en el egoísmo y la desesperación que han abrazado muchos de sus paisanos. Y aunque estamos ante una obra que en ocasiones es terriblemente dura, también es una en la que destaca por encima de todo un mensaje de optimismo que en estos tiempos que corren es mas que bienvenido.
Al igual que a gran parte de sus compatriotas la Gran Depresión le ha arrebatado todo a Tom, convirtiéndole en una mas de las personas que vaga sin rumbo ni esperanza por las polvorientas carreteras de los Estados Unidos en busca de alguna forma de ganarse la vida. Pero pese a las terribles circunstancias en las que se encuentra hay algo que aun nada ni nadie ha conseguido quitarle, su humanidad. Por ello pese a que trata de mantenerse alejado de todo el mundo y vivir los años que le quedan en soledad, no es capaz de rechazar la petición de ayuda de un desconocido a quien el azar puso en su camino. De esa forma Tom se embarcara en un viaje que le llevara a ser testigo de lo peor que puede llegar a ofrecer la humanidad pero también de como incluso en una situación tan terrible como la que se encuentra su país. hay resquicio para la esperanza.
Para mi este cómic ha sido una grata sorpresa detrás de otra, a su guionista Wander Antunes no lo conocía de nada y a Jaime Martín solo lo conocía de oídas pero no había leído ninguno de sus cómics, y de este cómic obra de ambos jamás había oído hablar hasta que cayo en mis manos por casualidad. Y lo que me he encontrado es un cómic apasionante que es difícil de soltar y que nace de la devoción y fascinación que siempre ha sentido el brasileño Antunes por Las Uvas de la Ira, primero en su infancia por la película de John Ford (peliculón que todo el mundo debería ver) y años mas tarde por la novela de John Steinbeck (también de lo mas recomendable). Una pasión que ha provocado que este sea su tercer cómic ambientado en los Estados Unidos de la Gran Depresión, tras “Big Bill est mort” y “Un paradis distant”, ambos junto con el dibujante Walther Taborda y aun inéditos en España ambos títulos.
Una pasión de lo mas comprensible, ya que aquellos años aunque terribles para quienes los vivieron (y crucemos los dedos para que no acabemos sabiendo de primera mano lo que es vivir algo así) son un escenario fascinante sobre el que desarrollar historias. El colapso de la economía y de buena parte de la sociedad, la ruina absoluta de millones de personas, la miseria capaz de sacar lo peor y mas mezquino del ser humano, con personas convertidas en auténticos depredadores dispuestos a todo para aprovecharse de la debilidad de quienes están un poco peor que ellos, mas los problemas endémicos de aquellos años (bueno, y del presente) como ese racismo prácticamente institucional.
En este crudo y descarnado escenario es donde se desarrolla la historia de Tom, un hombre que no posee mas que la ropa que lleva puesta y a quien el azar le hace conocer muy de cerca la miseria que asola su país. Un personaje que pese a tenerlo todo en contra y a quienes pocos culparían si se rindiese y se dejase llevar por sus mas bajos instintos como a muchos de los personajes que va conociendo a lo largo del camino, sigue aferrándose a su humanidad y a su decencia, siempre intentando (a veces a su pesar) hacer lo correcto aunque ello le haga sufrir consecuencias poco agradables. Y aunque es cierto que la historia peca en ocasiones de abusar de coincidencias casi imposibles, especialmente en un país. tan grande como aquel, si uno consigue hacer la vista gorda con esos detalles se encontrara con un cómic incomodo y depresivo a ratos, con momentos durísimos y terribles, pero también apasionante y que nos recuerda que vale la pena no rendirse aunque esto a veces parezca la única opción.
Aunque nada de esto funcionaria igual sin el increíble trabajo que realiza en este cómic Jaime Martín, un dibujante al que como señalaba mas arriba hasta ahora solo conocía de oídas pero que con este cómic me ha ganado como admirador pienso buscar el resto de títulos. de su bibliografía. El trabajo que ha realizado aquí a la hora de retratar como era aquel país. en aquellos años, cuidando cada detalle en cuanto a la representación de la arquitectura, vestuario, etc, es admirable y denota el gran trabajo de documentación que se encuentra detrás.
Pero donde realmente destaca aquí Jaime Martín es sin duda en como consigue que sus personajes parezcan auténticos, que de verdad parezcan personas diferentes no solo por tener diferentes tipos de cuerpos sino también a través de su dominio del lenguaje corporal y de como consigue que estos transmitan emociones sin dialogo alguno. Un apartado gráfico que se ve reforzado por el acertadísimo uso del color que hace Martín, recurriendo a una paleta de colores limitada y desaturada que contribuye a reforzar la desolación de ese mundo trágico en el que se desarrolla la historia.
Un apartado gráfico que tiene la particularidad, como podemos apreciar en los extras incluidos en el propio cómic, de que Wander Antunes elabora sus guiones en forma de storyboards para transmitir de forma mas clara lo que busca en la historia. Aunque como señala el propio Martín en dichos extras se trata de sugerencias y no de imposiciones, contando con libertad para reinterpretar las escenas como el crea mas conveniente de acuerdo a su criterio. Ejemplos de los que podemos encontrar unos cuantos al final del cómic y que resultan un ejercicio de lo mas interesante ya que personalmente no recuerdo nunca haberme encontrado con un método de trabajo como este.
Aunque Todo el polvo del camino es un cómic que puede resultar incomodo y puntualmente muy duro, también se trata de un cómic realmente bueno y de lo mas recomendable en el que pese a lo desolador de su propuesta destaca la esperanza y el recordatorio de que rendirse y abrazar la soledad no es la mejor de las soluciones. Pero también es verdad que resulta mejor leerlo cruzando los dedos para que una historia como esta se quede en las paginas de la historia o de la ficción, que hay cosas que es mejor no repetir.
A lo mejor no dejaban tan libre al dibujante como Wander Antunes pero ese estilo de colaboración con «layouts» o «storyboards» lo vi empleado por Jim Shooter y un Brian Michael Bendis pre-Marvel al menos (y luego ya hay cosas como Romita Sr. pasando por arriba a Gil Kane en Spider-Man que vi por aquí, que no es lo mismo pero similar).
Me llama la atención del arte también lo demacrado y esquelético de los personajes, que junto con el color los hace parecer casi zombis, algo que aunque obvio realmente funciona cuando se está contando una historia durante la Gran Depresión. Se ve interesante como relato de época.
Links a Shooter quejandose de sus dibujantes en Legion de Superhéroes por no seguir sus guías y un ejemplo de Bendis haciendo layouts para Angel Medina.
http://jimshooter.com/2012/01/action-comics.html/
http://jimshooter.com/2012/01/re-action-comics.html/
Precisamente hace poco decía Bendis en una entrevista que usar ese método había sido un error de novato, que se arrepentía de no haber dejado a esos dibujantes mayor libertad.
Por otro lado, a veces las editoriales han contratado a veteranos como Keith Giffen o Larry Hama solo para que hagan bocetos de guiones ajenos, «narrándolos» en viñetas, para que luego los dibujen otros con estilos más modernos y «bonitos».
Me imaginaba que Bendis había abandonado ese método pero no que pensaba que había sido un error. A mi me parece que siendo capaz de hacer layouts, se aprende más haciéndolos que escribiendo al estilo «guion completo».
Se me pasaron por completo Giffen y Hama. Supongo que muchos artistas al pasar a escribir harán layouts, especialmente veteranos que trabajaron con el estilo Marvel.
Los argumentos que Giffen pasaba a sus coguionistas en la época de JLI y L.E.G.I.O.N. eran «bocetos» en chiquitín, era más rápido y sencillo que un guión técnico (pero no obligaba al dibujante a seguirlo al pie de la letra), luego DeMatteis o Grant retocaban el guión y añadían diálogos. Otra cosa distinta era ya cuando lo reclamaban posteriormente para hacer «layouts» en sagas al estilo de 52, para servir de base al trabajo posterior (que dibujaban encima) de dibujantes más comerciales y/o de moda (pero que o eran más lentos o narraban peor), además, servía de «pegamento» cuando no quedaba otra que recurrir a tres o cuatro dibujantes distintos para llegar a las fechas.
Estoy casi seguro que DeMatteis dice que Giffen también es una máquina de generar argumentos. Que le salen hasta por las orejas, esencialmente, y se inventaba otro en el momento prácticamente si a DeMatteis no le gustaba uno.
Quizás aparte de que quedase todo mas «moderno y bonito» eso se utilizase en casos en los que se contaba con dibujantes estéticamente buenos pero verdes a la hora de narrar y de ahi la «muleta» de gente mas experimentada.
A ver, los guionistas usando layouts es muy antiguo. Harvey Kurtzman lo hacía en EC Comics ya en los 50 y seguro que no fue el primero.
Oh, no quería sonar como que era invento de Shooter o Bendis, esos son los dos que tenía visto ejemplos.
Shooter, aparte de hacer guiones siendo todavía un adolescente, tenía también la obligación de diseñar (idear y abocetar) portadas para el tirano Mort Weisinger. Bendis no es extraño que se arrepintiese, pues no solo era flojo como dibujante (lo mismo Brubaker), también lo era con la composición de página (no necesariamente van de la mano, hay gente con pocas dotes para el dibujo pero con mucho talento para el diseño y la composición, que pueden aportar maravillas en colaboración con otros con mayor talento gráfico pero menos imaginación …era por ejemplo el caso del muy talentoso Harvey Kurtzman, ya mencionado) así que dejar eso a un dibujante más dotado hubiese estado bien.
Es útil cuando también eres dibujante (sueles pensar las historias en imágenes…yo también escribí y dibujé cómics para fanzines de adolescente)
Pues definitivamente tengo que empollar mas los diferentes métodos de guion utilizados en la industria, que es un tema que nunca me ha interesado demasiado y apenas conozco.
A ver, los guionistas usando layouts viene de lejos. Harvey Kurtzman lo hacía en EC Comics ya en los 50 y seguro que no fue el primero.
Pues no sabia que ese método de guionizar se encontraba tan extendido. Y si, todo en el comic esta enfocado para resaltar lo dura que debió ser aquella época , con Martin utilizando colores intensos solo en momentos muy puntuales para destacar ciertos momentos de la historia.
Fue muy usado por dibujantes que se pasaban a los guiones (pero la mayoría lo usaban como «guión visual», como una guía o referencia,no como algo estricto, como hacía Bendis, pues es tonto que un dibujante limite tanto la creatividad de otro dibujante).
Gran dibujo, adecuado color (crea atmósfera), terrible época.
Es curiosa la mística que tiene la Gran Depresión, tanto para el mundo anglosajón como para otros ámbitos culturales. Genera imáges poderosas. En este caso, guionista brasileño y dibujante español. Estaba pensando también en otra gran obra, Charlie Moon, de los argentinos Trillo y Altuna
Muy buena Charlie Moon (y también se para en el racismo atroz de la época, cuando no se molestaban en disimularlo).
Es que la idea del colapso de un pais potente como aquel en cuestión de días, dejando a un lado la tragedia que fue, es un escenario enorme para contar casi todo tipo de historias, lo raro es que no sea aun mas explotado.
En Alemania (que incluso en los años de bonanza de los veinte estaba todavía pagando una deuda enorme por la derrota de la Primera Guerra Mundial), cuando les llegó el efecto onda expansiva de la caída de la bolsa fue casi peor incluso. Con gente haciendo colas inmensas en las ciudades para poder meterse en el gaznate un plato de sopa muy aguada producto de las dadivas de grupos religiosos o colectivos vecinales (se llevó mucho allí lo de los «pucheros colectivos», y no solo vinculados a la caridad, para pasar el peor momento de la crisis, que no fue corto).
Genera imágenes, quería decir
Jaime Martín es un gran autor completo y dibujante.
Además de hacer comic como una especie de crónica social.
Te recomiendo siempre tendremos 20 años que es la historia de su infancia , adolescencia, adultez y su pasión por el comic. Una imagen de la transición y Cataluña de la época.
Y sus cómics sobre la guerra civil basado en sus padres además de sangre de barrio.
Me apunto la recomendación, que no eres el primero que me dice que tengo que leerme ese comic.
De este género de relatos, quisiera recomendar Reyes Disfrazados del guionista James Vance y el dibujante Dan Burr: “Es enero de 1932 cuando Freddie Bloch decide huir de casa. Su viaje a través de la América profunda le llevará a conocer los rincones más oscuros de la Gran Depresión.” Gano la obra 2 Eisner y 1 Harvey, introducción de Alan Moore. Muy buen trabajo este. Y esta recomendación de Todo el polvo del camino, me parece igual buenísima. A buscarla para hincarle el diente.
Otra buena obra.
Ya lo han tecomendado arriba, pero tengo siempre que reivindicar «siempre tendremos 20 años» una absoluta maravilla.
Retrata tantas cosas al mismo tiempo que te sorprende que funcione tan bien contando tanto.
El fin de la dictadura y sus atavismos en la sociedad, el recuerdo de esa guerra de los abuelos, la marginación en las grandes ciudades, la llegada de la contracultura, el negocio del cómic, el declive del cómic, el vertigo del autor ante la obra por comenzar, la epidemia de la droga, la crisis económica del siglo XXI, la demolición interesada del estado de bienestar, el cancer de la madre del autor, etc, etc.
Jaime Martín era el adolescente gamberro del final de las revistas de los 80. Ahora es el autor que preserva la memoria de nuestro tiempo.
¡Qué madurez más maravillosa!
El que no se lo haya leido que se lo lea.
Suena casi como el heredero de Carlos Gimenez como cronista de la historia de España. Así que si, definitivamente tengo que leerme ese comic.
Pues sí.
Entre otras cosas descubrirás ahí lo del «cuerpo goma» Ya verás.
También de Vance & Burr, también sobre la Gran Depresión y también bueno (e igual un poco más fácil de localizar sin tirar de segunda mano … aunque ya va para la década la edición española … también en Norma, por cierto) es Contra las cuerdas. Para los que quieran reincidir en el tema. Los autores retoman a su personaje Fred Bloch (Reyes disfrazados) y tocan el crudo tema (ahí corrió la sangre) de la lucha obrera en los USA de aquellos turbulentos años (aquí también corrió la sangre, especialmente en Barcelona, donde la patronal tiró de la policía y sus porras …y de pistoleros privados …y los anarquistas recurrieron también a las pistolas …y a bombas caseras).