Si los lectores de Brainstomping pudiesen ser testigos de las discusiones que mantenemos Diógenes y yo, quedarían aterrados, discusiones en las que no se llega al a violencia física pero casi. Y entre esos temas de discusión se encuentra una serie de anime de mi infancia que yo adoro y que el odia, como suele ser habitual en el, por motivos irracionales y esperpenticos. Una serie que hace unos años contó con un remake del que me había mantenido alejado por miedo a que no estuviese a la altura del buen sabor de boca que me había dejado la serie original. Pero tras atreverme hace poco a darle una oportunidad me he encontrado con un anime que ha disipado todos mis miedos, ha superado todas mis expectativas y me ha reafirmado en que estamos ante una de las historias mas grandes que nos ha regalado la ciencia ficción y que animo a todo el mundo a acercarse a ella.
La Tierra lleva ocho años sufriendo el brutal ataque del Imperio Gamilas, un bombardeo constante de bombas planetarias que no solo han destruido toda la superficie del planeta obligando a la humanidad a retirarse a ciudades subterráneas, sino que ha comenzado la terraformación del mismo convirtiendo su superficie en un mundo árido y toxico para los humanos y perfecto para los Gamilas. Pero un día una emisaria de una lejana galaxia llega con la promesa de la esperanza, un dispositivo capaz de deshacer dicha terraformación de la Tierra y los planos para un motor espacial con el que viajar a su mundo, Iscandar, para recoger el dispositivo. Trabajando a contrarreloj la humanidad vuelca todos sus esfuerzos en construir una nave de combate capaz de realizar tan largo viaje y defenderse de los ataques de los Gamilas que se encontraran a su paso, una nave en la que reside la ultima esperanza de la humanidad… ¡El Crucero Espacial Yamato!
Decir que adoro esta serie seria quedarme muy corto. Cuando era crio no me perdí un solo episodio de esa serie que no recuerdo con que nombre se emitió, en Internet encuentro información contradictoria, según algunas fuentes se llamo Estrellas Luminosas, Viaje a la Ultima Galaxia o Star Blazers, el nombre por el que la conocieron en Estados Unidos. Se llamase como se llamase, aquella serie me tenia fascinado y al ser una de esas que reponían poco o nada, durante muchísimo tiempo no tuve mas que un vago y muy grato recuerdo de ella. Con el tiempo y gracias a Internet acabe sabiendo todo lo que quería saber sobre aquella serie, como aquella nave espacial de diseño tan raro no se llamaba Argo sino Yamato, que su diseño estaba inspirado en un buque de la marina imperial japonesa de la segunda guerra mundial (el motivo irracional por el que la odia Diógenes) y que uno de sus creadores era el gran Leiji Matsumoto.
Pero pese a que adoraba el recuerdo de aquella serie, el miedo a que esta hubiese envejecido mal me mantuvo alejado de la original, y me mantuvo alejado de su remake durante casi una década al temer que esta tampoco fuese capaz de estar a la altura de mis recuerdos. Pero al final la curiosidad pudo mas que el miedo y, ya que ahora me ha dado por zambullirme de nuevo en el mundo del anime, me decidí a darle al remake de esta serie, Uchū Senkan Yamato 2199, esa tantas veces postergada oportunidad. Y lo que me he encontrado es una serie enorme que me ha enganchado tanto como me enganchó en los ochenta la original y que me ha dejado con ganas de mas (por suerte hay mas de una secuela)
Como remake, Space Battleship Yamato 2199 es uno de los mas respetuosos que me he encontrado nunca, cambiando lo mínimo para adaptar la serie al nuevo siglo y a los mayores medios. A nivel estético la serie es prácticamente la misma, los diseños de personajes, naves, mundos, etc, han sufrido muy pocos cambios (los cambios se aprecian mejor en el diseño interior de las naves y en los mundos alienígenas) y se han respetado al máximo los diseños originales de Leiji Matsumoto (quien también dirigió la serie original) en los que se puede apreciar aun tanto la mano del legendario autor como la estética de la época en la que se realizo la serie original, muy notable en esos uniformes con pata de elefante, los peinados, robots e incluso algún personaje visualmente algo anacrónico como el Doctor Sado.
Dejando a un lado la estética de la serie, el resto de esta es igualmente fiel. La trama original y el reparto de personajes se han mantenido con muy pocos cambios, y estos no han hecho mas que contribuir a mejorar la serie. Se han introducido mas personajes femeninos, de los que la serie original andaba escasa, creando algunos a partir de cero o en otros casos convirtiendo en personajes femeninos algunos secundarios masculinos que habían tenido poco peso en la trama y el robot Analyzer ya no es un acosador sexual. También se ha profundizado mucho mas en las motivaciones de los personajes y en su caracterización o en el retrato que se hace aquí del Imperio Gamilas, quienes ya no son simplemente los malos de la historia y punto, sino una sociedad tan compleja y llena de matices como la terrestre. Pequeños cambios, algunos muy necesarios, que han contribuido que este remake resulte mucho mas interesante que la original.
Además en una serie como esta no podemos dejar de lado una banda sonora muy especial. Porque la banda sonora de este remake ha estado en las manos del compositor Akira Miyagawa, hijo de Hiroshi Miyagawa, el compositor de la serie original quien, como ha sucedido con el reto de elementos de la serie, ha respetado al máximo el original y ha seguido fielmente los pasos de su padre para recrear la banda sonora de la serie, grabándola de nuevo pero conservando esa esencia de anime de antes sin la que este nuevo Yamato no seria lo mismo. Una banda sonora tremendamente retro que cuenta incluso con algún tema que otro que es pura música disco y que como no podía ser menos ha llevado ese respeto incluso al opening de la serie. Así es como de nuevo se ha contado con la prodigiosa voz de Isao Sasaki entonando una vez mas el que se ha ganado con creces ser uno de los mejores temas del anime.
Esto debería ser el himno de Japón
Y como serie en si, sin compararla con la original, nos encontramos con una apasionante serie de ciencia ficción que exprime al máximo las posibilidades del genero, que sabe equilibrar muy bien los momentos de acción frenética (en los que se lleva al máximo, en ocasiones rozando la autoparodia, el que se nos muestren las naves como barcos que navegan por el espacio en lugar de sobre las aguas) con el dramatismo y un mensaje anti belicista nada disimulado pero muy bienvenido. A medida que avanza la serie se nos va mostrando cada vez de forma mas directa que la guerra es algo horrible, que las ansias belicistas de algunos son en parte responsable de lo que esta sucediendo en la tierra, que las ansias expansionistas del Imperio Gamilas no han hecho mas que provocar dolor a lo largo del universo, y por lo poco que se nos deja ver de la sociedad de Iscandar , se nos deja claro las consecuencias ultimas de la guerra.
A todo esto ha ayudado mucho el profundizar mas en la caracterización de ambos bandos (aunque aquí mi memoria ya no es tan buena y quizás esto formase parte ya de la serie original y yo de crio no lo pillé). Porque aunque aquí hay unos “buenos” y unos “malos”, se nos deja muy claro que ni los malos son tan malos ni los buenos tan buenos. Por parte de los terrestres se nos acaba revelando que el gobierno de la Tierra cometió muchos errores en sus primeros contactos con los Gamilas, aunque quizás la guerra se hubiese desarrollado igual por las ansias expansionistas de estos. Unos Gamilas que en este remake no se han andado con sutilezas a la hora de retratarles, al menos a la cúpula militar, como a nazis, dándole a la mayoría de los altos cargos de su ejercito nombres que suenan muy alemanes e incluso portando insignias en sus uniformes muy similares a las de la SS. Pero pese a ello estos no se nos muestran como a un bloque monolítico que siguen con ciega lealtad a su líder Lord Dessler (a quien suelen saludar con un Hail Dessler), sino que muchos quieren la paz, se oponen a el abiertamente e incluso llegan a formar lazos de amistad con la tripulación del Yamato.
Y si la serie original del Yamato fue una de mis series favoritas de los ochenta, este remake ha conseguido hacer lo mismo en el presente, habiéndose convertido en una de las series con las que mas he disfrutado en muchísimo tiempo. Un remake del que ademas aun me queda mucho por ver, ya que el éxito de este provoco que las secuelas de la serie original pasasen por el mismo tratamiento y así en 2017 se estrenó la película (que luego se expandió a serie de 26 episodios) Space Battleship Yamato 2202, hace unas semanas se estreno la película Space Battleship Yamato 2205: A New Voyage y en febrero del año que viene se estrenara su continuación, Space Battleship Yamato 2205: Kosho -STASHA-, así que tenemos Yamato para rato. Una saga que por supuesto que recomiendo efusivamente ya que combina lo mejor del anime clásico con el moderno y es una serie que no dejara indiferente a ningún aficionado a la ciencia ficción, excepto a esos fanáticos irracionales que se dejan cegar por menudencias…
Conozco la serie original y la obra de Matsumoto (Capitán Harlock, etc.) y sé lo importante que fue la emisión del anime setentero en su momento, ya que se la considera la primera que tuvo en Japón un culto de fans que la veían como algo más que «una serie de anime televisivo y por tanto para niños» (porque hasta entonces, si las series de Go Nagai se edulcoraban tanto al adaptarlas a TV, era por algo).
No niego ni su calidad ni la del remake (los detalles de hacer más complejos a los malos creo recordar que también se hizo en Inglaterra con el remake de su serie patria «El capitán Escarlata» en los dosmiles: es algo lógico con el paso de los años y la evolución de las series televisivas juveniles). Pinta bien, sí.
…Dicho eso, reconozco que entiendo a Diógenes XD. A ver, no al extremo de negarme a verla y quizá disfrutarla, pero entiendo su postura.
Es una divertida paradoja el hecho de que, por mucho mensaje antibelicista que haya, la obra original no deja de tener un espíritu muy nacionalista japonés (y ese espíritu les llevó a la guerra), donde la nave que es la esperanza de la humanidad está modelada a partir del crucero japonés por excelencia de la Segunda Guerra Mundial.
No cualquier elemento japonés, sino el más representativo de la 2ª GM precisamente.
Y sé que fue precisamente ese el que catapultó su éxito (al «Yamato» real se le consideraba la representación de Japón en sí). Una forma de quitarse la espina de su fracaso en la guerra.
A ver, eso no me impediría verla (aunque últimamente no soy muy de series), por la costumbre de ver ese espíritu nacionalista en muchas obras de manganime, igual que puede verse americanocentrismo en obras de Hollywood. A los extranjeros nos resbala ya eso, creo.
Aunque al menos, en Hollywood, hasta cuando sale un Rambo forjado en la guerra de Vietnam (la guerra donde EE. UU. perdió en más de un sentido), el elemento protagonista es un ex-soldado marcado por la experiencia, alguien «de a pie» (en teoría, que Rambo al final es casi como Conan el bárbaro XD), un elemento que precisamente durante la guerra perdió todo misticismo épico al ver el público estadounidense en noticiarios cómo un soldado ejecutaba a un enemigo con las manos atadas, etc.
No es lo mismo que un frío acorazado que representa precisamente el lado más militarista e imperialista de un país; sí, es una divertida paradoja que precisamente eso se use para dar un mensaje antibelicista. Hay una cierta hipocresía en el concepto… Pero bueno, la serie de Matsumoto es parte integral de la cultura popular japonesa moderna y ya está. Además, es gracioso que la emitieran en EE. UU., donde por mucho que le cambiaran el nombre… se veía lo que era.
Por otro lado, en Japón flipan todavía mucho con sus cruceros de combate antiguos, como prueba esa franquicia (con series de anime y tal) que tienen donde unos cruceros de combate están antropomorfizados como lindas chicas muy «kawai» (no se puede ser más friki que eso).
Pero vaya… la paradoja está ahí XDD.
Bah, pero lo de Diogenes es hipocresia pura, porque luego es superfan de Dragon Ball, que no es mas que una exaltacion del del superhombre nazi, con esos superguerreros (la raza superior) de pelo negro que cuando se vuelven superpoderosos se vuelven rubios como el ideal ario…
Yo no soy fan de Dragonball Z, soy fan de Dragonball. Y Dragonball era un cuento chino (literal) versionado por un japonés que parodiaba tópicos japoneses. Mientras que tú eres superfan de una serie que es una metáfora de un contrataque de Japón contra EEUU -no lo olvidemos, los gamelians «llenaron de radiación la Tierra»- y que maquillaron con la ambientación espacial y haciendo que «el enemigo» parezca nazi. Pero un cuerno, que sabemos de que va la serie.
La serie va de derrotar a un imperio fascista y salvar la tierra en una misión de las naciones unidas que representa a toda la humanidad!
Pues exactamente eso, que me parece lamentable que Japón siga glorificando una época que le trajo tanta miseria al mundo y a ellos mismos; para el Japón fascista la Yamato era el símbolo del poder imperial, poco menos que su último baluarte, el barco suicida que lucha hasta la muerte aunque tuviera la guerra perdida. Que algunos parece que creen que lo único que estuvo mal de todo aquello es precisamente eso, que perdieron la guerra, y que para colmo de males ni disimularon en la serie original reflotando el puto barco de los cojones.
Y en la nueva la nave la construyen de cero para sortear el tema espinoso, pero aun así mantienen el nombre. Que me dirás «es que forma parte de la cultura de Japón» ya, y también en algunos pueblos de por aquí lo era tirar una cabra del campanario, pero hemos mejorado; que no lo olvidemos, por mucho que hablen de que la nave simboliza la esperanza de la humanidad y puñetas, Yamato solo habla por Japón porque el barco significa literalmente Japón (y también es el nombre de la etnia dominante del país, pero de la discriminación racial ya hablamos otro día).
En fin, que no, que será por cosas que ver, leer o hacer.
Creo que es de mal gusto llamar Yamato a ese barco (es como si una serie alemana llamara a una nave especial Tirpitz). Pero los españoles NO hemos mejorado mucho, que anda que no quedan calles con nombres fachas en España, anda que no llevamos a trancas y barrancas la memoria histórica y las fosas comunes.
Bueno, por lo menos aquí no se ha hecho un Starfighter Dragon Rapide, el que no se consuela es porque no quiere.
Hubo muchas series de la época que generaron gran amor por el Space Opera, como ésta y Capitán harlock (se llamaba así?). Yo ayer vi varios episodios de Cowboy Bebop, y aunque no fueran perfectos, aprecio el estilo de la época.
Pero Bebop es del 98. Y al final transcurre en el espacio pero cambia de género continuamente.
A mí de Bebop solo me molesta que hay demasiada exposición verbal. Y no es por falta de habilidad narrativa, que tiene un flashback maravilloso sin palabras (la caída de la iglesia).
Espera a que salga la serie de imagen real, sudores fríos tengo…
Nunca hemos estado en guerra con Eurasia.
Eso esde 1984,no?
Harlock de hecho es un spinoff de Yamato, porque iba a aparecer en la serie pero Matsumoto debió de enamorarse tanto del personaje que prefirió guardárselo y así quedarse con los derechos.
Y Cowboy Bebop no tiene nada que ver con esta cosa, está a años luz en todos los aspectos.
A ver. La polémica está servida y en el fondo está muy gastada.
Primero de todo. Japón tiene mucha mierda en su sociedad a muchos niveles.
Uno de ellos es el rollo nacionalista, esa altísima consideracion en la que se tienen a si mismos; ese mirar por encima del hombro a todos los demás (con respecto a sus vecinos orientales sobretodo); su extraña perspectiva del mundo, ser un pais tan ultracerrado que hace que su comprensión del resto del mundo sea como mínimo extravagante (los japoneses entienden extranjero como americano, tienen que pararse a pensar un rato, antes de recordar que hay más paises en el mundo).
Una de las principales coñas, es que su rollo imperial y de «vamos a sacar de la barbarie a los demás pueblos de la tierra» (principal excusa argumental de todos los colonialismos/imperios) no se enfrentó a las consecuencias, no tuvo una reflexión sociológica.
Los mismos que dirigieron Japón a la guerra fueron luego los que dirigieron el alineamiento con E.E.U.U contra Rusia. Las burradas que hicieron por el sudeste asiatico son tabú. A las victimas de las bombas atómicas se las culpabilizo socialmente de ser las que provocaron la derrota de Japón.
En fin. Que el rollo ese lo tienen muy metido en su acervo cultural y no se enfrentaron a un espejo, como tuvieron que hacer los alemanes y los italianos.
Al lio. ¿El tufillo del Yamato hace que el anime no sea disfrutable? Hombre, disfrutable es. Pero hay que tener en cuenta de lo que viene.
En España tenemos tebeos que glorificaban el rollo colonizador/ dominador de los mares como El Cachorro, que como folletín de aventuras era muy bueno. Sargento Gorila se suponia que pertenecía al ejercito estadounidense pero tenia aprovechaban para ensalzar la historia militar de España de una manera que te hace esbozar una sonrisa.
Y la evidente inspiración española de este anime y de cualquier obra que lleva el mar al espacio.
¿Nos van a venir los nipones a enseñarnos a pilotar naves espaciales a nosotros, que somos ehjpañoles (pronunciación correcta de la palabra cuando hay que ponerse chulo)?
¡No!¡Santiago y cierra España!
¡Aquí teníamos La Saga de los Aznar!
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Saga_de_los_Aznar
Grandiosas novelas de a peseta trasladadas a no menos grandiosos tebeos.
Colonizando planetas extraterrestres. Llevando la fe católica apostólica y romana allende las galaxias. El mundo entero y todas sus naciones reconociendo la autoridad y altura de la gran nación española en el orbe.
¡¡La gran epopeya espacial de todos los tiempos!! ¡¡La Saga de los Aznar!!
Bueno. Ahora que ya me tome los tranquimazines.
¿Que huele? Sí y mucho.
Pero anda que no disfruto como un enano de estas historias. El problema es no tener perspectiva. Son un maravilloso documento social de su época y tambien hay que verlas así.
Claro, que no tienen la inmensa evolución de Tintin, y que concretamente te meten el Yamato en la cara, con todo su significado histórico. Pero disfrutable es.
Paro ya de hablar, porque ahora mismo llenaria 50 páginas.
Dejando de lado que sigo pensando que se puede hacer space opera sin reflotar un barco fascista y glorificar la vida militar de la forma más rancia, tengo que decir que de Matsumoto en su día ya me vi Space Captain Harlock y NO LO SOPORTO. Absolutamente todas sus historias se basan en reventar a pollazos al rival, el argumento principal de los protagonistas es «defender la libertad», sin pararse un minuto a pensar sobre el particular. Son ejercicios estéticos, pura forma y poco fondo, y aunque Matsumoto tiene oficio y es tela de influyente, creo que hay mangas y animes de su época mucho mejores.
Y oye, tal vez no habríamos habido un Gundam sin Yamato o Mazinger, pero existiendo Star Wars estoy convencido de que algo habría habido. Y sin glorificar a la raza, que ni puta falta que hace.
Ese ya es otro tema.
Yo me estoy pensando mucho si comprarme o no el pedazo tocho de lujo de Capitán Harlock que han sacado; a ver si no se me queda como adorno de estantería.
El rollo militar glorificado es dificil de sacar de estas historias.
Yo recuerdo con agrado Los Heroes de la Galaxia del año 1988; en su momento era un portento, y aunque transcurría en una guerra espacial el estamento militar no quedaba bien parado. Se veía la ineptitud de los mandos, el politiqueo y la arrogancia de los altos estamentos y que la tropa era carne de cañon. Aunque no me la vi entera y sabe Dios si la veo ahora lo que opinaría.
Yoooo… Es que Tezuka es muy bueno y hay cosas muy disfrutables del manga hasta los 70, pero el salto de calidad que se pega a finales de los 70/80 es tremendo, tanto en el manga como en el anime. Y es precisamente ahí donde aparece Rumiko Takahasi, la que para mí es la autora más importante del manga después del propio Tezuka. Y digo autora sobre todos los autores, ojo.
Que pasa algo parecido en el cómic americano -que no tanto en el europeo, ahí la progresión es más gradual- pero en Japón es brutal, es una mezcla entre progreso artístico, introducción de influencias extranjeras y un cambio de la cultura empresarial de las editoriales que lo ponen todo patas arriba y hacen que me cueste leer a autores como Matsumoto o Monkey Punch.
Que cojones, últimamente ando leyéndome City Hunter y, con todo lo pasado que está en ciertos aspectos, lo acartonado de Tsukasha Hojo en ciertos otros y lo formuláico de toda la serie… Joder, es que es un manga divertidísimo, muy bien contado y que fluye como el agua.
Eso es verdad, teniendo en cuenta que no me he leido, ni lo voy a hacer, toda la producción de manga pre años 70.
Hablo de lo que he visto. Los mangas años 60 y 70 son limitados.
Shirato es el mejor para mi, su Kamui es muuuucho más profundo, aunque tendría que ponerme a mirar periodos.
Los 80 marcan un subidón, y mangas que solo pretendían ser simplemente divertidos son mucho mejores que la media alta de lo anterior.
Cityhunter era muy divertido, y en el fondo trataba temas profundos, pero la locura de Saeba lo bañaba todo y te despistaba.
Rumiko me gusta, pero no tengo tanta devoción, en su contra juega que sus series se alargaron en demasía. Pero nadie tiene su sensibilidad en lo humano.
El mayor problema que tienen los mangakas de los 80 es que se tienen que tragar todos esos controles de calidad y mejora continua, sometiéndose a las tonterías que decidían los lectores en las encuestas y demás, con lo que las series se prorrogaban hasta el infinito a poco éxito que tuvieran. Y precisamente parte de lo grande de algunos autores era que se plantaban ante su editor y decían que no, que se acabó. Que esto no era Spiderman, que su historia tenía un final.
Euh… ¿Solo los mangakas de los 80?
Ellos y los de después, claro. Pero también hay que tener en cuenta que la introducción de esos controles es hasta más agresiva en los 80, que es cuando hacen furor y las empresas se vuelven locas con ello. Luego se dieron cuenta de que tampoco debían de pasarse y se relajaron un poco, pero la presión que llegaron a tener algunos en aquel momento por lo visto fue infernal. Que cojones, en la propia Dragonball se nota, la serie era una comedia de aventuras y acabó en hostias y dolor intensito por la gilipollez de los lectores que decían que lo mejor eran los torneos de artes marciales, que querían más hostias.
Es que es eso. Yo puedo leer mangas cerrados, con un principio y un final. Pero meterme en esos mangas con 60 tomos publicados y una historia contada 100 veces y alargada hasta el infinito pues no.
Esos autores que se plantan, hacen un gran favor a la higiene del manga.
Porque evitan saturar el mercado de mangas que ya solo funcionan por pura inercia, y se pueden dedicar a sacar otras historias.
Ranma 1/2 medio yo la disfruté, pero era un bucle continuo que acaba perjudicando al conjunto. En las historias cortas y medias Rumiko brilla muchisimo.
Hombre, pero cuando eso pasaba en España era porque teníamos una dictadura militar nacional-católica (que provocó que desde los 80 se pasara al extremo opuesto como reacción, metiendo toda creación anterior a esa década en el mismo saco como si fuera lo mismo). Japón no tenía esa excusa en los 70.
En esa epoca la inmensa mayoria de los tebeos estaban aliniados a favor del regimen.
Primero, porque a ver quien quedaba con bemoles para sacar algo distinto.
Segundo, porque había limitación de papel y el régimen solo daba papel a los de su cuerda. Aparte de que te cerraban la revista o la editorial a la primera.
Así todos los tebeos por un lado o por el otro cumplian el papel de «enseñador» del espíritu nacional.
Roberto Alcazar y Pedrin era tal vez el más exagerado de todos por simple. Pero lo cierto es que en el fondo no tenía ánimo adoctrinador, era simplemente un festival de mamporros.
El guerrero del antifaz contaba historias nacionales, pero si te lo lees todos descubres que en el fondo no era maniqueista. El Guerrero protegía a judios desamparados, se enfrentaba a cristianos bellacos y se aliaba con musulmanes honorables cuando cuadraba.
Él se proclamaba cristiano, pero su lucha era por el bien y por los desfavorecidos dando igual la religión y la nacionalidad de la gente. Y también era el mayor culebrón español de todos los tiempos, dejaba a la Patrulla-x a la altura de un chisme de vecinas.
Y ya desbarro de nuevo.
Que los 40 años de dictadura no permitieron gran cosa en el panorama del tebeo español, pero aun así los autores contaron historias a las que el regimen no podía poner peros pero que se escapaban de todo el rollo nacionalista casposo.
En cambio japón en los 70 aun tenía mangas que exudaban nostalgia de la época de los militares. Y tendría que ponerme a pensar si no los hay aun ahora.
España afortunadamente supero la época de la adoración a lo militar con la transición. Aunque es un tema que es debatible a muchos niveles. Pero Japón aun lo arrastra https://es.m.wikipedia.org/wiki/Militarismo_japonés
No conocía esa saga de los Aznar, que cosas… Pero recuerdo haber leido Diego Valor de pequeño con gran cariño. Y recuerdo que no trataban los aliens enemigos como seres odiosos. Incluso el heroe liberaba esclavos de su emperador divinificado y tal. Y es de los 50.
Diego Valor es una obra impresionante de la producción española de ficción.
Serial de radio, novela, tebeos, serie de televisión, mercadotecnia en los 50. Flipante.
https://www.google.com/amp/s/fueradeseries.com/diego-valor-una-aventura-en-espana-y-el-espacio-7d06f05be72c/%3famp=1
Lo grande, y estoy convencido de que buena parte de su exito derivaba de ello. Es que no tenía ánimo adoctrinador. (Igual patino, pero es que es imposible hoy en dia ver la obra en su conjunto) Eran cómics de ciencia ficción que tiraban a lo universal por mucho que tuviesen detalles prohispanicos sonrojantes.
Ademas era lógico. Después de todo, era la versión hispana de DanDare, que a su vez era la versión inglesa de Flash Gordon, que a su vez era la versión de Buck Rogers.
En fin que de alguna manera el personaje era capaz de sacudirse sus corses para entregar historias universales de triunfo del bien sobre el mal y un mensaje de hermanamiento universal.
Y si no, que se lo pregunten al Capitán Trueno. Él era el más respetuoso de entre todos; daba igual de que nacionalidad, credo o color fueses, si eres un villano explotador de debiles te cae una soberana y muy igualadora torta.
Y sobre la Saga de los Aznar. Yo la reivindico. Es que aparte del delirio que es leer esas aventuras, es que es muy buena e imaginativa.
Es dinámica (las escenas de batallas entre naves espaciales y los ejercitos de robots avanzando, dejan a la Guerra de las Galaxias a la altura de un petardo mojado); avanzada a su tiempo; tratan temas poderosos de la ciencia ficción; narrativamente atrevida: cuentan las historias de varias generaciones de la familia a lo largo de décadas y ves como mueren los avejentados protagonistas para ser sustituidos por sus hijos.
No voy a decir que sea una obra maestra o algo así. Pero tiene virtudes inmensas y corre el peligro de ser olvidada.