Yo creo que esta va a ser mi semana de la ignorancia más absoluta, porque otra vez hablo de algo de lo que no tengo mucha idea. A ver, de metroidvanias algo bastante sé porque es un género que me encanta, pero de Record of the Lodoss War… Pues ni la más remota idea y encantado, oiga.
Para entendernos, allá por los 90 cuando si la gente quería un anime a lo Dungeons & Dragons tenía la maravillosa Slayers (Reena & Gaudy se tradujo por estos lares) se publicó un manga más «serio» con aspiraciones de épica con elfas de orejas desproporcionadas y mustias que por lo visto tuvo bastante éxito, Record of the Lodoss War. Lodoss es, para entendernos, Dragonlance. Publicada originalmente en 1986 como una transcripción de una partida de Dungeons & Dragons (literal) el autor original Ryo Mizuno no tardaría en adaptarlas como novelas de gran éxito que acabarían desencadenando una serie de OVAs -películas directas a video- mangas y hasta audio dramas. La cosa funcionó tan bien que el hombre siguió sacando episodios y episodios de la historia a través de los distintos formatos hasta hoy en día, con lo que la partida de rol le salió bastante rentable.
Mi primer contacto con Lodoss creo que fue a través del manga, y se me cayó rápidamente de las manos; no digamos ya con el anime, que me pareció también insufrible con sus elfos nazis y esas cosas tan desagradables, por lo que oye, al que le guste que disfrute, pero yo no pierdo más el tiempo con esto… Hasta que recientemente sacaron un videojuego de Record of the Lodoss War y resultó que era bueno. Que encima era un metroidvania, uno de esos géneros por los que siento particular debilidad (que tampoco es que me gusten todos, pero donde esté un buen Castlevania…) y vaya, que tenía buena pinta. Ninguno de sus juegos anteriores había conseguido interesarme -tuvieron hasta un MMO, ¡imaginaos!- pero Deedlit in Wonder Labyrinth estaba hecho con un trabajo de pixel art tan hermoso que joder, tenía que probarlo. Y vaya, vaya si merecía la pena.
Coproducido entre las desarrolladoras independientes Team Ladybug y Why So Serious -nefasto nombre este último, dijo el de Brainstomping- probablemente lo peor de Deedlit in Wonder Labyrinth sea que es un juego de Record of the Lodoss War, protagonizado por la susodicha Deedlit y sus personajes anémicos. Sin tener mucha idea sobre la serie original, estoy convencido de que el juego me ha destripado todas las novelas -se hace referencia a personajes muertos y cosas así- así que si has aguantado lo suficiente de este post aun siendo fan de Lodoss, te aviso de que el juego está situado cronológicamente al final de todo lo publicado hasta ahora, y que solo la nueva novela que va a publicarse en nada en Japón estará más adelantada. Pero vamos a lo importante, al juego.
Es, esencialmente, un Castlevania: Symphony of the Night. Se parece tanto que a veces bordea el plagio, pero a la vez es una versión más simple que jugablemente hasta se agradece por no obligarte a cargar con un inventario y un millón de reliquias. Deedlit tiene el poder de centrar sus ataques y defensa entre fuego y hielo, ocho poderes mágicos de ataque y equiparse un arma cuerpo a cuerpo y otras a distancia, que serán todos arcos. No es un juego difícil -y aunque lo fuera, siempre puedes hacerlo más fácil a golpe de subir niveles de experiencia hasta que el boss que se te resiste caiga como un mosquito aplastado en un parabrisas- pero sí que está tan bien hecho que tiene ese punto de jugabilidad que te agarra y te obliga a seguir jugandolo hasta que te lo acabas. Y esto tiene mucho valor, porque en ningún momento me importó lo más mínimo Deedlit, sus amores, sus enemigos y su confusión mental a lo largo de toda la historia; simplemente el juego es tremendamente bonito, la música acompaña -aunque no os esperéis precisamente a Michiru Yamane y demás compositores clásicos de Castlevania, esto está bien y ya- y lo más importante es lo dicho, que es tremendamente divertido.
Poco más que decir, más allá de valorar que éste sea un juego que se deja jugar cuando tú quieres y no cuando él quiere; que uno ya está un pelín harto de tanto juego que se cree que trabajas para él con sus eventos y tonterías online y se agradece un juego que no tiene más aspiraciones que hacerte pasar un buen rato, que no es demasiado largo ni demasiado corto y que encima vale unos quince euros que amortiza con creces. Vamos, que aunque no haya conseguido que me interese por la guerra de los lodos esos, no vería mal jugarme otro juego de estos…
«en ningún momento me importó lo más mínimo Deedlit, sus amores, sus enemigos y su confusión mental a lo largo de toda la historia»: eso es porque M’rabo tiene razón, no tienes sentimientos XD.
Ahora en serio, entiendo que «Mi primer contacto con Lodoss creo que fue a través del anime, y se me cayó rápidamente de las manos; no digamos ya con el anime», te referías en realidad al manga, primero.
Ese tuvo más de una edición en España, si no recuerdo mal, por la fama de Lodoss. Los animes (aparte de OVAs hay una serie) también tiene bastantes aficionados, aunque suelen serlo de los OVAs (pero la canción de la serie, que oí en los tardo-90s, en mi época «cuasiotaku», recuerdo que me encantaba).
Era una de esas franquicias de las que siempre se habló maravillas en las revistas de manganime, ya que, bueno, era «la» franquicia (tampoco es que hubiera muchas más en Japón, que yo recuerde).
La de «Slayers» era el reverso más cachondo (también empezó como una serie de novelas con adaptaciones audiovisuales), y aún teniendo personalmente más interés en Slayers que en la de Lodoss, reconozco que la primera no existiría sin la segunda (que en Japón, por lo que sé, fue muy especial).
Por otro lado…
Sobre lo de «se tradujo por…»: nunca me cansaré de decir (soy cabezota XD) que no tiene sentido decir eso, ya que no son traducciones (deformación profesional, el tema me toca de cerca), sino títulos inventados para vender al público el producto (porque desde el mismo momento que algo se vende, es solo «un producto», aunque sea una peli de Fritz Lang). Algo típico en cualquier mercado internacional (lo divertido es analizar las tendencias de los distintos países y décadas a la hora de vender una obra, tanto con él título patrio como con los pósteres, en ocasiones; el tema da para una enciclopedia lo menos).
Tendría sentido hablar de mala traducción, por ejemplo, si a una peli llamada «Sensible man» se la llamara «Hombre sensible» (cuando en realidad «sensible» en inglés significa «sensato», y una cosa no conlleva la otra).
Arreglao!
Y sobre Lodoss… A ver, es que Ys, Dragonquest o Final Fantasy son anteriores a las novelas de Lodoss, y el interés de los japoneses por la fantasía heroica ya venía de lejos, con lo que no sé hasta que punto las light novels de Slayers tienen como precedente directo Lodoss; ¿que lo petó? No lo negaré jamás, lo sufrí en mis propias carnes, pero en el anime ochentero hay auténticas virguerías. Seguramente lo que sí que hizo Lodoss fue aumentar el interés por Dungeons & Dragons y demás juegos de rol «de libro», pero dejando de lado las horrendas elfas de orejas tumbadas -que las tienes hasta en Warcraft, que empezó con elfos con orejas como dios manda- no acabo de ver…
Mierda, voy a tener que investigarlo.
De «Lodoss War» en su momento vi el OVA que salió en español a principios de los noventa, y me llamó la atención que fuera claramente la adaptación de una partida de «Dungeons & Dragons», porque hasta podías ponerle nombre a cada conjuro que lanzaban (ah, mira, eso era un Proyectíl Mágico, y ahora ha hecho un Dormir). No me llamó demasiado la atención ni me despertó interés por ver si habían más cosas de este mundo. Años después me leí el manga de «La Dama de Faris», que sirve como precuela, y me gustó el dibujo, pero la estética de elfos de orejas desproporcionadas me impide tomarme las cosas mínimamente en serio (ni en «Lodoss», ni en «Warcraft», ni donde sea).
Lo de las orejas caídas es una cosa tremenda, porque tanto en Japón como en Korea ha agarrado tremendamente y no parecen concebir otro tipo de elfos; ¿Cómo duermen esos elfos? ¿Boca abajo? ¿Y si dan vueltas en la cama, no se rompen las orejas? Que una cosa es tener orejas de Spock y otra que te lleguen hasta la coronilla, ¿pero que vayan perpendiculares a tu cabeza y ocupen cabeza y media? ¡Solo un demente podría haber tenido semejante ocurrencia!
Si vas a probar suerte con cosas que tengan manga o anime deja que te recomiende cosas!!
NO, TÚ NO! TÚ ERES EL ÚLTIMO QUE DEBERÍA RECOMENDAR NADA!
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¿Qué intentas con esto? ¿Escandalizarme? ¿A mí a estas alturas? ¿Quieres yo ahora te enlace porno alemán o qué? No voy a bajar al barro contigo, más que nada porque yo conozco el concepto de higiene personal del que tú tanto te escapas!
Enlaza porno Aleman para poder denunciar el blog, que lo borren y ser libre!!
Yo solo sé que te estás adentrando en unas cavernas demasiado profundas hasta para tí!
Pero se ve una luz al final!
El brainstorming que tenemos los directores de rol haciendo partidas no es nada desdeñable como fuente de inspiración.
Leí algo de Lodoss War, pero no me llamó especialmente.
A ver, no voy yo a rechazar un libro, un cómic o lo que sea solo porque venga de una partida de rol, pero hay que decir que hasta Critical Role la cosa parió unos cuantos engendros…
Por cierto, este año parece que nos quedamos sin Oscars otra vez por culpa de M’Rabo, que tiene muy mal perder y el último año lo único que ha hecho es ver anime y ni una sola película. En fin, que le vamos a hacer, supongo que habrá que buscar otra manera de que vea Rocky II…
Intentando hacerme chantaje emocional en publico! que bajo has caído!
Un Metroidvania tiene que estar muy mal hecho para no ser minimamente bueno. Y más si el arte es bonito, siempre son muy disfrutables.
Sobre Loddos, pasó una cosa, que tuvo un aura de anime adulto o épico que le creó una vitola de calidad. Canal plus lo sacó codificado. Bien que me acuerdo.
La canción del inicio y el diseño de muchos personajes (Deedlit, el comandante del espadón gigantesco y la elfa oscura que estaba colada por él, los dragones, y otros) evocaban más de lo que al final la historia daba.
En definitiva, era un rollo Señor de los Anillos, que más molaba cuanto menos te metías en la historia, porque al final era una acumulación de tópicos.
Más Dragonlance que ESDLA, que por lo poco que recuerdo había mucha «reapropiación».
Digo Señor de los Anillos porque en aquella época ni sabía lo que era Dragonlance. De Dragonlance habría visto alguna novela anunciada en la parte trasera de algúna revista o cómic y gracias.
De lo que si me acuerdo, fue de que cuando vi los seis VHS de Loddos me quedé con cara de ¿Y ya está? ¿Al final esta es la historia?
No me caló nada. Me las vi casi como un deber del colegio. Sin que me generase ninguna emoción.
Por decir algo los dos primeros OVAS de La Leyenda de Arislan me gustaron mucho más sin ser gran cosa. Por lo menos me llegaban los personajes.
Creo que de los VHS de Lodoss War el único personaje que me interesó mínimamente fue el ladrón (¿Woodchuck?), y va y resulta que acaba corrompido o poseído o algo así, y no recuerdo que fuera porque hubiera hecho nada mal, sino sencillamente le tocó a él de forma completamente arbitraria (en una partida de rol habría sido porque el jugador que lleva el personaje ya no puede asistir a más sesiones y el Director de Juego ha decidido mantener el personaje como PNJ recurrente).
Lo mismo falló una tirada y el director de juego es un mierda que sigue la tiranía de los dados hasta sus últimas consecuencias.
Una hechicera había ocupado el cuerpo de una joven sacerdotisa (o algo así), y era uno de los poderes en la sombra en toda la historia (y uno de esos personajes con buen diseño); el enano del grupo solo vivía para liberar su cuerpo de la posesión.
El grupo se enfrentó a la hechicera, lograron erradicarla. La chica quedó libre y el enano muere allí mismo. El ladrón se queda apartado en un rincón mientras los demás están arremolinados alrededor del enano yaciente; y entonces el espíritu de la hechicera reaparece emboscandolo para ocupar su cuerpo.
Los otros solo se acuerdan del ladrón a la salida, en plan de: ¿No eramos más?
Poca camadería ví en ese grupo. Cada uno iba a su bola y no se sabía ni como se juntaron.
Seguramente te llegaron más porque ya no eran la transcripción de una partida (creo), porque por lo que he leído a partir de cierto punto empezó a escribir directamente la historia y no a transcribir las partidas.
Es que en Loddos los personajes eran sacos de tópicos, en plan de: tu el espadachín, tu la arquera elfa, tu el sacerdote…
En Arislan los personajes tenían historia y personalidad, había un trasfondo. Hasta sus oponentes; que no villanos, porque tenían motivaciones correctas con las que podías empatizar, eran muy interesantes.
No hay color entre unos y otros.