Alguno me dirá «Diógenes, deberías haber cogido un número en mitad de una saga, con una bronca gorda y tal». Y yo le diré que esos suelen ser hasta mejores para engancharse, porque empiezan con todos los personajes de uniforme y usando sus poderes, con lo que el guionista tiene más sencillo el presentar personajes e introducir situaciones que atraigan al lector. Porque al final estos artículos en parte también van sobre cómo ha ido cambiando el género a lo largo de los años, presentándose al lector de una forma distinta, y a finales de los 70 lo más de lo más era esto:
Antes que nada me gustaría destacar que en los 70 Marvel empezó a orientar a los nuevos lectores con una cajetilla de texto que servía como introducción de todos sus cómics y que se acabó convirtiendo en parte de su imagen de marca durante las dos décadas posteriores y prácticamente hasta bien entrada la era Quesada. Dichas introducciones acabaron siendo aprendidas de memoria por muchos fans, y en el caso de la Patrulla X nos contaba los nombres de todos los miembros del grupo y que eran «niños del átomo», estudiantes mutantes de un tal Charles Xavier temidos y odiados por un mundo que han jurado proteger. Y todo ello venía presentado por Stan Lee, porque desde Cadence estaban convencidos de que el hombre era el nuevo Walt Disney y su nombre tenía que estar en cada cómic de la editorial.
Estas cajetillas eran amor, y con la tontería ya te habían dado más información sobre el grupo que Gary Friedrich en las primeras cinco páginas de X-Men #46. Y puede que alguno se pregunte por qué se menciona a Cíclope, Tormenta, Banshee, Rondador, Lobezno y Coloso como miembros y no a Jean Grey, pero es que hay que tener en cuenta que por aquellos tiempos Jean no era miembro oficial del grupo a pesar de que Claremont insistiera en meterla cada dos por tres en la serie. Pero se supone que no sabemos nada de esto, así que me voy a callar y vamos directos al cómic, que ya es hora:
Al ver viñetas como esta me cuesta horrores no ponerme a hablar sobre lo bueno que es John Byrne y la forma lamentable en la que se le trata hoy en día, así que me voy a morder la lengua y decir que sí, que esto es un cómic de Claremont/Byrne/Austin con Archie Goodwin como editor -todo un jodido dream team- y que, dejando de lado la cajetilla introductoria, en ella nos cuentan que el tipo azul antes era humano, que se llama Hank McCoy, que es un fundador de la Patrulla X que ahora está en los Vengadores -sea lo que sean esos, que somos lectores novatos de 1978 y todavía no hay una franquicia cinematográfica petándolo todo- y que ha llegado hasta un poblacho de Texas buscando a la Patrulla X (me he cansado de llamarlos equismenes todo el rato, dejadme en paz).
En esta doble página se identifica a Banshee, Tormenta, Rondador y Lobezno, con lo que por eliminación el «hombre de acero» que menciona Banshee debería ser Coloso y luego tenemos el misterio del último poster de la mujer con el pelo en llamas, que no sabemos quién es. El misterio pica el interés de un lector que, a pesar de no saber quienes son estos personajes, es consciente de que algo no va bien y desconoce cómo han llegado a esta situación. Las siguiente página es exposición, con Hank contando como una tal Lorna andaba asustada por el rapto de un tal Havok, y que por lo visto había pedido ayuda a los susodichos X-Men y no había nadie en casa. Hank llega a la Mansión y se la encontró abandonada como si todo el mundo se hubiera largado de repente, y usando una computadora llamada Cerebro los encontró allí, no sin antes aprovechar para mencionarnos que en la serie de Vengadores también tenían en aquel momento un misterio parecido.
Tras ver a una trapecista llamada «Miz Destiny» e identificarla como Jean Grey/Marvel Girl, Hank entra en su camerino y la interroga, pero ella no lo reconoce y hasta pide a un matón llamado Slim -al cual Hank reconoce como Scott- que lo eche. Tras una leve pelea en la que el tal Slim sale volando del carromato, el matón pide ayuda al resto del personal del circo que acude a reducir al intruso, que huye proclamando su pertenencia a los Vengadores y rechazando ser un gorila. La persecución acaba con Hank convencido de que alguien ha debido hacer algo a las cabezas de sus amigos y con Coloso noqueando al pobre vengador justo delante del pobre Lobezno encadenado.
Los matones del circo llevan al derrotado Hank hasta su jefe, que resulta ser nada más y nada menos que un viejo enemigo de la Patrulla X llamado Mésmero. Y así es como en una sola viñeta de la página 10 queda desvelado el misterio, contándonos que el poder del villano consiste en esclavizar a la gente con la mirada. Mientras tanto Lobezno, que parece que nunca estuvo del todo controlado por Mésmero y por eso tenía que estar encadenado, consigue romper sus ataduras y sale a buscar respuestas, interrogando a uno de los currantes del circo. Y tras esto se produce una elipsis -hay un cuadro de texto especificando que pasan unos minutos- en la que aparece Lobezno atacando la caravana de Mz Destiny con sus garras y su traje puesto; claro está, no sabemos que pinta tiene Lobezno con el traje y ni siquiera le hemos visto sacar sus garras -aunque las menciona en una viñeta anterior- con lo que esto puede resultar algo confuso. Pero teniendo en cuenta que es el miembro del grupo que se acaba de liberar, digo yo que esto ya es buscarle tres pies al gato. Pero es que me vais a perdonar, ¡pero el cómic es tan bueno y presenta todo tan bien que algo habrá que decir!
Jean se libera y saca sus poderes de lanzar rayos y tirar a Lobezno por los aires, con lo que los dos se ponen a liberar al resto del grupo mientras Mésmero es incapaz de controlar a Hank y que tiene toda la pinta de que si no fuera por la intervención de un misterioso desconocido habría acabado con el culo pateado por el vengador peludo. Y entonces llega la página 15 y podemos ver una viñeta con casi toda la Patrulla X liberada y cargando lista para la acción, con Rondador usando su teleportación para noquear matones, Scott dando órdenes y usando sus rayos ópticos para reventar pistolas, Tormenta tirando rayos, Banshee volando con la boca abierta…
Las dos últimas páginas nos vienen a contar como La Patrulla X corren al carromato de Mésmero y se lo encuentran ante un Hank noqueado, pero justo cuando le iban a leer los derechos el malvado cae al suelo también inconscientes y se encuentran que el misterioso desconocido -que identifica a Scott como Cíclope- no es otro que Magneto, que se la tiene muy jurada y que nos invita a un enfrentamiento en el próximo número para el que Cíclope está convencido de que no están preparados. Y para rematar te cuentan que el título del próximo número es «¡Magneto Triunfante!». Que pedazo de tebeo.
Si el cómic de la semana pasada nos planteaba como misterio por qué se iba a disolver la Patrulla X y terminaba con un anticlimático «porque lo dice un señor del FBI», el número que tenemos entre las manos esta semana es todo lo contrario. Va de menos a más, el misterio sobre cómo han acabado los miembros del grupo convertidos en atracciones de circo domina la mayor parte del cómic, pero para cuando termina ese misterio es sustituido por la identidad del que ataca a Mésmero, que acaba revelándose como Magneto y anunciando que se va a liar parda en el próximo número. La Patrulla X empezó a ser el superventas que sería años después gracias a historias como esta, la carrera de Claremont y Byrne se forjó gracias a cliffhangers como éste. Ésto es un punto de entrada y lo demás tonterías, y el único defecto que se le podría buscar es el que use como personaje brújula a un personaje que no es miembro activo del grupo, pero eso sería una gilipollez tremenda porque la Bestia no solo es miembro fundador de la Patrulla X, si no que se va a pasar unos cuantos números más con ellos.
La semana que viene nos toca viajar a una época en la que se daba ya por hecho que La Patrulla X era una serie confusa, enmarañada y complicada de leer por tener muchos crossovers y spinoffs, bienvenidos a Uncanny X-Men 231 y a Chris Claremont y Rick Leonardi tratando de explicarnos como es posible que un tipo como Coloso haya decidido fugarse a Australia y dejar que su queridísima hermana pequeña y el resto de su familia lo de por muerto…
Muy buena serie de artículos, sí señor. Pero ya que nos ponemos puntillosos (has empezado tú), en la primera página, la de exposición con el bueno de Hank ya se le menciona como Bestia…
Corregido, gracias!
Sí tu punto de entrada es este número, siempre recordarás los tebeos como algo entretenido, trepidante, bien narrado y dibujado. Algo atemporal y que merece siempre la pena el echarle un vistazo, con independencia de tu edad. Esto crea afición, combate prejuicios y deja buen recuerdo
UN PEDAZO DE TEBEO!
Yo aún diría más: estamos ante un cómic que forma parte de una etapa que es una PUÑETERA OBRA MAESTRA, no sólo del género superheroico, sino del cómic en general. Hablamos de una serie y unos autores en estado de gracia (como bien dices, un Dream Team), que estaban haciendo Historia, sintetizando y haciendo avanzar lo que es el cómic de superheroes en estado puro y en su máxima expresión. Es una etapa «casi» perfecta en todos los sentidos.
Si uno tuviera que elegir una selección de cómics que definan perfectamente lo que es el género superheroico, entre ellos estarian unos cuantos de la etapa Claremont-Byrne. Es imposible no pensar en ellos.
Y que decir de la Bestia… aquí y en los Vengadores lo petaba muchísimo. Una de las mejores transformaciones de un personaje insulso en uno con un maravilloso carisma.
Y que pena que a la Bestia no le hayan pillado el puntillo casi ninguno de sus guionistas posteriores a su etapa en Vengadores, porque en Factor X nunca a llegó ser el centro -Scott y Jean se lo comían todo- y ya de los X-Men noventeros mejor no hablar.
No, no pienso hablar de la de Morrison…
Te lees la era Claremont en orden y resulta impresionante cuando alcanzas estos primeros números de Byrne posteriores a la Saga de los Shiar. Esa mezcla de naturalismo, detalle y elegancia con energía y dinamismo te da un cómic imperecedero que al que los años le han sentado genial (y personalmente me encanta el color desgastado de los comics viejos, le da sabor a la experiencia). El mejor Byrne es la mezcla perfecta entre Kirby y Neal Adams sumándole cosas propias, como su forma de retratar a las mujeres. Alcanzar ese nivel en el comic-book es casi imposible y creo que en la Patrulla sólo Paul Smith se ha acercado a él.
Lo más parecido a un tebeo malo que tienen es la saga de Proteo, y decir que ese cómic es «malo» es poner el listón monstruosamente alto.
Buf, Byrne tiene más que merecido su lugar entre los grandes! Hay una frescura en su trabajo setentero (aquí, en IronFist, en Los Vengadores), un ansia por demostrar su valía (como dices, no confiaban en el para las portadas) que en los ’80 perdió al reconocerle todo el mundo lo bueno que era. Claro que esa es la década en que madura junto con la industria, pero las alabanzas a su trabajo ochentero mejor dejárselas a los que lo vivieron. Ya luego pareciera que Byrne prefirió dedicarse a ser un buen profesional (ya que su don de gentes es tan irregular) y a entintarse a si mismo. Namor es probablemente su último gran esfuerzo artístico (y eso no quita nada a su trabajo posterior).
Y de Claremont podría decir que todo cuanto es mutante le pertenece (todo, Logan de Jackman y Mangold incluida). Que monstruos como Harras, Lee, Liefeld y Lobdell se hayan forrado en los ’90 a costa de bastardizar los 17 años del trabajo incansable de Chris Claremont debería ser considerado criminal; deberían estar todos en prisión!
Pero más allá de las injusticias, este hombre fue la última gota desbordando el vaso que son la Era de Plata y Bronce del cómic. La punta de lanza, el florecimiento de el gran cambio de paradigma que se venía en la industria (esencialmente Marvel); ni Stan Lee ni Englehart ni O’Neill ni Gerber ni Wolfman conseguían la plenitud de carácter con él que Claremont imbuía a sus personajes (y sí, no lo hizo de la noche a la mañana pero a 21 miseras gloriosas páginas por mes no sé le puede pedir más).
Y todo esto bajo la batuta de nombres como Len Wein, Archie Goodwin y Jim Shooter, gente con la visión de hacer arte del entretenimiento «barato» y viceversa.
Difícilmente exista un mejor punto de entrada que un gran cómic. Porque un cómic es una historia contada en 21 páginas con la posibilidad (no la obligación) de ser continuada el mes siguiente; si esas 21 páginas cuentan una buena historia no importa que número lleve en la portada o que nombres vayan en los créditos, el lector estará interesado en más. Porque 21 páginas es muy poco (pero como los ’60, ’70 y ’80 se cansaron de demostrar; suficiente para enganchar lectores).
El único problema que le veo a tener a Claremont 15 años en X-Men es que malacostumbró tanto a los fans mes a mes, que todo lo que vino después sabe a poco.
Y aún así no se le reconoce como debería ni siquiera dentro de la «comunidad comiquera», porque gracias a Ryan Reynolds cada dos por tres me encuentro con la cara de idiota de Rob Liefeld en YouTube, pero del hombre que levantó la franquicia que le permitió a ese mal socio y peor dibujante hacerse rico plagiando a verdaderos artistas nada. Es tan deprimente que tengo que imaginarme a Jim Lee dibujando al Superdad con calzoncillos y todo para alegrarme: ja, como debe de haberle jodido que su «diseño» lo tiraran como la basura que es y al N52 detrás. Y ya que estamos ojalá se deshagan de Barry y sus otros horrendos rediseños, aunque solo sea porque M’Rabo me ha convencido de que Wally es mejor!
Off-topic: Ya que he mencionado a Rob Liefeld; de Cable solo vale leerse lo escrito por Robinson, no?
De Cable sólo merece la pena Soldier X!
(No, en serio, paso de recomendar nada porque ya sabéis que soy excesivamente parcial, de eso que opine M’Rabo)
Vale la pena muchísimo leer la etpa de James Robinson y Joe Casey Cable 45-70. Es genial y kirbyano.
Después, si te ha gustado esa etapa, leer Cable-Deadpool es una maravilla. Y aunque no te haya gustado aquella etapa, Fabian NIcieza hace una serie de 50 números muy buena.
Todo lo que venga antes o después es de calidad discutible.
Gracias. Ya veía que Cable tiene muchas series de muchos números pero como yo no veo al personaje lo mismo que M’Rabo (con decir que me gusta la segunda de Predator creo que lo digo todo) tengo que pedir recomendaciones.
A Danny Glover se le perdona todo!
Y a Bill Paxton! Y a Ruben Blades! Esa es la Depredador que tendría que haber hecho Shane Black.
Yo ya estoy rezando para que lo que estrenan en septiembre sea una buena peli, que In Shane We Trust pero el trailer no me ha parecido que esté a la altura…
Creo que estamos todos igual; teniendo en cuenta lo que ha sido de Aliens y Terminator (las otras franquicias sy-fy «maduras» ochenteras), que el trailer es muy mediocre, y que encima parece ir contra las fortalezas de Shane Black uno no puede estar seguro por mucho que confíe. Pero spetiembre dirá…
Yo prefiero quedarme con las clásicas y pasar de cualquier refrito. Tendrán mejores efectos y todo, pero las historias siempre cojean.
De hecho,le agradezco a Zemeckis por negarse a autorizar un reversionamiento de Volver al futuro. Es lo unico inmaculado que queda de los 80s-90s.
De acuerdo con que el Byrne con ganas de comerse el mundo de los 70 es el mejor.
muy buena idea la de estos post, algo que ahora se perdió: presentar a los personajes, porque ni las cajas de texto y/o pensamiento tenemos ahora (ni hablar que la media de dibujanes son horribles) solo cabeza indistinguibles salvo el color de pelo.
que nostalgia antes no teniamos ni internet, ni amazon, ni bookdepository, etc. había que rebuscar y rebuscar y tener la suerte que te toque el número que te cuenten el origen o que traiga una ficha o algún artículo (que buenos eran los de forum por dios) y lo dice alguién de un país sudamericano que se tuvo que conformar casi toda su etapa formativa como lector con saldos de forum o zinco.
Si algo hicieron Forum y Zinco fue crear afición al cómic a golpe de tratarlo con respeto, sin infantilizarlo ni darse aires intelectualoides. Y así es como nos metieron a todos la droja en vena, que así hemos acabado!
Se me cae el alma al suelo sl comparar este comic inmortal de la Patrulla con aquella colaboración que hicieron Claremont y Byrne para JLA Clasificado hace unos años. Que manera tan terrible de derroirse para los dos.
Lo de los puntos de entrada quitando que haya mád o menos personajes creo que lo que importa es qu el comic mole. Mi 1r comic Marvel fue uno de la saga Shiar de los XMen contra el Nido y con Cokrum dibujando donde salían la Guardia Imperial, los Saqueadores y aquellos bichos raros que tenían una ventosa como miembro. No conocía a nadie de los mil personajes pero todo molaba tanto que me enganché. Muchos años después intenté reengancharme a la Patru… Con un comic de Nicieza, salí espantado y sin entender nada y eso que ya sí conocía a todos los que salían.
Si es que no quiero adelantarme a los acontecimientos de esta serie de posts, pero creo que está claro que no hay nada como un buen tebeo para enganchar a la gente. Ni point one, ni reboot, ni leches!
La Patrulla X y los Vengadores dibujados por Byrne o Perez son LA PATRULLA X y LOS VENGADORES. Ese hombre hizo historia en lo gráfico, heredero de Neal Adams. El dúo Byrne / Austin era espectacular y creo que irrepetible. Posteriormente, dentro de los cánones clásicos, salvo Alan Davis, creo que únicamente Brian Hitch ha sido capaz de marcar estilo y tendencia. Jim Lee sigue estando muy lejos de la profesionalidad y el buen hacer de estos grandísimos dibujantes y cuando ha tratado de parecer un guionista no ha dado la talla. Yo también me alegro de que «su» traje de Superman ya esté olvidado, pero es que igual va a pasar con el de Batman (hahahahahahaha) y espero que dentro de poco hagan lo mismo con Flash!!! Larga vida a Adams, Byrne, Perez, Davis y hasta a Hitch. La historia no recordará a Jim Lee (y mucho menos a Rob Liefeld)
Bueno, no creo que haga falta decir que suscribo lo que decía M’Rabo en sus posts de Flash sobre el contraste entre Zoom llevando el traje clásico y Barry llevando el adefesio de New52, es que no había color. Cuando se consigue hacer un traje tan icónico es muy difícil cambiarlo, sólo hay que ver como Superman y Batman con los años han ido teniendo varias modificaciones menores en su traje «que hacian que siguiera pareciendo el mismo», mientras que el traje diseñado por Infantino para Flash ha seguido tal cual a lo largo de más de cincuenta años.
Hasta New52. Y eso por no hablar del Green Lantern de Gil Kane, que mejor no decir nada que M’Rabo se crece.
Que por cierto, cuando vuelva el traje clásico de Batman tenemos que hablar sobre sus distintos trajes, que es muy curioso como el personaje ha cambiado tanto a lo largo de los años y aun así el de New52 o el de Capullo seguían sin «estar en su sitio».
Es que a pesar de las versiones los clásicos (Adams, Newton, Aparo, vamos, lo que viene siendo el diseño establecido ya oficialmente por García López en la guía de diseño) tienen una potencia que difícilmente es superable. Cuando Geroge Pérez coge a Diana lo único que hace es dibujarla más joven y con más melena, no cambia NADA!!!
Y algún día también podría hablarse de los cambios de traje de Tormenta, que ésa es otra que actualmente cada día coge lo que tiene más a mano en el armario para luchar contra el mal. Y mira que era bueno el diseño de Cockrum, mira que era bueno el rediseño de Paul Smith sublimado por Silvestri… mira que era malo el diseño de mono sadomaso de Jim Lee!!!!!!!!!!!!
Yo diría que el diseño de Lee para Tormenta es el mejor de todos sus rediseños.
Fígurate lo que opino del resto!!!!
El de Pícara diría yo. Pareciéndome mejores los anteriores.
A mi es que eso de mezclar los leotardos con la ropa de calle…
A ver, la prefiero solo con los leotardos verdes de la época de Silvestri, pero el diseño de la chaqueta me parece apto. Y más comparado con adefesios como el de Jean Grey.
Un día tenemos que secuestrar a Jim Lee y preguntarle en que se basa ese diseño, porque no me lo explico de ninguna forma. Que el original con la máscara de carnaval no acababa yo de tragarlo, pero por lo menos era complementario al resto del grupo.
«suscribo lo que decía M’Rabo»
Los skrulls estan aqui!!
«Y eso por no hablar del Green Lantern de Gil Kane»
Es que la habilidad de Kane, como la de Cokrum y Ditko, para diseñar trajes era casi de otro mundo.
«el de Capullo seguían sin “estar en su sitio”.»
Porque era feo, tan sencillo como eso.
Concuerdo con lo que dicen mas arriba, prefiero leer un comic aún con las páginas viejas que con los recoloreados actuales. Es muy difícil de ver y leer al Batman de Neal Adams con los nuevos colores, se pierde muchísimo, lo mismo con este cómic.
No reniego con el formato actual del TPB o de arcos argumentales de varios números porque también los disfruto -cuando está bien usado-, pero me fascinan estos formatos mas autoconclusivos; te podías esperar cualquier cosa en cada número. Claro que no era autoconclusivo del todo porque aún veíamos una clara continuidad entre los números, pero sí había situaciones que comenzaban y medianamente concluían en ese número…y si era una historia grande, quizás duraba hasta tres o cuatro números. Eso además hace que la historia sea mas accesible, porque aún desconociendo totalmente a los personajes, había una historia que empezaba y concluía.
Por último, y esto ya es un poco aparte del artículo, siempre me gustó la presentación de los personajes en los comics de los X-Men . A veces las cajetillas, y luego una página con una imagen o dibujo especial del personaje, su nombre y sus poderes, como para despejar rápidamente todas las dudas posibles y tengamos una idea rápida de quién es quién. Dudo que haya sido el único cómic que hiciera eso, pero siempre lo relacioné con los cómics mutantes.
Lo curioso es que nosotros leíamos un número y medio en cada grapa, con lo que muchas veces nos encontrábamos con una historia autoconclusiva y un cliffhanger que no te menées porque nos habían dejado un cómic yanqui a medias.
Y no veas lo que enganchaba eso!
«Seguramente John Byrne crea que sobra la mayor parte del texto de estas cinco viñetas, y no le faltará parte de razón. Pero también era el estilo de la época, y no creo que el exceso de equipaje sobrepase el 20%.»
Hagamos cálculos para comprobar cuán de ciertas son tus aseveraciones (y las de Byrne):
Hay un total de 14 cuadros y bocadillos en esas cinco viñetas. Los únicos que me sobran son 2:
De la segunda viñeta, el cuadro del medio que dice «I hot footed it up to the mansion to see what I could do. The X-men were on a mission, I could still use cerebro to find Havok»
De la cuarta viñeta el primer bocadillo de arriba a la izquierda que dice «Curiouser and curiouser– beds are unmade, equipment lying around. Food’s half-cooked, half-eaten»
Como he dicho, hay un total de 14 piezas de texto, de las cuales sobran dos. 2×100=200/14=14,28%. Es decir, sobra un total de un 14,28% total del texto. No llega siquiera a un 20%. lo cualno está mal.
Un día tengo que sacar a la palestra el Claremont de Xtreme X-Men, que se le acusó de todo en su día y te pones a mirarlo y no sobra tanto texto como pudiera parecer.
Que sobra, ojo.
Yo me la he leído entera en Junio (con la mini de Kitty Pryde, que en todocoleccion piensan en todo) y de ser una serie que en su día pasé de seguir por venir Claremont de una etapa un poco floja en Uncanny y X-Men y estar Morrison petándolo (eso es lo que pensaba yo entonces, si me la releo ahora a lo mejor la percepción cambia) me ha encantado, los personajes están perfectamente retratados y no he notado que le sobre tanto texto ni a los diálogos ni de apoyo (es que casi no recuerdo que hubiera apoyo más allá del inicio de los capítulos) y me la he embuchado seguida, que se hace más pesada que mes a mes.
Que Claremont tiene tropos que se repiten y repiten, que la excusa para iniciar el spin-off se deja de lado al poco tiempo, que hay cosas mejorables…pues sí, pero sigue siendo un tebeo que me ha encantado tras todos estos años y no porque ahora sea menos exigente (más bien al revés, que estoy muy picajoso con las lecturas últimamente, en 10 años o así voy a tener que retractarme de muchas cosas, lo estoy viendo).
Claremont siempre funciona mejor en el largo plazo, con editores y dibujantes que se mantengan y puedan ir pillando rodaje junto a el. Fíjate que el propio Claremont contaba que en Xtreme se puso a escribir como un descosido y para cuando salió el número uno ya tenía escritos quince, cosa que le provocó una bronca descomunal con un Bill Jemas que no podía entender como alguien que había estado trabajando hasta hace nada en un puesto editorial podía correr esos riesgos.
Y por cierto, sobre los New X-Men de Morrison yo siempre digo lo mismo, que en su día ningunearon a X-Treme pero cuando Morrison hizo crossover con otra serie de X-Men fue con X-Treme y no con Uncanny. Por algo será!
Por cierto, este número fue mi casi punto de entrada en los cómics de X-Men (que no mi punto de entrada al concepto de X-men, ese papel lo cumplió la serie animada de los 90 esa con Cíclope y su «descapotable»)
El mío fue un Pocket de Ases de Dazzler, imagínate.
El mio fueron unas grapas de Surco.
No conoces de nada a los personajes y de cabeza a Proteus y el Club Fuego Infernal.
¡Como para no flipar!
Y el Pocket de Dazzler con su pelea ultramultitudinaria con la Encantadora y el de los Defensores/Dc Extraño eran brutales.
Con eso se enganchan a leer cómics hasta las ovejas.
A mí me gustó mucho la etapa Claremont-Byrne pero reconozco que Cockrum era excelente y Paul Smith también.
Siempre he hecho una tabla de como Claremont se adaptaba a los dibujantes.
Byrne=Aventuras puras y duras con desarrollo de personajes.
Cockrum= Aventuras pero mucho desarrollo personajes.
Paul Smith= Equilibrio.
Romita JR: Lo importante son los personajes y las tramas no tanto.
Silvestri: VAmos a desmelenarnos pero demos cierta coherencia.
Jim Lee: Intentemos volver a tiempors Byrne pero con libertad del dibujante.
Todo esto son apreciaciones mías que también tienen que ver con que cómics o series ví.
Mi primer comic Claremont serían las guerras asgardianas.
Conocí la etapa Claremont Byrne viendo primero la serie de animación de los 90 y me sorprendió. Confieso que siempre me gustó como salvaron a Jean en la serie de animación.
Posteriormente, leería Classic X-men y me gustó mucho. Sobretodo los complementos de retrocontinuidad.
Por eso me encanta Claremont-Byrne pero creo que todo va mejorando con autores posteriores. Estuve tan expuesto a esa etapa y me la sé tan de memoria que cuesta leerla.
PD: X-men Forever está muy bien y es el mejor Claremont-Grummett aunque estiren la trama y algunas ideas no te las creas que las tuviera en el tintero de los 90.
Claremont es probablemente el guionista que mejor maneja el «estilo Marvel», entendiéndolo como lo entendían Fraction y Aja y no como Lee y Kirby, ya me entendéis. Que al final eso se ve en gente como Moore o Morrison, que trabajan a guión completo normalmente pero en cuanto se juntan con un amiguete te hacen un Watchmen.
De hecho creo que uno de los motivos de su bajón (lógico tras años en la elite) es dejar de trabajar pensando en su dibujante y empezar a hacerlo para que sea «un comic de Claremont».
Hablando de Byrne creo que queda poco para que Salvat+Panini saquen en el coleccionable de Superman/Batman las 3 partes de Generaciones (En España sólo salió la 1a hace milenios vía Norma). Es un Byrne decrépito pero me parece una saga muy simpática y con un aire muy retro.
Cabronazo! me iba a leer este nº por 1ª vez ahora. Me lo has spoileado! 😀
A mi no me gusta Claremont porque siempre escribe de más en cada una de las viñetas. Me aburre mogollón. Por eso lo evito siempre que puedo.
El color de antaño mola más en muchos dibujantes dantes que el digital porque al ser trama aporta textura a unos dibujos limpios y sencillos con lo que los hace más atractivos. No es lo mismo S. Buscema con puntitos que con color plano. Cada coloreado tiene su estilo de dibujo adecuado, aunque eso muy pocos dibujantes yankis lo tienen en cuenta. En fin, por eso yo trato de pillarme para lo clásico las ediciones de la época porque los puntitos son imbatibles (además de que el coloreado digital muchas veces simplifica o empasta el original, los coloristas dantes sabían más sobre el Color que los de ahora). Como muchas cosas ahora hoy se tienen muchas más opciones pero los profesionales son peores (cómparese los carteles de cine pintados dantaño con los actuales).
Cómo mola Leonardi!
A ti no te gusta Claremont porque eres gentuza!!
Ahora vendrá alguien a descontextualizar esta respuesta y a decir que en Brainstomping insultamos a nuestros lectores. Y tendrá razón!!!!
Lord Pengallan! Thor de Jurgens, ya!
Y no le mandas el de DeFalco porque te da pena, que si no…
Gracias a Milord me animé a leer los números de Thor de «El fin de los eternos». Tengo varios números de esa saga de Vertice en glorioso b/n (son de 1980) y me hice con el Marvel Gold para ver cómo terminaba.
Tampoco es tan malo… Creo que deberías escribir sobre sus 4F para fundamentar eso 😛
JAJAJA
Hombre, el coloreado y entintado anterior al digital estaba bien, pero no era oro todo lo que relucía por la época. Que uno se la jugaba uno mucho en este apartado como la editorial fuese demasiado agarrada de bolsillo con la plantilla, porque entonces lo mismo te podías encontrar tanto con auténticos trabajazos como con chapuzas apresuradas en las que el color se saltaba los trazos en apenas dos números.
Ejemplo de lo que digo sería Vertigo a finales de los 80 y muy comienzos de los 90, que a muchos dibujantes como la copa de un pino les acababan arruinando un poco el trabajo con tanta puerta giratoria de coloristas y entintadores. Ahí está el #6 de Hellblazer como ejemplo de lo que digo (ay… pobre John Ridgway, con lo bueno que es y nunca pudo disfrutar de los plenos medios necesarios para lucirse en la serie del mago).
Tengo por ahi un omnibus de Thor recoloreado digitalmente que viene a demostrar que a veces las herejías merecen la pena, a pesar de que siga prefiriendo el original por razones históricas y tal.
¿El de Steve Oliff con Simonson?
Yep. Como para no ser bueno, no?
Prefiriendo el color original, Oliff es debilidad personal. Gracias a él llegué hasta el n°3 de Spawn.
Que cabrón el Oliff, no?