Hoy vamos a hacer una cosa rara, porque en vez de hablaros de Todd McFarlane voy a hablar de sus consecuencias en otro autor. Para entendernos, cuando los futuros chicos Image empezaron a romper records de ventas, varios dibujantes veteranos se encontraron de repente que sus editores les exigían otra forma de dibujar muy alejada de su estilo habitual. Hubo dibujantes concretos, como Bob McLeod, cuyo estilo iba más por unas coordenadas clásicas más John Buscema o incluso EC que de repente se encontraron que tenían que cambiar de estilo brutalmente para poder vender, porque si no cualquier mal imitador de via estrecha del Jim Lee de turno les iba a comer la tostada. Y entonces Bob McLeod se transformó…
Para los que no lo sepan, en 1993 Bob McLeod era un autor consagrado. Aunque en un principio su objetivo como dibujante tenía como referente a Mad Magazine en general y Mort Drucker en particular -un especialista en caricaturas de dicha editorial al que McLeod copió lo más grande durante su aprendizaje inicial- pronto redirigió sus aspiraciones profesionales a los comic books y empezó a tomar como referente el Neal Adams ilustrador y a John Buscema como narrador, con lo que en la mezcla de las tres referencias llegó a tener un estilo bastante clásico. Sin embargo no estamos hablando de un profesional que fuera de los de llegar y tocar el santo, porque McLeod cuenta que el mismísimo Joe Orlando llegó a decirle que tenía que volver a aprender a dibujar, y casi todos los editores de cómics de Nueva York lo habían rechazado. Cansado y necesitado de dinero, cuando Bob se encontró a Neal Adams lo único que le pidió fue un trabajo pagado, a lo que Adams respondió llamando por teléfono a Marvel y consiguiéndole un trabajo en el departamento de correcciones de rotulación.
McLeod aprovechó su nuevo puesto de trabajo para aprender de los dibujantes residentes de Marvel, con lo que terminó consiguiendo colar algunas colaboraciones para la versión de la editorial de Mad Magazine, Crazy. Trabajar en Marvel en los 70 era un tanto caótico, pero lo cierto es que el ambiente de trabajo era bueno y los sucesores directos de Lee y Kirby destacaban por ser los primeros fans profesionalizados, con lo que había más amor por el arte que por el dinero. Allí conocería a un tal Chris Claremont junto al que años después y ya como un dibujante consagrado, crearía en los 80 Los Nuevos Mutantes, serie en la que permaneceria durante más de un año con muy buenas ventas que mejorarían aun más -en EEUU, en España no- con su sustituto Bill Sienkiewicz. McLeod no era una superestrella, era un profesional que trabajaba para vivir y no vivía para trabajar, con lo que en ocasiones prefería apartarse de los focos y ganarse el pan como entintador, porque no dejaba de ser un dibujante lento. Para cuando llegaron los 90 tuvo varias colaboraciones en DC en las series de Superman anteriores a la Muerte de Superman, y es poco después de ese momento, con Image recien fundada y con editores forrándose con la burbuja especulativa, cuando Bob McLeod vuelve a Marvel y se fija en Todd McFarlane. Y entonces Bob McLeod se transforma en esto:
No, no os estoy tomando el pelo, esto es Bob McLeod en 1993. Es un Bob McLeod que desde el punto de vista del lector de New Mutants o Superman está irreconocible, pero que teniendo en cuenta los antecedentes que hemos ido repasando y sobre todo su pasión por Mort Drucker, creo que es algo impepinable: McLeod vió a McFarlane y debió pensar que si lo que vendía eran esas exageraciones y el rollo cartoon mal entendido, él tenía un estilo humorístico que presentarle a Marvel, él podía ser más exagerado que nadie y podía ser el más animal de los animales. Y vaya si lo hizo.
Al final la cosa no fue mucho más allá, el nuevo estilo de McLeod no funcionó y al poco tiempo estalló la burbuja especulativa, con lo que todo el mundo tuvo que volver a hacer bien su trabajo. McLeod pronto volvería a su estilo «normal» y estos cómics quedarían como una curiosidad, una aberración de una época en la que dibujantes perfectamente validos y más que competentes se encontraron de morros con un relevo generacional que, a pesar de desconocer principios básicos del medio, vendía mucho más que ellos y ganaba cantidades que ellos no se atrevían ni a soñar.
Y sin embargo y a pesar de los altibajos de estos cómics de Spiderman -que ojo, el cambio de estilo ya lo planteó en algunos números de Superman- lo cierto es que a pesar de que en gran parte el cambio es a peor, me queda la sensación de que este McLeod está más suelto, se le ve más libre y es hasta más interesante a ratos que su estilo «normal». De haber sido inspirado por autores más competentes como Brett Blevins o David Mazzuchelli creo que McLeod habría conseguido un resultado que lo completaría mucho más como autor. Pero claro, teníamos a la vuelta 1997 y el regreso triunfal de clásicos como George Pérez, con lo que el cambio de estilo nunca pudo durar…
Pues en esa primera ilustración dela transformación de McLeod (nacido para ser rey, supongo) me da la impresión que olvidaron entintar una zona.
Bob McLeod es dd mis artistas ochenteros favoritos, destacando sobre todo por su impecable entintado, que lo hacía de cine como pasa en la Última Cacería. Luego en cuanto a su obra artística me quedo con sus números de Superman que siempre me han parecido muy buenos… lo malo es que como bien señala el artículo son los 90 cuando se estropeó siendo un ejemplo perfecto la fallida obra del Alma del Cazador.
Por cierto, no estaría mal recordar que los dos primeros números de Amazing que dibujo Todd estaban entintados por el mismo McLeod.
Lo curioso es que su estilo «noventero» acumula influencias del propio McFarlane y de Zeck, lo cual es divertidísimo. Es como si hubiera metido en una batidora las obras de más éxito que había entintado y las hubiera mezclado con Mort Drucker!
Ah, y de su entintado a McFarlane hablaremos mañana, de hecho originalmente el post iba a ir sobre lo de mañana, pero uno se lía a leer tebeos de Spiderman y…
No conocía esos números de Spiderman con McLeod, fue en la epoca que deje de leer cómic de superheroes.
Pues me gusta mucho el estilo caricaturesco a lo huerfanita Annie. Demostración de un profesional de la vieja escuela, cuando un dibujante debía dominar estilos distintos.
Con la tonteria de ser un currante solapado, realizando trabajillos por ahí y por alla; este hombre ha metido su nombre en las más renombradas historias del cómic : La Pantera Negra de McGregor, La última cacería de Kraven, Los Nuevos Dioses de Kirby, Conan y Thor de Buscema, La muerte de Jean DeWolff, Caballero Luna y Shang Chi de Doug Moench , El descubrimiento de la identidad de Superman a Lois Lane, la muerte del hijo de Aquaman (es una porquería de historia pero es un hito de la DC), Los Titanes de Wolfman, La Patrulla-X de Claremont, hasta en el Daredevil de Miller.
¡¡¡Mamma mia!!!
Ojo que he sido bueno y he metido la mejor parte, porque su Spìderman «McFarlaniano» es feo a matar. Pero joder, me encanta que un tío que en aquel momento ya estaba más que consagrado experimentase, es como cuando veías que Sal Buscema seguía experimentando en su etapa en Spiderman con entintado de Bill Sienkiewicz a pesar de que los guiones eran intragables.
«lo cierto es que a pesar de que en gran parte el cambio es a peor, me queda la sensación de que este McLeod está más suelto, se le ve más libre y es hasta más interesante a ratos que su estilo “normal”.»
A mí me gusta más, no te voy a mentir.
La pena es que no llegara a pulirlo más, que le faltaba bastante rodaje.
McLeod se adaptó, más o menos voluntariamente.
A Herb Trimpe le obligaron a imitar a los Image. Y Trimpe estaba en el pelotón de Don Perlin, no como McLeod.
Al pobre Trimpe siempre le tuvieron imitando a alguien y con todo el mundo disgustado con el porque no era «el bueno», manda huevos.
¿Pero Trimpe no imitó a Liefeld y cía de motu propio? O eso había leído hace tiempo, que él mismo decidió actualizar su estilo para estar «en la onda» y estaba orgulloso de ello.
Claro que después de haber leído sus «Fantastic Four Unlimited», puedo decir que ninguna mente cuerda está preparada para ver a Trimpe imitando a ROB!… pero eso ya es otra historia.
La imagen de McLeod «con nuevo estilo» aquí mostrada no me parece nada mal… si eso es influencia de MacFarlane (yo hubiera dicho más de Art Adams, quizá…) pues parece más una versión mejorada del bueno de Todd (sobre todo comparando con la viñeta de este que aquí se muestra).
No fue «obligado» pero teniendo en cuenta que cada vez tenía menos trabajo y los tiempos que corrían en aquel momento, creo que se sintió obligado. Lo peor de todo es que le encanta su trabajo en 4F Unlimited:
https://www.cbr.com/comic-book-legends-revealed-195/
En su momento en la oficina de spider-man se les a los dibujantes del resto de colecciones se les incitó a que incorporaran cosas del estilo de McFarlane. Hay entrevistas confirmándolo de Saviuk (al que le sienta fatal) y Sal Buscema (que llevaba desde la mini de Balder evolucionando y la orden le sienta bien).
Saviuk es un camaleón, recuerdo que cuando empezó en DC a finales de los 70 andaba imitando a Andru (que se había fugado a DC junto a Conway en plan superestrellas) y para cuando McFarlane estalla él está en Web of Spider-Man con un estilo completamente clonado de Romita Sr.
Y luego sí, ya a la altura de Matanza Máxima es un absoluto desastre que no hay por donde cogerlo. Que ojo, Saviuk nunca fue más allá de la superficie cuando estaba clonando a Romita, pero por lo menos no provocaba desprendimientos de retina.
Es impresionante ver al Steve Epting o al Carlos Pachecho (y eso solo por nombrar a dos) en los ’90. Son artistas completamente distintos, sobre todo en el caso del primero. Es curioso, porque hay veces en que uno ve que el dibujante, aún utilizando un método, deja algunos vestigios o trazos que usa siempre (la forma de dibujar alguna cara, alguna mano, pose, lo que sea), pero estos son dibujantes que han cambiado casi 180 grados en su estilo.
No tiene mucho que ver con el post (lo siento) pero me gusta mucho Chris Bachalo. Hace poco me hice con unos comics viejos de Forum de Generación X (sí…los de Lobdell) y los leí. Es impresionante ver el cambio de estilo de Bachalo entre los números 23-30 (de USA). Por un lado tenemos al Bachalo, bastante menos caricaturesco que lo que es hoy en día, con un entintado menos cargado pero mas limpio, con otro tipo de composición, diría un estilo mas reconocible al mainstream norteamericano del momento pero sin acercarse demasiado a -por suerte- un Jim Lee o Liefeld. A partir de estos números noté una rapidísima transición en su estilo al manga, algo mucho mas caricaturesco y explosivo, hasta casi parece que dibuja infantes en vez de adolescentes o adultos, por las caras, expresiones, poses e incluso altura de los personajes. Creo que ahí su dibujo pierde horrores y se vuelve mucho menos interesante.
No sabría decir exactamente el por qué de este repentino y notable cambio, quizás fue la llegada del animé y el manga a los Estados Unidos, pero eso es especulación mía (el cambio de Bachalo del que hablo se habrá producido, haciendo calculos, alrededor del ’96). Quizás le dejaron utilizar ese estilo y lo habrá implementado de puro gusto.
Es muy interesante ver cómo el contexto, desde lo personal hasta lo comercial o empresarial, influye en el trabajo del artista.
Diría que es por la influencia de Madureira. Al fin al cabo es en esa época cuando lo sustituye en X-Men y un par de años después se juntaron para fundar Cliffhanger en Wildstorm.
A mí el Bachalo de Generation-X me gusta mucho. Y en Shade mejora bastante con el paso de los números que no olvidemos que fue su primer trabajo como profesional.
(Anda que pasar de Milligan a Lobdell, vaya cambio).
La ida de olla gorda fue Steampunk, y aunque me guste más el Bachallo de Vertigo y Death, aquel estilo me parece que era menos forzado que lo que nos vino dando en su etapa con Seagle en X-Men y en trabajos posteriores. Normalmente cuando un dibujante se va a un estilo más «cartoon» -ya sea manga u occidental- está buscando más la expresividad y el movimiento, y por eso se van a algo más sencillo, más simple, mientras que Bachallo lo que hace es recargarlo a lo bestia y nos deja picuetos. Creo que después de Steampunk empezó a encontrar un equilibrio entre el «barroquismo y el cartoon», y aunque ha tenido sus altibajos, creo que es un autor mucho más maduro de lo que era en Vertigo.
Es que al final llega a Shade siendo un completo novato. Que va mejorando con los números, pero novato al fin y al cabo.
Al final un dibujante evoluciona, revisa sus influencias, practica nuevas técnicas y en base a ello va variando su estilo. Por eso es lógico que McLeod revisara su propio estilo -sobre todo teniendo en cuenta que tenía un estilo «cartoon» para el ámbito privado y otro más superheróico para temas profesionales- o que Bachalo fuera variando, porque quieras que no el que un dibujante está forzando la máquina se nota muchísimo, sobre todo cuando está empezando. Sus líneas son menos orgánicas, se les nota más encorsetado, sus soluciones en muchas ocasiones están copiadas de otros autores y no dejan de cuadrar con su estilo «principal». A medidad que van trabajando profesionalmente y metiendo horas se va viendo como unas y otras cosas empiezan a juntarse hasta formar un todo más coherente, más fluido.
Aunque en otras ocasiones no, y así es como algunos autores se quedan a medio camino de la «primera división». Ya sea por testarudez o miopia, algunos dibujantes se quedan a medio camino o hasta acaban convirtiéndose en una caricatura de si mismos, incapaces de variar en absoluto y respondiendo siempre a las mismas estúpidas reglas que, como diría Anakin «no les dejan avanzar».
¿ A quién copian ahora los dibujantes que empiezan? ¿ Quien es el dibujante canónico actual? ¿ Jim Lee? ¿Otro?
¿Jim Lee? Ni que estuviéramos en 1998.
Ni eso, en 1998 casi estaban lamiendo el suelo que pisaba Bryan Hitch en Authority. Hoy en día los tiros creo que van más por Immonen, aunque la cosa ya está muy difusa.
El año está tirado aposta pensando en que Hytch lo iba petar en ese momento. Pero claro, también debía de petarlo cosa fina Madureira como exponente del amerimanga.
O Jeff Campbell, incluso Michael Turner. Fueron años muy muy locos, pero fíjate que no hace mucho recuerdo haber visto clónicos de Chris Samnee. Y eso me encanta.
Akira Toriyama?
Nah, afortunadamente, la fiebre de dibujarlo todo como si fuera un shonen de peleas ya pasó (mira que yo mismo la tuve que sufrir en mis carnes)
ahora con el asentamiento Internet como que se ha desmonopolizado todo un poquitín.
Me sumo a los que dicen que el Mcleod (¡solo puede quedar uno! XD) a lo cartoon está bien. Las razones por las que no triunfó creo que fueron primero porque, como tú mismo dices, para cuando llegó a Spiderman la fuente ya se había agotado y los Image se estaban pasando de moda; y lo segundo porque, aún desmelenándose, McLeod controla las proporciones muchísimo mejor que toda la peña Image junta, con lo que las caricaturescas e hiperexpresivas expresiones faciales contrastan demasiado con unas posturas y movimientos corporales que por comparación, resultan bastante más formales. Esto hace que las expresiones resulten hasta cómicas, lo que podría haber tirado para atrás a mucho lector potencial al pensarse que se estaba leyendo una parodia de Spiderman o algo.
Y en cuanto al cambio de dibujo, pues ya lo creo que debió ser forzado por las circunstancias; pero también es cierto que se nota que, puestos a emular a alguien, pues emula lo que más le gustaba: mira que podría haberse convertido en otro clon de Lee del dibuja nuggets de Liefeld, pero va y solo se queda con lo caricaturesco de Mcfarlane (por estar m´ñas en su línea de preferencias) obviamente, esto influyó también en que no se comiese un colín con su nuwevo estilo, puesto que seamos sinceros: Mcfarlane lo petó por las líneas, los músculos apretados y las posturas de striptease imposibles, no por lo cartoon de su trazo (es decir, triunfó por lo malo de su dibujo en lugar de por lo bueno).
Ah, y como antiguo fan de Mcfarlane, me duele ver a Mcleod emulando su rollo, ya que el tío le deja muchísimo en evidencia al pobre Todd.
A mi hay algo que me encanta de McFarlane, que es honesto y se reconoce como mal dibujante. Precisamente dice que ya no dibuja por eso, porque es lo mejor para Spawn.
El tipo fue lo bastante listo como para copiar directamente a Michael Golden y tirar de estilo caricaturesco, lo que hace relativamente perdonable que se pase la anatomía por el forro.
Acabo de releerme la vuelta triunfal de Perez a Marvel y ya en su momento era rancio y acartonado, pero ahora es un horror leerlo porque perjudica los 1º guiones de Busiek ya que, al estar escritos para un lector de los 60 y no para uno de los 90, exigían algo más moderno y dinámico. Menos mal que al final mejora Busiek y Perez se pira.
No entiendo; ¿los números de Perez están mal por estar a la altura del guion? ¿por no dibujar «cartoon-y» y estilizado a lo Mark Bagley (Thunderbolts, ahí tienes a Busiek de nuevo)?
Para mi está impecable el dibujo, las historias son las que están normalitas, pero es que tras Encrucijada eso puede parecer trabajo de genios. Que para mi los palos tendrían que ser a Busiek y no a Perez, porque ¿te imaginas unos Vengadores Wolfman-Perez con Wein editando fuerte? Volver a la nostalgia ochentera en vez de Busiek con su enamoramiento por los X-Men de Stan Lee (sí, obviamente que Claremont los hace mejor, no mezclemos cosas XD). Pero quizás estoy confundiendo cosas (¿»rancio y acartonado» al hombre que hizo la versión definitiva de Wonder Woman no solo para muchos lectores sino también para una editora del porte de Karen Berger? Duele un poco).
Como leer críticas a Mantlo 😀
Intento explicarme pero hay que entender que al final hablamos de gustos y por tanto no siempre se pueden, no ya compartir, sino entender…
A mi el guión de Busiek al principio me parece acartonado y rancio en la narrativa y no en lo argumental y por ello el estilo de Perez, igual, los hace muy aburridos. Los lectores de los 70 estaban encantados con ellos, pero yo lector de los 80, no los veía/veo tan estupendos. Perez con un dibujo nada atractivo y una narrativa lenta, mil y una viñetas por página, convierte (siempre se lee en presente) los guiones de Busiek en insufribles. Admito que aquí están empatados ambos autores PERO al final el 2º empieza a mejorar (a partir de Ultrón) montándose algo bastante entretenido con lo que deja en evidencia a Perez. Con un Busiek modernillo queda claro, ya ni el fan puede negarlo, que el enfoque del dibujo es erróneo. Cómparese los Vengatas de Pacheco, que tampoco me mola, con estos. Misma época, mismo guionista, y mejores.
De todos modos lo crucial en esto es que a mi Perez no me gusta. Por eso no he leído sus Titanes. Sí su WW pero no entera porque no me gustó. Tiene sus cosas buenas, pero me parece un tipo bastante hortera (sus diseños son caca, SW!!), demasiado barroco, con un estilo realista soso y torpe narrativamente. En fin, que no le veo nada bueno. Rancio porque su estilo remite a una época concreta ya pasada y acartonado porque su estilo hace que sus figuras sean estáticas. Lo último que hay en las páginas de los Vengadores de las questamos hablando es dinamismo y espectacularidad. Y además dilata las escenas más allá de lo tolerable. Para mi es el gran pecador desta etapa porque un dibujante siempre puede mejorar un guión ya que trabaja sobre él. Un dibujante con experiencia, y Perez tenía ya unos 20 años de la misma, puede ver bien qué falla en un guión y neutralizarlo. Si Perez no fuese tan vanidoso se hubiera dado cuenta de que su estilo recargado y narración a base de pequeñas viñetas no era el adecuado. El guionista siempre es más inconsciente de lo que hace porque las palabras son abstractas y los dibujos no. Por eso acuso a Perez y no a Busiek. Al principio los 2 están mal pero Perez mejor, mas él no mejora como su compa y por eso «pierde». Para no fracasar no tenía que haber dibujado como Bagley, sólo hacerlo de forma menos manierista y fanficionera. Otro de sus problemas es que quiere hacer de cada viñeta fan service para los pobres de espíritu que se quedaron encantados con su dibujo mediocre para los Vengatas setenteros.
Ok, entonces te gusta Mantlo a mi no, me gusta George Perez a ti no. XD.
Para mi su dibujo es clásico George Perez y eso no tiene década a la que remitir porque no es un estilo que este sacando de una época en particular sino un estilo propio (lo ves en su trabajo ’70ero, en su trabajo ’80ero y en su trabajo ’90ero). Un estilo que más que sirve a Los Vengadores (no olvidemos que este es el hombre que hizo Crisis en Tierras Infinitas) ya que Perez es un narrador grande como una casa. Pero se encuentra con que entre el autor y el editor estaban más interesados en hacer su versión de auto-fanservice que en contar algo «dinámico y espectacular» (incluso tener a George Perez era parte de ese auto-fanservice). Busiek no nos está contando nada del otro mundo, él sí está remitiendo al trabajo de Roy Thomas vistiéndolo de Shooter-Michelinie y eso es lo que no pega con Perez; si no tienes una historia con nada que hacer espectacular no vas a saltar inventandotelo como otros autores a los que no les interesa la parte narrativa (para espectacularidad vacía La Saga de Proctor). No sé, para mi cada viñeta mueve la historia y tiene una ilustración bonita a la que la historia no reclama saltar de la página, y por lo tanto no salta de la página, que eso se reserva para cosas importantes (como la muerte de Supergirl). Si Brevoort le hubiese dado más espacio para respirar entre sus nostalgias (como hizo Shooter con Perez en los ’80, dejándole hacer a la Bestia y a WonderMan algo entretenido) o Busiek realmente hubiese cargado las historias con aventuras a la altura del trabajo de Perez, no se diría que es rancio de ninguna manera. Pero como esta era de Los Vengadores se trata de hacer covers de «Lo mejor de los Vengadores» se dice que no era el artista apropiado y que dibujaba acartonado.
Para mi lo que tu dices me pasa con el IronMan de Busiek y Sean Chen que he estado releyéndolo. Y ahí el nombre que se repite es el de Busiek.
Pues eso, Perez es un autor pero yo le veo en los Vengatas de Busiek con un estilo bastante setentero y no le veo buen narrador (pero bueno, aquí habría que ver que le decía Busiek pero él podía maquillarlo). Probablemente el problema fue el fan service, el querer ignorar quentre Byrne y Back no había pasado nada. De todos modos yo no digo que él sea el problema, sin él la etapa seguiría siendo sólo entretenida, pero creo que sin Perez sería más legible hoy. Tienes razón que la espectacularidad nace en el guionista, pero si uno se dedica a hacer viñetitas y a recargar todo tampoco se consigue nada en ese aspecto. De todos modos aunque nunca me ha gustado Perez me refiero al de los Vengatas. Si miras el del Guantelete (tanbién relectura reciente) es mucho mejor, más elegante y moderno. El problema que le veo es que decidió hacer más de lo que la gente de los 70 le pedía y así acabó la cosa. Rancia. 😛
Esto es algo que creo que me ha sucedido en otras discusiones, al ser tan colaborativo el tema de los cómics y ser una combinación de trabajos de más de una persona las cosas se mezclan: Para mi Perez no está haciendo nada muy distinto entre Vengadores, Crisis en Tierras Infinitas o Wonder Woman. El dibujo es igual de impecable, más allá de cuantas viñetas tenga por página, no solo comparado con noventeros como Deodato Jr. o Jim Lee sino que comparado incluso con los buenos como Wieringo o Mark Bagley. La diferencia siendo que unos cómics no solo saben jugar a sus fuerzas sino que mueven y tienen que llevar la historia a ser algo más que lo que Busiek hace con Los Vengadores. Crisis marca un antes y un después en DC (y lo hace no solo por lo que cuenta sino por como lo cuenta, siendo una gran mini que aún sin saber nada de DC te la lees y se te meten cosas en los ojos), Wonder Woman marca un antes y un después en la amazona (no tiene mucha competencia dentro de las historias del mismo personaje, pero la competencia dentro del universo DC en la época es brutal y mantiene el tipo), en tanto Los Vengadores es «hey, por fin no son un desastre ilegible» y encima el autor hace homenaje a los cómics que le gustaban a los que huyeron despavoridos (y con razón) de Liefeld.
Y ya tu mismo y zatannasay mencionan dos obras que tampoco sufren por ser dibujadas por Perez; Guantelete del Infinito y Futuro Imperfecto a pesar de que una es Starlin avanzando a Thanos del Cubo Cósmico a las Gemas del Infinito contándonos con lujo de detalle lo que no pudo en los ’70, y la otra es Peter David haciendo su Días del Futuro Pasado (ambos yo diría que tienen cierta inspiración en la nostalgia y sin embargo son más entretenidos que rancios).
En mi opinión la idea de imagen estática viene de que en Los Vengadores hay un texto que es medio seco en tramas que reviven la mayoría de los temas que ya nos hemos leído en vez de usar lo que recordamos con nostalgia para trabajar nuevas ideas (ponme a Vance y Firestar de jóvenes y no con la dinámica de Jan y Hank cambiando los roles, ya suelta un poco el triángulo amoroso Simon, Bruja Escarlata, Visión, que ni con Byrne era taaan entretenido, devuélvenos la mal truncada amistad Ms. Marvel-Capitán América en vez del Capi con problemas liderando al grupo, como si nunca hubiésemos leído eso, etc.). Busiek se gasta sus ideas más en Thunderbolts (cuya premisa innovadora la define más que el dinamismo o sentido del diseño de Bagley) y/o AstroCity que en Los Vengadores, que como ya digo va de hacer covers a clásicos del pasado (y obvio que el de Ultrón va a ser el más entretenido). Y lo que acaba haciendo funcionar a sus Vengadores es justamente Perez, dándoles esa cadencia y distinguiéndolos tanto de la basura noventera (con sus muchas viñetas) como de los cómics que ya nos habían contado lo que Busiek cuenta aquí (con su atención al detalle).
Para mi así como no culpamos a Louise Simonson de la basura que Liefeld y Harras contaban con Cable en sus Nuevos Mutantes, o a John Romita Jr. por lo que dibujaba en Spider-Man (o en X-Men) en los ’90, tampoco podemos culpar a Perez por lo «rancio» de la historia que le piden contar.
Ojo, que tampoco suene como que digo que Busiek es mal guionista (ni de cerca comparable a DeFalco, XD), es solo que me parece que si notas a los personajes acartonados y rancios porque remiten a los ’70 dudo que eso sea culpa de George Perez que los dibuja bien y con lujo de detalle, sino que es más por su caracterización que viene a manos del escritor (y por eso ponía de ejemplo unos vengadores con Wolfman y Wein, y por eso ahora también se me ocurre que al primer X-Factor de PAD también le habría ido genial a George Perez).
No hay mucho que decir ya. Hemos expuesto largamente ntra. opinión. Yo no veo los personajes acartonados por el guión nostálgico sino por el dibujo de Perez. Las rayitas en las figuras, el exceso de detalle, las viñetitas son cosas quentretienen al ojo más de lo necesario, qué es un guión de Busiek pordios Perez!, y luego la falta de profundidad, el escaso juego de planos, en fin, a mi me parece que Perez enlentece mucho la lectura, que es excesiva porque Busiek se pasó escribiendo. Yo sigo viéndole mucho mejor en el Guantelete. En lo de Hulk no te digo porque hace mil que la releí por última vez. No hay mucho tela que cortar; a mi el estilo de Perez y afines no me mola.
«y ya en su momento era rancio y acartonado», «dibujo nada atractivo y una narrativa lenta, mil y una viñetas por página», «demasiado barroco, con un estilo realista soso y torpe narrativamente».
A ver, a ver, a ver…
Leyendo esto, me da a mí que no es tanto que no te guste Pérez, como que no te gusta el modelo de cómic que él representa.
Hay que entender que esto se hizo recuperandose de la terrible resaca de los 90 y sus horrores.
Busiek y Pérez se metieron en recuperar unos Vengadores clásicos enlazando directamente con la etapa Pérez/Micheline/Byrne como si 20 años no fuesen nada. A mí y otros muchos nos permitió reconectar con unos Vengadores «como tenían que ser los Vengadores» y hacer una elipsis liberadora con tantas toneladas de mierda que nos quisieron encasquetar.
Que en aquel momento fue una liberación, luego con algo de perspectiva podía haber sido mejor, tuvo altibajos e ideas mejorables, pero bueno. Supo a gloria.
A mi me dolió ver que eran los mismos, pero no lo eran; Hank y Simon Williams se metían unas curdas memorables antes, y ahora presumían de abstemios.
Era como esos amigos de la Universidad que vuelves a verlos años después y quieres creer que no han pasado 20 años, pero sí han pasado, tienen que cuidarse el colesterol, pagar la hipoteca y hecharse crecepelo.
Me atrevo a suponer que lo que te pasa es que estás acostumbrado a un tipo de narrativa y dibujo que prima la «agilidad» y el pasar páginas rápido, cuando yo prefiero una narrativa que me haga detenerme en cada página para recibir toda la información que hay en ella. A mí me sale mucho mejor así, mi dinero cunde más.
Pero eso es a lo que uno este acostumbrado y/o prefiera por sus gustos.
Yo siempre he preferido lo dinámico pero recordemos que ya en los 60 la peña se curraba páginas con 6 o incluso 4! viñetas. Miremos a Colan. Así que no tiene que ver con ninguna costumbre, además yo leo desde los 80 y nunca dejo de releer lo anterior. La narrativa de Perez en los Vengatas recuerda a la de los 70, cuando Simonson y Starlin llevaron la narrativa europea, muchas viñetas, al comic book. Ellos lo hicieron bien y sus comics, Manhunter y Warlock siguen siendo estupendos, pero es que son mucho mejores narradores que Perez. Aquí lo que pasa es que nunca me ha gustado Perez y que el tipo está sobrevalorado, sobre todo sus 1º y últimos trabajos. Además como yo nunca he dejado de leer superhéroes nunca he visto al Perez (o al Busiek) como salvadores de nada. Siempre he pensado que lo rancio no es un buen rescatador.
Hombre. Rememorando los Teen Titans acepto que el principio se hace tedioso de leer, pero la saga de Trigon es uno de los cúlmenes del género superheroico.
Sí es cierto que sus personajes pueden ser más estáticos que otros, que su capacidad de llenar páginas de detalles llegó al culmen con Futuro Imperfecto de Hulk y llegó a ser mareante con Sachs &Violens aunque ese efecto estaba buscado a proposito creo yo.
Se podría ver su estilo de presentación de la viñeta y su narrativa como un Curt Swan barroquizado (muy a grosso modo) mientras que simonson y Starlin eran los experimentadores de la narrativa.
Pero tampoco veo en eso un demerito, cada uno tiene sus cualidades y cada uno tira hacía un lado u otro, Dave Gibbons o Geof Darrow también podrían entenderse como alguien muy «rancio» porque su narrativa es sencilla y sus personajes muy estáticos.
Lo cierto es que George Pérez es un motivo por el que comprarme un cómic mientras que Carlos Pacheco no lo es.
Y sus Vengadores independientemente del valor añadido de haber sido una punta de lanza para salir de los 90 es una buena obra que releo con gusto. Se que no es una obra maestra para nada, pero sí una de las mejores versiones de los Vengadores.
En fin. Gustos de cada uno. Yo disfruto un poco de todos.
Entiendo lo que dices pero no usas buenos ejemplos. Gibbons es peor dibujante que Perez pero es mejor narrador y su estilo es más agradable porque no es rococó como el del Perez questamos hablando (esto no era así cuando empezó) y Darrow es otra cosa. Para empezar es mucho mejor dibujante que Perez, caben universos entrambos, y su narrativa no se puede comparar porque va por otro lado, se deleita en el momento más que otra cosa. Ninguno destos 2 es un rancio. Porque el estilo de Gibbons es clásico sobrio y nunca trabaja de más, que es el principal problema de Perez, mientras que Darrow es totalmente alternativo y eso nunca es rancio. Esto es hacer lo mismo de siempre aunque su tiempo ha pasado. El tiempo de Darrow no ha pasado, El de Gibbons quizá pero sus viñetas no son armatostes y su narrativa certera le hace siempre legible. En todo caso coincidimos en lo de Pacheco y en que los Vengatas de Busiek son de lo mejor de la serie en su versión clásica con Perez y sin él.
Por cierto ¿Quien se encargaba de colorear a Mcleod durante su etapa en New Mutants?
Porque es bastante bueno/a.
La genial Glynis Wein; la colorista de cabecera de Claremont (y no sé si decir de la Marvel)
Un templo pa’ ella sola se merecía la tía. Btw ¿Por qué son casi todos los mejores coloristas mujeres? No sé, es que cada vez que me fijo en el coloreado de un cómic que me llama especialmente la atención y me da por preguntar o indagar, la mayor parte de las veces acabo descubriendo que fue coloreado por una mujer. Curioso.
Estoy casi seguro que trae una historia detrás como las de las editoras en el cine pero tendría que ver muchísimo más sobre el tema.
Ambos son trabajos que creo que van mucho en interpretar y reconocer lo importante de lo que se cuenta para poder separar correctamente las partes de forma que se consiga un todo coherente. Quienes lo hacen bien en la línea de ensamblado que es hacer cómics digo yo que intuitivamente (o no) ayudan al mensaje con un trabajo que muchas veces es hasta invisible (que no nos fijamos tanto en eso a menos que sea horrible) pero de ahí a tener claro porque la mayoría son mujeres (al menos hasta el advenimiento del color digital) en comparación con los otros apartados creativos en cómics ya es otra historia.
Las mujeres tienen mucha más habilidad para reconocer matices de colores y los detalles. Esta estudiado, por eso existen las «Script girls» las chicas encargadas de evitar los fallos de raccord en el cine.
Uff, como debía doler ver como clonicos de Liefeld conseguían no solo trabajo sino vender como vendían… Todavía duele, tengo que imaginarme como todos se ríen de ROB! hoy en día y como a Jim Lee lo hacen dibujar a Superman con los calzoncillos y aún así es difícil animarse ante tanta injusticia.
Por otro lado; una de las cosas que me encanta de haber nacido tan tarde es leer cómics y ver como evolucionan artistas desde sus primeros trabajos pasando por sus mejores obras hasta el día de hoy. Además de reconocer la evolución en esas evoluciones también; hemos pasado de clonicos de Kirby a clonicos de Neal Adams que primero tenían que tener claro la función narrativa del medio (lo que aprendían de los editores) y luego mejoraban su estilo según tenían más controlado el tema de saber como contar una historia en viñetas (el estilo Marvel en su máxima expresión creaba valores indiscutibles del cómic). Los artistas contaban eficientemente, y sobre esa eficiencia narrativa imbuían el estilo de cada uno. No se trataba de tener un estilo de dibujo para contar sino de contar con estilo y así podías tener a Bill Sienkiewicz haciendo Los Nuevos Mutantes mientras que Liefeld tenía que convertirlos en X-Force o irse a Image porque su estilo era dibujar mierda y no se podía contar nada con eso. Y a Jim Lee lo sacas de los superhéroes que dibuja y no te puede hacer un Transmetropolitan como Darick Robertson. Y así. Porque unos saben contar una historia y los otros dibujar pin-ups.
El problema es que a principios de los 90 daba igual quien fuera el guionista o el estilo que tuvieras, todos los editores veían el montón de ceros de los cheques y pedían más y más pinups. Y así todos, dibujantes, guionistas y editores por igual perdieron la cabeza del todo para poder comprarse una casa nueva, un deportivo o lo que hiciera falta.
Y luego se quedaron sin trabajo por su incompetencia; porque hacer dinero no significa que no tengas que hacer tu trabajo y no puedes dejar de ver el árbol por el bosque y ser tan tonto de no darte cuenta de lo que te hace vender tanto (el trabajo de Stan Lee, el trabajo de Claremont en el caso de X-Men, y el trabajo de Shooter en el caso del resurgir marveliano de los ’80 a fuerza de reconocer el trabajo de estos y otros) y como podrías aumentar esas ventas aún más a futuro (la enorme critica de Waid y Shooter a Harras).
Uno puede entender esa ceguera, pero no deja de ser incompetencia de un alto nivel.
Las coloristas y editoras es una cuestión machista.
En el cine antiguo el editor no hacía más que pegar lo que le decía el director. Era puro trabajo obrero. Hitchcock y Welles montaban rodando sus pelis por lo que el editor no podía jugar con nada. En los 60 eso cambió porque como la industria se fue el garete, se podía rodar más de lo necesario. Gracias a eso algunas editoras empezaron a montar, y cuando la de Bonnie and Clyde lo hizo muy bien hasta el punto de clavar el último clavo en el ataúd del estilo clásico, los hombres empezaron a apuntarse a esa profesión porque por fin era importante y motivo de reconocimiento.
Con las coloristas debe haber sido algo igual. Entre que un nombre femenino no vendía tanto como uno masculino entre el público masculino y que no se acreditaba al colorista, ningún hombre se sentía atraído por esa faceta. Muchos dibujantes, los buenos, se autocoloreaban, pero ningún hombre se dedicaba sólo a eso porque era una tarea marginal y trabajar para otros.