Y cuando digo hedonismo digo ponerse hasta las cejas y hundirse en la autocomplaciencia, que quede claro. Salió la semana pasada un debate por aquí sobre The Wicked + The Divine, preguntándose el personal por qué le gustaba tanto a la muchachada y los demás nos sentíamos tan desconectados de la serie. Se especuló sobre el tema, se dieron muchas razones… Pero no se habló del cómic en sí. Y en los cinco añazos que ha durado la serie, no hemos hecho ninguna reseña sobre él, a pesar de que hemos reseñado casi todo lo que hace Kieron Gillen (y su extensión Jamie McKelvie). Así que como M’Rabo es un desgraciado que sólo habla de cómic inglés que se haya comprado Rebellion, me toca a mí hablar sobre los dioses pijoteras estos…
De entrada voy a hacer la carnicería para que el que no quiera leerse el post y encabronarse tenga alguna razón para hacerlo: The Wicked + The Divine es un refrito de ideas que ya hemos visto y que no explora su potencial ni por asomo, alargando la historia tontamente y con una cantidad de relleno tremenda que llega a su máxima expresión cuando nos ofrece unas diez páginas en negro en el número 37, que vienen precedidas en el 36 por otras tantas páginas de repetir la misma escena a lo largo de otras 10 páginas pero en épocas diferentes. Cualquier editor le habría dicho a Gillen «no tío, no» y McKelvie probablemente le dijo «que huevos tienes, para el número siguiente quiero diez páginas en negro» y Gillen cumplió. Yo que sé, hasta aquí la bilis y el mal, ya podéis iros a insultarme o a insultar a Gillen y McKelvie.
The Wicked + The Divine viene a contarnos como cada 90 años 12 chavales son elegidos por una anciana llamada Ananke para convertirse en dioses por dos años. Durante ese periodo de tiempo, los chavales adquieren poderes tremendos y se convierten en estrellas de rock, juglares o lo que sea que hubiera en su época, gente que distrae a la gente con una especie de comunión y cuya aparición supuestamente disipa una terrible oscuridad con una condición; que todos los dioses mueran al acabar esos dos años. Obviamente detrás de todo esto hay una conspiración tremendísima que se nota ya desde su planteamiento, con el personaje de una ultrafan de los dioses y aspirante a convertirse en una de ellos que trata de demostrar la inocencia de uno de los dioses cuando lo acusan de asesinato.
Para caracterizar a los dioses Gillen y McKelvie han acudido a fusionar dos elementos principales: la identidad del dios original -ya sea Baal, Amaterasu, Sakhmeth o Lucifer- y alguna estrella de rock/pop -ya sea Prince, David Bowie o Rihanna- dejando claro que el principal gancho de la serie es el de ver una reencarnación de esas deidades como celebridades que se comportan como gente hedonista e hiperviolenta sin que los gobiernos de la Tierra hagan gran cosa al respecto porque claro, esta gente es hiperpoderosa y te puede reventar la cabeza de un chaquido de dedos -que digo yo que menudos cagaos, Thanos con eso se carga medio universo y aun así se le echó encima el otro medio universo-. Y todo esto en el marco de Londres, porque W+D es un cómic anglocéntrico -a pesar de que trata de tener un reparto diverso, TODOS son británicos a pesar de representar deidades de todo el mundo- y cuando sacan a alguna autoridad siempre es uno de esos cretinos que ha provocado el Brexit con su incompetencia o inoperancia.
El problema viene cuando el lector se encuentra de sopetón con Gillen haciendo malabarismos sobre 14 personajes arquetípicos que nunca llega a poder desarrollar tanto como si manejara un número más reducido, con lo que más de uno se habrá perdido. Sumado a todo esto está el hecho de que un escenario en el que dioses -superhéroes- siendo tratados como tales ya lo hemos visto en series como The Authority, Escuadrón Supremo o Miracleman, y el punto novedoso de W+D era el que eran estrellas de rock que vivían deprisa y dejaban un bonito cadáver -cosa esta última que también fue explorado por el Death Sentence de Montynero, y hasta cierto punto vemos a muchos personajes comportándose como el vampiro Lestat de Anne Rice- con lo que de Gillen se podría esperar que llevara la idea un paso más allá… Y no lo hace, si acaso durante los primeros números se habla del fenómeno fan a través del personaje introductorio en la historia, pero más allá lo único que tenemos es a un grupo de tipos superpoderosos tremendamente hedonistas que no hacen otra cosa que ahogarse en sus propias miserias. Que sí, que viven una conspiración y van cayendo uno a uno como si esto fuera Diez Negritos, pero cuesta mucho que empatices con unos personajes desdibujados -insisto, no consigue hacer un retrato de la mayor parte de ellos, con lo que sus muertes tampoco te afectan mucho- y que para colmo de males con tremendamente poco empáticos el resto de la humanidad; para ellos «el resto del mundo» es solo un escenario de fondo, algo de lo que sacar energía psíquica y puñetas porque están demasiado ahogados por, como decía, sus propias rabietas. Gillen los retrata como niñatos y todos los personajes de la serie acaban siendo niñatos al margen de la edad biológica que muestren.
Y luego tenemos el que creo que es el mayor problema de la serie, que unido a un desarrollo muy lento y que en excesivas ocasiones recurre a contenido de relleno «para dar trasfondo» (porque Gillen sabe que Shekmeth o Amaterasu no te importan un cagao), más un ritmo de publicación «muy Image» hace que la historia se nos haga eterna. Para entendernos, el decompressed funciona bien si sirve para darnos más información sobre los personajes y sus motivaciones, pero aquí directamente la información no solo es redundante si no que en ocasiones ha acabado siendo contradictoria -aunque eso último cogedlo con alfileres que seguramente un giro de los últimos números lo arregle, o eso espero-; me parece bien que haya especiales que sirvan para ilustrar como fueron los panteones de generaciones anteriores, pero ya no me parece tan bien que se dedique un número entero a mostrarme una entrevista varios de los dioses que apenas tienen interés; que al final claro, las entrevistas de la SuperPop eran exactamente así, totalmente vacías de contenido, pero esto no es como las entrevistas de Watchmen que te daban las claves de muchos de los personajes, aquí lo único que oímos es eco y más eco.
Para acabar me gustaría decir que sí, que yo no soy el público objetivo de The Wicked + The Divine, pero tampoco lo era de Young Avengers o de Journey Into Mystery. Tampoco lo soy de la Nancy Drew de Kelly Thompson ni del Archie de Mark Waid, y aun así aquí me tenéis, me lo pasé bien con esos cómics. Un cómic -o una película, o un libro- puede atacar a un público objetivo y explotar en mayor o medida sus sensibilidades, pero no me cansaré de repetir que nosotros como lectores tenemos la necesidad de ser capaces de valorar algo al margen de lo que digan nuestras tripas, y si The Wicked + The Divine no pega un gran cambio al final -que llegaría tarde, todo hay que decirlo- será un cómic bien dibujado y que desaprovecha todo su potencial por un guionista que no supo ver más allá de los oropeles. Una pena.
Todos los personajes son ingleses porque los dioses cada 90 años reencarnan en una sola locación
Ya, esa es la excusa del cómic, y hasta cuestiona la «integridad cultural» de personajes como Amaterasu. Pero eso no justifica que la única autoridad que aparezca sea la de Downing Street, cuando todos sabemos que si pasara algo así estarían todas las superpotencias queriendo meter la cuchara, sumado a las grandes corporaciones queriendo sacar partido económico…
Esta es una serie que tienes que leerte en tomos porque como vayas a número mensual te puedes morir.
Pero la historia me parece interesante . Yo solo la he ojeado pero una vez la termine tengo ganas de comprarla para leérmela del tiron .
Es una historia que parece que será cerradita y con un cast de personajes que parece que irá disminuyendo según los “eliminen del juego “ por lo que no importa que sea grande en un principio
Yo me he leído todo lo que ha salido hasta ahora y el resto del trabajo de Gillen, así que te puedo asegurar que con un reparto más limitado los personajes habrían ganado muchísimo más y con ello la serie entera. Van cayendo como pichones y prácticamente cada muerte te da absolutamente igual, en ocasiones te presenta un personaje un número y al siguiente ya está muerto, otros se ve que directamente tienen todos los boletos porque «están de fondo» y así con todo.
Y ojo, vuelvo a repetir, con esto no quiero decir que la serie sea mala, simplemente estoy indicando que problemas le veo.
En lo poco que leí de TW&TD me quedó claro que sus supuestas virtudes estaban mejor exploradas en Young Avengers.
Que tampoco entiendo esa gente que lo justifica todo con un «no es para mí» o «no es para todo el mundo». Si la calidad está ahí te salta a la cara. Y la mierda no digamos.
Seguramente el problema venga de tantos y tantos que en cuanto sienten que un producto «no es para ellos» son incapaces de apreciarlo y lo rechazan. Y a toda reacción viene una contrarreacción, en este caso todos esos que pretenden justificar lo injustificable con «es que no es para ti, no puedes juzgarlo», ¡pues con más razón debería poder juzgarlo, porque al público objetivo se le atacan todas sus sensibilidades, mientras que el que no lo es tiene más fácil conseguir que sus «feels» no se coman su buen juicio!
A mí lo que me da más rabia es que Gillen en otros cómics está haciendo un trabajo mucho más variado que le está haciendo crecer como autor, mientras que McKelvie sigue con el rollo juvenil/popstar/y demás sin cambiar de registro desde Phonogram. Y joder, con lo que ha mejorado este hombre en todos estos años, creo que si se pusiera a hacer algo radicalmente distinto crecería muchísimo más.
Ese proceder es similar a la falacia del alegato especial.
Me la hicieron ayer: tu no lo puedes entender esto, porque te falta la condición/sensibilidad especial que sea.
En parte, sirve para alimentar un tipo de relato que cumple la función de dar una sensación de pertenencia a un colectivo especial y arcano que no es entendido por el resto de la sociedad.
En definitiva, eso es de lo que trata The Wicked + The Divine.
Es un comic perfecto para adolescentes que no se sienten pertenecientes a nada. Que se sienten especiales pero inadaptados. Por eso todos sus personajes actuan como niñatos hedonistas; es que son niñatos hedonistas que justifican todo en base a la falacia de «no eres como yo, por lo tanto no me entiendes» y la actitud de «me guardo toda mi supuesta complejidad en el interior porque la sociedad no me entiende»
The Wicked + The Divine no es una historia, si no una pose, una estética (y por eso es tan importante el rollo pop y musical en ella). Su verdadero valor, es el de ser y al mismo tiempo mostrar perfectamente una forma de ser.
Habría que ver como es su público objetivo.
Pero eso es una constante en buena parte de la ficción del último siglo, al final el concepto de la identidad secreta no deja de estar diciendo «por el día soy normal y aburrido como tu, pero por las noches salgo a combatir el crimen y soy especial». Claro que está hablando de la adolescencia, del cambio, de querer crecer muy rápido y aceptar demasiado fácil ese cambio (Sekmeth) o negarse a él (Woden), y realmente la idea es la mar de interesante. El problema nunca será ese, porque es un planteamiento, puede ir bien o puede ir mal, el problema es que el desarrollo no ha sido todo lo bueno que debería ser, y puede que eso haya provocado que haya gente, como bien dices, que se abrace a la idea como un koala y le perdone todo lo demás. Y me alegro de que disfruten leyendo estos tebeos, pero de lo único que me lamento es de que los autores pueden dar más de sí y se ha perdido una oportunidad para hacer algo más grande.
No sé si seré el único, pero cuando el reclamo principal de una obra narrativa es su componente pop a mí ya me echa para atrás.
¿Que? No. Los personajes son niños hedonistas porque, primero, son muy jóvenes y, segundo, son celebridades idiotas que solo viven para complacerse a sí mismos y complacerse a sí mismos complaciendo al público .
Eso de «los personajes son idiotas porque el autor es un idiota» o «porque están hechos para idiotas» no siempre aplican.
No creo que nadie haya querido decir eso, y si lo ha dicho alguien, afirmaciones como esa suelen decir mucho más del crítico que del autor.
Alguien dijo:
«Es un comic perfecto para adolescentes que no se sienten pertenecientes a nada. Que se sienten especiales pero inadaptados. Por eso todos sus personajes actuan como niñatos hedonistas; es que son niñatos hedonistas que justifican todo en base a la falacia de “no eres como yo, por lo tanto no me entiendes” y la actitud de “me guardo toda mi supuesta complejidad en el interior porque la sociedad no me entiende”»
Yo creo que Zatanna no quería irse tan al extremo, pero no sé, el sabrá…
/tiro una bomba de humo y desaparezco…
A ver; que lo que escribí lo escribí continuando con el texto del artículo y el comentario de Diogenes, y así hay que entenderlo. Pero sí, puede malentenderse mi texto.
La cuestión del artículo es que The Wicked + The Divine tiene un gran predicamento hoy en día, y sin embargo deja muy frio a mucha gente que no le encuentra mayor atractivo «preguntándose el personal por qué le gustaba tanto a la muchachada y los demás nos sentíamos tan desconectados de la serie»
Y es que, hasta lo que he leido, The Wicked + The Divine se alimenta narrativamente de toda la temática clásica del adolescente (busqueda de la personalidad propia, inicio de la independencia, incertidumbre ante el futuro, busqueda del grupo integrador, etc). Pero son adolescentes hedonistas e imbéciles, y eso no supone que ser adolescente o ser celebre te convierta directamente en un hedonista imbécil; hay muchos adultos desconocidos que tienen actitud de adolescente hedonista imbécil y muchos adolescentes celebres que no son hedonistas imbéciles.
Sí digo que «Es un comic perfecto para adolescentes que no se sienten pertenecientes a nada. Que se sienten especiales pero inadaptados.» Pues lo confirmo, es un producto que trata de la problemática adolescente que supongo que lo hace idoneo o al menos interesante para el público adolescente. Y se centra en «sensación de pertenencia a un colectivo especial y arcano que no es entendido por el resto de la sociedad. »
¿Puede ser, que su exito derive de ofrecer a su lector adolescente la sensación de pertenencia a un colectivo especial y arcano que no es entendido por el resto de la sociedad? ¿Radica ahí su nucleo de defensores acérrimos?
Un público que se siente reconfortado con esa sensación…
Pues aunque lo sospecho, no lo puedo saber, por eso digo que: «Habría que ver como es su público objetivo.»
El género de superheroes se basa en esa sensación; el Spiderman de los 60 es el prototípo de adolescente con poderes y de toda la problemática del adolescente, pero en Spiderman hay grandes virtudes que no veo en The Wicked + The Divine.
Mi comentario sobre la falacia del alegato especial vino por la frase de Diogenes de: “es que no es para ti, no puedes juzgarlo” y aproveché para conectarlo a la actitud del adolescente. Esa frase es muy propia del adolescente niñato.
Precisamente acaban de poner West Side Story en la televisión en España. Película de adolescentes pandilleros sin perspectiva ninguna y ombliguistas, y justo cuando el dueño del bar les recrimina que se reunan para pelear, uno de los Jets le suelta: «tu no fuiste joven, no me entiendes»
En ningún momento he dicho que los autores sean idiotas; al contrario, han de ser muy capaces.
Puedo decir, que sí se puede entender que estoy llamando a los lectores de The Wicked + The Divine niñatos hedonistas; seguramente me faltó poner un punto y aparte y alguna frase en el medio para evitar esa conexión.
Solo puse mi pensamiento sobre de donde sale el exito de
The Wicked + The Divine. ¿Puede ser The Wicked + The Divine el Spiderman del siglo XXI? ¿Cumplir una función similar para el lector? No sé. Pero desde luego, a no ser que haya un milagro narrativo final, no lo veo como un cómic que sea recordado en 20 años.
Un cuerno, el Spiderman del siglo XXI es Kamala!
Por supuesto. ¿Pero y para los lectores de The Wicked + The Divine?
Hombre, si es por dar por culo yo también soy lector de The W+D 🙂
Pero creo que ese hipotético lector también puede perfectamente considerar a Kamala como tal, porque al final W+D es más una historia autoconclusiva que nunca tuvo vocación de durar más allá de un tanto. Si acaso podríamos decir -salvando las enormes distancias- que es el Sandman de su generación, a pesar de que yo ni de coña diría que Sandman ha envejecido tanto como para no gustarle a la chavalería de ahora.
¿Lo comparas con Sandman por el trasfondo mitológico e histórico? Porque a eso es a lo que me refería en el otro artículo. La gente mira y sigue cosas que aunque no sean transendentales tocan temas o géneros a los que son afines. Como alguien viendo cualquier cosa del género de crimen (por ejemplo) para satisfacer su necesidad de ese género.
No, lo comparo por el impacto generacional. Cuando Sandman se estaba publicando era el cómic de obligada lectura, sobre todo si andabas entre los 15 y los 25, igual que hoy en día puede serlo Saga. Tanto Saga como Sandman abarcan un público más amplio, y aunque W+D sea algo más «cerrado» creo que hay un sector de los lectores al que estará impactando de forma parecida; no lo sé, habría que hacer un estudio de mercado y esas cosas.
El Spider-man del siglo XXI es Peter Parker, dejaos de hostias.
Cuando tienes razón, hay que darte la razón.
Bueno, en realidad nunca interpreté como que estabas diciendo que los autores eran idiotas. Sí lo interpreté como que estabas diciendo que los lectores eran idiotas, y dije las dos cosas juntas porque son cosas que mucha gente suele decir y que me parecen igual de erróneas. Pero ya veo a lo que te referías.
En todo caso los personajes de TW+TD son tan idiotas que es obvio que el autor los hizo idiotas a propósito.
Se me traspapeló la respuesta y me hace mal cuerpo no responder.
Na hombre, yo encantado de charlar; a veces escribiendo rápido uno no escribe todo lo bien que se debería.
Gracias por permitirme puntualizar, porque sí que podía entenderse mal.