Si algo me interesaría de una ucronía en la que la carrera espacial la ganó la Unión Soviética y no EEUU, es conocer cómo los soviéticos consiguieron llegar antes a la luna que los yanquis. Pero For All Mankind no va de eso, porque se centra en las profundas transformaciones que sufren unos EEUU que son humillados por la bandera roja en la luna y deciden, como el aldeano de villabajo que quiere escarbar más que el de villarriba, que si los otros pueden, ellos más.
Ronald D. Moore -creador del reboot de Battlestar Galactica de 2003, el bueno con final discutible- se une a Matt Wolpert y Ben Nedivi para tratar de jugar a adivinar que habría pasado si la carrera espacial hubiera continuado hasta nuestros días, si la URSS y EEUU no hubieran preferido seguir matando a unos pocos voluntarios en el espacio en vez de cientos de miles en la Tierra. Pero como decía, no nos engañemos, la idea de la serie no es explorar las razones por las que se da esta ucronía, el objetivo es especular sobre la idea de cómo habría cambiado todo si el espacio hubiera sido el centro de todas las miradas de las dos mayores superpotencias del planeta.
Para ello, en la serie de Apple TV+ van mezclando personajes reales como Von Braun o Deke Slayton junto a otros de ficción como Ed Baldwin o Gordo Stevens, dos astronautas de la vieja escuela que van viendo como los movimientos propagandísticos de la URSS fuerzan la mano del presidente Richard Nixon para incluir mujeres astronautas, adelantando así gran parte del movimiento de liberación de la mujer y creando unos años 60 y 70 alternativos en los que los roles de género y los estamentos sociales empiezan a diluirse cada vez más. El objetivo de todos es conquistar el espacio antes que los rusos, y para ello los EEUU son capaces de abandonar Vietnam antes de tiempo y destinar todo el dinero posible a hacer mejores cohetes, crear bases espaciales y lo que haga falta.
Aun así, todo es un marco para el tapiz de la vida de Ed Baldwin, su esposa Karen, Gordo y Tracy, el primer matrimonio de astronautas o Margo Madison, la discípula aventajada de Von Braun que poco a poco va descubriendo el verdadero pasado nazi de su mentor. Dicho rápidamente y mal sí, es un Mad Men de astronautas, pero aunque algunos como M’Rabo tengan demasiada prisa por verlos llegar a la actualidad colonizando Saturno y usando motores hiperespaciales, si tenemos un poco de calma en For All Mankind tenemos una serie bastante disfrutable, indiscutiblemente la mejor de Apple TV+ y que en su primera temporada de diez episodios promete que irá a más.
Eso sí, tengo que reconocer que me fastidia que Moore y su equipo no se hayan inventado nada para contarnos por qué la URSS llegó antes a la Luna sin ningún problema; históricamente sabemos que a principios de los 60 iban muy por delante de EEUU, y que lo que verdaderamente los retrasó fue un fallo de diseño en sus nuevos cohétes pesados destinados para ir a la Luna que no paraban de reventar y abrasar astronautas. Es más, la URSS nunca llegó a arreglar el problema de esos cohetes, con lo que para cuando llegaron los 70 y vieron imposible el llegar a la Luna antes de la década siguiente, decidieron dejar de plantearse el proyecto y se limitaron a construir estaciones espaciales, con lo que el gobierno de EEUU empezó a recortarle los fondos a la NASA y los obligó a abandonar el proyecto de cohetes más ambiciosos en favor de aeronaves reutilizables como los transbordadores, cuyo trabajo sería fundamentalmente el de poner y reparar satélites.
Las opciones que se abren para la serie son tremendas, con las dos superpotencias en la Luna e invirtiendo todo lo posible en dispositivos para entrar y salir de la atmósfera, las dos superpotencias dejando tranquilos a unos cuantos países que en nuestra realidad lo pasaron bastante mal… Todo ello acompañado de unos personajes que, como digo, a lo largo de los 10 episodios de la primera temporada no han hecho más que ganar y unos actores que, si bien no llegan a la altura del elenco principal de Mad Men, poco a poco me están ganando y empiezan a conseguir que la comparación no sea odiosa, si no perfectamente justa.
Solo VI el primer episodio g me pareció demasiado americentrico para mi gusto… los rusos llegan a la luna y solo saben sacar yanquis paletos deprimidos.ni un ruso contento,ni un europeo sorprendido… nada. Que la URSS llegue a la luna es solo una derrota de los Usa,nada más. No importan el resto de humanos,pese al nombre de la serie. En el resto de episodios siguen igual de tónica?
Ya digo que ni se molestan en contarte el porqué de que los rusos llegaran antes, se centran en la llorera de los yanquis y las transformaciones que van sufriendo a raíz de eso. Y lo de For all mankind va por la placa que llevaban los astronautas del Apolo XI, «We came in peace for all mankind»… En pacífica competición con los rusos, vaya.
Supongo que con el coste fe la renovada carrera espacial la URSSse va al guano lucho antes, no?
A mi el final de Galactica me encantó. Todas las cinco temporadas diciendo claramente que dios estaba detras de los acontecimientos. Todo el mundo esperando un giro final para que fuese otra cosa… ¡y el giro es que todo era verdad, y las teorias que plantean los protagonistas racionales estan equivocadas!
Lo que me pude reir…
Yo es que apenas recuerdo yo todo aquello, me pareció semejante patochada que no quise saber nada más del tema. Aquello fue equivalente al final de Armageddon 2001, como el personal había adivinado el final de la serie… ¡Pues se inventaron otro, aunque apenas cuadrara con lo que habían estado contando hasta entonces! ¡Porque Starbuck no es medio cylon, ahora es un ángel! ¡Toma ya!
A mí el final de Galactica es el único que recuerdo que me estropea toda la serie en retrospectiva; ni el de Perdidos me hace eso.
Sí, eso es lo que me pasa precisamente a mi, que no me quedaron ganas de volver a verla y por eso ya no me acuerdo de casi nada, que han pasado ya diez añazos 😛