En 2008 yo pensaba que George Lucas estaba desnortado, que necesitaba urgentemente alguien que le ayudara a dirigir su torrente creativo. Las precuelas habían demostrado palpablemente aquello de «solo no puedo, con amigos sí» y Clone Wars llegaba en un momento de hastío precuelero en el que uno no quería saber nada sobre clones, Anakin Skywalker y demás zarandajas. Y sin embargo toma, dos tazas, otra vez volvíamos al corazón de las Guerras Clon, al Consejo Jedi siendo completamente insoportable y al -ugh- ejército droide, la Federación de Comercio y las maquinaciones de Darth Sidious. Doce años después, la voy a echar mucho de menos.
Es difícil resumir en unas pocas líneas lo que ha supuesto la colaboración de George Lucas con Dave Filoni. Lucas, que otra cosa no pero que siempre tuvo buen ojo para el talento, se fijó en él después de que dirigiera buena parte de la primera temporada de Avatar: The Last Air Bender, una de las mejores series de animación en lo que va de siglo. Corría el año 2005 y acababa de estrenarse La Venganza de los Sith, última entrega de las precuelas y momento clave en la historia de Lucasfilm; cansado de jugarsela con el cine, Lucas había optado por no hacer más secuelas de la serie y centrar el futuro de la saga en la televisión, reclutando a los mejores escritores de televisión para que llevaran a cabo su sueño de una serie de televisión de alto presupuesto. Paralelamente a todo esto -que, como sabemos, nunca llegaría a buen puerto porque nadie quiso hacerse cargo de los costes del faraónico proyecto y sería lo que acabaría forzando la venta de Lucasfilm a Disney años más tarde- Lucas había decidido crear una división de animación que demostrara que Star Wars podía funcionar perfectamente como programa de televisión, aunque fuera para niños. Filoni entraba pues al proyecto como segundo de abordo del propio Lucas, que lo iba a controlar todo con su mano de hierro habitual… Pero pronto el alumno iba a sorprender al maestro.
Las primeras temporadas de Clone Wars no es que hayan envejecido mal, es que de entrada se les nota lo mucho que les faltaba por pulir. Dejando de lado la naftalina precuelera, la división de animación de Lucasfilm acababa de arrancar y como siempre le pasaba al propio George Lucas, la tecnología iba por detrás de sus propias ambiciones. Hablando en plata, la animación de los primeros episodios de Clone Wars es tosca, los personajes todavía se esfuerzan demasiado en imitar sus versiones cinematográficas y Ahsoka Tano, la protagonista indiscutible de la serie, es un personaje en estado embrionario que por su corta edad recuerda peligrosamente a algunos de los peores momentos de las precuelas. Sin embargo y a pesar de todo esto, Clone Wars y Ahsoka consiguieron sobrevivir a sus primeras temporadas con gran éxito en sus emisiones en Cartoon Network -el mismo canal que había emitido años antes las Clone Wars de Genndy Tartakovsky- y consolidando su éxito con la tormenta de merchandising asociada. Pero aun así, Clone Wars seguía sin ser gran cosa…
Porque la serie era todo un proceso de aprendizaje para todo su equipo. Lucas nunca había hecho una serie de televisión y Filoni tampoco había producido una, su división de animación iba construyéndose poco a poco y la gran historia a largo plazo que se iba revelando a lo largo de las distintas temporadas -que en principio parecían constar de líneas argumentales autoconclusivas que se resolvían en tres o cuatro episodios- empezó a basarse más en la construcción de personajes que en los grandes eventos de la guerra. Lucas había aprovechado para retomar personajes que eran meros apuntes en las Guerras Clon de Tartakovsky como Assajj Ventress -joder que nombre más retorcido, no me lo aprenderé nunca- o el propio Conde Dooku en las películas y desarrollarlos en profundidad durante esas primeras temporadas, pero aun así estos personajes no conseguían hacer clic de la misma forma en la que poco a poco personajes como Rex o la propia Ahsoka estaban empezando a hacerlo. Y sí, digo estaban empezando porque ésto era solo el principio.
Porque es en la tercera temporada -2011- cuando Clone Wars empieza a despegar. La historia de Mandalore, tan denostada en principio por retconear gran parte del Universo Expandido -sí, eso ya pasaba antes de Disney- tomaba forma poco a poco y apuntaba una gran historia a largo plazo, estableciendo un conflicto que llegaría hasta el final de la serie y la serie de televisión de El Mandaloriano. A su vez, Ventress empezaría a dejar paso a la historia de las brujas de Dathomir, Savage Oppress -que nombre más Lucasiano- y la futura resurrección de Darth Maul, algo que a todas luces nos parecía un esperpento absurdo que no llegaría a ninguna parte y que acabó siendo una de las mejores decisiones de la serie. Poco a poco Filoni parecía hacerse con el control del barco, los episodios «de relleno» iban siendo los menos y Clone Wars se adentró en su mejor momento con la cuarta y quinta temporadas, todo parecía ir viento en popa hasta que cuando estaban a medias con la sexta temporada… Llegó la cancelación.
George Lucas, incapaz de conseguir financiación para una serie de televisión que valía diez millones de dólares por episodio, optaba por jubilarse y vender su imperio a la Disney de Bob Iger. Esa jubilación, que en principio no iba a ser tal porque la intención de Lucas era la de seguir dirigiendo su compañía dentro de la propia Disney, fue forzada por un Iger que no creía que después de las precuelas Lucas fuera la persona indicada para seguir pilotando la nave que él mismo creó. Dejando como su sucesora a Kathleen Kennedy, Lucas abandonaba el barco y dejaba las Guerras Clon en manos de Filoni, que no tardaría en recibir la supervisión directa de una Disney que poco más o menos le vino a decir que dejara todo lo que estaba haciendo y se pusiera a hacer otra serie de televisión basada en la trilogía original: Star Wars Rebels.
En principio en Rebels Filoni no tenía el control que tenía en Clone Wars, porque lo compartía junto a Greg Weisman -sí, el de Gárgolas- y Simon Kinberg -no preguntéis- pero Weisman dejaría su puesto tras la primera temporada y Filoni se descubrió como el Stan Lee de la nueva serie, el tipo que salía en todas las entrevistas y al que todos los actores de doblaje, guionistas y demás hacían referencia como su «jefe». Y a pesar de que muchos fans de Clone Wars en un principio rechazaran el nuevo proyecto, pronto se descubrió que Rebels continuaba muchas de las historias que se plantearon en Clone Wars -precisamente Mandalore y Maul- y algunas de las grandes incógnitas de Clone Wars se vieron resueltas en dicha serie. Sin embargo y a pesar de todo esto, quedaba la espinita de que Clone Wars no había terminado…
Mientras tanto, los tiempos han cambiado tanto como para que Disney ahora sí que vea bien el hacer una serie de imagen real de Star Wars. Por supuesto no van a llamar a George Lucas para realizarla, pero Kathleen Kennedy tiene el buen ojo de fijarse en el buen trabajo que ha hecho Filoni con Clone Wars y Rebels, con lo bien que ha trabajado en equipo con el resto del Lucasfilm Story Group -que desde la compra de Disney retconeó absolutamente todo lo que no fueran las películas de Star Wars, con la excepción de las Clone Wars de Filoni- y la tremenda buena fama que tiene entre el fandom para ponerlo a cargo de The Mandalorian, la primera serie de imagen real. Otra vez se repite el modelo de Clone Wars, con Filoni trabajando de aprendiz a cargo de alguien más veterano, pero en este caso será un viejo colaborador suyo, John Favreau -que ya había interpretado al mandaloriano Pre Vizsla en Clone Wars- y los temas que tratará la serie serán continuación directa de Clone Wars y Rebels, con la historia de los mandalorianos y las consecuencias de los actos de Pre Viszla en el epicentro de la trama. Y por supuesto, The Mandalorian fue un éxito rotundo, el triunfo indispensable que necesitaba Disney para el lanzamiento de su nuevo servicio de streaming. Lo que es más, llegó en un momento realmente crítico para la franquicia.
Porque paralelamente a todo esto, Disney había tratado de capitalizar la compra de Lucasfilm por la vía rápida produciendo en seis años casi tantas películas de Star Wars como George Lucas en treinta. El resultado había sido un tanto desigual, con milagros de producciones salvadas en el último momento como Rogue One o el tropezón en taquilla de Solo mientras la trilogía de secuelas demostraba una preocupante improvisación que provocaría una fuerte división entre la audiencia. El estreno del Episodio IX coincidió con el de Disney+ y The Mandalorian, y en un momento en el que muchos espectadores despechados podrían haber renegado de la franquicia para siempre, de repente se encontraron con una serie que respondía a sus sensibilidades al cien por cien. Pero claro, eso debía ser porque no habían visto Clone Wars o Rebels.
Así que es lógico que sea justo en este momento cuando Dave Filoni haya podido sacarse la espinita y terminar Clone Wars. Rebels ya había respondido a algunas de las preguntas más importantes, pero todavía nos quedaba por ver que fue de Ahsoka tras el final de la truncada sexta temporada y que le ocurrió durante La Venganza de los Sith, ésa película en la que su mentor, maestro y amigo Anakin Skywalker pierde la cabeza y junto a todo el ejército clon se lía a asesinar jedis. Y sí, esta última temporada funciona pulsando todas las teclas correctas… ¡Y de que manera! Pero eso ya lo veremos mañana, que este repaso ya ha quedado bastante largo.
No voy a ser el que se queje de The Clone Wars. Me parece un serie que aunque tarda en arrancar y tengas que informarte en foros o en la wikipedia de como ver «cronológicamente» la serie para no perder el hilo, supone un soplo de aire fresco a las precuelas, dedicándole tiempo a personas que en las películas no tuvieron espacio para brillar (excepto al puto Jar Jar Binks, que le dedican dos o tres capítulos como «protagonista» y encima le encasquetan una novia en sus ultimas apariciones, que ya manda tela XD).
Aunque hubo historia «de relleno» que se dejaron y que habrían sido interesantes de ver (el final de Asajj Ventress junto a Quinlan Vos o el capitulo de Bobba Fett en el que se bate en un duelo leoniano contra Cad Bane),en general The Clone Wars es lo más salvable de las precuelas y un seriote como la copa de un pino.
Lo más salvable de las precuelas sí, porque aparte de eso no se me ocurre absolutamente nada más allá de algún videojuego como Star Wars Racer… ¡Y mira que se hicieron cómics del periodo de las precuelas, pero ni por esas!
hubo novelas buenas! la de darth plaeguis la mas destacable!
Esa es de James Luceno, ¿no? La verdad es que de ese hombre solo leí la de Tarkin, y me pareció bastante lamentable que se pasara más de medio libro rabiando porque le habían robado su destructor nuevo último modelo. Joder, hay formas de hacer historias de Tarkin en los que aparezca sin mangonearlo!
Y si mal no recuerdo, la sexta temporada se estrenó por allá por el 2013 en Netflix, en un momento donde los streaming no pisaban ni de cerca tan fuerte como hoy en día, y pasó un tanto desapercibida, excepto por los fanáticos más acérrimos de la serie. Recién ahora, muchísimos años después retornó la serie, aunque de eso probablemente hablen mañana (aún no veo nada de esa temporada).
No coincido en esto de que la serie «salvó» de alguna forma a la era Star Wars de Disney de ser absolutamente vapuleada por el resultado de la trilogía, pero sí y por lejos es el producto más redondo y disfrutable desde el 2015, junto con algunos cómics. Siento que tiene un bajón en los capítulos del medio, pero tiene un alto nivel y se nota al principio y al final.
Hey, hoy se vende en digital «Justice League Dark: Apokolips War», el final del UCDC animado. ¿Le dedicareis una entrada a esta serie de pelis?, que son casi seis años construyendo un universo cinematográfico mil veces más solido que el de Zack Snyder y compañía. Que por cierto, esta última peli es lo más cercano al Snyder Cut que la gente va a ver nunca XDXD.
El mayor halago que se puede dar a esta serie lo vi en una parodia de youtube en el que Darth Vader discutía con los personajes de Star Trek. Vader decía que el único material de Star Wars que contaba era The Clone Wars y la trilogía original, menos los ewoks.