Al’s Baby – Mafiosos embarazados, violencia humor, John Wagner y Carlos Ezquerra ¿Que mas se puede pedir?

En el mundo de la ficción a menudo nos encontramos con propuestas que rozan lo absurdo cuando no se zambullen directamente en el, y este cómic es un claro ejemplo de ellos. ¿Porque a quien se le podría ocurrir realizar un cómic protagonizado por un matón de la mafia duro y despiadado como el que mas y contarnos como se queda embarazado? Pues John Wagner y Carlos Ezquerra fueron quienes no solo se atrevieron a contar una historia tan absurda como esta, sino que consiguieron que una premisa así diese como resultado un divertidisimo cómic de esos que es difícil soltar hasta terminar. Así que vamos a ver como este mafioso fue capaz de llevar a termino su embarazo sin morir en el intento.

En el mundo futuro de 2017 Al “La Bestia” Bestardi es el asesino mas duro y despiadado de la ciudad de Chi-Town. Pero tras esa dura fachada Al teme como a nadie a dos personas, a Velma su esposa y a su suegro y jefe, Don Luigi Sarcoma. Un jefe que ve la muerte cada día mas cerca y quiere asegurarse de que antes de morir tendrá un heredero que garantice el futuro de la familia. Pero pese a la insistencia del Don Al se ve incapaz de convencer a Velma de que renuncie a su carrera como cantante para tener un hijo, por lo que finalmente solo le queda una alternativa, someterse a un novedoso procedimiento medico y ser el mismo quien se quede embarazado. Pero la vida de un asesino de la mafia no es la mas tranquila para llevar a buen termino un embarazo como Al pronto descubrirá…

A estas alturas sobra decir que en 2000 A.D. y allegados no sabían lo que eran ni la vergüenza ni los complejos y que se atrevían prácticamente a todo, y Al’s Baby es la mejor prueba de ello. Una historia que como dato curioso originalmente fue concebida como un pseudo spin-off de Juez Dredd, comenzaba con una profesora en Mega-City One contándole a sus alumnos la historia de Al y su embarazo, pero que para cuando fue recopilada se creo un nuevo prologo para que fuese una historia completamente independiente. Una historia que pese a estar presuntamente ambientada en un futuro relativamente cercano (en 1991 cuando se publico originalmente el 2017 aun era el futuro) quitando un par de detallitos tecnológicos aquí y allá la historia podría haber estado ambientada sin problemas en casi cualquier década del pasado siglo.

Pero lo que realmente destaca de Al’s Baby mas allá de la locura de su premisa es el sentido del humor cafre y salvaje que salpica toda la historia. Y es que aquí nos encontramos a un John Wagner que se aleja un poco del dramatismo y los elementos satíricos que son las características de su estilo se me suelen venir a la mente cuando pienso en su trabajo para dar rienda suelta a un humor gamberro, grueso, muy negro y en ocasiones incluso casi infantil, tanto que por momentos me hacia dudar de si no estaría leyendo un cómic escrito por Garth Ennis. Un pequeño cambio de estilo que ademas de mostrarnos su versatilidad como escritor me ha dado la sensación de que se lo debió pasar bastante bien escribiendo esta historia que en realidad son tres, publicadas entre 1991 y 1997, las dos primeras en Judge Dredd Magazine y la ultima en la cabecera madre 2000 A.D.

Un cómic que no hubiese sido lo mismo sin el trabajo de uno de los colaboradores principales de Wagner, el gran Carlos Ezquerra. Este, habituado aquí a tomar prestadas las caras de actores famosos sus personajes le dio a Al un curioso aspecto que parece una mezcla entre Schwarzenegger y Robert Mitchum que pro un momento me hizo creer que esto no era mas que otro ejemplo de esa larga tradición de la revista de inspirarse en el cine y la televisión para crear sus historias, hasta que comprobé las fechas y me encontré con que Al’s Baby era tres años anterior al Junior de Arnold. Pero parecidos físicos a un lado aquí nos encontramos como no podía ser de otra forma con otro despliegue del gran talento que tenia Ezquerra para plasmar la violencia y los gags visuales y conseguir que esta enorme gamberrada funcionase como un reloj a la hora de hacer pasar un buen rato al lector.

Probablemente este articulo sobre otro cómic británico me cueste otra semana sin beber agua limpia o sin comer pan del mes y a Diógenes le cueste otra buena mordida en esas visitas que tanto ansia para poder forrarse con el blog, pero si ese es el precio que hay que pagar para hacer que el mundo sepa que que existe un cómic tan loco como este en el que dos grandísimos autores se lo pasaron de miedo haciendo reír a sus lectores, es un precio que vale la pena pagar. Así que todo el que busque una lectura algo diferente aquí tiene un gran cómic con el que pasar un buen rato, que ademas nos encontramos ante uno de esos escasos títulos (mas allá de los personajes realmente populares) en los que existe una edición en español (aunque de hace siete años eso si) por lo que esta vez hay menos excusas que nunca para no darle una oportunidad a esta recomendación.