Moebius lo llamaba «niladáms», y se sorprendía de lo poquísimo que cobraba. Mientras tanto, en EEUU, era un auténtico guerrillero por los derechos de los autores que peleó contra el maltrato a Siegel y Shuster, por la creación de plataformas sindicales y que creó su propio estudio multimedia para experimentar y hacer sus propios cómics en una época en la que la simple idea de un autor con su propia editorial era impensable. Era Neal Adams, y fue -y es- uno de los dibujantes más influyentes de la historia del cómic.
Pero me vais a perdonar, hoy no voy a hablar de sentimientos. No voy a contar chascarrillos, ni abundaré en su biografía, porque hoy quiero hablar del dibujante, de lo que aportó. De lo que realmente hacía de Neal Adams el artista definitorio de las dos o tres generaciones posteriores, desde John Byrne o Bill Sienkiewicz hasta Stuart Immonen o Bryan Hitch. Para entender su impacto, lo mejor que podemos hacer es compararlo a los dos dibujantes definitorios de la época en la que irrumpe en el cómic, Jack Kirby y John Buscema, dibujantes excelentes los dos pero que para mediados de los 70 hasta empezaban a parecer anticuados, con un fandom que llegaba a despotricar de Jack Kirby como si no hubiera un mañana. Pero claro, en una apreciación puramente sensorial y no basada en una racionalización, si en los años 60 Kirby nos hubiera parecido dinámico y tremendamente detallista, la irrupción de Adams en el cambio de década nos da la impresión de que Kirby sigue siendo dinámico, sí, pero a sus figuras les falta dramatismo. Que es repetitivo, esquemático, que ya no tiene esa fuerza que no entendemos. Y lo mismo pasa con John Buscema que es muy bueno, sí, pero le pasa como a Joe Kubert, que le falta algo porque hemos aprendido a pedirle a los dibujantes algo nuevo, algo distinto… Que trajo Neal Adams.
Y repito por su hay despistados, estoy intentando expresar el sentir de los lectores «ignorantes» que insultaron a Jack Kirby. Gente con la que jamás empatizaría si no fuera porque estamos a lo que estamos, a entender la importancia de Neal Adams. Y la importancia, supongo, que está en esta imagen:
¿Qué cuernos nos importa de esta escena? ¿Qué nos llama la atención y hace que nos interese por encima de lo anterior? ¿La anatomía, nos parece que tiene mejor anatomía que Kirby o Bucema? Kirby la deformaba constantemente en un claro manifiesto de que el academicismo tenía que estar por completo a la historia que se estaba contando, y si el cómic era dinámico los personajes tenían que deformarse hasta el paroxismo. Pero Buscema no, Buscema era un dibujante que respetaba mucho más las reglas y aun así no llegaba a este nivel de dramatismo. De hecho hasta podríamos empezar a sacarle faltas, a preguntarnos cómo de grande tiene que ser el barco del fondo, sí la perspectiva funciona, si las gaviotas son un poco raras… Pero la realidad es que la imagen funciona porque transmite lo que tiene que transmitir, la determinación de Tritón al salir del agua, su cansancio y la forma en la que apoya el pie en el muelle, el escorzo torsionado de su brazo izquierdo, el agua que le chorrea por todas partes… Igual es el detalle, debe de ser el detalle. Adams es mucho más «detallista» que sus contemporáneos, eso es verdad. Por eso debe de funcionar, por el detalle. Ya, ni puta idea tienes.
Porque el detalle, las tramas y las rayitas, no sirve de nada si no está bien colocado. El ejemplo más claro lo tenemos en aquellos dibujantes noventeros que se forraron a principios de los 90 y luego se forraron aun más vendiendo sus estudios a DC Comics, pero esos también bebían del trabajo de Neal Adams como si no hubiera un mañana. Es la rayita al servicio de la narración, la rayita donde debe de estar, pero sigue siendo algo más, algo que para entender creo que lo mejor es irnos a uno de los referentes del propio Neal Adams, más allá del propio Jack Kirby o autores de la EC como Al Williamson; Alex Raymond. Raymond es uno de los autores más influyentes del siglo XX, hasta el punto que casi diría que la práctica totalidad de los dibujantes surgidos entre 1950 y 1970 han aprendido a dibujar copiando sus tiras de Flash Gordon o Rip Kirby.
Y precisamente uno de los rasgos que define el trabajo de Raymond como narrador es su uso del claroscuro, su manejo de las masas de blancos y negros, que requería de un manejo de la figura, la forma y la textura que no permitía trampas. En el caso de Adams, lo que ocurre es que está tomando el mismo camino, pero en vez de usar masas de negros para las sombras, está utilizando tramas mecánicas, texturas creadas con línea, las dichosas rayitas, variaciones de línea… todos los recursos que tiene en su mano para crear la escena y darle el dramatismo y la fuerza que tiene esa imagen de Tritón, que no deja de ser uno de los Inhumanos más sosos y aun así en esta imagen parece un dios griego.
Y si pasamos a la siguiente página, una que no llama tanto la atención del personal por yo que sé, movidas, nos encontramos un esquema de 12 viñetas de narración muda, sin palabras. Que sí, que Roy Thomas intenta demostrar que él también trabaja algo y escribe tres cuadros de texto, pero aun así hay que tener en cuenta que ésto es un cómic guionizado «a lo Marvel» y Adams probablemente ha hecho lo que le ha venido en gana, y por eso ha narrado toda la escena visualmente, sin necesidad de diálogos. Todo esto, en una época en la que todo era monólogo interno, introspección y demás era un shock absoluto en el género de superhéroes. El ejemplo más típico que se suele usar de rotura del paradigma narrativo es el de Bernie Kriegstein en The Master Race, la historia corta que hizo para Impact en EC Comics:
Y esto veinte años antes, ojo, sí, que de esto tomaron buena nota tanto Adams como Steranko, la otra bestia parda de su generación. Adams aquí hace una combinación entre el dramatismo «serio» de la primera escena, con un Tritón casi manierista de todo el detalle que le mete, a la escena más rápida, cinematográfica de la siguiente página a lo largo de todas sus viñetas. Por encima de todo está contando la historia, está guiando nuestros ojos a lo largo de toda la acción y para ello se vale de todas las herramientas que tiene a su disposición. No es nada nuevo, es la mezcla de elementos, es el conocimiento de la disciplina puesto a disposición del cómic y no al lucimiento personal (que podría haberlo hecho sí, y con toda la razón). Y aun así, luego, tenemos cosas como esta:
Rompiendo por completo todas las reglas de cómo se hace una página, de viñetas, de todo. Toma, te escupo en la cara, las viñetas pueden deformarse -si la viñeta que encuadra la doble página está «torcida» no es por capricho, es porque es una escena de vertiginoso combate aéreo- y las alas de Sauron son el marco de varias viñetas que cuentan la historia de Sauron, por éso están dentro de Sauron. Y todo esto contado visualmente, a metralleta, con lo que Roy Thomas podría haber metido en esta doble página un diálogo sobre el precio de las berenjenas y aun así nos habríamos enterado perfectamente de la historia. Y es que, joder, Neal Adams es uno de los ejemplos más claros de que un dibujante puede cambiar la historia del cómic.
Porque sí, es completamente cierto, somos los primeros que pecamos de hablar más de guionistas que de dibujantes, hablar más de la historia y los elementos que la forman que de de cómo se construye visualmente, atribuyéndole casi todo al guionista… Porque al final nosotros nos expresamos igual que los guionistas, verbalmente, y no utilizamos tanto las imágenes para hablar de cómic. Algunos de los conceptos que he expresado en este post no son sencillos de expresar con simples palabras, y me da la sensación de que solo hemos rascado la superficie. Y es que más allá de los chascarrillos que podamos contar -que los vamos a contar, que la idea es dedicarle una semana a todo ello- quería hablar de Neal Adams, compartir lo que era un cómic de Neal Adams y lo que supuso en una época que ni siquiera viví. Y con ésto solo hemos empezado, estos cómics son publicados entre 1969 y 1970, son tebeos de la primera etapa de Neal Adams, su trabajo en Batman o Green Lantern/Green Arrow no llega mucho después y es mucho más maduro. Pero bueno, de éso ya hablaremos durante los próximos días…
Neal Adams y su dominio de las sombras, su dinamismo y su genialidad son una de las claves de la Silver y la Bronze Age. Hay tantas historias geniales salidas de su pluma que sobran las palabras. No tengo tanto vocabulario técnico como otros, pero a mí siempre me moló mucho su estilo.
vamos, que yo opino que Batman no se explica sin Neal Adams y Denny O’Neil, aunque hoy parecen obsesionados con decirnos que todo nació con Frank MIller y cualquier cosa anterior debería dar como vergüenza ajena.
Al final de eso quería hablar en el post, de lo que aportó Adams y todos corrieron a imitar en años posteriores. No he querido hablar del entintado de Tom Palmer, que fue ninguneado a posteriori por muchos pero que se nota muchísimo su aportación a Adams si la comparamos con sus anteriores trabajos en Deadman o Brave & The Bold. Adams era distinto y Palmer potenciaba algunas de esas características -no todas y en ocasiones no de la forma en que Adams hubiera querido- pero si estos cómics dieron el pistoletazo de salida a la especulación con los cómics -con libreros que se guardaban los cómics de Adams para venderlos más caros «de segunda mano»- es por algo.
Hablando de la otra bestia parda de su generación, Steranko 83 añitos…
Respecto a Adams recuerdo leer sus historias de Batman o de la Patrulla X paralelamente a las que dibujaban otros contemporáneos suyos en aquellos tiempos heroicos en que ni nos enterábamos de quién era el dibujante o el guionista, y aún así notar que «algo» era diferente. Con los años vas aprendiendo lo que era ese «no sé qué»: el estilo.
Estuve tentado de hacer comparativas entre autores, «su predecesor en tal serie» y tal, pero me parecía demasiado cruel; muchas veces esos autores estaban sometidos a un orden rígido que Adams se saltó como quiso porque, quieras que no, para cuando entró al mainstream superhéroico contaba con el cinturón de seguridad de saber que había hecho una tira de prensa, tenía trabajos en publicidad y demás, mientras que los del cómic en muchos casos iban con una mano delante y otra detrás y tenían que someterse por completo a los Weisingerismos.
Que no nos engañemos, lo que hicieron Adams y Steranko lo hicieron en parte porque iban dopados en «valentía y arrojo».
En X-Men, por salud mental, salvo que se sea muy completista, hay que saltar de Jack Kirby a Neal Adams, que lo de enmedio …uf, telita (también los guiones).
Entre lo de Adams y el n° 1 del Spiderman de Wells y Romita Jr estoy que no quiero leer un cómic durante un buen tiempo, chiquita bajona tengo?
Yo es que lo de Wells no se que pensar, ha pasado algo pero como no dicen qué pues vale, tendré que seguir esperando.
Y así me tienen.
Para mí ha sido una total tomadura de pelo gratuita. Que luego nos lo explicarán, tendrá todo el sentido del mundo y nos sorprenderá a todos… pero hasta entonces me parece una vendida de moto por tercera vez de «Un Nuevo Día», pero mal: directo al grano, con un arranque mal ejecutado y sin explicaciones de nada.
Se supone que quieren picarnos la curiosidad, cuando después de Beyond lo único que pedía yo es un poco de «tranquilidad». Ver a Peter siendo Peter, vaya.
Totalmente
En todo caso, si no hay un guionista mejor para Asombroso que Zebedias, mal vamos, leñe.
Adams era un ilustrador extraordinario y un narrador superlativo: claro en la lectura y, simultáneamente, innovador en la composición de página: Raymond cruzado con Eisner. No me extraña que marcara época
Es el impacto de ver como entra un autor en escena y cambia por completo la forma de hacer y ver un género entero. Una animalada.
En Selecciones Ilustradas, a los más jóvenes les gustaba mucho Bob Lubbers (parece que allí tenían un gran predicamento las mujeres de Bob Lubbers y el menos conocido Matt Baker, cosas del tono de piel). Toutain, en cambio, no se cansaba de recomendar que ante la duda copiasen a Milton Caniff (como había hecho el con fruición en la serie de la Millones en sus años de dibujante).
No se puede entender el cómic moderno (aunque hoy sea casi deporte el ignorar el pasado) o ya puestos el de mediados de los setenta a principios de los noventa (mi etapa favorita en esto de los cómics, especialmente en lo de los superhéroes, pese a mi amor loco por las comic-strips) sin tener en cuenta a Hal Foster, Alex Raymond, Frank Godwin, Ray Moore, Phil Davis, Joe Shuster, Jerry Robinson, Will Eisner, Mac Raboy, Lou Fine, Reed Crandall, Noel Sickles, Milton Caniff, Frank Robbins, Lee Elias, Burne Hogarth, Dale Messick, Tarpé Mills, Bernard Krigstein, Cliff Sterrett, George Herriman, E.C. Segar, Bud Sagendorf, Hy Eisman, Bobby London, Jack Cole, H.G. Peter, C.C. Beck, Jimmy Hatlo, Hank Ketchman, Marge, Dik Browne, Don Flowers, Dan DeCarlo, Floyd Gottfredson, Carl Barks, Manuel Gonzales, Milt Gross, Walt Kelly, Russell Keaton, Jack Kent, Otto Messmer, Otto Soglow, Frank King, Paul Murry, Joe Oriolo, Charles Schulz, Al Taliaferro, Mort Walker, Brad Anderson, Boody Rogers, Dick Briefer, John Stanley, Roger Armstrong, Sheldon Mayer, Sheldon Moldoff, Dick Sprang, Mort Meskin, Fred Hartman, Harvey Kurtzman, Joe Maneely, Jack Kirby, Alex Toth, Gil Kane, Dan Barry, Sy Barry, Warren Tufts, José Luis Salinas, Rubén Moreira, Gus Arriola, Joe Kubert, Frank Thorne, Nick Afonsky, Nick Cardy, Mel Graff, Bob Lubbers, Bob Powell, Bob Oksner, Win Mortimer, Jack Davis, Jack Katz, Lou Cameron, Matt Baker, Wallace Wood, Frank Frazetta, Al Williamson, Doug Wildey, Al Capp, Murphy Anderson, Gray Morrow, Gene Colan, Leonard Starr, Stan Lynde, Stan Drake,…
fíjate que no he tenido la oportunidad de ver al 100% el trabajo de adams, pero con la sola imagen de tritón y la de ángel contra sauron uno dice guau,
a lo mejor como bien dices uno empieza a leer de atrás para adelante y ya viste con anterioridad a un john byrne y otros similares, y no vez nada nuevo, pero cuando te dicen imagínate un comic dibujado como en los viejos tiempos, cuando la hoja la dividían en 8 o 6 recuadros, y un día te topas con adams y es donde uno aprecia la importancia de lo que aportó
Éso quería hacer con este post -y el de mañana- que todos los que no habíais disfrutado de su trabajo hasta ahora vierais lo que os habíais estado perdiendo. Y es que el cabrón en muchos aspectos sigue siendo la mar de actual cincuenta años más tarde, es que es una animalada.
Y si te digo, que yo he visto gente que ha puesto a parir The Master Race. «Es raro y el tio se cae raro a las vias.»
Claro. Es gente que ha mirado listas de «los mejores cómics de todos los tiempos» los mira por encima y saca conclusiones desde su prisma actual. Sin tener bagaje lector ni de la época.
A Neal Adams le pasa eso. La ruptura que supuso no la pueden apreciar muchos.
Lo que Adams dió ningún dibujante podrá darlo ya.
“Es raro y el tio se cae raro a las vias.”
Pff… Heh… Heheh… JAJAJJAJAJAJAJAJAJJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJAJAAAAAAAA!!!
Pero quién es el tonto, el tontísimo que dice eso??? XDDDDDDDD
Pues para todos esos que no saben «apreciarlo» va el post de mañana, ea. Que son tontísimos!
Pues no se ha copiado ni nada «The Master Race» (el último, o penúltimo, Jorge Fornés en el Rorschach de Tom King …ese cómic con guiños a Ditko y a Miller, al que tanto debe Fornés, como a Mazzuchelli). A mí Noel Sickles, Bernard Krigstein y Alex Toth me siguen encantado, tres dibujantes extraordinarios que solían gustar más a otros dibujantes que al común de los lectores, como si hubiese que tener cierta sensibilidad artística para apreciar les en su justa medida).
Entre muchas tristezas, también se esconde una cruel ironía, y es que el icónico trabajo de Neal Adams a partir de los ’60, que sigue estando vigente y no ha envejecido en lo absoluto, se encuentra actualmente perdido, porque las reediciones de sus trabajos en DC sólo se consiguen con recoloreados horrendos, espantosos, invasivos, groseros y grotescos, o, en limpio, una mierda. De hecho, hay muchas cosas que simplemente no he podido leerlas del enojo que me provocaba ver semejante ultraje.
Recientemente salió una edición de Taschen muy poco accesible en todo sentido, tanto por precio, tamaño y tirada, aunque realmente impecable, que recopila una buena parte del trabajo de Ditko en Amazing Spider-Man (no sé si hasta todo), con las páginas originales que salieron en su momento tal cual, obviamente con papel actual acorde al material. Así deberían ser todas las ediciones, simplemente recopilar el trabajo tal cual salió, sin ningún tipo de recoloreado…aunque en ediciones más accesibles. Al final, la piratería termina siendo la forma de preservar el trabajo de los grandes.
No quería desviar el tema, pero es realmente triste que justo el trabajo Neal no se respete en lo absoluto. La forma de honrar a estos grandes es que el trabajo se respete en todo sentido posible.
Teniendo en cuenta que es probable que Adams se coloreara a si mismo -en realidad estoy seguro, pero como no he conseguido confirmarlo antes de publicar el post no lo he puesto- es una jodida tragedia que nos estemos encontrando que todas las reediciones sean con los dichosos recoloreados, que en muchos casos son reinterpretaciones del original sin molestarse en tratar de preservar esos colores.
Pues me parece que el hombre insistió a DC en recolorear (a peor) su Batman (y retocar algunas viñetas). Como con La broma asesina (recoloreada por Bolland …no?) es imposible encontrar hoy el color original. No sé yo si será incluso mejor recomendar a nuevos adeptos la edición en B/N.?
No se puede entender el cómic moderno (aunque hoy sea casi deporte ignorar el pasado) o ya el de mediados de los setenta a principios de los noventa (mi etapa favorita en esto de los cómics, especialmente los de superhéroes, pese a mi amor loco por las comic-strips) sin tener en cuenta a Hal Foster, Alex Raymond, Frank Godwin, Joe Shuster, Jerry Robinson, Will Eisner, Mac Raboy, Lou Fine, Reed Crandall, Noel Sickles, Milton Caniff, Frank Robbins, Bernard Krigstein, Burne Hogarth, Dan Barry, Sy Barry (vivo todavía), Dale Messick, Tarpé Mills, Cliff Sterrett, E.C. Segar, George Herriman, Boody Rogers, Dan DeCarlo, Dick Briefer, John Stanley, Roger Armstrong, Sheldon Mayer, Sheldon Moldoff, Dick Sprang, Mort Meskin, Harvey Kurtzman, Joe Maneely, Jack Cole, Alex Toth, José Luis Salinas, Warren Tufts, Nick Afonsky, Nick Cardy, Mel Graff, Bob Lubbers, Bob Powell, Bob Oksner, Rubén Moreira, Gus Arriola, Win Mortimer, Murphy Anderson, Gray Morrow, Jack Davis, Lou Cameron, Matt Baker, Wallace Wood, Frank Frazetta, Al Williamson, Doug Wildey, Gil Kane, Gene Colan, Al Capp, Leonard Starr, Stan Lynde, Stan Drake,…
Uf! El Superman vs Muhammad Ali …canela en rama! Pena que ECC lo publicase jibarizado (como les pone a Beni y compañía), a tamaño un poquito superior al de comic-book, cuando era un álbum gigante que daba gusto (me lo pillé, pero afortunadamente conservo el álbum de Novaro).