Lo que vais a leer a continuación no está escrito en piedra. Mal que nos pese, los personajes van mutando a lo largo del tiempo y, igual que le pasó a Cervantes con el Quijote de Avellaneda y demás apócrifos, hay montones de versiones de Superman a cargo de distintos autores que son completamente contradictorios con la esencia del personaje original. Porque la esencia del personaje original, en su concepción es la del antiabusones, la del defensor de los oprimidos. Y que difícil es ser el defensor de los oprimidos cuando cargas con los símbolos de los opresores…
Que a ver, en todas partes cuecen habas. No nos engañemos, Superman estaba realizado por dos chavales que no llegaban a la veintena cuando lo inventaron -consiguieron publicarlo unos años más tarde, eso sí- y su visión del mundo estaba ceñida a su día a día; a los macarras de barrio, maltratadores, empresarios sin escrúpulos o gangsteres y los escándalos de corrupción que bombardeaban los titulares de los diarios ya por aquel entonces. En mitad de todo aquel panorama era normal que la mente de Jerry Siegel y Joe Shuster pensaran en un héroe que rompiera con todo aquello, aunque solo fuera para adaptar una vieja historia sobre una especie de variante de Dr Jekyll con poderes psíquicos; Superman no es una creación surgida de un día para otro, pero su esencia era un mundo injusto contra el que se rebelaba, ya fuera para hacer el mal o hacer justicia. Y sí el Superman malvado original no tuvo éxito, el que terminaría por funcionar era uno que usaba sus poderes desinteresadamente, por el bien de los demás, por no tolerar la injusticia. Superman era una fuerza de la naturaleza que no rendía cuentas a nadie pero a la vez era infalible, un ciclón de justicia que pasaba por encima de unas leyes que no estaban a la altura de sus ideales. Y entonces llegó National, entonces llegó DC…
No, no vamos a echarle la culpa a DC de todos los cambios que no nos gusten entre la versión original de Superman y la actual. De entrada, DC no ha tenido la voz cantante en todo momento -el cine, los seriales radiofónicos, las series de animación y la TV ha tenido mucho que ver- pero creo que a su vez son responsables de muchos cambios la mar de interesantes para el personaje que lo han enriquecido tremendamente. Por mucho que ponga a caer de un burro la administración Weisinger, es bajo su tutela en la que se inventan muchísimos de los elementos de ciencia ficción del personaje que, aunque separaron casi por completo al personaje de sus motivaciones «realistas», lo enriquecieron tremendamente. Que no nos engañemos, si hubiera sido por Jerry Siegel Superman le habría contado su identidad secreta a Lois Lane muchísimo antes, y el personaje habría terminado décadas antes de que lo pudieran tocar los Byrne, Morrison o hasta Alan Moore. Pero si estamos hablando de quién es Superman, que es lo esencial para que el personaje mantenga su identidad, tenemos que sintetizar al personaje tanto en lo bueno como en lo malo, ver lo que nos sobra y la parte en la que no se hace hincapié. Y joder, anda que no es irónico que el mayor enemigo de Superman sean los prejuicios…
Porque hasta los mayores fans del personaje que tienen la casa alicatada con la S de Superman muchas veces te sueltan lo de «es que Superman es demasiado poderoso, por eso se inventó la kryptonita, por eso se le enfrenta a villanos más poderosos que él». Y se equivocan, por supuesto. Se equivocan los que recurrieron durante años y años a esas trampas, los que cogen el atributo más característico de un personaje y lo retiran del tablero para poder colocarlo en situaciones más «mundanas», más manejables. Superman no necesita la kryptonita igual que a Lex Luthor tampoco le hace falta, porque el gran superpoder de Lex Luthor es que es amoral y la gran «debilidad» de Superman es que tiene todos los escrúpulos que le faltan a Lex. Lex es malvado, le gusta ser malvado y se regodea en ello, Superman es humilde y hasta llega a darle vergüenza quedarse a sacarse la foto. Situaciones en las que a Superman le dan las llaves de la ciudad y se ve forzado a recogerlas para él son tremendamente incómodas, mientras que para Lex son un baño y masaje para su ego por el que se desvive. A Superman no le importa lo que piensen los demás mientras se haga justicia, mientras las cosas estén «bien», y por eso el Lex Luthor empresario funciona mucho mejor que el del planeta Lexor, porque le importa tremendamente lo que opinen de él y su enfrentamiento con Superman no va de venganzas, si no de egos, de demostrar que él es mejor que Superman porque si no no vale nada.
Porque, y volviendo al tema de los abusones, Lex Luthor es como cualquier otro abusón, quiere ser fuerte y poderoso para poder abusar, para que no abusen de él, porque en el fondo tiene miedo. Y Superman, por su lado, es todo lo contrario; nació con sus poderes y podría decirse que prácticamente está hecho para abusar de ellos, porque le cuesta horrores no hacerlo ya que con solo estornudar podría derruir edificios enteros; esto provoca que tenga que tener cuidado en casi todo lo que hace y por eso acabas notando que en sus mejores caracterizaciones tiene detalles como volar más lento entre edificios porque no quiere se revienten los cristales y hieran a alguien o prefiere dialogar con los atracadores que tener que noquearlos. Superman no quiere hacer daño ni a una mosca a pesar de que físicamente podría destruir el planeta entero, conquistarlo o lo que hiciera falta, porque Superman está hecho para abusar y no lo hace; por eso cada vez que ponemos a Superman tomando la solución más fácil y dejándose llevar matando kryptonianos lo estamos devaluando.
Es más, llevamos casi treinta años leyendo historias de Supermanes «alternativos» malvados. Supermanes fascistas, Supermanes asesinos, Supermanes inhumanos… Y seguramente le gustarán a gente que no le guste o no le interese Superman, porque si quiero un tipo superpoderoso que sea malvado meto la mano en el cubo de los villanos y me salen a paladas. Que sí, que está el morbo de «¿que puede haber hecho que el parangón de la justicia se vuelva malo?» pero más allá de eso todas las historias del Superman malo se pueden contar con Mongul o cualquier matado de esos. «Voy a contar una historia en la que matan a Lois Lane y Superman pierde los nervios» o peor «Superman está triste porque la gente ya no le quiere y se monta una granja virtual en el polo norte» nos presentan un Superman que supuestamente es llevado al límite, cuando lo interesante de Superman es que no tiene límites, que no se rinde, que es imparable, que siempre encuentra una solución mejor; va a acabar con el abusón, no se va a quedar con los brazos cruzados aunque se quede sin poderes, aunque le cortes los brazos, las piernas y la cabeza. Es Superman, y la base del género de superhéroes está precisamente en ese carácter de no rendirse jamás.
Pero alguno me dirá con razón que un personaje tan poderoso, tan indomable, es complicado de escribir. Que aunque tengamos en cuenta que su «debilidad» es ese corazón tan grande que no le cabe en el pecho, Superman sigue siendo jodido de escribir. Ya, y también escribir a Sherlock Holmes era bien complicado, a pesar de que Conan Doyle se iba más por las historias de aventuras que por las de misterio. Quieras que no, Superman es el paquete entero, puedes debilitarlo, hacerlo menos poderoso o sacarle enemigos más fuertes que él que lo maten a puñetazos en las calles de Metropolis, pero lo que va a hacer que tu historia sea memorable es el apelar a la esencia del personaje, porque es eso lo que hace que sea una historia de Superman y no de otro personaje.
En resumen, está complicado el escribir bien a Superman. Sería más fácil tratarlo como un personaje con sus mismos poderes pero que se deja llevar por sus miedos y pasiones, con cierta ambigüedad moral -al fin y al cabo, todos somos hipócritas a nuestra manera- y que de vez en cuando cruza la línea porque eso nos da escenas tremendamente dramáticas que impactaran al lector o espectador novato. Pero si hacemos eso no solo estaríamos escribiendo una mala historia de Superman, estaríamos tomando una decisión consciente de hacer un trabajo tramposo y mediocre. Y si algo no debe ser Superman es mediocre…
Muy decepcionado con este artículo, que no me ha aclarado quién es Superman.Yo sospecho de Clark Kent, ¿alguien los ha visto a él y Superman juntos?
Ahora en serio, estoy muy de acuerdo con tu visión del personaje, y creo que los autores se obsesionan con lo de que es demasiado poderoso, cuando a la hora de la verdad, en la Liga de la Justicia casi siempre se lleva una paliza y termina Batman sacando las castañas del fuego, que sin ningún poder en la práctica es el que resulta invencible.
Creo que esa obsesión con el poder les impide centrarse en la personalidad del personaje, más difícil de plasmar en estos tiempos cínicos que la del típico antihéroe, pero que por ejemplo en la acera de enfrente resuelven habitualmente mejor con el Capitán América, que es similar en bastantes aspectos.
Lo único con lo que no estoy de acuerdo es con la valoración del Luthor de Hackman, que es un actor inmenso, pero que creo que no dio con la tecla con un Luthor demasiado desmelanado (no pun intended), demasiado vendedor de coches usados, como le pasó luego a Spacey. Mientras Superman sí ha tenido buenas traslaciones a la acción real, todavía nos falta por ver el Luthor definitivo, y de momento las mejores versiones están curiosamente en la TV, como sucede también con Lois Lane, por cierto.
No hace mucho M’Rabo me decía que John Cryer es su Lex Luthor favorito, y tal vez sea la mejor versión del personaje porque está construída sobre todas las anteriores y toma cosas prestadas de Hackman, Brown y hasta de Rosenbaum… El Lex Luthor supervillano loco con armadura, el Lex empresario, el Lex temperamental… Todo juntito y bien mezclado. Y funciona, es un personaje capaz de hacerte reír y congelarte la sonrisa en la misma escena, es lo que debería ser Lex Luthor. Pero aun así me sigo quedando con Gene Hackman, sí.
Porque allí donde habían contratado a Marlon Brando para hacer de Jor El y se puso a hacer el mamarracho de forma vergonzosa «porque aquella película era una tontería», Hackman llega siendo una de las principales estrellas de Hollywood del momento -en serio, estaba en lo más alto de su popularidad- habiendo hecho protagonistas la mar de dramáticos y teniendo una reputación de actor «serio», y hace Superman. Y se la toma tan serio o más que Richard Donner, a pesar de que en aquel momento Lex Luthor era el mamarracho científico loco que vivía en el planeta Lexor con Ardora. Hackman recoge el guante del personaje y lo sintetiza de forma magistral; si su principal motivación es la destrucción de Superman, Lex Luthor tiene que estar completamente despegado de la realidad, porque Superman es un cacho pan. A partir de ahi Hackman, Donner y Mankiewicz articulan un personaje con un complejo de inferioridad galopante que necesita maltratar a los demás para sentirse bien, que se compara a Superman para no reconocer sus propias debilidades. Que es rastrero, canalla y miserable hasta las últimas consecuencias, pero que a la vez está pagado de si mismo hasta la náusea. Por eso es mi favorito; puede que objetivamente no sea el mejor porque muchos de los Luthor posteriores recogen su trabajo y lo amplifican -no hay más que ver el Luthor de Byrne, vaya- pero tiene una fuerza y una personalidad que, a su manera, no había vuelto a ver hasta la versión de Cryer.
Y sí, Spacey tiró de Hackman lo más grande, pero no añadió nada al producto por más que la escena inicial de Superman Returns sea estupenda. Eso por no hablar de que para interpretar a Lex Luthor creo que es muy necesario el saber qué es lo que está bien y qué es lo que está mal.
A mí me parece superior Cryer, que tiene la ventaja sobre Hackman, claro, de partir de la versión postcrisis del personaje, mucho más interesante.
Me acabo de acordar de la decepción tremenda que sentí cuando vi en un número de Superman/Batman a Luthor pasar de presidente de EEUU a volver a la armadura verde y revertir de golpe a la Edad de Plata. Años de construcción del personaje tirados a la basura por Jeph Loeb.
Ya lo dice Byrne, el problema de los cómics de hoy en día es que están escritos por fans. Por supuesto, él pertenece a una de las primeras generaciones de fans que se puso a escribir cómics y pecó de eso mismo, pero uno no deja de pensar que lo que movió a Loeb a tirar a la basura el trabajo de veinte años de Lex Luthor postcrisis fue el volver a ver al Lex de cuando él era chaval.
Vamos, que el «back to basics» no vale para todo.
Es que con cosas como esta como para no querer a este Luthor, aunque tenga la «trampa» de poder construirlo sobre lo que hicieron sus predecesores. La pena es que a Hackman no le tocasen unos guiones asi con los que haber podido ser el Luthro definitivo.
Sin desmerecer en absoluto el guión del Superman de Donner, por supuesto.
Quien diria que Lenny se pareceria tanto a su tio.
A mi juicio, el Lex Luthor de Kevin Spacey es casi tan divertido como el de Hackman (no en vano se supone que es el ‘mismo’ personaje) y consigue algo que aquel no pudo: llega a dar cierto miedito; y hablo con la escena en la roca de kryptonita en mente. Pero, claro, el ritmo lento y el tono depresivo de la película, y lo que luego hemos sabido de Spacey y Singer (que menudo par), le quitan parte de la gracia. Y, a parte, el Luthor de Hackman y Donner sigue siendo más divertido, más carismático, más expresivo, más glamouroso, más presumido y relamido… Creo que Hackman refleja mejor (manda narices) la libertad y el atractivo de encarnar un personaje sin ataduras morales. Y, desde luego, su Luthor abrió el camino al Luthor empresario ideado por Wolfman.
Creo que, como con Ian McDiarmid en ‘El retorno del jedi’ y en las precuelas (J. J. Abrams consigue lo que parecía imposible; que Palpa sea aburrido), las interpretaciones de Hackman, hasta la de Spacey, y puede (no he visto la serie, pero sí escenas sueltas) que la de Cryer, son ‘campys’ en un sentido inteligente y bien dirigido.
Ojo que hace no mucho se rumoreaba que JJ iba a encargarse de Superman…
Uff, lo que nos faltaba.
J. J. ya hizo un guión de Supermán que corre por internet y que me imagino que aquí conoceréis: cuando ‘Superman Returns’ iba a ser ‘Superman FlyBy’ y la iba a dirigir Brett Ratner. Tiene cosillas interesantes, como algunas interacciones del niño Clark con Pa y Ma Kent. Pero, en todo lo demás, es un puñetero desastre: Krypton no es destruido, pero tiene una guerra civil/dictadura por parte de un hermano de Jor-El y su hijo; Kal-El es una especie de elegido profético; y Lex Luthor es una agente del FBI que, según el borrador, o se alía con los kryptonianos, o es un kryptoniano infiltrado él mismo.
https://youtu.be/D4dT2eBWI2M
¡Exactamente!
Esta es una frase de Morrison sobre Superman, y es una de las que más me gustan y, creo yo, mejor lo definen. No es fácil, más aún a día de hoy teniendo a los SnyderFans que demandan una versión «edgy» del personaje, como si no hubiera análogos de Superman distorsionados para leer o ver (el problema no es que te guste, si no que pidas que un personaje sea algo que por naturaleza no es o no debería ser), pero tampoco imposible escribir a Superman. Y pienso que se podrían escribir historias más relacionadas a esto, más el día a día del personaje y así también apegarse a la realidad.
Al fin y al cabo creer en un Superman y/o en sus valores es tremendamente necesario hoy en día.
Tanto o más que en 1938, los telediarios no dejan de recordárnoslo.
Pues, para mi Superman es más bien fácil de escribir; a diferencia del mundo de grises (tirando a muy oscuro) de Batman, Superman existe en un mundo más real en el que los malos no son payasos psicópatas sino gente con dinero y poder que constantemente teme por su status porque sabe que está sostenido más por conceptos que por hechos. Y Superman es la realidad; el objeto que impacta y pasa a través de todo lo que es injusto y
opresor pero que consideramos real e inalterable debido a nuestro muy «enmendado»
contrato social al que él es inmune. Superman es el ídolo que representa a las masas que pueden hacer frente a todo eso, ya sea que lo tomemos como escapismo o como inspiración. Que nadie sepa escribir a Superman luchando contra injusticias en el mundo ya es otro problema. Que todos caigan en «si hacemos eso realísticamente hablando acabaría haciendo como el Escuadrón Supremo de Gruenwald (o Red Son)» o «caería ante el peso de tener que resolver todos nuestros problemas», ya es porque la gente encargada de los cómics de Superman tienen una visión del personaje y del mundo acotada a aquella de sus lectores más cínicos y aburridos.
Ni que hablar que las prioridades a la hora de contar una historia en cómics hoy en día están completamente desencajadas. Hasta hacen extrañar las reglas estramboticas de Weisinger, porque al menos tendrías un mínimo de estructura (ok, he dicho una brutalidad, pero hace falta orden en las dos grandes porque de todos los que rompen las reglas ninguno arregla nada).
Estoy completamente de acuerdo contigo, hace falta echarle un par de narices. Y oye, en mi opinión el Weisingerismo sigue completamente vivo, porque seguimos nutriéndonos de estrambóticas historias originarias que en vez de solucionarse al final de cada historia de 15 páginas se solucionan quince meses después. A estas alturas del partido uno podría pensar que ya deberíamos haber superado los clichés de hace casi cuarenta años engendrados por Watchmen, el Escuadrón y demás, pero no, seguimos igual. Seguimos pensando que para contar historias series y relevantes los personajes tienen que tomar decisiones cuestionables, y así es como no son capaces de contar una historia de Superman como es debido.
Como decía Pepito, Superman sigue haciéndonos mucha falta.
Pues sí, en ese sentido el Weisingerismo sigue increíblemente vivo. Asusta como lo mejor que jamás hizo Weisinger es lo que la industria decidió echar a un costado no solo una sino que 4 veces (Marvel, Valiant, Defiant, Broadway Comics) y ni siquiera por las cosas que aún mantenía de Weisinger, porque esas siguen estando como remarcas.
Así como también echaron a un costado a Alan Moore, que por mucho que técnicamente se hubiese «autoexiliado», es obvio que no es su culpa el que ahora mismo no esté escribiendo cómics de Superman que entiendan que no existe una dualidad entre Clark Kent y Superman, sino que su faceta de reportero refleja exactamente la idea de un Superman que si bien arregla, está tanto en sus historias como fuera de ellas para delatar las injusticias en aventuras tanto «realistas» como «fantásticas» (que después de todo, si se puede hacer con Star Trek o los Pitufos como señalaba M’Rabo, también se podrá con Superman). Y eso jamás dejará de hacernos falta.
Y sobre las decisiones cuestionables para ser serios y relevantes, mi opinión post lectura de la Civil War de Millar: «Como sucede en muchos cómics de la Marvel de Quesada, la ambigüedad se nos presenta no a través de hacer actos irracionales comprensibles sino que a través de eliminar un marco racional haciendo a todos los personajes llevar a cabo acciones irracionales e incomprensibles.»
Aparte de lo del «exceso de poder»…
…que algo de eso puede que haya, por algo se hizo aquella breve pero intensa etapa del «Hombre de arena» en la era pre-Crisis donde su poder se reducía a la mitad, pero también se eliminaba la kriptonita para no recurrir siempre a ese truco facilón (etapa que no sé si se cargó Julie Schwartz)…
…Diría que en realidad, el mayor problema que tiene la imagen del Supes es que se le suele ver como un cazurro que resuelve todo con los puños o la fuerza bruta.
O al menos, así es como suele representársele siempre en las parodias, como un bobalicón con poco seso, o directamente un bestiajo, que es solo la suma de sus poderes. Hasta Uderzo en su último álbum hizo algo parecido, con sus «superclones» para representar a los súpers yanquis, que eran básicamente un ejercito de réplicas de Superman, caricaturizado casi como un neandertal (aunque bueno, lo de ese álbum… XD).
Sí, en las primeras historias de Siegel y Shuster era un poco bestiajo, ejem, más allá de sus buenas intenciones (aunque siempre le mostraran como alguien perfecto, quizá demasiado). Sin embargo, desde los 50, en plena era Weisinger, ya no era así (lo de hacerlo más perfecto aún, sacándole poderes como superhipnosis según conveniera, sí). ¿Entonces?
Puede que sea por el efecto de algunas portadas que buscaran ser épicas, o más bien representaciones en cine y TV que impactaban (en la época) por sus escenas de efectos especiales y la gente se quedaba solo con eso (como los famosos cortos animados de los Fleischer: y es que ver a Superman hacer retroceder un rayo a puñetazos marca mucho XDD).
Respecto a guionistas que le entiendan, diría que Joe Kelly es alguien que quizá le pilló el punto mejor que nadie, en los dosmiles. No lo digo por la historia aquella famosa contra «La Élite», una especie de guiño a The Authority, donde precisamente se pretendía criticar la visión ultraviolenta y cínica de los superhéroes que se suponía que era «lo que molaba»… sino por una historia «ligera» y a ratos semicómica dibujada por Germán García donde se enfrentaba a Etrigan, uséase Demon.
Ahí Etrigan, en un centro comercial en fiestas navideñas, se ponía a sacar, si recuerdo bien, los secretos oscuros y demonios internos de la gente, aterrorizándoles, pero cuando lo intentaba hacer con el Supes, lo que sacaba de él era una representación gigantesca de un Supes granjero, que buscaba cosechar y sacar lo mejor de la tierra (y la gente). Lo cual tenía sentido al criarse precisamente en Smallville como granjero. Por lo cual a Etrigan se le pasaban las ganas de hacer el ganso y se declaraba vencido, no sin amenazar con volver al año siguiente, más por diversión que por maldad (la verdad es que otro personaje que nunca tengo claro si le pillan el punto de por qué hace lo que hace, y qué es lo que realmente hace, es Etrigan…).
El Superman de Fleischer no deja de ser hijo de una época en la que Superman sigue siendo capaz de acabar con todo «lo malo», llegando tal y como tu dices a poder pegarle puñetazos a los rayos. Lo podía hacer todo y ahí estaba una de las mayores razones de su éxito; que era capaz de hacer lo que nadie podía haber hecho hasta entonces, no tenía límites. Y así es como lo vieron muchos guionistas del momento, a los que una vez se les pasó la borrachera años después no sabían que hacer con el personaje. En el fondo, es exactamente lo que pasa con Lex Luthor, se pasó décadas estando a medio cocinar y tanto dibujantes como guionistas se preguntaban si debía saltar o volar, enfrentarse contra el gobierno o solo contra el crimen y demás.
Se dieron varias soluciones «al problema» y aun así no se acababa de dar con la tecla exacta, y aun así -lo siento, tengo que volver a Donner- la solución tal vez entraba por la parte más sencilla, cuando Lois Lane le pregunta a Superman quién es el responde «un amigo».
Un amigo que te ayuda cuando tienes un problema, cuando tienes el agua al cuello, que habla contigo si hace falta o te libra de «los malos», pero un amigo de todos, y no de unos pocos. Tal vez, más allá del granjero de Kansas, Superman sea solo eso, un buen amigo.
¿Un amigo dices?
https://brainstomping.com/2016/11/04/el-motorista-fantasma-tiene-un-amigo-que-le-ama-cuando-tony-isabella-metio-a-jesucristo-en-un-comic-marvel/
No me cites a mi mismo! XDDD
Gran artículo. Felicidades por tener tan claro lo que otros (coff,coff, snyder,cofffffffff) no ven aunque tengan delante.
Gracias. Creo que lo que le pasa a Snyder es que no ve más allá de sus narices y le dió por hacer una peli sobre Ayn Rand con un personaje que es la antítesis de su pensamiento. Y así le lució el pelo!
Los leo con asiduidad rayana a la devoción desde hace más de cinco años, y nunca me he animado a comentar pues no es lo mío, pero si existe un tema al que me gustaría dedicar unas líneas es el que hoy nos ocupa (si no lo hago ahora no lo haré nunca).
Debido a mi carácter y opiniones mayormente cínicas, así como diversas preferencias, quienes me conocen suelen pensar que mi personaje favorito es Batman (a quien le guardo gran aprecio, aunque menor que al azuloso).
Me han deleitado el Superman de Siegel y Shuster, el de Weisinger, el de Schwartz, el de Byrne, el de Moore, el de Mc Cloud, el de Morrison, y me parece que todos comparten una raíz en común que creo es la quintaesencia del personaje: la empatía y la bondad, valores que en estos tiempos son mal vistos y hasta despreciados por muchos.
Las características de Superman ya han sido muy bien descritas por ustedes, así que me adhiero a lo señalado, sin vergüenza en reconocer que durante la lectura del artículo, mis ojotes se pusieron brillantes y húmedos al recordar los buenos momentos que he pasado durante más de 30 años gracias a éste gran personaje.
Quiero finalizar con una adaptación libre de una frase de Bradbury: «Cuando lleguemos a las estrellas, Superman nos acompañará. No, ya estará esperándonos allí».
Saludos desde Perú, al otro lado del charco.
Muchas gracias y bienvenido a lo de comentar. Tenemosr un problema bien gordo como sociedad si la empatía y la bondad están mal vistos y hasta son despreciados. Igual lo que pasa es que hemos dejado a muchos miserables decirnos que «tal o cual cosa no puede ser» o «algunos tendrán que hacer sacrificios», no siendo nunca el que dice esto último el que se vaya a sacrificar.
En fin, lo dicho, que nos hace mucha falta seguir creyendo en Superman.
Superman y Lex Luthor son la dualidad supervillano/superheroe por antonomasia.
Aparte de todo lo dicho, muestran la diferencia entre una persona estable y sana frente a una persona inestable e insana.
La persona sana no va por ahi planeando mil miserias con las que intentar sentirse mejor, él intentará hacer del mundo un lugar mejor en la medida de lo que pueda. Su dolor es que el entorno no sea agradable y feliz. Él quiere teansmitir a los demas seguridad, paz y alegria. Él quiere que los demás alcancen su potencial de plenitud.
Un abusón por contra es por definición cobarde. Va implicito en la palabra. El abusón quiere curarse del miedo y del dolor que sienten a base de transmitirselos a otros.
Es para preguntarse cuanto dolor y miedo deben sentir. ¡Cuanta piedad deberiamos sentir por ellos! ¡Por eso lo que menos soportan es que se les mire con compasión, con piedad! Es el ataque a su vanidad más certero y por tanto más doloroso.
Lex Luthor como Craneo Rojo, no soportan que exista un Superman o un Steve Rogers, porque se saben inferiores, se saben minúsculos ante su grandeza. Les hacen recordar todos los días como de pobres hombres son.
Lo terrible es, cuantos psicopatas que solo viven para sentirse mejor a base de hacer daño hay por ahí. Pues muchísimos. Y si logran éxitos no es porque sean más listos o más capaces (que pueden serlo), es porque no tienen restricciones a la hora de actuar mal, para ellos es su naturaleza.
Y ademas la gente buena no va por ahí pensando que maquinaciones pueden estar haciendo contra ellos. La gente buena se sorprende de que exista la maldad. En ese sentido son más vulnerables.
Lo doloroso, es pensar en la gente buena que acaba resentida contra el mundo por lo mal que se ha portado con ellos, y acaban retraidos y desganados de aportar nada más.
El verdadero superpoder de Superman, es el superpoder de no desganarse jamás de mejorar el mundo. Y eso que el debería tener el alma encallecidísima después de todo lo que ha visto; pero no. Por eso Superman es el verdadero superhombre.
Bueno, es lo que dice Rubin en su cómic de Superman, ¿no? El superpoder más importante es la empatía. Como bien dices los cabrones no tienen filtro, y para justificar sus canalladas dicen que cualquier otro haría lo mismo en su lugar. Y todo esto a pesar de que saben que es mentira, pero claro, ésa es la mejor forma de acallar su conciencia.
El problema es que no se dan cuenta de que el que es difícil de escribir es el Superman humano o vulnerable porque es una paradoja con patas. El más poderoso de la galaxia pero tan frágil como un humano. Es imposible sacar dahí una historia verosímil y coherente. El Superman primigenio es un ángel veterotestamentario y así es como debe escribirse. Es una auténtica Némesis griega. Hace justicia sin parar en barras. Si la haces las pagas; da igual lo que hagas, el castigo te acaba alcanzando. El problema es que el guionista yanki medio actual sólo sabe escribir sobre el yanki medio porque es gente provinciana. Allí se les enseña un oficio no cultura. En fin, que, claro, si sólo sé escribir a John Smith pues claramente escribir a Kal El me es súper complicado porque no tengo ni herramientas ni experiencia para ello. La solución de Morrison la desconocía pero me parece ideal para todos esos guionistas mencionados, los otros pueden escribir sobre un ángel veterotestamentario. Que no es el bonachón que os gusta sino el primigenio, un tipo por encima de lo humano. Las historias de Superman son de ver como el castigo cae a pesar de que los criminales tienen la sartén por el mango. El drama no está en ver a Superman en problemas sino a los delincuentes cayéndoles encima el cielo. El problema es que los superhéroes desde la crisis de los 90 se han aburguesado o gentrificado por culpa de gente como Bendis y palmeros. Los superhéroes son aristocráticos. Jode que esa sea la ficción de una democracia pero es que EEUU pretende ser una educando a la gente para ser Trumps. Esa es la contradicción dese estado y esa es la tensión que anima a los Superhéroes. Es lo de Lee (que es frase de Teodoro R.) el poder conlleva una responsabilidad para con los débiles. Los superhéroes son el pepito grillo del estadounidense que sólo busca triunfar sobre los demás, y Superman el palo cuando uno se pasa darrogante. Los superhéroes ahora están como están porque se les escribe como ruines burgueses, perdón por la reiteración, cuando son héroes, o sea, irreales; íntegros, valientes y sacrificados. El problema del XXI es que nadie quiere escribir a gente noble y la mayoría del público no quiere leer sobre gente noble porque no quiere ser señalada. Por eso Snyder puede hacer lo suyo. El problema de Superman no es literario sino de época.
Nah, no sería yo tan cínico; Snyder al final se la ha pegado y su Superman ha desaparecido del mapa. Que sí, que va a hacer su montaje, pero no creo que la cosa vaya mucho más allá cuando Patty Jenkins ha conseguido petarlo con una Wonder Woman que desprende esa bondad e integridad que tanto despreciaba el Snyderismo. Vamos, que sigo diciendo que Superman no solo no ha pasado de moda, si no que sigue estando vigente más que nunca.
Consuélate si quieres pero yo no hablo de que un Superman ángel neotestamentario, como os mola, o veterotestamenterio, como me mola, no esté vigente, sino de que el personaje no vende ni la mitad de lo que vendía en los 50. Lo que quise decir es que Snyder ha podido hacer lo suyo porque el Superman de Donner no vende medio millón de grapas al mes. Si el personaje de Siegel&Shuster vendiese eso, a Snyder no le hubieran dejado hacer su versión. Espero que en esto estemos todos dacuerdo. El hecho es que un Superman heroico ha pasado de moda para mucha gente, y así seguirá mientras gente como Trump sea la imagen de EEUU. Un Superman heroico es creíble cuando parece que EEUU defiende la libertad, cuando se convierte en un arrogante egoísta el símbolo es increíble. Por supuesto que no es el único factor, pero si los estadounidenses, porque son los únicos consumidores que cuentan, no se ven como campeones del bien, un Superman a lo Patty Jenkins seguirá siendo tan quimérico como lo es hoy. Sus «calzoncillos» son el símbolo de todo esto.
Entonces igual lo que toca es que Superman vuelva a ser el defensor de los oprimidos porque es lo que hace falta ahora mismo, ¿no? Que al fin y al cabo, no me cansaré de repetir que ése es mi Superman preferido…
Claro, si en eso te apoyo. Si yo creo que casi todos los que estamos en vtro. blog llevamos años clamando para que vuelvan los héroes. Nunca sobra un defensor de los oprimidos y siempre sobra un abusador o un explotador. Lo que pasa es que en EEUU se han olvidado de eso.
I’ll have to start writing in english, then. O algo.